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Después de todo… te amo (omegaverse) por jashinista

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Notas del capitulo:

Hola… un nuevo y triste capitulo TnT

¡Kotaro! ¿Por qué Kotaro? TnT

sé que es demasiado corto pero bueno, espero que lo disfruten 

 

Después de que le llamaron por teléfono anunciándole que a Musashi  le habían disparado,  seguía sin  poder creérselo. Lo peor es que estaba demasiado delicado, habían perdido mucha sangre a causa que tardaron en llamar a los paramédicos  y estos demoraron en llegar.

—No, Musashi, por favor, no—dijo a la par que recogía su celular e iba por sus llaves para salir de la casa.

Tomó un taxi, que por cierto se encontraba con un Alfa y lo peor es que estaba en celo, igual no le importó, no le importó que lo comiera con la mirada al momento de mirar al espejo, no le importó el fuerte olor a celo de ese hombre, sólo quería llegar a con Musashi.

Kotaro era la única familia que le quedaba a ese Alfa, su padre se encontraba en recuperación en el hospital. Al momento de llegar ignoró la insinuación que le dio el Alfa y le arrojóel dinero sin siquiera mirarlo, en su mente sólo estaba una cosa y era Musashi.

Al entrar al hospital, entró abriendo la puerta con fuerza y corriendo por el pasillo, inconscientemente, no sabía dónde estaba Musashi y si lo supiera no sabría en donde se encontraba ese lugar, peo igual corrió.

—Wow, espera—dijo un doctor deteniendo al Omega, su mano derecha rodeó el estómago del chico y la izquierda la posó en su espalda—. Tranquilo, no puedes correr así en un hospital.

—Es que… mi novio… mi pareja—estaba aterrado, quería ver a Musashi.

—Cálmate. ¿En dónde está?

—No… no lo sé.

—¿Entonces,  dices que ibas a correr por todo el hospital abriendo puertas para buscar a tu novio? —Kotaro bajó la cabeza para analizar lo que iba hacer—. Je, los Omegas son tan impulsivos cuando su Alfa está herido.

—¿Omega? —se dio cuenta en ese momento que  había olvidado el bloqueador de feromonas, entendió por qué el Alfa se le insinuaba tanto pero ahora le importaba poco que los demás a su alrededor se enteren que es un Omega—. Sólo quiero saber cómo está mi novio—el doctor recorrió con la mirada todo el cuerpo de Kotaro a la par que se mordía el labio inferior, saboreando ese cuerpo en su mente.

Mientras tanto, Kotaro desviaba la mirada y agarró su brazo izquierdo, por primera vez no sentía esa seguridad de enfrentarse a un Alfa, realmente Musashi tenía mucho que ver con su forma de ser, sentía que pasara lo que pasara él siempre lo cuidaría, pero ahora estaba herido, casi muriendo en una cama de hospital.

—Creo que no será posible que lo veas—mencionó sacando su mano del bolsillo de la bata para dirigirla al cuello del Omega, justo en donde debería estar la marca del Alfa—. Él no es tu Alfa y tú no eres su Omega—dijo acariciando la piel suave, algo que hizo que Kotaro se cabreara y con un manotazo apartó la mano del hombre—Je, entiendo. Pero igual al no ser una relación seria me temo que no puedo hacer nada. Sólo podrá verlo un familiar.

—Yo soy su única familia, su padre está en recuperación en este mismo hospital, él me necesita…—bajó la mirada, sintiendo como su voz se cobraba y mirando como sus ojos se llenaban de lágrimas—… yo lo necesito.

Era conmovedor y partía el alma a cualquiera que lo conociera y lo viera en ese estado, ¿Dónde estaba ese fuerte Beta que se imponía ante cualquier Alfa? ¿Dónde estaba ese Beta que no se dejaba intimidar por los demás? ¿Dónde estaba ese Omega que no aceptaba su jerarquía? 

—Él me da fuerza… sin él… no sé qué me pasaría—dijo levantando la mirada, revelando el dolor que sentía al saber que su amor se moría.

—Lo siento lindura pero sin marca no te vuelve oficialmente parte de su vida—dicho eso se alejó, no sin antes palmear un poco el trasero de Kotaro pero al Omega parecía no importarle.

Se quedó quieto en su lugar, apretó fuertemente los puños y cerró con fuerza la mandíbula provocando que rechinaran sus dientes. Quería aguantar las lágrimas pero eso no podía lograrse, sentía mucho dolor en esos momentos para comportarse como un Beta con aires de Alfa.

—Musashi…—susurró a la par que tapaba su boca con la mano y cerraba los ojos, dejando que las lágrimas bajaran libremente por sus mejillas.

Después de unos minutos parado en medio del pasillo decidió ir con una de las recepcionistas y preguntar por Musashi.

—Disculpe, quiero preguntar por Gen  Takekura—la secretaria sonrió y buscó en su ordenador.

—Está en terapia intensiva.

—¿Qué le ocurrió? 

—Le dieron un disparo, perdió mucha sangre.

—¿Puedo verlo?

—Está en cirugía—Kotaro desvió la mirada a la par que tapaba su boca, no soportaba más eso—¿Qué eres del paciente? —Kotaro volteó a ver a la secretaria.

—Soy su Omega—la enfermera no muy convencida miró la parte del cuello, justo en donde el doctor había visto y al no ver la marca, sus facciones cambiaron y sus expresión se volvió seria

Kotaro sintió ese repentino cambio de actitud par parte de la Beta. El Omega bajó la mirada y cubrió la zona que tenía que estar marcada con su mano, por una parte lamentaba no haber dado el gran paso con Musashi y convertirse en su Omega.

