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Ojos brillantes por RyoMoon

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Notas del capitulo:

Se que les parecerá demasiado rápido, pero tiene una razón de ser, no daré spoiler así que sean amables y esperenme un poquito, que esto va a ser más interesante en el siguiente capitulo.


Por cierto, iré turnando entre capitulos lo que pasa en una escuela y en otra, porque no soy muy buena manejando tantos lugares, es mi primer intento de hacer algo así.


Diamond no ace le pertenece a Yuji Terajima

Sanada había resistido los últimos 3 días de las vacaciones que habían tomado para descansar, viendo al castaño cuando se cambiaba o como se comportaba, sobre todo porque solía sonreír mucho, lo que más le gustaba era cuando comían, a veces le quedaba algo de comida en la mejilla y se veía adorable, la retiraba de su rostro con una servilleta y a cambio recibía otra mirada dulce y feliz.


-Sawamura… ¿puedes lanzar para mí en la tarde?-


-Eh… lo siento, yo no sé lanzar-


Era difícil asimilar que habían perdido la habilidad de un pitcher como ese, porque parecía el mismo de siempre, tan escandaloso como en los partidos que tenían, lo más sorprendente era que tenía un increíble apetito.


-¡Comes mucho!-


-Mishima, no le hagan burla por su forma de comer-


-Sanada-sempai ¡Es que come mucho!-


-Así solían darnos de comer en…-


Estaba a punto de decir algo, pero se detuvo en seco al no recordarlo, su cabeza comenzó a dolerle al no poder ver bien aquel recuerdo que pasaba por su cabeza, sin embargo su mente se puso en blanco y una sombra apareció en la cabeza, escuchó la voz de alguien llamándolo.


-Sawamura…-


El cuerpo se le fue de lado y cayó en los brazos de Sanada que lo atrapó antes de que tocara el suelo


-¿Qué le ha pasado?-


-Estábamos bien y se desmayó-


-Me dio la impresión de que estaba recordando algo-


-No creo que recuerde nada, si lo hiciera, ya estaría de vuelta en Seido, y se iría, dejándonos de lado-


-Sanada-san… ¿sientes aprecio por él?-


-¿Qué? No es eso, simplemente es que me he dado cuenta de lo honesto que es, y es imposible que no me agrade, suele ser muy ruidoso, pero siempre… siempre está brillando-


A muchos les sorprendió que hablara tanto de alguien, sobre todo porque él también era el tipo de persona que no externaba sus sentimientos, además, justo después de terminar de hablar, se llevó al castaño a su habitación en los brazos, mientras lo veía dormir como un dulce ángel, con las mejillas rosadas.


Apenas lo puso en su cama, se dio cuenta de que se sentía atraído a los labios de Sawamura


-¿Qué se sentirá besarte?-


Iba a acercarse para besarlo cuando unas lágrimas cayeron de los ojos del menor que dormía en la cama


-Les juro… que no lo hice a propósito… créanme por favor…-


Sus ojos se abrieron, algo estaba atormentando a ese ser tan dulce, algo había detrás de la perdida de la memoria, de los ojos tristes del menor antes de que perdiese la memoria, podía recordar que miraba desde las gradas cuando vio una mirada suplicante en ese pequeño.


Dejó de pensar en ello y se fue a dormir a su cama, porque ya era tarde y al día siguiente les tocaba empezar el entrenamiento.


La mañana llegó y Sawamura se despertó al mismo tiempo, los chicos vieron al menor llegar a los vestidores para cambiarse, y Sanada llegó detrás de él, para variar, Akiba hiso algo que jamás habían visto los demás, apresuro a todos a que se cambiaran y dejaron a esos dos solos, ni el mismo Sanada entendió la razón.


-Los pitchers siempre deben tener su espacio-


Si alguien sabía lo que su pitcher necesitaba era el cátcher, así que adelantándose a la verdad que Shumpei guardaba en su corazón, su amigo despejó el camino para su compañero.


-Sawamura, cámbiate rápido-


-Sí, claro-


El menor se volteó y dejó al descubierto su no tan marcado cuerpo, ligeramente moreno, hermoso cuerpo, debido a la ligera figura que tenía, sus piernas descubiertas y con esa ropa interior ajustada que le dejaba ver notoriamente aquella parte de su cuerpo, sus brazos largos y piernas bien formadas por tanto correr, con esa espalda tampoco tan marcada, una enorme sonrisa, lo más hermoso en él, imposible no dejar caer la baba, porque sus ojos se cerraron al sonreírle, con la típica muestra de esos enormes dientes blancos, su cabello castaño bien peinado, hasta él llegaba el aroma del shapoo de su cabello y la loción del cuerpo del menor con la combinación de antitranspirante, sus ojos se quedaron en shock, más cuando un notable rosa por la felicidad apareció en las mejillas del menor, ahora se daba cuenta porque en Seido lo querían tanto, la viva imagen de la inocencia.


“Soy un idiota… no me di cuenta antes, te prestaba más atención a ti que a nadie, hace tiempo que me siento atraído a tu sonrisa, ¿Cómo pude no darme cuenta?”


