27-Te presento a mi novio.
Estaba sirviendo el champagne cuando lo vio. De repente sintió una mirada muy potente y dirigió sus ojos al lugar de donde provenía. Ahí estaba él mirándolo fijamente. Los nervios hicieron que las copas largas chocaran tenuemente entre sí por el temblor de su mano. La gente a su alrededor reaccionó con una mirada mientras interrumpían su charla y luego la reanudaron. Tenía que salir de ahí. Su cuerpo entero se lo exigía.
Seto miró de nuevo al lugar que antes había mirado pero ya la chica rubia había desaparecido y corrió sin más por ella.
Varios pasillos más allá de la entrada del salón del cuarto piso Joseph se arrodilló para mirar por el cruce si Kaiba había logrado seguirlo.
¿Qué hace usted aquí?—dijo de pronto una voz tras el chico vestido de moza y este tieso se paró y como pudo volteó. No esperaba ver una cara conocida allí pero era él, Nobushiro Tadasuki. Nobushiro era la estrella del departamento de Política de su diario aunque solo era dos años mayor que él. Y más aun en sus años de estudiante fue su senpai por un tiempo por lo que se conocían aunque se veían poco por trabajar para el mismo diario.
¡Disculpe!—dijo al chico de pelo negro y algo largo con ojos azul oscuro--¡Volveré de nuevo a mis quehaceres!—añadió con una inclinación esperando que al irse no se diera de frente con el castaño pero antes de que lograra voltear…
¿Wheeler?—salió la pregunta de labios de un algo conmocionado Tadasuki.
¿Eh? No se que quiere decir, querido huésped—dijo Joey con una voz aun mas fina que antes.
El otro levantó una ceja y exclamó--¿Acaso piensas insultar mi inteligencia? Cualquiera se daría cuenta que eres tú disfrazado de camarera—
¡Es de moza!—contestó el melado descubriéndose a si mismo, con una sonrisa el pelinegro dio por hecha su victoria. El rubio no pudo evitar contestarle mentalmente “Algunos no son tan ágiles como tú” pensando en Kaiba y su extraña hipótesis de que él era su propia hermana.
¿Y bien? ¿Qué haces con esa apariencia?—preguntó el otro y Joey casi contesta pero el otro siguió diciendo--¡Ah, ya! Apuesto que lo haces para entrar y ver a los ricos y famosos y de lo que ellos estan hablando—
¿Y tú que haces aquí?—preguntó algo enfadado el rubio aunque se alegraba de que pensara eso y no tener que decirle que en realidad era chantajeado por el dueño del diario para presentarse así--¿Tú también te disfrazaste de mozo para espiar a los políticos, no es cierto?—preguntó con ojos astutos.
¡No! Yo he sido invitado—le contestó el pelinegro.
¿Qué?—preguntó casi atragantado Wheeler. Pegasus simplemente había invitado a periodistas cuando a él lo hacía ir de esa manera. ¡Era un tipo cruel!
¡Achooo!—
¡Señor Pegasus! ¿Se siente bien?—preguntó Claude a su jefe al verlo estornudar mientras le alcanzaba un fino pañuelo.
¡Descuida Claude! ¡En algún lado alguien debe estar hablando mal de mi!—dijo sonriente el millonario.
¡De todas maneras debo irme!—dijo el rubio recordando de nuevo la causa que lo llevó a estar ahí mientras volteaba para irse.
¡Ah, Wheeler!—lo llamó el otro y Joseph por acto reflejo volteó. Enseguida oyó el sonido del obturador de la cámara de Nobushiro.
¿Qué rayos crees que haces?—preguntó el melado.
Es que te veías tan lindo que no pude desperdiciar la ocasión—respondió el otro con una sonrisa.
¡Me las vas a pagar!—dijo muy disgustado levantando su mano el rubio.
¿Qué le está haciendo a esta empleada?—saltó de repente una voz que el ojos mieles reconoció.
Al voltear vio a Kaiba que los miraba.
“¡Rayos!” se dijo mentalmente Wheeler. ¿Y ahora como escaparía de esta situación?
Tadasuki sabía quien era Kaiba pues era muy famoso—Disculpe señor Kaiba si lo molestamos. Pedía indicaciones tan solo a la señorita—dijo pues como compañero y amigo debía apoyarlo en su cobertura.
¡Pues no lucía como eso!—dijo el castaño mirándolo con furia.
¡Ah! Entiendo—dijo Tadasuki algo apenado al parecer—Yo no pretendía…--pero antes de que terminara la oración se sorprendió al ver al CEO tomar la mano de la moza y tratar de arrastrarla.
¡Tú y yo tenemos que hablar!—le dijo mientras la halaba y el ojos mieles miraba sorprendido a Kaiba.
De pronto el castaño sintió como la mano que sujetaba le era desprendida abruptamente y al voltear se encontró con el pelinegro bien plantado.
¡No creo que esta sea la forma correcta de tratar a la señorita!—dijo el otro ojos azules.
¡No se meta… yo sé muy bien como tratar a la señorita así que déjame decirte…!—dijo Seto fuera de sí agarrándolo de la chaqueta del smokin.
¡Para ya!—dijo el melado separándolo del pelinegro.
¡Deja a Nobushiro en paz!—le exigió el melado, harto.
¿Nobushiro?—preguntó Kaiba estatico de que ella lo llamara tan informalmente por su nombre de pila.
“¡Oh, mierda!” pensó el otro pues su sketch había sido disuelto con esa palabra.
¡Esta bien! ¡Regresa a la fiesta! ¡Yo estaré bien!—dijo el rubio al pelinegro.
¿Seguro?—preguntó el otro y al ver la actitud de ambos una idea se vino a la mente del castaño.
¿Este tipo es tu novio?—preguntó y Nobushiro lo miró sorprendido. De pronto esto tenía un aire muy extraño para él. “¿Este tipo?” ¿Eso no lo diría…?
¡Ese no es tu problema! ¿No deberías volver adentro? ¡Tu prometida te debe estar esperando!—dijo Wheeler.