Capítulo 6: Tus razones, no justifican nada y aun así no puedo refutarlas.
La llegada de Hisoka con Killua había sido casi rutinaria, al menos para los ejecutivos de Hunter-Love, pues el ver a un niño de no más de diez años acompañado de un adulto que obviamente no era un familiar suyo, era lo más normal durante todo el año.
Hisoka caminaba por los pasillos con tranquilidad, sin soltar la mano del niño que le acompañaba se detuvo repentinamente.
-¿Qué pasa?... — Cuestionó el menor al sentir el repentino jalón cuando el mayor dejo de avanzar, miró hacia arriba observando la casi imperceptible sonrisa del pelirrojo.
-Killua-chan, está es la llave de la habitación aunque lo más seguro es que este abierto… — El pelirrojo se puso a la altura del pequeño y con un movimiento rápido de su muñeca ¨apareció¨ una pequeña lluvia de confeti que mostró una tarjeta blanca con una línea de holograma —… Ahí encontrarás a Gon-chan, seguro que le alegrará conocerte.
-… ¿Seguro?
-Por supuesto… — Sin decir más despeinó los cabellos plateados de Killua indicándole qué camino seguir, pudo ver como el niño se perdía en una esquina del casi interminable pasillo —… Es muy descortés espiar a las personas.
-No me interesa la cortesía, solo he venido por mi hermano menor, yo soy el único que puede cuidarlo.
-Por el momento, tus caprichos de niño mimado…
-No me interesa tu opinión sobre mí… — Illumi se vio interrumpido por un fuerte agarre en su cuello, Hisoka parecía querer romperle el cuello con la presión que ejercía alrededor de su carótida —… Q-que…
-Illumi, te conozco demasiado bien, nunca lograrás tomarme por sorpresa y sobre todo… — Se acercó al rostro del menor lamiendo su mejilla —… Ahora mismo estoy muy aburrido… — Paso una de sus piernas entre las del moreno presionando su entrepierna con mayor fuerza de la necesaria, mostrándole lo excitado que estaba —… Reconsidéralo por el bien de Killua-chan… Podría ir y darle esto… — Sonrió malicioso y con un movimiento de vaivén presionó su miembro contra el de Illumi.
-¡¡…!! — El moreno sintió claramente el palpitar del miembro del pelirrojo bajo la tela del traje negro que usaba, incluso podía percibir el tamaño que ostentaba Hisoka y que aumentaba con cada nueva insinuación.
-Pareces nervioso… tal vez Killua-chan pueda manéjalo mejor que tú.
-¡¡Ni se te ocurra!!... — Illumi logró soltarse del agarre en que estaba aprisionado, casi lograba liberarse pero, el pelirrojo le tomo de un brazo torciéndolo al mismo momento que empujaba contra el muro al pelinegro dejándole prisionero y vulnerable ante él —… ¡¡Uhg!!
-Entonces creo que tendré que conformarme contigo… — Susurró al oído del menor, vilmente y con el desprecio en cada palabra, al mismo tiempo bajando su pantalón apenas lo necesario para poder introducir sus dedos en el interior del chico sin ningún tipo de lubricante —… Pareces más estrecho que antes.
-C-cállate… ugh… — Illumi no podía moverse por la presión en su cuerpo, lo único que podía hacer era tratar de abrir las piernas para que la penetración no fuera tan burda y terminara por desgarrarlo internamente, una clara muestra de obediencia y aceptación pero al fin y al cabo, no podía engañar a nadie, lo deseaba demasiado y aquel hombre lo sabía.
-… — El pelirrojo guardo silencio, sin embargo el ruido de la tela de su cinturón y pantalones al ser abierto se escucharon claramente en todo el pasillo y evidenciaron lo que seguía.
-… ¿Hisoka qué…? ¡¡AAHG!!... —El grito del moreno fue demasiado audible en todo el piso, sin embargo al estar al tanto de que el pelirrojo había vuelto, nadie salió y aunque no se tratase del pelirrojo, nadie saldría a ¨interrumpir¨ una clara muestra de posesión.
-Oh~… no me digas que te lastime… — Dijo el mayor, sarcástico y sin dejar de envestir al pelinegro cada vez más salvajemente —… ¿Ya estas sangrando? ¿Has perdido demasiada práctica por mi ausencia?
-Ummhg… ah… agh… ¡Ah!... — Illumi trataba de guardar sus quejidos mordiendo sus labios hasta sangrarlos.
