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En la comodidad de un corazón roto. por hiruma chan

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Notas del capitulo:

estos personages pertenecen a yoshihiro togashi!!!

AVISO: el sistema de actualización será cambiado (¬_¬U sí, nuevamente.) actualizaré uno de mis fic´s cada semana en el siguiente orden:

1.- Me gusta todo de ti. (Marco x Ace) One piece.

2.- En la comodidad de un corazón roto. (Hisoka x Gon) Hunter x Hunter.

3.- No compres; adopta una mascota. (Epílogos) One piece.

¡¡¡Así que nos vemos en tres semanas con el penúltimo epílogo!!! (°w°)7

Espero les guste!! Lean!! (/°3°)/

asi que nos vemos en dos semanas!!

Capítulo 9: El amor es una droga… me tienes drogado… y por eso… perdóname.

 

 

 

-Leorio… — La voz de Kurapika fue apenas un susurro.

-No… digas nada… — La voz del moreno fue tranquila.

-L-Leorio… — Kurapika tuvo que morder sus labios para no romper en llanto.

-Solo… déjame soñar… — Suplicó Leorio acercando la mano hasta la mejilla del rubio, la blanca piel fue cubierta del carmín derramado desde la herida que en la espalda del moreno… un hermoso carmín que resaltaba con las hebras doradas del menor.

 

 

+++

 

 

Como todas las mañanas Leorio estaba por empezar su ronda, había muchos adolescentes que requerían ayuda médica como todas las mañanas pero, solo por esta ocasión pasó a revisar primero a los hombres que cuidaban  las cámaras de vigilancia, ellos podrían decirle cuál de los ejecutivos ya se habrían ido y a quien podría revisar.

No deseaba encontrarse ni un solo instante con aquel moreno de ojos azules que ahora era poseedor del corazón que él siempre quiso habitar, aunque fuese solo un segundo.

Pero… no llevaba ni un par de minutos dentro de aquella habitación cuando las cámaras de recepción fueron trituradas por disparos e incontables hombres armados entraron asesinando a todo aquel que encontraban, traje negro y sus rostros cubiertos, no sabía si eran oficiales o algún otro grupo de ilegales tratando de destronar a los actuales ejecutivos y principales clientes y proveedores de ¨Hunter Love¨

 

-Maldición… — Ya tenía la lista en sus manos… ya sabía quién había salido… y por primera vez en su vida deseo que ¨ese¨ moreno de ojos azules siguiera dentro del edificio.

 

Pero no era así, Chrollo se había marchados hacía ya un par de horas.

Ninguno de los ejecutivos principales estaba en ¨Hunter Love¨ ahora mismo.

No tuvo ni que pensarlo, sin escuchar las indicaciones de seguridad, corrió por las escaleras y pasillos hasta llegar a la habitación que había dejado la noche pasada con llanto en los ojos.

El estruendo de la puerta fue muy parecido al que ya se escuchaba en los pisos previos, al derrumbar la puerta de la habitación principal despertó a un rubio completamente desnudo que saltó estrepitosamente entre las sabanas.

 

-¡¡… Leorio!!

-¡Levántate!

-¿Eh?

-¡¡Nos vamos!!

-¿Qué?... ¡¡NO!!... ¿Por qué?... ¡¿Qué haces?!... — Kurapika no pudo decir más, el líquido que Leorio le había inyectado como cada mañana le hiso el mismo efecto que todos los días, vendita morfina que siempre le dejaba ver en un estado somnoliento al rubio… — Le... Leorio… — Entrecerró los ojos tratando de zafarse del mayor que le colocaba una camisa que había encontrado a los pies de la cama, misma que esa mañana había dejado Chrollo sobre las sabanas.

 

La habitación y los pasillos se movían a su alrededor, como si estuviese flotando y girando en el aire.

 

-… Gon… Killu-aah… — Susurró el rubio buscando ayuda y cerrando definitivamente los ojos se dejó llevar en brazos por el mayor, el medicamento por fin había hecho efecto.

