2-Develación
Me permito recordarle que este es su lugar de trabajo, no un bufet—le dijo el castaño con gesto engreído y el rubio parpadeó sin saber que hacer ante el brusco cambio de acontecimientos.
Debía haberlo previsto ya que era conocido como todo un hijo de su madre, se dijo el reportero mientras sonreía apenada y falsamente—¡Disculpe, Kaiba sama! Usted tiene razón de seguro—dijo mientras pensaba “¿Por qué no te vas un poquito a cortar naranjas?”
¡Oh, no seas tan duro con ella!—dijo Kitanagi todo reverente a la muchacha--¿Por qué no vamos a una habitación de café a charlar de ese asunto?—agregó asustando a Wheeler que creyó que hablaba con él pero en seguida se dio cuenta que era con Kaiba que hablaba que pensó por un momento y luego asintió.
Las habitaciones de café eran una gran adición al hotel. Se trataba de pequeños salones con sofás y que eran servidos por los mozos de la fiesta ya que estaban contratados. Allí las personas podían hablar separadamente de negocios o demás con otras. Se formaban alianzas o se trababan amistades. Eran lugares cómodos donde también podían fumar o tomar otras bebidas como ron o café que no se servían en el salón principal. Ofrecían privacidad y buen servicio.
Trae unas bebidas al room 5 por favor querida—dijo Kitanagi a la moza con un guiño.
Joey sabía lo que le esperaba pero espiar esa charla valía el esfuerzo pues nadie tendría la exclusiva de un encuentro entre tan poderosos empresarios como él.
Como pensaba el viejo solo quería tocarle el culo. Pero se aguantó y después de un poquito de toqueteo mientras ponía unos cafés hechos por la cafetera del lugar lo dejó.
¡Oh, Seto san! Si quieres podríamos pedir algún servicio extra—dijo el viejo con cara de babas al joven castaño--¿Querida, tendrías unas compañeras que pudieran venir a…?—trató de preguntar el viejo.
¡Deja eso Kitanagi! ¡Yo estoy muy cansado y Kaiba no es de esos gustos!—dijo Takayama.
¿De esos gustos?—preguntó el viejo sorprendido y confuso.
Lo siento, Kaiba pero…--dijo el vejete flaco. Mientras Joseph se preguntaba de lo que hablaba. ¿Se refería a que no le gustaba ser servido? ¿Qué prefería una pareja estable o…?
No entiendo—dijo Kitanagi confundido aún.
¡Ay!—dijo algo frustrado el otro--¡Que a Kaiba san no le gustan las chicas!--
Mientras Kaiba se cruzaba de piernas y llevaba una tazita de café a sus labios Cuando tenía el borde muy cerca explicó tranquilamente—¿No es como si fuera un gran secreto pero podrían dejar de discutir este tema frente a los empleados del hotel?—y empezó a degustar la bebida.
Tranquilo Kaiba san—le dijo el vejete gordo agarrando a Wheeler de la cintura—Misa chan no se lo dirá a nadie. ¿Verdad, Misa chan? Ella es muy discreta—había sentado al melado en su cintura y despreocupadamente le pasaba una mano por una pierna.
Joseph luchaba entre mandar al infierno al sujeto y quedarse un poco más a escuchar la impactante revelación de que al soltero más cotizado de Domino Machi le gustaban los chicos. Se había rumoreado con varias parejas pero nunca se había pensado en esa inclinación sexual. Tal vez porque el astuto empresario la había escondido. Pues era bien sabido que los otros empresarios eran medios homofobos.
Pero era evidente que Kitanagi no era uno de ellos pues dijo—Si quieres te conseguimos un mozo. ¡Jajajaja!—mientras su mano se acercaba peligrosamente a cierta zona no femenina de Joey Wheeler.