Capítulo 4: Shh~ Silencio.
-Yo era el único que podía dormir con papá.
Siempre me sentí orgulloso de decir eso, no sabía lo que realmente sucedía.
La primera vez dolió demasiado, no pude sentarme o caminar correctamente en más de una semana.
-“Es un resfrío, déjenlo dormir.”
Las órdenes de mi padre no se discutían.
Aun cuando no tenía fiebre o algún otro síntoma de enfermedad.
Yo no sabía lo que hacíamos.
Yo solo quería que cuando terminase mojando entre mis piernas me abrazase como todas las noches antes de dormir.
Pasaron al menos tres años desde que una noche a la semana dormía con papá.
Siempre después de ducharme entraba a su habitación muy quedito, sin hacer ruido.
Cuando entraba él ya estaba sobre la cama y se cubría con las mantas.
Siempre lo encontraba leyendo un libro que dejaba en el buró sin siquiera marcar la página en la que había estado leyendo.
Se giraba y me decía con un movimiento de los dedos que caminase hacía él.
Yo subía a la cama con dificultad desde los pies y llegaba gateando hasta dónde él estaba.
Siempre me dejaba recostarme a su lado y me quitaba el pijama, sus manos me hacían cosquillas, era muy suave al desnudarme.
Me besaba quedito, como si temiese romperme o quizá se disculpaba por lo que seguía, pasaba sus manos por mis piernas abriéndolas y poniéndose en medio me penetraba en unmovimiento.
Siempre dolía mucho, siempre me hacía sangrar y siempre se empujaba tan dentro que sentía como rasgaba mi piel y la sangre manchando las sábanas blancas que terminarían quemadas a la mañana siguiente para que nadie preguntase por nada.
Todo era un secreto.
No debía decir nada.
Solo debía guardar silencio y aguantar.
Nunca supe lo que hacía conmigo.
Siempre caía dormido antes de que terminase.
Y siempre a la mañana siguiente y por casi todo el día se escurría un líquido blanco de entre mis piernas y algunas veces con sangre todavía.
Papá siempre decía que me dejasen descansar y él mismo me ayudaba a bañarme.
No dejaba que nadie me viese desnudo, ni si quiera mi madre o Illumi-nii-san que era quien me cuidaba.
Eso fue hasta hace tres años.
Hace tres años, un hombre llegó a casa, nadie supo cómo paso la seguridad, dijo ser amigo de Illumi-nii-san.
Era un hombre pelirrojo y de piel clara, parecía más un arlequín por sus ropas raras y el rostro pintado con una lágrima y una estrella.
-“… Usted sabe que él no debería estar aquí... allá lo cuidaremos mejor.”
Nunca comprendí las razones, aunque parecía que solo papá e Illumi-nii-san las entendían.
Mamá lloró como siempre que quería chantajear a la familia, Milluki por primera vez no se burló de algo y Kalluto pareció llorar por un momento.
Papá solo asintió con la cabeza y me dijo que obedeciera al hombre pelirrojo mientras el tipo cargaba una maleta que tenía algo de mi ropa.
Ese fue el último día que vi a mi padre y a mí familia.
Ni siquiera Illumi-nii-san me acompaño.
Después de una semana de camino pude leer el nuevo nombre de mi hogar.
-¨Hunter Love.¨
-Bienvenido a casa Killua-chan.
Continuará…