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Following you por kurotsuki_mikoto

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Notas del capitulo:

Bueno, al fin traigo el capitulo uno. Espero les guste uvu

 

Aclaraciones: Ninguno de los personajes que aparece en el fic me pertenece, los derechos quedan reservados para el autor del manga y directores del anime.

 

Advertencias: ninguna

 

—No.

 

Tsukishima ya no recordaba las veces que tuvo que rechazar la oferta ese molesto policía que no dejaba de darle de vez en cuando la opción de utilizar su casa como un lugar seguro en el que pudiera esconderse mientras encontraban al culpable.

 

— ¿Por qué no? ¿Estas consciente de que tu seguridad está en peligro si te quedas por tu cuenta? — Y Kuroo por otra parte no se quería dar por vencido, se mostraba necio en al menos convencerlo de que aceptara quedarse en un lugar seguro aunque no fuera su casa.

 

¿Por qué insistía tanto en su casa? Bueno, por la cercanía que tenía con la estación de policía, las tiendas que quedaban a solo unas casas y sobre todo, para hartarse de la compañía del rubio terco que volvía a rechazar su oferta sobre no ir directo a su casa.

 

—Porque no tengo más que decirles. Estaba presente cuando sucedió el crimen pero no vi nada. Tenía puestos mis audífonos, no pude escuchar la voz del culpable— comenzó a enumerar las respuestas que le exigieron en su último interrogatorio donde obtuvieron la misma información que Tsukishima les regalo la primera vez que lo interrogaron y ya no tenían recursos o excusas para tenerlo en la comisaria —No vi su rostro porque tenía una máscara, apenas y vi al encargado de la tienda caer y el culpable ya estaba a más de 2 metros para alejarse de la escena y subirse en una camioneta negra, vidrios polarizados y sin placas. Pero aparte del vehículo, todo lo demás fue tan rápido que apenas note que pasaba

 

El morocho jugo con la pluma que tenía en la mano, paseando su mirada por la comisaria de forma distraída para no soltarle el “eres un idiota” que tenía atorado en la garganta y le daba escozor en piel.

 

¿En serio no se daba cuenta que nada de eso importaba si el sospechoso creía haber sido descubierto por él? Era un objetivo en potencia.

 

—Escucha, estos criminales…

 

—Son un grupo de criminales que eligen a sus víctimas de forma arbitraria y no dudaran en ir por mi— Tsukishima corto sus palabras con la misma expresión de fastidio que tenía desde la última media hora —Lo se, no han hecho otra cosa que no sea repetir lo mismo una y otra vez. Empiezo a aprenderme la cara que ponen y el tono aparte del dialogo ¿sabes? No soy un retrasado.

 

—No, pero te sobreestimas

 

—O quizá tu eres el que me menosprecia.

 

Ambos se sostuvieron la mirada por unos largos segundos, interrumpiendo este al sonar de la llave girando en la cerradura de la puerta que se abrió segundos después. El oficial Akashi entro con una carpeta en la mano y un teléfono en la otra, mirando directo a Kuroo para darle la información lo más conciso y rápido que podía antes de pasar con Tsukishima.

 

—Encontramos a un sospechoso que parece tener relación con los crímenes anteriores. Tsukishima, tus cosas están en recepción, puedes irte cuando quieras.

 

—Gracias Akashi, en un momento salimos.

 

—No, ya terminamos.

 

Kuroo no pudo más que maldecir para sus adentros la molesta actitud que tenía el rubio al levantarse satisfecho por el deseo que los dioses le cumplieron al poder salir de ahí al fin, pero eso no lo detuvo de sostener su muñeca antes de que lo pasara completamente de largo.

Depositando un papel con su número telefónico entre los dedos de Tsukishima que lo volteaba a ver con cara de pocos amigos, pero no parecía molestarle ese ligero roce que ambas yemas se regalaron en ese intercambio discreto de información.

 

—Si sucede algo, háblame.

 

—Si sucede algo, llamare a la policía— lo corrigió con una leve sonrisa de sarcasmo y alivio que Kuroo solo pudo devolver al asentir con la cabeza y dejarlo libre al fin.

 

— ¿Crees que este bien?

 

Kuroo miro fijamente la carpeta con los antecedentes que el grupo criminal tenía, luego la puerta por donde el Tsukishima salió y finalmente a ojos de Akashi que lo veían con la tranquilidad que todo policía debería de tener.

