Ambos salieron de las duchas algo atontados por el momento que estaban teniendo los dos, era evidente que su relación era algo rara y eso que con una sola cita pudieron empezarse a gustar. En eso Afrodita al salir primero hecho un trapo mojado, aprecia a su mejor amigo Shaka que estaba sentado en una de las bancas llorando desconsoladamente, y va hasta él dispuesto averiguar que acaba de suceder.
(Opening - Voodoo Doll de VIXX)
Toma asiento sacándose la camisa mojada para limpiarle el rostro, el de cabellos rubios alza su rostro notando que su amigo parecía estarle allí mismo dispuesto a escucharle, pero el temor se apodero de él – No puedo, no puedo… tengo miedo, demasiado miedo – Aquello alerto muchísimo a Afrodita que se gira cruzando mirada con su novio que salia de la misma ducha algo asombrado, Death va hasta Shaka con la intensión de saber que le ocurrió.
- Shaka, ¿Podríamos saber quien te hizo esto? - El joven de cabellos rubios empieza a sacarse el saco del instituto ya que deseaba darse una ducha antes de que eso se secase.
- Fue Regulus que lo hizo y… y… en cierta manera me lo merezco – Death suelta un suspiro algo harto de las actitudes que tenia el hermano menor de su mejor amigo, era tan evidente que ver a Afrodita inflar sus mejillas demostrando lo cansado que estaba de esos abusos hacia personas inocentes.
- No te lo mereces por nada del mundo y nadie se lo merece – Los que estaban se voltearon apreciando a Aioria siendo acompañado por su grupo de amigos y algunos docentes, Degel se acerca a Shaka dispuesto a ayudarle con sacarse la ropa, pero este no dudo en plantarle cara a su novio.
- Si no me lo merezco, por qué no haces algo para defenderme y mostrar que lo nuestro va enserio – Aioria con escuchar aquellas duras palabras le golpeo muchísimo, eso que Death lo miraba con malas pulgas y otra que Afrodita se le acerca para golpearlo en la cara de una abofeteada.
- Eso es para que veas lo infeliz que eres, es claro que no arriesgas nada y eso que soy amigo de tu novio – Le dice iracundo Afrodita mientras va hasta su taquilla dispuesto a sacar el uniforme de invierno que utilizan para los entrenamientos, Camus que estaba allí en compañía de Milo, los dos intercambiaron miradas sin entender absolutamente nada.
- Chicos es mejor que dejemos a Aioria y a Shaka que arreglen sus problemas, vamos saliendo de los vestuarios – Decía Degel tratando de hacer un poco de aire ante el ambiente tan tenso que había, sin embargo, con su celular le escribe a su mejor amigo Asmita para que venga a recoger a su hermano para evitar más humillaciones.
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Agradecía muchísimo que Degel haya sacado a todos, pero tuvo que esperar a que Deathmask y Afrodita se cambiaran, le parecía algo extraño que ambos estuvieran mojados. Sacude su cabeza esperando pacientemente a que su novio saliera de las duchas, dado que se tomo la molestia de buscarle el uniforme de gimnasia del instituto.
- ¿Todavía sigues aquí hostigandome? - Esa pregunta en ese tono frío no le agrado mucho, pero se lo tenía merecido por no estar presente en los momentos que su novio lo necesitaba y más tratándose de su hermano menor que ya de por si no justifica todavía el cambio.
- No estoy aquí para hacerte más daño, simplemente quiero aclarar las cosas entre nosotros, recuperar el tiempo que no nos dimos desde que empezamos a salir hace como un mes – Shaka desvía su mirada no sabiendo que decir ante eso, era evidente que Aioria deseaba pasar más tiempo y demostrarle lo que le prometió desde el primer beso.
- Entonces… ¿No cuenta lo de la biblioteca? - Aquello le dejo absorto, no sabía que decir porque su novio se cambio de vestimenta para después acercarsele, los dos se miran a los ojos y el de cabellos rubios dejo salir un suspiro demostrando que lo decidió – Veo que sigues siendo el rompecorazones del que todos hablan, las chicas se mueren por estar contigo, algunos hombres desean ser como tu y tener a todos bajo sus pies… Si pensabas invitarme a salir a una cita con esa intención, lo siento… ya el daño esta hecho – Acto seguido se marcha de allí dejando a su novio con las palabras en la boca, no quería escucharlo hasta poder saber que hacer con la relación y eso que le dolía mucho lo que estaba pensando hacer.