 

Leorio se detuvo entonces, al escuchar los nombres del par de niños que también habían sido arrastrados a ese lugar, ninguno de los dos tenían la culpa de haber sido abandonados a su suerte y para colmo, Hisoka se había ido desde temprano.

Rechino los dientes con impotencia y antes de razonar siquiera que no les quedaba mucho tiempo dobló en una esquina llegando a la habitación que compartían los pequeños.

Igual que siempre, la puerta estaba abierta y no era para menos; Ninguna persona por muy loca que estuviese consideraba siquiera entrar en aquella suite, sobre todo sabiendo a quien pertenecía.

Al entrar le pareció extraño que Gon no se hubiese levantado aún, siempre era uno de los primeros en despertar, eso le hizo presentir algo extraño, sus pensamientos fueron rectificados al abrir la puerta del dormitorio.

 

-¡¡Gon!!

-¡¡Ah!! L-Leorio… ¿Qué sucede?

 

Gon estaba desnudo sobre la cama y en su piel se distinguían varios moretones y la sangre de las sabanas no ayudaba en el diagnóstico.

Era una de las pocas veces que veía a Gon en ese estado, no pudo más que maldecir al pelirrojo por dejar a ambos niños en ese estado ¨justo¨ ese día que unos tipos con armamento estaban matando a todo el que encontraban.

 

-¡¡Levántense, nos vamos!!

-¿Qué sucede… umh…? — Killua se levantó lentamente a causa del dolor, los exigentes gritos de Leorio le habían advertido que era hora de despertar, sin embargo nunca espero que apenas abrir los ojos fuera vestido con un saco negro y le arrastraran fuera de la cama y el cuarto —… ¿Gon…?

-Leorio dice que debemos irnos… — Le explicó su amigo, que también usaba solo una camisa de Hisoka. Ya en los pasillos los tres chicos andaban con dificultad considerando las heridas en sus cuerpos.

 

Estaban por entrar al ascensor pero el más alto les jalo para subir por las escaleras, ambos niños querían llorar del dolor que se volvía más punzante con cada escalón que subían pero, el estruendo del elevador al estrellarse contra el suelo les dejo helados, no sabían lo que pasaba pero, ahora el miedo los hacía correr más de lo que sus pies podían.

 

Estaban por llegar a la azotea, solo un par de pisos más y estarían fuera…

Solo un poco más y serian libres…

Un estruendo se escuchó justo cuando abrieron las puertas para poder salir…

 

-¡¡AGH!!

-¿Leorio?

-¿Qué tienes?

-… guh… No se detengan… salgan… — Leorio se detuvo un momento, parecía dudar en seguir avanzando, dejo caer un poco el cuerpo de Kurapika solo por un instante e inmediatamente lo reacomodó entre sus brazos y cerró la puerta atrancándola con la barra de metal que aseguraba automáticamente las puertas, él era uno de los pocos que sabía usar las cerraduras sin necesidad de activarlas electrónicamente.

-¡Abre maldito!... — Los golpes detrás del cancel de metal eran graves y se entendían un poco, pero le fue más que reconocible la voz de un rubio que ya en más de una ocasión había querido estrangular con sus propias manos.

 

Ese desagradable rubio le había estado acosando desde que entro a ¨trabajar¨ en ¨Hunter Love¨ siempre le exigía que entregara a todos aquellos asquerosos hombres que utilizaban a menores de edad y los sodomizaban para cumplir sus asquerosas fantasías.

 

Él mismo había tenido que redactar y rectificar la muerte de más de alguno de aquellos chicos.

Él mismo estaba asqueado de tener que tratar cada día a esos chicos.

Él mismo quería descuartizar o al menos castrar a esos asquerosos tipos.

Pero solo había una razón que le hacía mantenerse callado y esa misma razón, ahora mismo estaba entre sus brazos, un rubio que se mantenía dormido.

