-Si Yuuki, pero eso no quita que merecen un castigo-
-Estoy de acuerdo Jun-
-¿Ryo-san, Jun-san?-
-Maezono, puede que todos tengan perdón, todos menos Kanemaru, Toujo, tú, Haruichi, aun siendo mi hermano y Kuramochi-
-¿Ani…ki?-
-Siéntense en el piso, estarán un buen rato allí, Miyuki tampoco se escapa, pero… creo que de su castigo se encargará Chris, es lo mejor-
Ryo-san recordaba que en el pasado, solían castigar como tortura con simple agua en vasijas, arrodillados y cargándolas por horas, serían azotados si tiraban un poco de ellas, pero… en su caso, por cuestiones de la escuela, no podrían golpearlos, además, le parecía que aparte eso, tendría mejores formas de torturarlos.
Miyuki encontró a Sawamura agarrando la malla de la escuela con fuerza entre sus manos, mientras lloraba sin parar.
-Sawamura… mírame…-
-No puedo verte a la cara, no tengo derecho-
-¡No digas tonterías!-
Eijun bajó más la mirada y volvió a esconderse temblando en la reja, se encogió de brazos como si no quisiera que vieran lo avergonzado que se encontraba.
-No fue tu culpa, la culpa fue de nosotros, en especial… mía-
-¡No lo digas para consolarme!-
-¡No quiero eso!-
-¡Es mentira! ¡Ustedes no confiaban en mi porque yo siempre los defraudaba!-
-¡Claro que NO!-
-No te creo…-
-Debí protegerte, debí decirle al entrenador que lo merecías, debí estar a tu lado para apoyarte sinceramente, pero no lo hice, te fallé, fallé como cátcher, lo siento, siempre he querido discúlpame contigo por haberte echo de menos, sabiendo que merecías ese lugar más que nadie-
-Esto no es…-
-Lo siento, perdón… no sé cuántas veces tendré que repetirlo para que sea suficiente, ni si serán suficientes algún día, lo repetiré la cantidad de veces que necesites escucharlo, aun si es por toda la vida, para sanar tu corazón-
-Miyuki-sempai…-
-Perdón, lo digo de verdad, no importa si para el entrenador no lo eres, para mí, tu eres mi ace, sólo que… no pude decírtelo aun cuando lo sentía… no pude contradecirlo… no tuve el valor para cubrirte-
-¿Lo dices… en serio?-
-Es la primera vez en mi vida, que digo algo tan sinceramente y tan directo de mi corazón, que posiblemente, ni yo me lo creo-
Eijun se volteó y lo abrazó por el cuello
-¡Tenía miedo! ¡Estaba asustado! ¡Pensé que jamás me lo perdonarían! ¡Me sentía muy sólo!-
Las lágrimas no paraban de salir de sus ojos, no podía contenerlas, Miyuki… no tuvo la fuerza de seguir como piedra y también se puso a llorar, haciéndole compañía, lo abrazó fuertemente de la cintura y respiró su aroma por su cuello, ese dulce aroma maderas dulces, su piel recobrando su calidez.
-Eijun… lo siento, debí demostrar que te amaba cuando llegó el momento, también, te fallé como hombre-
El castaño se soltó y lo miró de frente para recibir un beso en los labios dulce, con las lágrimas del contrario cayendo en su rostro, derramándose como ofrendas, por ser de la persona con más actitud y fuerza, mientras sus dedos acariciaban tiernamente, casi sin tocar su piel, el rostro del menor, los ojos cerrados de Kazuya, los ojos abiertos de Eijun, el calor de sus labios, su respiración dolorosa, el aire soplándoles con delicadeza, las hojas de los arboles saliendo, el cielo azul, despejado, el aire les daba una vista de 360°, meciendo sus cabellos, secando sus lágrimas en la piel, el sol iluminándolos antes de desaparecer, la sombra de ambos en el piso, un corazón palpitando, otro compitiendo, el agua escurriéndose de las flores, y del sol, la luna llegó, los iluminó con más fuerza, los cobijó para decir que aun cuando habían pasado horas besándose simplemente acariciando sus labios unos con otros, sin separarse, esto era… lo único sincero que Miyuki tenía.
Al separarse, Kazuya lo abrazó con más fuerza, lo pegó a su pecho y le besó en el cuello
-Te… te amo-
Sin la necesidad de pronunciar su respuesta, le regaló aquello que tenía mucho sin ver, aquello que había pasado tanto tiempo para recobrar, aquello que no fue ni cuando perdió la memoria, trocitos de cristal reparándose, el marco y fondo de un espejo esperando a que los trozos de ese espejo se reunieran como ráfagas o cometas en su lugar, pegándose y fundiéndose en su totalidad, para dejar salir de aquellos ojos y de aquella boca, la más grande sonrisa con estrellitas en sus pupilas.
-Kazuya, yo también-
Las últimas lágrimas en ese rostro salieron no por tristeza, fueron de felicidad, el mayor pudo notarlo y lo abrazó más fuerte, aunque… fueron separados por una tercera persona.