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Iba por los pasillos del instituto hecho un manojo de emociones, volvía a experimentar lo que vivió en aquel calvario, cosas de su niñez regresaban como flashes muy dispersos y eso que poco pudo hablar acerca de sus recuerdos con su psiquiatra.
- ¿Te encuentras bien Camus? - Da un respingo al escuchar aquella voz, se voltea para apreciar que a su lado estaba Milo esperando a hablar con él.
- S-Si me encuentro bien, gracias – Le hace saber para continuar con su camino, pero el de cabellos rubios no parecía querer dejarlo ir y eso le estaba molestando en cierta manera - Acaso eres un idiota o puedo saber que quieres de mi – Milo pestañea de manera inocente ante aquel llamado de atención, estaba claro que esas cosas nunca podría decirle el Camus que su hermano mayor le comentaba, el que se enojaba fácilmente, el que era independiente y el peor adolescente que haya podido conocer después de él.
- Y-Yo s-solamente q-queria s-saber… c-cómo estas – El menor de los Afrontes parecía mirarlo de arriba hacia abajo como esperando a que dejase hacer lo que el consideraba un acoso – En verdad que lo siento si parezco un acosador, pero… como decirlo – Se rasca la nuca tratando de encontrar las palabras para poder entablar una conversación, sin embargo, Camus esboza una sonrisa tímida ya entendiendo lo que pretendía Milo.
- Veo que eres alguien inútil con las palabras, pero… yo ya empecé a leer el libro que me prestaste antes de que me secuestraran – Milo pestañea algo anonadado por la valentía de hablar lo que sucedió ya hace más de un mes – Te lo devolveré cuando lo termine – Ambos sueltan una risa nerviosa por el incomodo silencio que se instauro, era notable que los dos hacían un claro avance de tener una amistad.
- Descuida, ese libro te lo puedes quedar… Total puedo comprarme otro – Cruza sus brazos no tan favorecido con esas palabras, jamás fue de aceptar cosas de otros y con la intensión que parecía tener Milo hacia su persona, parecer alguien débil y dar lastima a simple vista.
- No puedo aceptar eso como si se tratase de un obsequio o porque si tu tienes tanto dinero podrías comprarte lo que sea, pero yo pienso devolvértelo y te lo devolveré, es tu libro, es tuyo y yo ya tendré el dinero suficiente como para comprármelo por mi mismo – El de cabellos rizados y rubios suelta una suspiro dejándose mostrar algo terco ante esa decisión, era claro que la postura que ambos pusieran terminarían peleando y toma la decisión dejarlo estar.
- Bien me lo regresaras cuando lo termines – Le responde contrariado ante la sonrisa que le dedico ese chico, los dos continúan caminando hasta el pasillo central para después Camus despedirse de él con “Nos vemos” neutral, dejándolo a él con esa sensación de estarle contrariando o simplemente no comprender lo que parecía ser evidente y a la vez no. Sin embargo, suelta un suspiro dándole un respiro a sus pensamientos para así regresar al salón de clases, dado que estaban en las últimas horas de estudio.
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Había llegado a su casa hecho un desastre, deja su mochila en la entrada, sube apresurado las escaleras alcanzado casi de chocarse con El Cid que lo observaba algo asombrado por la velocidad con la que se dirigía su ahora sobrino. En cierta manera, vuelve a adentrar su presencia al cuarto para cruzar una mirada de preocupación con su pareja y lo mejor era dejar que Sysipho se hiciese cargo.
Estaba en su cuarto echado en la cama, fijando su mirada en la blancura del techo y que simplemente la casta luz de los veladores modernos del cuarto lo iluminasen, no dejaba de pensar en como Shaka estaba, se sentía muy mal y eso que le invito a salir para arreglar las cosas, le lastimaba el hecho de que Regulus hiciese esa clases de cosas por simple celos. No podía entender los motivos, dado que ni Shura, ni Aioros, menos Regulus o Shaka le contasen lo que en verdad ocurrió aquella vez que no estaba, era algo que le hacía ver lo menos dedicado que era con respecto a su actual relación.