Por encontrar a Kurapika en más de una ocasión atado, amordazado o con alguna hemorragia interna o externa y más que nada al borde de la muerte; En incontables ocasiones había intentado salir corriendo y decirle todo lo que sabía a ese molesto rubio pero, en todas y cada una de las ocasiones lo más lejos que había llegado era a la puerta principal quedándose inerte con la mano en el pomo de la puerta y mordiendo sus labios siempre había callado.

 

Siempre… siempre… siempre…

Kurapika le suplicaba entre sollozos que no le hiciera nada a Chrollo…

Que le perdonara…

Que era su culpa y no la de su amante…

Que lo amaba…

 

Ese rubio de nombre Pariston había jurado sacarle de ese mundo pero, Kurapika no quería ni escuchar alguna idea sobre alejarse de Chrollo, él no dejaba de decir que amaba a su moreno captor.

Esa era la razón principal de que no hubiese dicho nada, Pariston solo quería destrozar aquello por lo que Chrollo, Hisoka y los demás ejecutivos tuviesen un poco de aprecio, aun no lo sabía pero, estaba seguro de que ese hombre no estaba muy cuerdo.

Ahora podía comprobarlo, ese rubio asesinaba a todo aquel que se le cruzaba por enfrente sin ningún remordimiento.

 

 

+++

 

 

Diez minutos pasaron desde que la puerta había sido atrancada y con el elevador destrozado era la única salida que podían usar para atrapar a los que huyeron.

Un par de hombres derribaron el metal desprendiendo las bisagras reforzadas, Pariston e Illumi salieron subiendo las escaleras, no les tomo ni un minuto, los menores estaban atrapados en el techo, el edificio de ¨Hunter Love¨ estaba en una zona exclusiva y no había otro edificio en más de cien metros a la redonda, e incluso si saliesen no habría forma de bajar sin que se notase por los demás hombres o habitantes de la zona.

El último obstáculo para al fin tener en sus manos a aquel niño que le había robado a Hisoka…

Ya podía sentir el frágil cuello entre sus dedos…

La delicada respiración volviéndose cada vez más débil…

El brillo de aquellos ojos castaños desapareciendo…

Podía incluso saborear la sangre de ese niño…

Sin duda la probaría luego de cortar lentamente los brazos y piernas de ese mocoso…

Illumi relamía sus labios con demasiada ansiedad…

 

Pariston sonrió de lado, le dejaría a ese moreno encargarse del chiquillo que tanto amaba pero Hisoka…

Hisoka sufriría con él…

Hisoka no tendría piedad y estaba seguro de que el pelirrojo no la pediría…

 

Eso sin duda le hizo sonreír como demente mientras empujaba delicadamente la última puerta de metal solamente con sus dedos, Hisoka lamentaría lo que le hizo en aquel momento…

Sus delirios iban en aumento conforme avanzaba sintiendo la fresca brisa del viento.

Y así como se formó un castillo de torturas en su mente también se disipo con bastante desilusión cambiando la sonrisa de ambos en una mueca de molestia…

Los chicos que perseguían habían desaparecido…

La azotea estaba sola…

No había nada donde ocultarse y nadie que se ocultara.

 

-Los entrenaron bien… — La voz de Gin se escuchó resignada al borde del edificio. Sin entender la razón Pariston e Illumi se acercaron a él y pudieron distinguir el rastro de sangre que se dirigía al mismo lugar.

-¿Qué…?

-¿Cómo…?

-Son menores, no hay duda de que la tubería soportó sus pesos, incluso yendo juntos.

 

En la pared se mantenía la tubería con leves abolladuras en el metal.

Leorio les había indicado como deslizarse por la pared, manteniendo el equilibrio y abrazando las tuberías sin duda llegarían a salvo al suelo y aunque para Leorio fuese más difícil por cargar a Kurapika había bastado con atarlo a su espalda con su propia camisa.