-Hola Eijun-
-¿Chris-sempai?-
-Lo siento, sé que apenas empezaste a salir con él, pero… debo llevármelo, este y otros cuantos estarán castigados por unos días, después podrán hacer todo lo que quieran-
Al llegar a su destino, con el castaño menor siguiéndolo, Chris pudo llevó a Miyuki con todos los demás “detenidos” por los “policías” como si fueran “reos”.
-Ryo-san, ¿Qué hacemos ahora?-
-Llévalos al comedor-
-Como ordene-
Masuko los tomó a todos y los llevó al comedor y los hizo comer completo, incluso les puso el postre a un lado.
-Esto no parece un castigo-
Murmuró Toujo, pero Kuramochi sudaba horrores, conocía esto, una vez… pasó algo parecido.
-No se lo coman todo, les advierto-
-Se comerán todo Youichi, no trates de escapar-
Poco después de terminar, los dejaron ir a darse un baño y ponerse ropa deportiva cómoda, claro que cada uno fue vigilado para que no intentara escapar, tuvieron 4 minutos para ir y venir, y entonces se reunieron en el campo, Eijun estaba preocupado porque no había visto a Miyuki, no desde que Chris se lo llevó.
-Pues ya comieron, están llenitos ¿verdad?-
-Si…-
Contestó Kanemaru inocente y Haruichi se dio cuenta de lo que planeaban, para asustarse y esconderse detrás de Youichi.
-Por favor aniki, dime que no será eso-
-Pues, empecemos Haruichi, a correr se ha dicho, no estoy vacilando, no creo que quieran escapar de mi-
Youichi se lamentó en lo profundo y empujó a todos a correr antes de que lo golpearan a escondidas.
-¡No los escucho gritar!-
-1… 2…-
(3 horas despues)
-Bluahahaha-
Los jugadores volvían el estómago, tanto correr con el estómago lleno, les causaba horror de sólo recordarlo.
Los de tercero los arrastraron de vuelta y les dieron las cubetas con agua, hasta el tope.
-Antes, si se caía un poco, los azotaban, pero yo no puedo hacer eso, así que…-
-Por cada gota será una carrera-
(2 horas despues)
Toujo y Kanemaru estaban fuera, no podían más dejaron caer todo la cubeta a la hora y estuvieron corriendo otra hora contando que era mucho castigo para ellos según lo de blando corazón.
Haruichi y Youichi estaban viendo como los demás estaban caían y Maezono estaba por perder, estaría una hora corriendo.
El sudor en sus frentes ya era visible, los dos se resistían, no querían pasar por eso, por duro que fuese estar arrodillado y cargando el agua después de haber corrido tanto y estar allí por 4 horas, y Ryo-san se dio cuenta de que no se rendirían, ninguno de los dos lo haría.
-Ya que tienen tantas energías, haremos la última parte con ustedes dos-
Les retiraron las cubetas y los soltaron, ´Kuramochi bajó la cabeza, sabía que lo último sería más duro, y estaba por empezar el entrenamiento matutino, ni de broma los dejarían faltar.
-Kuramochi…-
-Vamos Haruichi, no tenemos derecho de rendirnos, los dos… somos de los que más daño le hicimos, merecemos esto y más-
Yuuki quedó impresionado por eso, había decidido aceptar el castigo con dureza de frente, iba a intervenir por ellos dos, pero, siendo así, los dejaría terminar.
-¿Qué es?-
-Arrastrarán un neumático por 3 horas, como Sawamura lo suele hacer-
Eijun se dio cuenta de que no habían regresado, Tamba hacia sido elegido para que no interviniera ni los viera, pero el menor se le escapó y llegó al campo donde los tenían, miro a 3 caídos y dos soportando correr con el neumático.
-¿Qué hacen con mis amigos?-
-Tamba… no debió dejarte ver esto, después lo sentenciaremos, en fin, están recibiendo su castigo-
-No quiero eso, déjalos ya-
-No creo que sea bueno, deben aprender la lección, los amigos son para protegerse-
Sawamura estaba por llorar por verlos sufriendo horrores.
“Esto debió dolerte demasiado, y siempre lo hiciste con una sonrisa, por horas”
Youichi se detuvo y se acercó a Eijun, le puso la mano en la mejilla antes de decirle
-No te preocupes, todo estará bien, no llores Eijun, esto, no es nada, puedo hacerlo-
-Yo también Eijun-kun, espéranos-
Los dos regresaron a correr con el neumático, ese, a pesar de parecer más sencillo, fue el más doloroso, porque el peso de aquel objeto, era inminentemente horrible, no por lo físico, Eijun, había corrido con ellos, sus lágrimas estaban en ese objeto, lo que cargaban, era el peso de sus culpas.
Por otro lado, Chris estaba haciendo su trabajo más severamente, aunque no lo diría a nadie, hasta después de terminar.