 

— ¿La verdad? No lo sé. Tiene tantas probabilidades de no meterse en aprietos, a las de armar un buen lio.

 

— ¿Lo acompaño hasta su casa?

 

—Por favor.

 

Akashi se despidió con un leve movimiento de cabeza de él, dándole tiempo a que viera las nuevas pistas encontradas y el detenido que ahora esperaba en otra sala de interrogación para que los oficiales intentaran sacarle toda la información posible.

 

-(-)-

Tsukishima guardo sus llaves, billetera y el último boleto para autobús que había comprado antes de que la policía lo llevara a la estación hace ya más de una semana. Aún no cruzaba el umbral cuando un tintineo de llaves llamo su atención y lo hizo voltear a donde estaba el oficial de mirada apacible.

 

—Voy a llevarte hasta su casa.

 

—No gracias.

 

—No te estoy preguntando, avanza— el oficial Akashi volvió a señalar la salida con un leve gesto que lo invitaba a salir delante de él —a menos que quieras esperar a que Kuroo termine el interrogatorio y te lleve él.

 

Y eso fue suficiente para convencer a Tsukishima de guardar silencio y limitarse a aceptar su oferta para tener compañía silenciosa y no un trayecto lleno de bromas o comentarios burlones a su persona.

 

—Vivo a una hora de aquí.

 

—Entonces tenemos que apurarnos— Akashi señalo el reloj que daba las once menos treinta con sus manecillas.

 

—Gracias.

 

Ambos cruzaron el estacionamiento y subieron al carro en completo silencio. Tsukishima suspiro aliviado, agradecido de que no tuvieran el trayecto con señales de conversaciones incomodas o forzadas. El solo sería llegar a su casa, recostarse en su cama y dormir al fin en un lecho cómodo que no contara con ese molesto olor a desinfectante o mármol mojado. Quería estar en su habitación con sus libros en la cómoda, sus gafas de repuesto en los cajones y los retratos de su familia en dos o tres muebles.

 

—Creo que esta demás mencionar que cierres todo y te asegures de que todo esta en su lugar cuando llegues— a Tsukishima casi le da un infarto cuando escucho la voz de Akashi, estaba tan concentrado en pensar lo que haría primero cuando llegara a su casa que olvido estar acompañado en un carro y no en un autobús donde se podía dar el lujo de perderse unos minutos en lo que el recorrido llegaba a su fin.

 

—Si.

 

—¿Tienes el teléfono de la comisaria?

 

—Si.

 

—Bien— el auto se estaciono de forma silenciosa en la calle donde estaba la casa del rubio aunque por culpa del árbol a su lado, esta lo tapaba. —Sería demasiado obvio si te dejo frente a tu casa. Ve.

 

—Gracias de nuevo— añadió por educación mientras salía del auto y tenía cuidado al cerrar la puerta. Dándole la espalda cuando ambos se despidieron con un gesto y finalmente podía caminar en paz por esa calle que tanto conocía.

Tsukishima se limitó a respirar hondo el aire fresco de la noche combinado con la humedad de la tierra que desprendía el césped del jardín de su pequeño hogar. Apreciando incluso el sonido que provocaban sus pisadas contra el pavimento y el suave crujido de la tierra que pasaba de su límite al asfalto o las hojas secas que cayeron debido a la lluvia que arrasó con el polvo y dejo ese agradable ambiente fresco en el aire.

A pesar de la tranquilidad que ahora sentía, no espero mucho a entrar a la sala y encender las luces. Escudriñando la sala, cocina, comedor y habitación en busca de algo fuera de lo común pero encontrándose solo con polvo que debía quitar y trastes llenos de moho que exigían atención.

 

Salió hasta la entrada del patio, asintiendo con la cabeza para darle a entender al oficial que todo estaba bien y este se pusiera ir en paz.

 

Redirigió sus pasos al portón de su casa, congelándose al ver una silueta al fondo de la casa. Una que hace tan solo unos minutos atrás no se encontraba ahí y parecía verlo fijamente a la cara a pesar de que la misma capucha del sweter que portaba ocultaba sus facciones.