 

-Tan sencillo que en menos de cinco minutos abran alcanzado el suelo y por ser una sección de escaleras y elevador con tuberías, fue más que perfecto su escape, incluso el cerezo que adorna la irregularidad del edificio les ayudó a ocultarse, no los encontraremos y si tienen alguna forma de contactar a Chrollo o Hisoka, no hay forma de volverles a encontrar, a ninguno… — luego de decir lo propio Gin se sostuvo de la tubería como lo hubiesen hecho en su momento su hijo y los otros, fue casi instantáneo el llegar al suelo, así les demostró con hechos lo que había dicho.

-… No le dejaré escapar… — Un rencoroso susurró se escuchó de Illumi y se lanzó hacia el primer piso de la misma manera en que lo había hecho Gin.

-Ahhh~… — Suspiro el rubio —… Sin duda me han dejado a mí con todo el papeleo de esta masacre, menos mal que solo me hacen falta los nombres de las bajas que hemos tenido… — Sin importarle más entró nuevamente al edificio, aunque sin duda debía hablar con Gin, le había informado de la situación e inmediatamente se habían lanzado al ataque, lo único que nunca espero fue encontrar precisamente al hijo de Gin como blanco principal —… Aunque… sin duda Gin-chan me perdonaría el desfigurar o asesinar a su pequeño… después de todo, él mismo lo abandonó a su suerte.

 

La puerta se mantuvo abierta para que algunos de los hombres revisaran todo el lugar.

Mala suerte para ellos pues en ese momento comenzó a caer una ligera llovizna que sin duda se convertiría en tormenta en poco tiempo.

 

 

+++

 

 

En un callejón oscuro, detrás de un contenedor de basura y cubiertos con un par de cajas de cartón, Gon y Killua lloraban en silencio mientras Kurapika comenzaba a despertar a causa del frio y la lluvia que le alcanzaba mojar.

Al lado de ellos y recostado sobre el suelo Leorio trataba de mantenerse consiente evitando caer en shock, ahora ya no podía negar que aquel estruendo que escucharon antes de salir había sido un disparo pues la sangre corría desde su espalda mezclándose con el agua de la lluvia.

Leorio pudo ver perfectamente como volvía en sí el rubio, Kurapika parecía desorientado y aturdido por el frio que hacía mucho había dejado de experimentar.

 

-¿Leorio…? ¿Gon, Killua…? ¿Por qué lloran?

-Ku… Kurapika…

-¡¡Leorio!! ¡Estas sangrando! ¿Qué sucedió?... — Rápidamente el rubio se acercó a Leorio y le recostó sobre sus piernas retirando los mechones de cabello que le impedían mirar bien al moreno.

-Qué bueno… que despiertas…

-Leorio…

-Ayuda a Gon y a Killua… no deben quedarse aquí… — Mientras hablaba tomó la mano del rubio demostrando su impaciencia por que saliesen de aquel sitio.

-¿De qué hablas?

-Aléjense lo más que puedan… no dejen que nadie les vea…

-Pero… y tú… — Kurapika sabía de las heridas por Leorio, en más de una ocasión mientras le curaba le había explicado la gravedad de una hemorragia y la sangre del callejón no era mínima, además de que el hecho  de que no pudiese moverse solo presagiaba lo peor para el moreno —… L-lo siento…

-No… no digas nada…

-Leorio…

-Déjame creer que ha sido un sueño… y concédeme que al despertar… tú ya no estés… aquí…

-¡¡Leorio!!

-Solo déjame soñar… — Acariciando las mejillas del rubio suplicó —… Déjame creer que al menos en mis sueños tú me correspondes… y cuando despierte… mañana que abra los ojos…

-… — Kurapika mordió sus labios derramando silenciosas lágrimas  —… Leorio… no…

 

El moreno cerró los ojos delicadamente, Gon y Killua se quedaron observando como relajaba su respiración y como Kurapika acariciaba los cabellos negros del chico sobre sus piernas sin decir nada o mirarles en ningún momento.

