4-Talento
Seto se quedó mirando por un momento el pasillo por donde la chica se había ido pero sabía muy dentro que no la alcanzaría y que todos le mirarían al ver su blanca chaqueta con una mancha carmesí. Cerró de un portazo y quedó de cara ante los que en la habitación estaban. Kitanagi nada dijo pero evitó sus ojos y Takayama se veía nervioso.
Esa chica…--dijo el flaco.
Probablemente es un espía de Pegasus. Recuerden que a ese hombre poco se le escapa—dijo el enojado CEO antes de adelantarse de nuevo a la pequeña mesa. Iba a dejar la copa ahí pero al verla sobre la mesa el recuerdo de lo que esa chica le hizo puso su sangre a hervir por lo que la tiró con ánimo contra la pared. Los demás se quedaron silenciosos ante su muestra de ira.
Al otro día el Domino Reporter indicaba en la pagina 5 que los tres grandes cabezas de empresa, Kitanagi, Takayama y Kaiba se habían reunido en privado durante la fiesta de empresarios. Se sospechaba de una venta de Takayama a Kitanagi con la ayuda del CEO de KC.
El ver la noticia en el diario dijo a Seto que la muchacha no era espía de Pegasus pero aún así el daño estaba hecho. Había llamado a su chofer aquella noche para que le consiguiera a la joven antes de que dejara la fiesta pero esta ya se había esfumado.
Pidió a Malcom su asistente que le investigara al reportero que había conseguido el dato ya que gracias a él podía conseguir a la joven. Tenía cuentas pendientes con ella ya que su plan se había esfumado y muy bien podía ahora estar enfrentado a la mente criminal de ese viejo.
Seto miró la carpeta que momentos antes le trajera Malcolm con su café. En la primer página se añadía una foto del reportero. Joseph Wheeler tenía mucho parecido con esa mujer. Acaso sería… Tomó un sorbo de su café meditando.
Joey no se encontraba tan feliz mientras bajaba del ascensor. Aunque lo habían halagado su reporte se destinó solo a un pie de página mientras el de Jouno Kateko de sociales se arrogaba toda la página con su cobertura de una boda de famosos. Chirrió los dientes mientras se sentaba a su escritorio y contestó con un ¿Qué? De mal humor cuando alguien lo llamó.
Sintió algo frío cuando vio a su jefe que parado junto a cierto castaño de ojos azules le indicaba con un dedo en su dirección mientras preguntaba--¿Cómo que qué?—Kaiba sama desea hablar contigo. ¡Atiéndelo como se debe!—dijo el viejo y gordo sonriendo malicioso. El muy hijo de su madre odiaba sus pelotas y por eso lo molestaba de vez en cuando. Ademas tenía gustos caros y seguro que el idiota del ricachas lo sabía.
¿Podemos hablar en un sitio adecuado?—preguntó Seto.
Esto es lo suficientemente adecuado—le contestó el rubio en la recepción y el otro lo miró con disgusto.
¡No te estaba hablando a ti sino a tu jefe!—dijo el engreído después mirando al editor.
¡Por supuesto Kaiba sama!—dijo mostrando varios dientes que no se veían usualmente en el malhumorado tipo.
Joseph entró primero con airado rostro y pocas ganas. Las manos en los bolsillos. En lugar de sentarse en la salita de conferencias de la redacción apoyó su espalda en la pared.
De seguro el castaño al ver su cara lo había deducido todo. Lo miró a los ojos esperando su afrenta.
El otro se dirigió a él con una apariencia muy distinta a la reservada y cuidada hasta el momento. Se acercó como el rayo y golpeando furioso la mano contra la pared junto al oído izquierdo de Joseph le habló roncamente mientras sus rostros estaban a milímetros el uno del otro.
¿Dónde esta ella?—preguntó.
¿Ah?—preguntó el confundido rubio.
En la información que recabe de ti dice que tienes una hermana estudiando en el extranjero pero dudo que eso sea del todo cierto. Una moza con tus características físicas se presentó en la fiesta ayer. Deduzco por su parecido contigo que es tu hermana—dijo el CEO mientras bajaba su brazo y se volteaba para caminar hasta la mesa—Quiero encontrarla. Si bien ella no es espía de Pegasus arruinó mis planes—
Mientras Joey no podía creer que el otro llegara a tan estúpida conclusión. La suerte estaba de su lado porque el otro no tenia fotos de Sere al parecer pues ella estaba en el exterior hace mucho. Casi se carcajea ahí mismo pero se contuvo como mejor pudo--¿Y tu crees que te daré la info de mi hermana para que la encuentres? ¿Eres idiota o que?—
Los ojos azules lo taladraron mientras una sombra de sospecha apareció en ellos. ¡Rayos! Tengo que contenerme, se dijo el melado, mi forma de hablar es tan provocativa que lo hará…
¡Tienes razón!—dijo sonriendo el otro con una mirada tranquila—Pero al menos ahora sé lo apegado que te sientes a ella. Bueno. El caso es que no soy una persona movida por impulsos sino no sería lo que ahora soy. Dile a ella que no tengo intención de dañarla si bien me enojé en primera instancia—
Como si fuera a creerte—dijo el rubio.
Cree lo que quieras. Es solo que me precio de saber administrar las habilidades de la gente y tu hermana tiene un gran talento que quisiera utilizar—dijo el CEO captando la atención del otro.
¿Talento? ¿De que hablas?—preguntó Joey.
Tengo una propuesta para ella—dijo el castaño lanzando una tarjeta que sacó del bolsillo interno de su chaqueta—Cuando nos veamos se la diré. Dile que hay mucho dinero involucrado—
¡Si se ven!—gritó Joey.
Seto lo miró con una sonrisa autosuficiente. Algo que Wheeler odiaba en la gente--¿Te gusta lo que ves, chico?—preguntó con una pose algo femenina y lanzó un besito. Dándole a entender que sabía su secreto.
Seto resopló por la nariz como riendo—Nunca he tenido malos gustos—contestó como si nada.
Irritado y herido en su orgullo el melado le preguntó--¿Qué quieres que haga ella?—
Necesito una información y al parecer ella tiene un talento del que tu careces—contestó el frío CEO.
¿Cuál?—preguntó el rubio a punto de estallar.
Ella sabe disimular lo que piensa y atrae a la gente adecuada—contestó el castaño—Dile que me llame pronto. Soy un hombre ocupado y puedo buscar otra solución muy pronto—añadió antes de desaparecer tras la puerta.
¡Talento del que yo carezco!—gritó contoneándose Joseph lleno de ira--¡Te voy a mostrar un par de cositas con mi talento! ¡Malnacido!—añadió lleno de decisión.