 

Tsukishima corrió lo más rápido que pudo en dirección a la esquina donde la patrulla se había ido. No tenía mucho que se partió, probablemente estaba en la esquina de la cuadra siguiente y si el sujeto estaba armado o no, igual podía correr en zigzag si intentaba alcanzarlo. Pero no se detuvo, sabía que si se detenía cada segundo de su escape contaba y lo último que quería era que sus días terminaran sin haber descansado ni una sola noche en su hogar.

Volteó de reojo al portón de la casa donde el sospechoso revelaba su rostro cubierto por una máscara y le apuntaba con una pistola.

Un fuerte dolor invadió sus costillas, le saco el aire y doblo su cuerpo al punto que término en el suelo, pero no fue una bala. Un segundo sujeto lo atacó antes de que pudiera siquiera asomar su cabeza y gritarle a la patrulla.

Giro en el suelo para evitar ser pateado ahí mismo, sintiendo un pie hundiéndose en su costado pero aprovechando esa oportunidad para aferrarse al pie de su atacante y doblarlo con toda la fuerza que la adrenalina le permitía en ese momento. Escuchando el quejido que provocaba en su contrincante al haber logrado una torcedura en su tobillo y ese descuido fue suficiente para que Tsukishima se levantara y le soltara un rodillazo en la boca de su estómago para dejarlo en las mismas condiciones en las que se encontraba él.

 

Agradeció estar encorvado o la bala, que rozó su oreja y se estampo con el tronco del árbol, hubiera terminado en su cabeza.

Contrario a lo lógico, se precipito a la calle contraría a donde Akashi tomo como salida. Procurando tener botes de basura o bardas cerca de él y usarlos como un escudo cuando escucho el impacto de las balas. Conforme fue avanzando el aire tomaba terreno en sus pulmones y sus pasos se volvieron más rápidos.

No pensaba a donde iba o como terminaría eso, pero tampoco se quedaría a encontrar esas respuestas cuando había dos sujetos (o más) siguiendo sus pasos, con armas cargadas con un silenciador y calles que probablemente tuvieron tiempo de sobra para conocer en su ausencia.

 

Ya tendría tiempo para averiguar cómo lograron dar con su casa o incluso con él. Pero por ahora todo lo que tenía en su mente era correr, correr y nada más que correr.

 

Finalmente llego a la barda que separaba el vecindario de la calle principal. Utilizo el enorme depósito de basura como escalón y saltó sobre la barda sin poder evitar que una de sus piernas rozara con la barra de contención y esta sufriera una leve descarga que lo dejo adormilado y adolorido.

Respiro hondo, repitiéndose una y otra vez que el dolor era mental, que tenía que levantarse de su lugar para seguir moviéndose o si no esos pasos que escuchaba al otro lado del muro, terminarían dando con él por su debilidad de quedarse inmóvil en ese lugar.

 

-(-)-

 

A la mañana siguiente, Akashi acudió a la casa de Tsukishima junto con Bokuto únicamente para comprobar que todo seguía en orden, solo para encontrarse con la desagradable sorpresa de una puerta abierta, rastros de sangre en algunas zonas del suelo y los vidrios de las ventanas rotos de forma descarada y brusca.

 

No paso mucho para que acordonaran la zona, se juntaran los vecinos, las preguntas llovieran a posibles testigos y la prensa tomara fotografía de las pruebas que iban poniendo conforme la investigación avanzaba a pesar del estorbo que representaban los curiosos.

 

— ¿Qué tienes? — Kuroo fue a donde Kenma sostenía la cámara fotográfica y negaba con la cabeza —Todos los vidrios y muebles están rotos, pero no hay cabellos, piel, uñas o sangre…

 

—No hay nada que pruebe si el altercado se originó dentro o fuera de la casa— resumió sin poder sonreír al tener más de un escenario desfavorable para su rubio amigo que solo había dejado como prueba la sangre en algunas hojas de césped, una bala perdida que dio cerca de la barda frente a su casa y un rastro que debían seguir sin pistas al no tener ni siquiera el arma homicida.

 

No, no. Simplemente el arma. No había pruebas de que se cometiera un homicidio en las últimas horas.

 

— ¿Testigos?

 

—Nadie vio o escucho nada.

 

— ¿Arma?

 

—Ninguna.

 

— ¿Las balas?

 

—No están seriadas.

 

Kuroo puso los ojos en blanco al no tener ni siquiera una base de la que pudieran avanzar.