Kurapika se mantuvo pendiente de Leorio, él solo quería descansar y el rubio no era quien para negárselo.

No pasó mucho tiempo cuando sintió el tibio líquido vital recorrer sus piernas, estaba sentado en el suelo que a cada segundo se cubría del carmesí de la sangre mezclada con la lluvia contrastando con su blanca piel alrededor suyo.

Leorio moría desangrado a cada segundo.

Él los había salvado de aquellos hombres que entraron asesinando a todos los residentes de ¨Love Hunter¨

Solamente ellos habían logrado salir con vida y ahora se refugiaban en un sucio callejón, fue lo más lejos que Leorio les había podido llevar luego de recibir un disparo en la espalda.

 

-Nos vamos… — La voz de Kurapika por primera vez se había escuchado fría y sin sentimiento alguno.

 

Dejaron el cuerpo de Leorio en aquella calle.

Caminaron bajo la lluvia en dirección contraria al ahora inexistente congal donde se habían hecho de un hogar. Descalzos y con solo una prenda de ropa ya empapada por la lluvia se tomaron de las manos buscando un consuelo en la compañía que se daban uno a otro.

Kurapika y Gon sabían perfectamente cuanto tardaban Hisoka y Chrollo en volver, sería al menos un par de meses en la calle hasta que les buscasen.

Al menos esperaban valer lo suficiente para que estos les buscasen.

 

 

+++

 

 

No había pasado mucho desde que dejaron el callejón, un moreno de cabello largo había llegado completamente empapado y cesando de tanto correr.

 

-Sabía que no escaparías pero, he de admitir que has legado mucho más lejos de lo que esperaba… — Illumi se acercó al cuerpo inerte y tocando su cuello se dio cuenta de que aún respiraba, al instante llamó por teléfono —… Manda a un médico.

-¿Quieres salvarles? Eso no estaba en el trato.

-Es el único que nos puede decir dónde están, tú tienes a Chrollo y yo me quedo con Hisoka, es la ruta más fácil para dar con ellos. Ahora manda la ayuda antes de que debamos buscarlos con carteles de ¨¿Me has visto?¨

-Está bien, no desesperes niño… tututu… — El pitido del celular indicando la terminación de la llamada fue lo único que se escuchó un buen rato en ese callejón —… Lamento que tu chico tenga que pagar también pero… son cabos que no deben dejarse sueltos.

-… umh… — Leorio había escuchado la charla de Illumi con aquel rubio seguramente para su pensar, no iban a por justicia, iban por motivos personales, eso fue lo que más le enfureció, habían querido manipularlo y ni si hubiese ayudado a esos tipos ni siquiera le abrían cumplido la parte de sacar libre a Kurapika.

 

Apretó los dientes con la poca fuerza que le quedaba, ahora deseaba haber tirado aquella nota en su bolsillo dónde no solo decía a qué hora habían salido esos tipos del hotel, también decía que el probable destino y algunos nombres de otros ejecutivos.

Definitivamente tenía que evitar que encontrasen ese maldito papel.

Si atrapaban a Hisoka y a Chrollo no habría nadie que pudiese ayudar a esos niños.

 

Ahora debía sobrevivir para no solo salvar al chico que adoraba, también debía ayudar al tipo que era su ¨amante¨

Qué ironía, ahora mismo lo único que deseaba era morir y dejar de sentir como se desgarraba su pecho cada vez que recordaba su rechazo pero, debía mantenerse con vida.

Podría soportar cualquier dolor siempre y cuando supiese que su adorado rubio estuviese con vida.

Siempre y cuando le recordase con una sonrisa.

Siempre y cuando fuese feliz.

Un sacrificio que solo el más fuerte amor daría y por ende solo la más fuerte droga.

 

 

 

Continurá…

Notas finales:

cuidense mucho!!! mata-nee!!


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