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Un lobo con piel de hombre por wen 2min

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Notas del capitulo: Llegó el hard!!!
Taemin brincó un poco cuando el frío lubricante hizo contacto con su piel. Cuidadosa y equilibradamente me puse de rodillas detrás de él, pasé dos dedos hacia arriba y hacia abajo por la grieta de su culo un par de veces antes de que lentamente los empujara dentro de su apretada entrada. …l gimió en el colchón y yo luché para no gemir a cambio.

Sus músculos estuvieron apretados alrededor de mis dedos por un minuto hasta que se relajaron con la intrusión y fue toda una lucha para evitar venirme con la sola idea de sentirlo alrededor de mi polla. Trabajé con mis dedos dentro y fuera de él algunas veces, hasta que pareció haberse estirado lo suficiente como para recibirme a mí.

Vertí más lubricante en mi mano y lo usé para cubrir el condón antes de colocar la cabeza de mi polla contra su resbaloso agujero.

— ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —Le pregunté.

—Sí, estoy jodidamente seguro. —Contestó Taemin rápidamente.

Deslicé la cabeza de mi polla dentro de él, empujando lentamente, con miedo de hacerle daño si me movía demasiado rápido, o demasiado pronto. Poco a poco, me vi desaparecer dentro de él, el calor desde el interior de su cuerpo casi que escaldaba mi sensible miembro. Una vez estuve completamente dentro de él, me detuve, disfrutando de la sensación de la contractura de sus músculos contra mí y de su posterior relajación. Probablemente podría haberme venido con esa sola sensación.

—Muévete. —Gimió él.

—Aquí vamos. —Gruñí.

Le ayudé a levantar las rodillas sin retirarme de él. Balancearse sobre el colchón habría sido demasiado difícil en la posición en la que había estado. Dejó caer los hombros hacia atrás, a la cama, dejando el culo en el aire para poder moverse más fácilmente.

Empecé poco a poco, sacando justo hasta la cabeza de mi pene dejándola apenas dentro de él, a continuación, empujaba de nuevo dentro de su agujero antes de volver a repetir la misma acción. Dejó escapar un suspiro y sentí que su cuerpo se relajaba un poco más para mí. Yo sabía que él estaba listo para lo que yo realmente quería hacer con él.

Gritó la primera vez que golpee con fuerza dentro de él, pero no fue por dolor. Ese sonido que escapó de sus labios me hizo olvidar que debía ser cuidadoso, olvidé que yo era mucho más fuerte que él. Me olvidé de todo excepto de la sensación asombrosa que sentía alrededor de mi polla.

Mis caderas embestían con fuerza en contra de las mejillas de su culo y mis bolas golpeaban contra él con cada empuje.

Cuando finalmente recordé que debía ser más cuidadoso, comencé a ir más despacio, pero él empujó su culo contra mí, animándome a seguir con el ritmo que ya había establecido.

Agarré sus caderas con mis manos y seguí empujando dentro y fuera de su apretado agujero hasta que mi orgasmo se hizo inminente. Sabía que estaba perdiendo mi ritmo y Taemin debió haber sentido lo mismo porque apretó los músculos de su culo a mi alrededor y me vine gritando, solté sus caderas y colapsé en la parte superior de él.

Mi corazón latía con fuerza contra su espalda y fue toda una lucha para mí recobrar el aliento por un minuto. Finalmente, me deslicé fuera de él y rodé sobre mi espalda a su lado. Me quité el condón y lo dejé caer en el bote de basura, mientras que Taemin cayó sobre el colchón y me miró con una sonrisa en su rostro.

—Eres increíble. —Le dije, mi voz se oía tensa por el esfuerzo que hacía para poder respirar.

—No, eso eres tú. No creo que haya sido cogido antes con tanta fuerza como para venirme dos veces seguidas tan rápidamente.

Estaba enojado conmigo mismo por haber estado tan envuelto en mi propio placer que no me había dado cuenta que Taemin se había venido dos veces. A menos que él tuviera los orgasmos más silenciosos del mundo, me pareció que era algo de lo que debería haberme percatado.