Teniendo en cuenta que no le dirían nada más, se retiró de la recepción y caminó hasta los asientos de espera.

Pasaron horas, quería saber cómo se encontraba Musashi pero la Beta no le decía nada, ni su doctor, nadie en ese hospital le decía nada de su amado, estaba frustrado y como única salida que, a su parecer, tenia, comenzó a llorar, ni siquiera sabía porque lo hacía ni en que ayudaba pero la necesidad, el dolor era insoportable, no lograba pensar con claridad.

Su mirada la mantenía siempre en el pasillo donde creía que quizás en esa dirección se encontraba Musashi. Mucha fue su sorpresa cuando vio entrar a un rubio con una metralleta en su hombro. No le quito la mirada de encima, observó como se acercaba a con la Beta y después de decir unas palabras y por último hacer una bomba con el chicle que tenía en la boca, comenzó a caminar por el pasillo.

¿Cómo pudieron dejarlo entrar a él? se preguntó, más no estaba completamente seguro que ese tipo rubio fuera a ver a Musashi , pero sabía que ese demonio era amigo de su Alfa.

Después de un rato Hiruma regresó y caminó hacia el Omega, este parecía estar agotado, estaba muy cansado para mantenerse despierto.

—Descuida—dijo colocándose enfrente del Omega a la par que metía su mano a su bolsillo—Está en terapia intensiva, logró sobrevivir a la cirugía, lo demás depende de él.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo?

—Créeme—dijo aferrando más su mano en el arma—, no lo estoy. Vete a casa, no conseguirás nada, para ellos no eres nada de Musashi.

—Pero… no es justo, tú si pudiste…—Hiruma lo calló alzando su mano, casi chocando en la boca del Omega.

—Yo soy su amigo, un Beta, tú eres algo pasajero, un Omega sin marca.

—Eso no es cierto—se levantó totalmente herido y molesto.

—No te estoy diciendo si es cierto o no, sólo te digo lo que ellos ven en un Omega sin marca, un Omega que le faltan cinco años para depender de sí mismo si aún no tiene una pareja—Kotaro desvió la mirada con melancolía—. Ve a casa y descansa, no tienes nada que hacer aquí ya que no te dejarán verlo.

Por más que le doliera tenía razón ese Beta, de nada le servía esperar y cansarse ya que ellos no se tentarían el corazón, sin marca no eres parte de la vida de un Alfa.

Resignado caminó hacia la puerta y salió del hospital, dándole un último vistazo y rogando que todo saliera bien. Más él no se daría por vencido, no dejaría de ir hasta que lo dejaran entrar a ver a Musashi, pero por ese momento era suficiente, tenía que descansar ya que tenía que trabajar al día siguiente.

Al otro día en el trabajo, Kotaro no estaba al cien por ciento, se le olvidaban algunas órdenes y confundía los pedidos. Su amiga Beta  lo cubrió por unos momentos para que despejara su mente, tan dolido estaba que ese día no se molestó en cubrir su esencia a Omega.

Todos los del restaurante, tanto trabajadores como clientes constantes se sorprendieron por encontrar a un Omega tan cerca, pero al verlo  tan decaído decidieron no decir nada y tratarlo como siempre.

­—¿Estás mejor, Kotaro? —preguntó la chica que lo cubrió por unos momentos.

—Si… ya estoy mejor, gracias por cubrirme.

—Descuida, no es nada—la chica colocó su  mano en el hombro de Kotaro—. Lamento lo que paso.

—Yo también—fue lo único que dijo para luego volver a su trabajo.

Cuando salió de la cocina a las mesas, sus ojos se cruzaron con otros que el cristal púrpura oscuro cubrían. Akaba al verlo le sonrió mientras que Kotaro simplemente se molestó.

—¿Qué va a ordenar? —dijo cuando estaba al lado de la mesa donde el Alfa se había sentado.

—¿Qué me recomiendas ordenar? —le sonrió a lo cual el Omega se molestó más.

—El día está un poco lluvioso… quizás quisiera ordenar algo caliente—una pequeña risa salió de la garganta del Alfa, algo que Kotaro entendió el porqué de la risa, el muy maldito le había dado otro sentido a la palabra “caliente”.

—Veo que ahora no cubres tu aroma de Omega—dijo Akaba sin quitar sus ojos del menú—¿Pasó algo que te hiciera cambiar de opinión en engañar a la sociedad con que eres un Beta?

—Quizás, pero no compartiré con un cliente mi vida privada—dijo sin separar la mirada de la hoja en blanco.

—¿Entonces si hubo un cambio drástico en tu vida? —se escuchaba como una pregunta pero a la vez era una afirmación. La  manera de hablar de ese Alfa era extraño y a Kotaro le llamó la atención, separó sus ojos de la libreta y observó como el Alfa no apartaba sus ojos del menú.

Cuando ambos se miraron a los ojos, Kotaro tuvo una reacción, un temblor que recorrió todo su cuerpo. Quizás era un presentimiento o unasuposición pero sentía una conexión extraña, una conexión que le decía que ese hombre le había lastimado antes.

—Pero… ¿Cómo, si lo acabo de conocer? —se preguntó en un susurro a sí mismo—¿Cierto?

Continuara…

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Les gusto? Kotaro está muy deprimido por la mala noticia. Les tengo una pregunta ¿Cuánto daño puede hacer una bala? ¿Puede dejar en coma? espero que me responden esas preguntas.

En fin adiós 


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