Se fueron a entrenar tras ver esa imagen que aparecía en su cabeza cada que corría por el campo, imposible olvidarla, deseaba verla una vez más.


Justo después de correr, el entrenador se acercó a Sawamura para decirle


-Si no sabes lanzar, porque no empezamos enseñándote a batear primero-


-¡Si!-


El menor muy obediente se prestó para tomar el bate y tratar de golpear la pelota, fue cuando se dieron cuenta de lo terrible que era, su postura no era mala, simplemente, era tan desesperado que nunca tocaba la pelota.


-Mmmmm… creo que debemos dejarlo, no hay nada que hacer con tu bateo-


-¿Qué les parece si lo dejamos hacer un bunt?-


-Sí, me gustaría ver que tal lo hace con eso-


“Ahora es nuestro pitcher” –Sawamura, intenta hacer un bunt-


Los chicos se acercaron a indicarle cómo hacerlo, pero fue realmente sorprendente cuando Sanada lanzó una bola quebrada y el menor abrió los ojos con fuerza para tocar la pelota y detener por completo la velocidad, un bunt completamente perfecto.


-¡Ohhhh!-


Gritó Todoroki al verlo, iba a continuar con eso, pero al entrenador le llegó una idea al verlo tocar así…


-Raichi, ven-


Le hizo señas con las manos y le dijo algunas cosas en la oreja a su hijo, para después darse la vuelta e irse con los otros chicos, dejando únicamente a los del primer equipo con el castaño.


-Sawa…mura… así… caderas… bate…-


-¡Eres muy tímido!-


El escandalo continuaba, su ambiente de entrenamiento era feliz, relajado, dulce, agradable, y vio las sonrisas de todos, provocándole un vacío en el pecho, no se puso a llorar, pero si disminuyó el volumen de su voz.


Mientras lo jalaban a que intentara batear, pensaron que no lo lograría, sin embargo…


-¡¿Cómo lo hiso?!-


Los demás jugadores gritaban emocionados al ver al castaño batear, no se enterarían del secreto hasta que estuviesen en su debut, le demostrarían a los demás que podían hacer de él un buen pitcher y bateador, sobre todo, demostrarían a Seido “que están desperdiciando un gran diamante en bruto”.


Los entrenamientos continuaban, habían dejado de lado los lanzamientos para dejar al cuerpo del menor relajarse, sobre todo porque debían hacer que no forzara la mano para que su lesión se curara.


En la noche, todos se reunían alrededor de él, siempre estaba rodeado de personas con enormes sonrisas, así que eso dejaba mucho que pensar a los demás sobre si realmente había pertenecido a un equipo rival en su primer año.


-¿Ya te vas a dormir?-


-Si, mañana vamos a entrenar desde muy temprano-


-Sawamura, estas pisando mi sudadera-


-¡Ahhhh! ¡Es cierto!-


-No importa, sólo levanta el pie y yo la quito-


El castaño levanto un pie sin darse cuenta de que la punta de la gorra estaba debajo de su otro pie, el mayor jaló con fuerza y se levantó, para ver al menor perder el equilibrio en segundos y entonces irse hacia atrás.


-¡Waaa! ¡Me caigo!-


Sanada se acercó al menor y le dio la mano para evitar que fuera al suelo, sin embargo Eijun quedó con una vista inocente y deseable que rompió con la fuerza de Sanada, que lo dejó caer en la cama.


-¡Oye! ¡Eso me dolió!-


-Lo siento-


Se dejó caer en el suelo y se sentó escondiendo la cabeza para no mirar al menor, que le puso la mano en el hombro


-¿Te sientes bien?-


-No…-


-¿Qué tienes?-


-Deseo-


-¿Qué?-


-Deseo… de tener algo que no puedo tener-


El menor puso cara de duda, cuando el mayor se levantó del piso y se acercó para arrojarlo bien a la cama y se subió para estar a la altura de sus ojos.


-Deseo esos ojos que tienes-


-¿Eh?-


No escuchó una respuesta, la sintió sobre sus labios, Sanada le besó dulcemente mientras ponía una cara seductora al menor.


Cuando los dos se separaron se fueron a dormir sin hacer comentarios sobre el tema, sobre todo porque no les llegaba a la cabeza la definición de lo que habían hecho segundos antes.


La noche no es larga, y a luna arrulla, se quedaron dormidos, para el día siguiente, empezó el entrenamiento sin contratiempos, esos dos seguían comportándose igual, inesperadamente, Eijun no tenía quejas ni palabras por decir.


En la puerta de Yakushi se pararon dos tipos con gorras puestas y ropa casual, uno de ellos llamó la atención de todos los presentes cuando gritó


-¡Aquí vamos a investigar!-


-Mei-san, no grites, se supone que debemos pasar desapercibidos-


-¿Cómo quieres que el gran Mei pase desapercibido?-


-Pero… eso fue lo que dijo el entrenador-


Apuntándose con su dedo gordo y esa sonrisa arrogante común en él le contestó a Itsuki


-Ten por seguro que jamás pasaré desapercibido-

Notas finales:

¿Que les pareció?


Proximo capitulo


¿Por que?


Una mano se colocó en su cintura al ver que alguien quería acercarse al castaño y reconoció unas terceras intenciones


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