- ¿Puedo pasar Aioria? - La voz de su tio lo saco de sus pensamientos, usa su poder vampírico para que la puerta se abriera, aquello a Sysipho le demostraba que sus sobrinos eran personas solitarias cuando necesitaban meditar sus acciones. Ingresa al cuarto notando que su sobrino se cubría el rostro con una almohada tratando de mitigar lo que parecía ser un dolor agudo en su corazón – Veo que no iras a tu cita ¿No? - Le cuestiono mientras se acercaba aquella cama para sentarse y tomar entre sus manos aquella almohada, veía la tristeza centellar como un fuego frío por aquellos ojos pardos, era tan evidente que como único adulto de esa familia y el tutor legal de sus sobrinos, no podía hacer ningún rol de su cuñada y de su difunto hermano (*).
- Shaka me dijo que no quería verme, me insulto, me grito y todo porque no sé con exactitud lo que paso aquella noche que ustedes vinieron para casa en la camioneta de la familia – Sysipho deja salir un suspiro agotado de las travesuras de Regulus y que este se metiese en la vida privada de Aioria, eran hermanos y repudiaba esas constantes fricciones por malas acciones del pasado.
- Debes darle tiempo, hijo… No siempre uno puede vivir la vida de color de rosas, en cierta manera, tarde o temprano llegaras a estamparte contra el muro, te lo digo porque una vez tu padre me lo dijo – Guía su mirada ante la alusión que hizo su tío acerca de su difunto padre, toma asiento en la cama para así meditar un poco las cosas.
- Pero no siento que sea eso tío, sino que… Como explicarlo… - Medita con más detenimiento sus dudas, para así mirar a su único consuelo y guía a los ojos – Es como sí Shaka siente la presión de estar bajo amenaza, entiendo como es ahora Regulus, pero sigue siendo mi pequeño hermano, también comprendo que la diferencia de edad entre Shaka y nosotros es demasiada… Pero no justifica este sentimiento de que la he cagado, yo en verdad lo amo, lo amo desde que… él era un patito feo, porque dentro mío pensaba que tarde o temprano ese patito sería lo que es ahora, un hermoso y elegante cisne – Sysipho esboza una sonrisa ante la madurez que tenia Aioria con respecto a sus vivencias, era algo que admiraba de su sobrino. Se acerca para abrazarlo con mucho afecto, podía sentir que este comenzaba a dejar salir esas amargas lágrimas de la frustración al verse aprisionado por lo que ama y por lo que desea proteger con todas sus fuerzas.
- Eso lo he notado cuando nos lo presentaste como tu novio oficial, nada puede juzgar por lo que son – Alza su mirada para mirarlo con ese dolor que poco a poco dejaba salir, era tantas emociones que se guardo por muchos siglos, sin embargo, lo mejor que podían hacer era hablar por un buen rato – Creo que yo puedo ser un consuelo para ustedes tres, ya lo fui con Aioros en su tiempo y ahora me toca ser tu consuelo, mi pequeño león endemoniado, sé que Regulus cambio drásticamente por el hecho de perder el apoyo de ustedes dos con respecto a sus decisiones, pero hay algo que no llego a entender y eso que le pedí al director de que este en el mismo curso que Aioros, porque si lo metía contigo y los demás, creo que las cosas podrían ir muy mal – Aioria se endereza para mirar a su tío con seriedad, sabía que aquel día prácticamente los cuatro discutieron hasta más no poder, cosa que Shura y El Cid tuvieron que detener la disputa antes de que alguien saliese herido.
- Tomaste la mejor decisión, ahora mismo Aioros puede vigilar a Regulus en compañía de Dhoko, Saga, Aldebaran y Manigoldo, ya con que esos cuatro le estén ayudando es más que suficiente – Sysipho deja salir una risa al asentir por su decisión, dado que la insistencia de Kardia con respecto a ese tema, parecía indicarle que algo grave esta ocurriendo en el instituto.
- Ahora mismo lo que deberán hacer es proteger a Camus y eso que no queda mucho para que Milo parta de aquí por quince días al extranjero – El castaño del medio se lleva las manos a la cabeza por olvidarse de ese detalle, tendrá que hablar con Death, Shura y Kanon, porque si debían consentir también el apoyo de Albafica y los demás, sería más difícil de gestionar la seguridad de Camus en ese tema.
