Capítulo 13
Un nuevo día era para el instituto Everglades, todos los estudiantes estaban en sus respectivos salones. La clase E estaba en una especie de examen sorpresa, ya que el silencio había reinado por completo, todos parecían estar en grandes aprietos menos dos personas.
- Entreguen sus exámenes – Ordeno el profesor Sage a todos los alumnos y el timbro sonó dando anuncio al primer receso del día.
(Opening - Voodoo Doll de VIXX)
A uno por vez se acercaba al docente para entregar su examen, algunos incompletos, algunos pocos ni se disponían a levantarse para revisar sus exámenes, y otros entregaron el examen finalizado por completo. El director veía a los alumnos que revisaban los exámenes pero eso nunca lo permitía cuando se trataba de un examen sorpresa.
- Los que no entregaron el examen ¡Lo hace ahora o sino serán castigados! – Sentencio haciendo que Milo y Camus se levantaran para entregar sus exámenes para después salir del salón dejando a sus amigos dentro.
Ninguno de los dos se hablaron por lo ocurrido el día de ayer entre ellos, ya que el enojo entre ambos todavía quedaba, sabiendo que era algo pequeño pero eso nunca acabaría.
Al cabo de unos minutos Afrodita y Shaka se pusieron de pie para así entregar sus exámenes, y de paso pedir disculpas al director que no se mosqueo en aceptarlas, sin más que decir Deathmask y Aioria se levantaron para entregar sus exámenes pero el director los fulmino con la mirada.
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Estando los dos solos y busca por los pasillos a Camus o a Mu para juntarse, pero no los encontraban por ninguna parte. Shaka deja salir un suspiro bastante decepcionado al no encontrar a los otros dos, sino antes girarse y mirar a Afrodita - ¿Dónde se abran metido aquellos dos? – El peli celeste se acomodaba su cabello mientras se miraba en el vidrio de un salón vacío y haciendo caso omiso a lo que le estaba preguntando su mejor amigo - ¿Me estas ignorando? – Afrodita asiente al terminar de peinarse su cabello para después sonreírle con diversión.
- Te preocupas por nada y eso hace que tu vida sea siempre deprimente – Al escuchar aquello Shaka se cruza de brazos para mirarlo de mala manera.
- Oh, no sabía que mi vida no fuera como la tuya, teniendo a un chico o varios llendo tras de mi como si desearan salir conmigo ¿O no? – Afrodita se gira para mirarlo de mala manera y esas palabras dichas por Shaka en un tono sarcástico no le gusto para nada.
A lo lejos se acercaba Deathmask junto con Aioria, ambos iban en dirección de aquellos dos jovencitos. El joven de cabellos cortos y azulados da la vuelta a la persona que tanto deseaba se girara haciendo que este quedara aprisionado contra la puerta de aquel salón vacío.
- Qué dices ¿Saldrías conmigo? – Afrodita no sabía que decir ante la propuesta que le estaba haciendo Deathmask, Shaka estaba al lado de él y no sabía cómo tomarse aquella escena bastante comprometedora para su mejor amigo. No obstante, Aioria hace lo mismo con Shaka tomándole del brazo y se lo lleva lejos, abandonando a los otros dos.
- ¡Oye! ¡¿Qué haces?! – Le pregunta a los gritos el muchacho de cabellos rubios para posteriormente ver que Aioria se había detenido, pero su sorpresa fue que la distancia entre ellos dos se acorto muchísimo al punto de sentir la respiración del otro.
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En la sala de reuniones, Aiacos estaba con sus dos parientes planeando el próximo movimiento para aniquilar al muchacho que tanto detestaban y a Milo, dado que se sentían acorralados por todos.
- Tengo un plan que podría funcionar a la perfección – Hablo Radamanthys para todos y enfocar sus ojos ámbar en Aiacos – En donde tu Aiacos, sales con Camus Afrontes y tenerlo bajo amenaza por tres días, hasta que el cuarto día llegue llévalo a una cita al museo para después hacer lo mismo que hicimos con la rata muerta – La mirada de Aiacos se ilumino de muchas esperanzas ya que tendría un papel importante esa vez.