—Lo siento, tal vez fui demasiado rudo. —Le dije.

—Mmm, no lo fuiste. Fuiste perfecto. —Apoyó la barbilla sobre su mano y me siguió sonriendo.

— ¿Qué? —Le pregunté, empezando a sentirme un poco semiinconsciente.

—Lo siento. —Me dijo. Un rubor le subía por el cuello y luché para poder extender la mano y acariciarle la mejilla. El movimiento parecía demasiado familiar..., supongo, por la situación. —Nunca me hubiera imaginado que mi día acabaría así.

—Sí, yo tampoco. —Le respondí con una sonrisa. —Pero estoy muy contento de que hubiera sido así.

—Yo también. Hey, ¿esta cabaña tiene una ducha que mi fantástico culo pueda usar?

—Por supuesto, está equipada con fontanería de interior y todo lo demás. No está mal para montañeses, ¿eh? —Me volteé y salí de la cama y vi a Taemin hacer lo mismo. Fuimos juntos hasta la puerta y yo terminé detrás de él en el pasillo y no pude evitar ver la manera en que su cuerpo se movía.

Al ser un hombre lobo, mis músculos trabajan de una manera diferente a los de los humanos. Cuando camino, a veces aparece como una especie de refuerzo debido a la forma en que mis ligamentos y mis huesos cambian con mis movimientos. No pude dejar de notar que en Taemin había un poco de eso también. Sus músculos se movían de manera más fluida que de la mayoría de los seres humanos. Supongo que tal vez había aprendido a moverse así cazando, imitando a los animales en su habitad natural.

—Entonces, ¿dónde queda exactamente toda esa plomería interior de la que tanto hablas? —Preguntó.

—Al final del pasillo. —Le contesté, un poco distraído a causa del vaivén de sus caderas y por la forma cómo caminaba desnudo frente a mi, me puso duro nuevamente. — ¿Te importaría si compartimos la ducha?

—No, si me prometes no monopolizar la ducha. —Me dijo, mientras abría la puerta del baño. Entró en la habitación y se detuvo, mirando a su alrededor. No pude verle la cara, pero podía imaginar su expresión.

De todas las habitaciones que habíamos construido, había sido demasiado exigente con el cuarto de baño. Yo había pedido especialmente que tuviera dos ventanales de cristal polarizado para que toda la habitación tuviera vista al bosque, pero que, desde el exterior, los paneles se vieran de color negro. La ducha tenía tres cabezas móviles de manera que no importaba dónde nos situáramos en la enorme bañera, siempre se obtendría una gran presión del agua.

Mi padre se había burlado de mí por querer un baño tan extravagante, pero en las raras ocasiones en que he traído hombres a la casa, había valido la pena llevarlos allí. Por no hablar, que sentir que se está tomando una ducha en medio del bosque es jodidamente genial.

—Minho, esto es increíble. — Taemin se volvió hacia mí.

—Gracias. Adoro también el resultado. —Lo tiré contra mí y lo besé. —Bueno, creo que alguien dijo algo acerca de desear tomar una ducha.

Su pene estaba duro de nuevo y presionaba contra mi muslo. Tomé su mano y lo llevé hacia la bañera, prometiéndome a mí mismo que esta vez estaría pendiente cuando él se viniera. Abrí la regadera y el agua caliente llenó rápidamente la habitación con su vapor.

Una vez que ambos estuvimos en la ducha, le fijé contra la pared y lo besé otra vez. Sus manos se deslizaron alrededor de mi cuello y él me acercó con fuerza a su cuerpo, sus dedos recorrían a través de mi cabello ahora mojado.

Rompí el beso y lamí una línea de agua de su cuello mientras molía mi erección contra su cadera. No podía creer lo mal que me ponía el desearlo tanto. Nunca me había movido tan rápido con nadie antes, pero cuanto más tiempo pasaba desnudo junto a él, cada vez más, me daba cuenta, de que esta situación se sentía aún más correcta. Había hecho espuma con el jabón en mis manos y empecé a frotarla sobre su liso pecho, me dije a mi mismo que había sido demasiado paranoico antes.