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No dejaba de pensar que haría para que Camus lo mirase con otros ojos, era evidente que hizo más mal que bien desde que este llego al instituto, si lo hizo debía recordar y asimilar que siempre mantuvo su amabilidad intacta. Había cambiado todo el aspecto de su cuarto por uno más moderno y lujoso, lo había deseado desde que las cosas en el mundo cambiasen, pero por sus problemas psicológicos no pudo concretar su deseo; admira la gran cama que su hermano compró por su cumpleaños, era muy linda mantenía el estilo antiguo pero agregaba ese detalle de lo elegante y sofisticado, el piso de madera negra realzaba las paredes de pintura y madera blanca que aminoraba el dolor en su pecho, las ventanas eran adornadas por esa hermosa tela con un diseño liso y de un color rojo tino, dando la sensación de calidez y romanticismo.
- “Me gustaría que algún día pueda traer a Camus a pasar la noche en mi cuarto, la cama es grande, tengo una chimenea, sillones pomposos, y sobre todo un gran estante con muchos de mis libros” Prácticamente me he enamorado más de ese chico – Deja salir un suspiro ante el hecho de admirar el gran cambio en su cuarto, camina hasta el espejo que antes estaba roto para así admirar su nuevo “yo”, ya que en cierta manera su rostro era adornado por aquella seguridad, calma, neutralidad y sobre todo educación a lo que tanto lo caracteriza – Espero poder tener el valor de confesarme, se que no estoy como hace dos siglos atrás, pero… “Creo que empezare haciendo lo de las cartas, me disfrazare de un tipo moderno, elegante, algo anticuado y carente de un gran sentido del romanticismo, con cada letra que plasme en ese papel” - Se para derecho frente al espejo demostrando lo motivado que estaba con la idea, dado que en cierta manera deseaba conseguir a toda costa conocer y poder lograr obtener el amor incondicional de su Camus, por que así lo consideraba, suyo.
Sale del cuarto percatándose de algo, dudaba que Kardia haya llegado exhausto del trabajo, tenía claro que heredar ahora el mandato de los ranchos de su familia y de los negocios en el exterior esa una total odisea, pero le preocupaba lo tarde con la que frecuentaba llegar a la casa. Bajo por las escaleras encontrándose a su hermano sentado en el suelo bebiendo sin tener en cuenta que ya se bajo más de cinco botellas de licor caro, con su mirada fija en la chimenea humeante y sin dudarlo se sentó a su lado.
- Si me vas a preguntar que me pasa, ustedes en el instituto deberán prepararse y eso que nosotros dos no nos salvamos de esta batalla – Milo frunce el ceño al ver que su hermano estaba actuando de una manera tan diferente de la que conoce, y eso que casi nunca le hablaba de Orden Vampírica.
- Si tiene que ver lo de aquella tarde, lo siento… Es que… - Suelta una risa para tomar a su hermanito de la nuca para abrazarlo contra suyo, adoraba verlo así de inocente e ingenuo, ese era su pequeño hermano que tanto anhelaba recuperar.
- No es eso Milo, simplemente quiero que estés atento a tu entorno, no estaré ahí para socorrerte y eso lo sabes muy bien – Los dos intercambian miradas sonrientes ante la locura que ambos cargaban encima, sin embargo, las cosas para Kardia eran totalmente opuestas, ya que su mente no dejaba de recordar las palabras tan crudas con las que sus dos superiores intercambiaban después de aquella reunión con todos los integrantes.
---- Flashback ----
Habían concluido con la reunión que prácticamente los mantuvo alejados del exterior por más de dos horas, cosa que destellaba un cierto ápice de inconformidad por ambas partes. Kardia recoge sus cosas no sin antes guiar su mirada hacia el presidente que parecía estar de espaldas y siendo acompañado por su hermano mellizo que los dos parecían estar hablando en dos idiomas a la vez, dichas lenguas que él totalmente desconocía a pesar que sabía hablar algunos pocos.
Sale de allí no sin antes de cerrar la puerta se asoma para poder escuchar lo que decían, sabía que en cierta manera era de mala educación y encontrar de las reglas que escuche conversaciones de sus dos superiores, pero con cerciorarse de que nadie este a su alrededor con la malicia de encontrarlo espiando, decide de proseguir con la idea de saber en lo que anda tramando el presidente y el vice de la orden vampírica.
- Ya que todos se fueron es mejor que prosigamos con el plan, querido hermano mio – Empezó a hablar el peli celeste que iba hasta la pantalla apreciando como una a una de las cámaras de seguridad del instituto se encendían, ya que no lograba saber que hacer con ese maldito colegio que tantos dolores de cabeza le traía.