- ¿Qué hay de Milo? Radamanthys – Pregunta Minos un poco dudoso, ya que no sabía si el detalle de Milo estaba en los planes de su pariente – Sabes que es un detalle que debemos tener en cuenta, pero hay otros detalles más, por ejemplo Degel que es primo de este muchacho en este tiempo – Radamanthys y Aiacos se giran para mirar a Minos que estaba sentado en una de las sillas del escritorio, con un semblante pensativo y sereno – Ya que al pensar y al recordar lo sucedido hace doscientos años atrás con el joven Monthay, llegue a la conclusión que este muchachito no es igual que el otro, sino – Aiacos y Radamanthys se acercaron a Minos con unas caras de no entender lo que estaba diciendo, al ver que sus mejores amigos se acercaron mucho a él, lo único que hizo fue sonreír orgulloso de su conclusión – el joven Monthay acaba de reencarnar en el joven Afrontes, parece algo descabellado para nosotros que somos vampiros, pero para los mortales es algo difícil de explicar – Aiacos se mordió el labio inferior bastante dolido por lo que conto Minos, no sabía que hacer o como ganarse aquel muchacho que para sus ojos era un platillo que deseaba saborear.
Radamanthys se pone de pie bastante confundido ya que su plan parecía ser similar al otro que planeo, pero esta vez le sería más complicado, ya que las leyes de ese tiempo eran más complicadas y en mayor cantidad, donde todos los ciudadanos tenían derechos y eso no lo toleraba. Camina por la sala pensando alguna forma de llevar a cabo su plan maquiavélico y poder conseguir lo que tanto anhelaba.
- En cambio, tenemos el peor dolor de estómago sobre nosotros y es Kardia – Radamanthys se voltea para mirar a Minos quien estaba a espaldas de él, su mirada ámbar se cruzaron con las naranjas de Minos para después comprender aquel punto – Debemos actuar y rápido, con cautela para evitar que los amiguitos de Kardia nos pillen con las manos sucias.
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Saga recorría los pasillos en busca de una persona en cuestión, no sabía que pensar, estaba preocupado por él. Había metido la pata en grande diciéndole a su hermano gemelo que estaba saliendo con Sorrento y al ser escuchado por Mu, su corazón se detuvo en aquel momento. Estaba perdido y confundido, no comprendía aquella escena en el cumpleaños de Radamanthys, donde su gemelo estaba besando a la persona que le robo el corazón.
Se detiene para volver a repasar lo que le conto Shura acerca de Mu, algo que provoco que saliera de su salón y tareas como miembro del centro de estudiantes para arreglar aquel mal entendido y buscar respuestas.
----- Hace 2 minutos -----
Estaba en su salón revisando algunos papeles con nombres de alumnos de los clubes y los que habían solicitado cambios por problemas en sus clubes, tenía su mente centrada en aquellos papeles cuando un golpe lo hizo saltar de su asiento, alza su mirada para toparse con la imagen de Shura.
- ¿Por qué hiciste eso? – Le pregunto un poco enfadado por el ruido que propino Shura al haber golpeado con su mano en uno de los bancos del frente.
- Pensé que eras Kanon – Le responde con sarcasmo y aquello no le gustaba para nada, toma sus papeles para guardarlos en la carpeta y esta guardarla en su mochila – Me disculpo si te habré ofendido, Saga – Se disculpa Shura para después ir hasta el banco de Aioros y sentarse al lado de Saga.
- No importa Shura – Dice Saga mientras se voltea para quedar al frente del joven de cabellos verdes oscuros - ¿Qué te trae por estos lados? – Shura encoje sus hombros mientras revisa el banco de su novio para ver si encontraba algo que le llamase la atención.
- Quería hablar con Aioros, ya que quiero organizarle su fiesta de cumpleaños que es dentro de tres semanas – Saga asiente al recordar el cumpleaños de su mejor amigo y el detalle que deseaba hacerle Shura a él – Dado que el año pasado me olvide de su cumpleaños y me hecho de casa – Dice esto con un dolor fingido mientras se giraba para mirar a Saga con una media sonrisa – Y quiero darle una fiesta de cumpleaños que jamás olvidara – Saga sonríe con diversión y deja salir una carcajada por el simple hecho imaginarse a una persona como Shura organizar una fiesta de cumpleaños.
- Ya quiero ver a Aioros muy feliz por tu progreso después de cien años – Shura mira mal a Saga con aquel comentario que no le pareció lindo, no obstante el gemelo mayor deja salir un suspiro al sentirse más relajado con aquella conversación que estaba teniendo con el novio de su mejor amigo.
- Lastima que tu amor no correspondido se marcha – Saga se gira y se pone de pie para mirar con desconcierto a Shura, que por su parte se levantó para enfrentarlo y obtener su venganza por el comentario hecho anteriormente por Saga.
- ¡Mu me corresponde! – Le grita bastante alarmado y sintiéndose descubierto por Shura, sentía como su corazón latía desenfrenadamente y eso tenía una explicación - ¡¿Cómo es eso que se va?! – Le grita de nuevo mientras lo toma por los hombros, Shura lo mira con seriedad jamás espero que su comentario llegase a esos extremos.