Caí de rodillas, moviendo las manos con jabón hacia abajo sobre sus caderas y sus muslos y luego de regreso hasta su polla. Agarré su miembro con ambas manos, deslizando las burbujas hacia arriba y abajo sobre él, para después dejar que el agua lo enjuagara.

Su polla estaba caliente e hinchada y tuve que probarla. Levanté la vista y vi que tenía su mirada fija en mí, con los ojos muy abiertos y mordiéndose su labio inferior. Por mucho que quería chupar aquél labio con mi boca, había otra cosa que chupar a mi alcance en ese momento.

Dejó escapar un suspiro cuando lo tomé en mi boca y sus manos se movieron de nuevo hacia mi pelo. Agarró un mechón de mi cabello en su puño mientras deslizaba mi lengua hacia arriba y hacia abajo por todo su eje. Probé su pre-eyaculación con mi lengua y me pregunté cuántas veces podía hacer que se viniera para mí antes de irse.

Encontré el jabón en el suelo de la bañera y logré hacer espuma torpemente con mi mano izquierda, mientras que mi mano derecha bombeaba su eje. Usé la espuma como lubricante, deslicé dos de mis dedos dentro de su culo, mientras le chupaba la punta de su polla, sin dejar de pajearlo.

Taemin gimió y apretó con más fuerza mi cabello, mientras jodía su culo con mi dedo y me concentraba en su pene con mi boca. Cuando apreté el dulce punto dentro de él, gritó, mientras me llenaba la boca con su semen y echó para atrás su cabeza tan rápido que se oyó el golpe seco de ella contra la pared de la ducha.

Lo solté y me levanté para asegurarme de que estaba bien. Me besó, lamiendo una gota de su propia semilla de mi labio. Le sonreí y pasé mi mano por la parte posterior de su cabeza para asegurarme de que no se había hecho un chichón.

—Estoy bien. —Me dijo con una risa temblorosa.

—Bueno, estoy aliviado, pensaba que tendría que cambiar los azulejos de esta parte de la pared. Podrías haberte causado una conmoción cerebral.

—Habría valido la pena.

Cerré la ducha y salimos de la bañera juntos. Agarré un par de toallas y nos secamos rápidamente antes de regresar al dormitorio para vestirnos.

Taemin miró el reloj de la mesilla de noche y gimió.

— ¿Qué sucede?

—Es muy tarde. No creo pueda conseguir una grúa para que remolque mi auto esta noche.

— ¿Quieres quedarte?

Se giró y me miró. — ¿No te importaría?

—Por supuesto que no. —Le dije con una sonrisa. — Quiero decir, no tienes que dormir aquí si no quieres. Tengo una habitación que puedes utilizar, si así lo deseas-.

—De acuerdo. —Me contestó. —Bueno, gracias. Te lo agradezco. ¿Te importaría si llamo a mi abuela? No quiero que ella se preocupe.

—No, en absoluto. Hay un teléfono en la planta baja. —Lo conduje al primer piso, hacia la biblioteca y le entregué el inalámbrico. — ¿Tienes hambre?

—Sí, realmente muero de hambre.

— Yo también. Voy a preparar algo para nosotros mientras haces la llamada. Búscame en la cocina cuando hayas terminado.

Cerré la puerta al salir y me dirigí a la cocina. No estaba acostumbrado a tener compañía cuando cenaba y no estaba del todo seguro de lo que a Taemin le gustaba comer. Después de buscar por toda la nevera, esperaba que Taemin no fuera vegetariano. Quiero decir, yo sabía que él cazaba, caza mayor, pero eso no significaba que él lo comiera.

Cuando entró en la cocina quince minutos más tarde, tenía servido en la mesa un enorme plato de queso, galletas y salchichas. Saqué un par de cervezas de la nevera y le entregué una.

— ¿Todo está bien? —Le pregunté.

—Sí, le dije que mi auto se averió y que dormiría con un completo extraño que me había regañado por mi comportamiento irresponsable. Ella dijo que te amaba y que si querrías venir conmigo a visitarla mañana.