- Sabes que no apoyo esta clase de decisión, tu estas al tanto que yo formo parte del cuerpo docente en compañía de Andreas, y eso que el director y el vice del instituto merecerán saber que tu estas metido entre los estudiantes, con esa loca idea de quien eres y de tus intensiones hermano – Suelta aquellas palabras totalmente devastado con ese plan tan loco y bizarro que su propio hermano se creo, entendía que las constantes reuniones no le ayudaban de nada ante la finalidad de todo eso, porque en cierta manera a nadie le convenía sacarse el antifaz y decir lo que ellos dos deseaban escuchar - ¿Acaso pretendes orillarte como todos los anteriores presidentes al dolor eterno? - Se queda inmutado cuando ve a su hermano mirarle totalmente a los ojos y muy frívolamente, entendía perfectamente lo que trasmitía esa mirada penetrante.
- No moriré porque un montón de inservibles y ambiciosos quieran mi puesto, me lo gane y nos ganamos estos puestos porque demostramos ese rayo de luz que el antiguo presidente vio en ambos – Cierra sus ojos cuando guía su mirada hacia la puerta para así abrirla de un sopetón, sus ojos celestes se tornaron totalmente en un color carmesí intenso haciendo que Kardia sea arrastrado por su poder telequinetico y obligándolo arrodillarse delante de ellos dos – Vaya Kardia, nunca espere que estés escuchando nuestra conversación, pero ni se te ocurra hablarle de esto y se que no quiero lastimar a tu hermano o a tu familia por tu osadía, sin embargo – Hace una pausa ya más relajado con lo que le diría a un joven totalmente horrorizado por lo brusco y repentino que fue al usar su habilidad vampírica – sí cumples con nuestras expectativas puede que tu te ganes mi puesto y eso te lo garantizo al cien por ciento, si es que tu aceptas ser el guía de tu circulo y puede que te perdone por este atrevimiento de tu parte… Kardia Diamantidis, primer hijo legitimo a ser el siguiente sucesor de esta orden, por tener sangre noble corriendo por tus venas y se que tu queridisimo padre estaría totalmente orgulloso de ti… ¿No crees eso? - Asustado levanta su mirada topándose con la seriedad del vicepresidente y con aquella amable sonrisa del presidente, dicha situación que lo obligaba a permanecer callado y escuchar lo que estas dos personas planeaban hacer.
---- End Flashback ----
Con rememorar los sentimientos encontrados que tenía en aquel momento le hizo ver que puso más en peligro a su pequeño hermano y a toda su familia sobre este asunto, además, le da un sorbo a su licor de chocolate con leche de almendras para guiar su mirada a su hermano menor que en esos momentos y en ese abrazo le que estaba dando, le hiciese sonreír ante la hermosa imagen de verlo dormir pacíficamente.
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Todos los murmullos se dejaron oír, los docentes parecían estar sudando frío a causa de las noticias que el vice-director dio a conocer, algo que nunca se han esperado y todo por el hecho de que el instituto estaba bajo la lupa de la Orden Vampírica. Sysipho cargaba con dos sillas en cada brazo para ayudar a los demás docentes, estudiantes que eran participes del centro de estudiantes con acomodar el gimnasio y más cuando la oficina del director estaba completamente cerrada.
- Te noto algo tenso Sysipho, acaso ¿ocurrió algo en tu casa? - Se exalta al escuchar la armónica voz de Degel quien estaba dándole una mano con el alineamiento de las sillas, ya que el bullicio de los gritos de Saga y Kanon con delegar las ordenes de dos chicos que son un problema para los profesores.
- No ocurrió nada Degel, es que ando algo consternado con el hecho de que los de arriba y me refiero a la Orden Vampírica venga al colegio, todos estamos así y tememos por algunos alumnos humanos que desconocen por esto – Hace un mohín de preocupación, sabía algo y eso por boca de Milo, dado que Kardia se le dio por presentarse al colegio oliendo a licor, cosa que le desagradaba muchisimo.
- Entiendo, mi primo es uno como sus amigos y… - Se calla ante el hecho de apreciar con sus ojos el gran estrés que podrían tener sus estudiantes, ya que es la primera vez que vive eso en carne propia – Kardia poco y nada me habla de su trabajo, me miente, entiendo que quiera protegerme de la orden vampírica, pero quiero saber si tiene que ver con el joven Monthay y mi primo, porque si me interrogan yo estoy dispuesto a defenderlo – El castaño mayor lo observa con una sonrisa de satisfacción con verlo tan seguro de si mismo, sin embargo, con ver las caras largas de los gemelos menores le demostraron a ellos dos que era momento de dar vía libre al acto.