- Creo que el hermano lo manda a otro colegio y a uno católico, creo – Dice al ver que Saga lo suelta y este se marcha sin despedirse de él.
----- En la actualidad -----
Al doblar en el tercer pasillo que recorría para después toparse con la bella imagen de aquel joven de largos cabellos lavandas, mirada esmeralda con un semblante que le preocupaba muchísimo. Se acerca a él para después ver que este se asombra al verlo y se ponía de pie, quedando ambos enfrentados y con sus miradas puestas en el otro.
- Hola – Dijeron a la vez haciendo que el silencio que reinaba el pasillo se esfumara y haciendo que los latidos de sus corazones sean el sonido para el ambiente.
- ¿Qué haces aquí? – Le pregunta tímidamente Mu aquel chico que tanto le gustaba, agacha su mirada para ocultar su sonrojo ante los ojos expectantes de Saga.
- ¿Cómo es eso que te marchas? – Le pregunta de manera sorpresiva y en un tono desconcertante, Mu abre sus ojos enormemente por la sorpresa y alza su rostro para después sentir como Saga lo tomaba de la cintura para acortar la distancia entre ellos.
- Yo… yo… - De sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, su rostro esta enrojecido por la vergüenza y un dolor enorme en su pecho se había presentado – Perdóname Saga, mi hermano no quiere que te siga viendo – El gemelo mayor abre sus ojos al escuchar aquello, para recordar velozmente cuando Mu lo había invitado a su casa para que le explicara matemáticas y que el hermano mayor de este lo había echado a patadas sin ningún motivo.
- ¡¿Cuándo te iras?! – Le grita provocando que Mu se aferrara a su pecho para romper en llanto, Saga no sabía qué hacer en ese momento y lo primero que se le ocurrió fue abrazar con fuerza al amor de su vida.
Sus corazones estaban unidos y el amor que sentían por el otro estaba aclarado, pero los roces que tienen son sin tacto, algo que para Saga es lo que siempre anhelo y para Mu el amor que sentía por él era más inmenso que sentía por una persona.
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El timbre había sonado y todos ingresaron a sus salones, pero la clase E tenia Gimnasia, una materia que hacía de la rivalidad lo primordial. Saga había acompañado a Mu para que se lavara el rostro y de paso dejarlo al pie de los vestuarios, ambos se miraron con una cálida sonrisa para después separarse.
Afrodita y Shaka llegaban en compañía de sus dos acechantes, Shaka había sido “amenazado” por Aioria, que él debía sentir admiración hacia la persona que era Aioria, lo negó pero debía hacerlo sino quería ser molestado por dos meses. Por otra parte, las cosas para Afrodita eran complicadas, ya que el viernes tenía una cita con Deathmask con la condición de repetir el beso que él le dio a causa de su borrachera.
Camus se había cambiado ya y se encuentra a sus tres mejores amigos en la puerta con sus rostros diferentes a los que siempre tenían. Pasa la mano al frente de Mu para ver si este reaccionaba, al ver que no pasaba nada se acercó a Shaka que parecía estar enfuscado o pensativo, posteriormente se cruzó de brazos para mirar desaprobatoriamente a Afrodita que tenía su rostro rojo de la vergüenza.
- “Qué extraño, jamás los vi con esas caras, uno avergonzado, otro enojado o pensativo, que se yo, y el otro parece más un tonto con esa cara de enamorado” – Al terminar de pensar aquello Camus aprovecho para usar un juguetito que se había encontrado por los pasillos en sus amigos.
- ¡Ay! – Gritaron y brincaron los tres a la vez por el juguetito que tenía Camus, el de cabellos aguamarinas comenzó a reír con malicia - ¡¿Por qué hiciste eso?! – Los tres fulminaron con sus miradas a un Camus que se había recuperado de su ataque de risa.
- Parecían tres estatuas con diferentes emociones destellando al frente de un crítico – Los tres se miraron sin comprender lo que acababa de decir Camus, pero él si se entendió – En resumida parecían unos imbéciles parados con unas caras bastantes graciosas y yo solamente disfrute del momento como buen amante del arte – Mu se acercó a Camus para pegarle el brazo transmitiéndole su enfado con él, al ser golpeado Camus se frotar la zona donde fue lastimada ya que el golpe que le propino le había dolido de verdad.