-¿Sabes?... — Susurró sin ningún cambio en su voz a pesar del acto sexual —… Siempre me ha gustado el carmín en tu cuerpo… — Con cada palabra dicha recorria la piel erizada del moreno, pasando las yemas de sus dedos provocando escalofríos a aquel cuerpo sometido —… Pero, en especial, me fascina cuando recorre tu cuello… — Termino de hablar para seguir lamiendo la sangre que se deslizaba desde los labios, hasta la barbilla de Illumi y recorriendo su cuello.
-Ya… ya no… puedo más… ahg… Hisoka… d-duele… ugh… — Illumi trataba de ignorar el dolor en su cuerpo y a pesar de sus palabras empujaba sus caderas hacia atrás para sentir más profunda la penetración del pelirrojo sin importarle la humedad que ayudaba a lubricar su entrada, por supuesto no era semen, Hisoka no estaba ni cerca de correrse; Era la sangre de Illumi que aun con el dolor apretaba sus paredes en todo momento.
Su intención era que el pelirrojo se corriese de una vez por todas, ya no importaba su poca dignidad, no le importaba ser mancillado tan sádicamente por otro hombre, no importaba que fuese el mismo que hacía mucho lo había rechazado e ignorado por no poder ser un ¨ringo-chan¨ digno de su atención.
Ahora lo único que quería era que el dolor se detuviese, aun cuando el dolor era lo único que le hacía sentir cercano a Hisoka.
Sin poder evitarlo sus ojos comenzaron a derramar gruesas lágrimas.
El dolor físico lo podía soportar, pero saber que nunca sería correspondido por aquel hombre le destrozaba el poco corazón que conservaba.
-Siempre estuve pendiente de ti… — Continuó con sus palabras acidas que desgarraban el alma de Illumi, solo por ser axiomáticas.
-¡¡…!! Mentira… ahg… — En ningún momento le había dejado de envestir, Hisoka lo hacía como si fuese tan normal para él como respirar.
-Es cierto, eras un niño prometedor… — Se detuvo por un momento —… Uugmh… — El simple recuerdo le excito —… Lucias tan delicado cada día… Tan prometedor… ahg… Y sin embargo… — Su tono de voz cambió nuevamente, dejó de ser contenido por el placer que le traían los recuerdos y adquirió nuevamente el desdén que conque siempre trataba al pelinegro reiniciando las brutales envestidas.
-¿Qué?... ahgg… ¿Por qué no fui suficiente para ti?... ¡Agh!
-Por eso mismo… — Susurró moviendo sus caderas con mayor fuerza, haciéndolas más profundas y duras —… Porque tú expresas demasiado tu dolor… no eres capaz de soportarlo… — Se burló mordiendo el cuello de Illumi hasta rasgarlo y hacerle sangrar.
-¡Umgh…!
-No importa cuánto puedas morder tus labios, siempre muestras tu dolor… y eso…
-¡¡AAHG!!... — Illumi arqueó la espalda cuando el ardor del orgasmo derramado en su interior cauterizó cada herida en su íntimo.
-… — Sin esperar un segundo, luego de derramar su blanquecino líquido, Hisoka sacó su miembro de Illumi soltándolo al tiempo, dejándole caer al suelo, exhausto y sin poder levantarse, sin importarle siquiera si el moreno lo había disfrutado o preocuparse por la sangre que aun salía de su entrada —… Eso es lo que nunca me gusto de ti… — Cada palabra fue dicha con rencor por Hisoka al tiempo que sacaba un pañuelo de su saco para limpiar su miembro cubierto de su propio semen y sangre del interior de Illumi que seguía apoyado el muro manchado de su propio semen que había derramado con anterioridad más de una vez y se encogió en el suelo manchándose de semen y sangre que se derramaba de entre sus piernas y cuello —… El dolor debe guardarse hasta ser insoportable, hasta que no puedas más y solo te quede disfrutarlo.
Illumi solo pudo agachar la mirada…
Hacía mucho que lo sabía…
Hisoka nunca lo miraría de la misma manera que hacía con los niños…
Ni siquiera cuando era un chiquillo le había visto por más de un momento…
Y nunca lo había visto de ¨esa¨ forma.
Escuchó los pasos del pelirrojo alejándose, se iba, igual que siempre.
Él no significaba nada para Hisoka…
Y nunca lo haría.
Continuará…