10-Descubierta
A la mañana siguiente Josephine sirvió el desayuno como el mayordomo le había enseñado y el otro aprobó los preparativos con un asentimiento de cabeza mientras el señor de la casa se adentraba en la habitación para desayunar.
Claude en seguida que su jefe se sentara dijo—Por su estado de ánimo, Pegasus sama, deduzco que la fiesta de anoche le trajo buenas noticias—eso fue algo que escuchó el rubio mientras salía de la habitación. La otra empleada una que verificaba también las cosas que él hacía en la casa partió hacia la habitación de Pegasus sama que solo ella podía limpiar y la “muchacha” luego de un asentimiento fingió partir en rumbo contrario, hacia la cocina pero ni bien dio la vuelta a la esquina en el pasillo esperó hasta que la mujer hiciera lo mismo por el otro lado y luego solapadamente acudió ante la puerta de la habitación de desayuno para oír las palabras del señor de la casa y su lacayo.
…al parecer Desire es más habilidosa de lo que hubiera creído. Tiene la belleza de su madre lo que siempre le ayudará a lograr sus objetivos—decía el millonario.
Y su padre quien siempre vela por ella—agregó el mayordomo.
El otro continuó como si su mayordomo no hubiera hablado—¡Esa muchacha! Creo que metió a Seto Kaiba en apuros. ¡Jajaja!—rió Maximiliam antes de que Joseph oyera una voz muy diferente.
¡Tú…!—dijo una voz grave que el melado no supo identificar de quien era hasta que se dio cuenta de que no pertenecía a nadie de adentro de la habitación, se volvió lentamente, Desire Pegasus la miraba con su ceño bien fruncido--¿…qué demonios estás haciendo?—gritó luego a todo pulmón antes de que la puerta a un lado del rubio se abriera y el quedara mas derecho que un arpón por la impresión.
¿Qué sucede aquí?—preguntó Claude sorprendido.
¡Esta mujer!—dijo la heredera apuntando a Josephine--¡Debe ser echada de inmediato. La encontré espiando—
“Listo” se dijo Joseph “La excusa perfecta para dejar el trabajo ha llegado” Aunque no se le hacía para nada graciosa la situación.
¿De que hablas mi dulce Desire?—preguntó ahora el dueño de casa mirando a su hija luego de, también él, salir.
Venía desayunar contigo papi y encontré a esta empleada muy agachadita tras la puerta escuchando lo que hablaban—contó la otra rubia—¡Es necesario que la eches! ¡Después de todo es una buena para nada!—
¡Mil perdones señorita Desire!—dijo el pelinegro inclinándose y mirando mal de soslayo a la “empleada”—Josephine se encuentra bajo mi responsabilidad y me siento muy apenado por tal proceder en mi staff—
¡Así debes sentirte!—dijo le ojiceleste con todo su ego subido.
¡Desire, mi niña! ¿No crees que estás haciendo demasiado escándalo por nada? Es común que la gente del servicio este interesada en lo que hablan sus jefes—dijo el pelilargo mirando a la “chica” de servicio.
¡Papá!—dijo la joven sorprendida y herida en su orgullo.
No voy a buscar indefinidamente empleados. La chica ya queda avisada. Será despedida si se la vuelve a encontrar en una situación igual de vergonzosa—dijo el pelilargo a Josephine--¿Lo has entendido?—preguntó luego.
¡Sí, señor!—contestó “la joven” asintiendo con mirada grave.
Si me disculpan sus señorías debo hablar más claramente con la señorita Josephine a solas pues parece que ha olvidado las reglas de este trabajo—dijo el mayordomo con mirada adusta e hizo otra inclinación a los dos amos—En seguida traeremos el desayuno de la señorita—
La chica rica miró con rabia a Joey al igual que el empleado, Pegasus parecía ya desinteresado en el suceso y se encaminaba a la sala de desayuno. Una rubia le siguió muy enojada mientras la otra emprendía el camino tras el pelinegro.