Al esperar que sus tres amigos se cambiaran, se ataron los cabellos para ir hasta donde estaba el grupo, pero para desgracia de ellos cuatro Aioria le hizo una seña a su grupo para que fueran hasta donde estaban ellos, pero Camus miro a sus amigos sino pedirles algo.
- ¿Podemos ir a otro lado? – Mu y Afrodita se miraron, para después asentir pasando al frente de los mejores amigos quienes los miraban anonados de como ellos los ignoraran.
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La clase de Gimnasia continuó su curso, donde Camus en compañía de Shaka se quedaron hacer un poco de atletismo ya que sus condiciones físicas no eran propias. Todos se fueron a las duchas para después aprovechar el primer recreo, el cuarteto se dirigieron a las escaleras para hablar entre ellos, ya que los últimos días no pudieron hacer relaciones públicas.
- Qué día más raro – Dijo Camus mientras buscaba en su mochila algo para picar e igual forma hacían sus amigos.
- Para mí esta semana y las que vienen será una tortura – Comento Shaka quien habría su yogurt con frutas.
- ¿Por qué? – Le pregunta Afrodita con una cara de cansancio, se notaba en él dado que pensar siempre y por minuto lo que sucederá el viernes, hacía que su rostro pareciera cansado.
- Aioria me dijo algo que no me parece justo – Mu le miraba mientras le daba un mordisco en su sándwich de queso parmesano y mortadela.
- Nada es justo para ellos tres – Afrodita se voltea para mirar con desconcierto a Mu, quien se limpiaba con una servilleta la comisura de su boca – Siempre quieren que otros jueguen con sus propias reglas en un juego que podría hacernos molestar muchísimo – Camus reflexiono a lo que acababa de decir Mu, para después comprender el semblante enojado que transmitía Milo cada vez que se cruzaban.
- No creo que Deathmask sea así – Pensó en voz alta Afrodita con un dejo triste logrando que sus amigos lo miraran con rareza - ¿Qué? – Camus le dibujo un corazón en el aire provocando que Afrodita se ruborizara hasta las orejas, Shaka comenzó a reír y Camus no se quedó atrás.
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Al terminar el primer recreo las clases siguieron su curso con suma normalidad, el segundo recreo había llegado y eso para Aiacos era el momento indicado para acercarse un poco a su amor no correspondido, haciendo que ese anhelo que tiene se cumpla.
Al llegar a la cafetería revisa a todos lados si ve al joven Afrontes para después encontrarlo en la mesa donde siempre se sienta junto a sus amigos. Se relame los labios de los secos que estaban para después ir hasta donde estaba aquel muchacho de cabellos largos de un color aguamarinas, mirada azulada y profunda al ser admirados, una piel que deseaba saborear y sobretodo probar aquella sangre que solo su estómago podría juzgar.
Milo observa como Aiacos se acercaba a la mesa donde siempre se sentaba aquel muchacho que lo sacaba dos por tres de quicio, al ver que el otro individuo estaba ya cerca de la mesa, él por impulso se levanta para ir hasta donde estaba Camus y lo toma del brazo obligándolo a ponerse de pie para así abrazarlo frente a todos, dejando de por medio a un Camus bastante sorprendido.
- “Por… Por… ¿Por qué me abraza?” – Se pregunta Camus al sentir el tacto con Milo, jamás había recibido una muestra de afecto por parte de aquel muchacho de cabellos rizados y rubios frente a todo el colegio.
Aiacos mira de mala manera a Milo mientras apretaba con fuerza sus puños, no podía haber fracasado al primer intento, pero opto con algo que le serviría muchísimo – Camus – Lo llamo haciendo que el abrazo entre el joven que le robo su corazón y el otro individuo finalizara. Camus se voltea para recobrar la compostura y cruzar mirada con Aiacos – El presidente del centro estudiantil quiere que hoy mismo te decidas en que club te integraras – El joven Afrontes se gira para mirar a Milo quien por su parte lo mira con una cara de pocos amigos, regresa su mirada hacia sus amigos quienes ya estaban al tanto de su crisis y por último mira Aiacos, que no parecía estar alegre como conocía.
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No podía creer que ese día fuese el más raro para él, no podía concentrarse en la clase de Gramática ni la de Idioma, sabiendo que los docentes de ambas asignaturas lo miraban con unos ojos lleno de preocupación.
Al finalizar sale en compañía de sus amigos hacia el pasillo central para después los cuatro sentar en uno de los bancos más largos que había apenas se ingresaba al colegio.
- ¿Y ahora qué hago? – Se preguntó mientras se cubría su rostro de la vergüenza que tenía a causa de lo ocurrido en la cafetería, no podía creer lo que hizo Milo con su persona y tener el rostro de Aiacos enfadado con él, algo que jamás espero.