Me reí, pero me detuve rápidamente cuando me di cuenta de que hablaba en serio.

— ¿Ella quiere que yo vaya contigo? No te ofendas, pero ¿qué le pasa a tu familia? —Se echó a reír y me alegré de que no se hubiera ofendido. No todo el mundo posee mi buen humor.

Nos sentamos uno frente al otro, devoramos la comida y bebimos varias cervezas mientras hablábamos. Taemin me contó todo acerca de cómo había crecido en Yongjingak y de cómo se había convertido en un cazador. No fue tan horrible como había sonado para mí al principio. Trabajó contratado como reservista en África. Varias veces al año viajaba hasta allí y cazaba a los animales que estaban heridos o enfermos para impedir que se propagaran infecciones a través de las manadas. Así que por lo menos no fue a arponear elefantes para conseguir el marfil, ni nada de eso. Fue realmente una muy buena y noble labor.

Cuando no estaba erradicando enfermedades en las zonas inexploradas de las selvas del África, él tenía una licencia federal que le permitía hacer el mismo tipo de cosas en los bosques nacionales. Dar de baja a los animales heridos o enfermos para proteger al resto de la población.

Cada vez que intentaba hacerme alguna pregunta, yo fijaba de nuevo la conversación en él. Me gustaba oírlo hablar. Me habló de su abuela y de cómo, a los ochenta y cinco años de edad, todavía trabajaba a tiempo parcial en una biblioteca y que ella era voluntaria en diferentes organizaciones benéficas.

Me di cuenta de que él adoraba a su abuela y cuando me explicó que ella había sido el único miembro de su familia que lo había apoyado cuando él había salido del closet, entendí por qué.

—Suena como una mujer increíble. —Le dije.

—Lo es y no puedo esperar para que tú la conozcas. Bueno, si tú vienes conmigo, quiero decir.

— ¿De verdad quieres que lo haga? Es decir, no me malinterpretes. Me gustas, mucho. ¿Pero no es un poco pronto como para conocer a tu familia?

Taemin cubrió mi mano con la suya y sonrió. Era el tipo de sonrisa que se le da a un niño como casco de protección. No era muy halagador.

—Minho, realmente apreciaría que vinieras conmigo a ver a mi abuela. Esto significaría mucho para ella, también. Le encanta conocer gente nueva y creo que ella te podría decir, incluso por teléfono, que estoy completamente loco por ti. —Se ruborizó y en ese momento pasé mis dedos por su mejilla.

— ¿Lo estás?

—Sé que probablemente suena ridículo, pero sí, me gustas mucho y me encantaría pasar más tiempo contigo. Por favor, ven conmigo.

No podía creer que en realidad lo estaba considerando. El problema era que a mi también él me gustaba. Sabía que tarde o temprano tendría que decirle sobre esta cosa... del hombre lobo, pero simplemente no parecía ser un buen momento para sacar a relucir ese tipo de cosas.
Pasarían un par de semanas antes de la siguiente luna llena, así que sabía que no tendría que preocuparme si llegara a transformarme frente a él. Yo pensaba que tal vez pasaríamos solo unos pocos días en casa de su abuela, así que a pesar de mi buen juicio, estuve de acuerdo.

—De acuerdo. —Le dije. — Vamos a llamar a una grúa en la mañana para arrastrar tu carcacha hasta una tienda y vamos a llevar mi auto a casa de tu abuela.

— ¿Tengo que quedarme en la habitación para invitados esta noche? —Me preguntó con una sonrisa.

—Cariño, puedes dormir donde tu quieras.

— ¿Quién ha dicho algo acerca de dormir?

Levanté una ceja y me eché a reír cuando él movió la suya hacia mí. Me puse en píe y a continuación, tiré de él para que se levantara también y le mostré el camino de regreso al piso de arriba. No estaba seguro en lo que me estaba metiendo, pero pensé que tal vez podría convertirse en un viaje al infierno.
Notas finales: Lo siento si hay detalles raros o faltas de ortografía pero no tuve mucho tiempo para editar.

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