 

—¿Vehículo?

 

—Tampoco hay rastro de ningún medio de transporte que no fuera la patrulla en la que Akashi lo trajo— al mencionar al morocho que estaba en la sala recogiendo pistas junto a Bokuto, volteó levemente para intercambiar miradas con Kuroo y apretar un poco su tabla de registro al no poder disculparse por el enorme error del que se sentía culpable pero tampoco lo demostraba demasiado para evitar alterar al equipo.

 

Porque si algo podía alterar al grupo de investigación, era ver a un Akashi alterado y un Kuroo enojado y serió. Ya contaban con uno, no iba a hacer el ambiente más tenso a lo que ya era.

 

—Hubo varios disparos anoche, los culpables todavía tuvieron tiempo de regresar a destrozar todo y los vecinos no tienen ni idea de que paso— asintió no muy convencido y sin poder dar un comentario sarcástico al imaginar el peor de los casos. De hecho no debería sentirse tan afectado, Tsukishima no era más que otro testigo, una pieza para resolver ese rompecabezas que se les resbalo de las manos y tampoco era el primero.

 

Quizá por eso se sentía molesto, porque no podían encontrar nada concreto de ese maldito grupo y las pistas obvias que dejaban sin rastro que seguir.

 

—Iré a revisar los alrededores.

 

—No hay nada.

 

—Igual iré a revisar. Sería de gran ayuda que la fastidiosa prensa y vecinos se largaran de una vez a la…

 

—Kuro, yo iré a revisar.

 

El nombrado volteó a donde Bokuto lo había llamado con ese tono de voz que no le avisaba o comentaba, si no que le soltaba un hecho que no podía refutar aunque quisiera.

 

—Estas muy alterado y todo lo vas a tomar como pista. Vamos a perder el tiempo analizando cosas que no valen la pena, mejor quédate a registrar la evidencia junto con Kenma y Akashi.

Kuroo estuvo a punto de decirle que esas eran puras tonterías, pero prefirió cerrar la boca. Principalmente porque tenía razón, en ese momento todo le parecía fuera de lugar y sospechoso.

Cada uno de los vecinos que hablaban entre murmullos sobre lo ocurrido en el vecindario, eran sospechosos a sus ojos.

Porque no era posible que no escucharan ni siquiera cuando los vidrios fueron rotos a mitad de la noche.

 

—Buenos días oficial.

 

Kuroo tuvo que interrumpir sus sospechas cuando uno de los que formaban parte del vecindario se acercaba a él y miraba consternado a la pequeña multitud que se formó en su ausencia.

 

—Buenos días, joven…

 

—Oikawa, Oikawa Tooru—se presentó con un gesto educado antes de señalar a todos los demás —perdón pero ¿sucedió algo malo?

 

—Sí, ocurrió un altercado entre las veintitrés treinta horas y la media noche.  ¿Supiste algo de eso?

 

—¿Lo hubo? ¿En la casa de Kei? — el castaño de nombre Oikawa alzo las cejas, sonriendo divertido y negando con la cabeza —creí que ya no vivía aquí.

 

—¿Por qué?

 

—Bueno, dejo de venir por una semana.

 

— ¿Eran cercanos?

 

Un silencio suave se acomodó entre ambos, dejando a Oikawa con el tiempo suficiente para ver al cielo en busca de respuestas, sonriendo de una forma tan elegante que a Kuroo le dieron ganar de estamparle la libreta en la cabeza y decirle que no tenía tiempo para eso.
Pero se contuvo por el simple hecho de que necesitaba todo testimonio que le fuera a ser útil para llevar a cabo la investigación.

 

—No, yo diría que simplemente éramos conocidos. Vivo justo a lado de su casa.

 

— ¿Y no escucho nada fuera de lo común?

 

Y de nuevo esa sonrisa se pintó en sus labios, como si la pregunta fuera tan graciosa como lo era el hecho de que tan solo hace unas horas alguien irrumpió en casa ajena y dejo caer disparos a diestra y siniestra.

 

—No.

 

—…bien, gracias por su cooperación joven Oikawa.

 

Podía ser un paranoico o un exagerado, pero esa no era la expresión de un inocente.

Notas finales:

CONTINUARA (?)

 

Cualquier critica, comentario o emoción, favor de dejarla aquí en comentarios -inserte corazón- gracias :3


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