- Viendo tu condición con los clubes es un gran problema – Respondió Afrodita mientras abrazaba a un Camus que estaba abrumado por su condición actual.
En ese preciso momento a Mu se le ocurrió algo brillante, se gira para mirar a Camus y proponerle algo – Probemos los clubes de deportes y uno al que pertenezco yo, sino funciona puedes pasear por el pasillo donde se dicta mi club – Propone logrando que el rostro de Camus se ilumine un poco.
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Era miércoles y Camus no había terminado en decidir que club pertenecer. Intento con el club de deportes, pero lo descarto por su condición física, después probó con el club de artes marciales junto con Mu.
---- En el club de Artes marciales ----
-¡AH! – Grito Camus al ser derribado de un solo golpe por Mu, quien lo dejo tumbado en la lona y mirándolo desde arriba con una sonrisa de burla.
- Parece ser que este club no es lo tuyo – Camus negó al comentario de su mejor amigo, para así ser ayudado a ponerse de pie y dejar salir un suspiro cansino.
---- De regreso en un momento reflexivo ----
- “Ningún club es lo mío” – Pensó para después ir hasta un salón donde Marín estaba dando lecciones a un grupo de alumnos, se acerca a la puerta para mirar con atención aquella clase. Le parecía muy interesante e ingresa al salón dándole una gran sorpresa a la profesora Marín quien se le acerco con una sonrisa por demás maternal.
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Al terminar de hablar con Marín sobre aquel “club” y hacer algunos ejercicios e interesarse más en la ciencia, Camus estaba muy contento al haber encontrado un club que era apto para él, camina el pasillo que conducía al salón del centro de estudiantes para hacer el comunicado al presidente del centro de estudiantes.
Al llegar, toca a la puerta para esperar unos minutos y ser atendido por Aioros quien lo recibió una media sonrisa, no entendía aquella sonrisa parte de Aioros. Al mirar los que estaban allí dentro, lo que podía apreciar era que debía quedarse parado frente al presidente del centro de estudiantes quien estaba observándolo con seriedad y a la vez con tranquilidad, y con sus dedos entre lazados, a sus costados estaba Minos y Aiacos. Traga un poco de saliva para posteriormente sentir aquel aire frio, un aire que solamente reconocía cuando estaba junto a Milo y no con aquellos tres.
(Ending – Apology de IKON)
------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -------
(…)
Radamanthys mira de mala manera a Aiacos quien parecía estar feliz al usar su poder vampírico con aquel joven – Eres un imbécil y bueno para ¡nada! – Le grito para ponerse de pie y acercarse Aioros para que se mantuviera callado – Y tú no te atrevas a mencionar lo que ocurrió aquí mismo, porque no tendré piedad con tu hermano Regulus, quien deberá pagar por a ver contado sobre esto – Aioros giro su cabeza un poco para ocultar el dolor que sentía al ser testigo de una sospecha que tenía desde que Aiacos se acercó a Camus, quien ahora estaba mirando a Aiacos con otros ojos y aquello no le gustaba para nada.
(…)
Un nuevo día había empezado en la institución de Everglades, la mayoría de los chicos veían a Camus quien parecía estar muy feliz a la par de Aiacos, que ahora era su “novio”, ambos sonreían al pasar por la multitud hasta que Aiacos dejo a su novio en la puerta de la clase de este.
- Te amo mucho corazón – Le dijo mientras lo tomaba del rostro para besarlo, Camus lo correspondió con mucho gusto, pero en ese momento Milo quien estaba en el salón vio como Aiacos besaba a Camus, un dolor agudo se presentó en su pecho haciendo que se derrumbara de dolor al suelo.
(…)
- ¡¿Qué le anda pasando a Camus?! – Pregunta muy exasperado Mu a Saga y a Aioros que estaban sorprendidos por verse descubiertos por alguien que no esperaban.
Ambos se miraron, para después ser Saga quien le cuente toda la historia a Mu. Al terminar de narrarle todo, el muchacho de cabellos largos y lavandas comprendió toda la historia, para así él ser de ayuda para Kardia y los demás.
- Te ruego que después de esto no nos mates con millones de estacas de madera, con billones de cruces también de madera y tres mil kilos de ajo, te lo pido Mu – Le rogaba Saga a un Mu que no parecía estar convencido, si él era un caza vampiros, pero estar enamorado de un vampiro y ayudar a vampiros con asuntos de ellos, era un gravísimo delito, pero debía proteger a sus amigos y ahora ser él quien deba romper esas reglas.