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Los del centro de estudiantes se pusieron en marcha con tener toda la asamblea institucional al margen, Radamanthys se sentía tan patético por simplemente tener en su mano derecha a Minos y que Aiacos no este, le demostraba que no podían mantener la compostura a pesar que ahora en su lugar estaba Regulus.
- “Espero no sufrir las consecuencias… Se que mi padre no aceptara que Regulus este a modo de auxiliar hasta que recuperemos a Aiacos, pero… ¿Sí ya sabe de que este…? No, no se atrevería a decirlo todo” - Estaba tan asustado que cuando todos en el alumnado estaban en sus lugares correspondientes a sus salones, los del centro de estudiantes se a posicionaron arriba de la tarima con sus uniformes pulcros, hasta que las autoridades se presenten.
Algo nervioso trata de buscar con su mirada alguien que se destacara a modo de incógnito, pero nada pudo encontrar y eso que todas las caras de cada alumno la tenia grabada en su mente. Además, con girar su rostro hacia su hermano con la idea de intercambiar algunas palabras antes de que el director y los docentes se presenten, ya que ni tiempo le dio para enderesarce cuando el director le miro con unas ganas de reprocharlo, pero se mantuvo al margen.
Todos los alumnos del instituto estaban allí presentes junto a sus coordinadores de curso a excepción de los alumnos participantes del centro de estudiantes, el director se pone de pie dispuesto a dar unas palabras para que sus alumnos estén al tanto de ese repentino acto de clausula, cosa que era muy raro que se den y todo por no tener el acceso a más información.
- Quiero dar unas palabras para notificar a los padres, a los docentes, a las autoridades y a los alumnos del motivo porque las clases se suspendieron por este día, es bien sabido que pocos alumnos tendrán clases por las ya venideras fechas de festividades – Hace una pausa para aclararse la garganta, odiaba el ambiente tenso y más cuando los jóvenes comenzaban a murmurar entre ellos.
- ¿Sabes algo Afrodita con respecto a este acto? - Pregunto Camus a su mejor amigo quien lo miraba algo asustado, ya que su ahora novio le miraba sobre su hombro dándole el animo de no revelar nada hasta el momento.
- Camus es mejor que escuches lo que se nos informara, presiento que vamos a dar un punto y aparte a todo esto con la clara intensión de dar comienzo a una guerra venidera – Los dos guían sus miradas a Shaka que estaba en el medio, sin embargo era algo que no lograban entender al punto que deseaba ir, pero con las palabras del director explicando todo y que lo malo estaba por venir.
Las puertas del gimnasio se abrieron, personas vistiendo ropas caras, distintivas de que eran personas importantes, Degel se sentía por demás perturbado al ver como Kardia parecía no soportar hacer ese numerito diplomático, Milo temía bastante de que lo hablado la noche anterior tenga que ver con lo que sucedería a continuación. Entre los alumnos cierta persona sonreía cuan niño travieso dio por comenzado su más grande travesura y eso que pocos sabían del plan que se formulo con ayuda de su más grande consuelo, sin embargo, su mirada turquesa se posaba en cierto muchacho de largos cabellos aguamarina, ya maquinando su siguiente paso ante una evaluación minuciosa.
- “Vaya, vaya… Parece ser que delante mio tengo a mi primer objetivo y eso que ni me desplace hasta los del centro de estudiantes o a los docentes, pero… Jajaja” Qué comience la casería – Suelta una risilla traviesa sin que nadie lo mirase con extrañeza, fija su mirada en Kardia que estaba allí arriba en compañía de los demás miembros de la orden acatando sus ordenes, hasta que la proyección de alguien hablando travez de la pantalla, camuflando su presencia, dando ese aspecto de un hombre tenebroso, carente de una actitud sofisticada, autoritaria e imponente, dado que ni sus rasgos podían verse con claridad ante el fondo tan fúnebre que se esta mostrando.
Sin embargo, a dos sillas de la suya había un joven observándole, ambos intercambian miradas algo dudoso de que se haya percatado, pero nada. No obstante, Albafica ya sabía quien era el actual cabecilla de la orden vampírica gracias a sus deducciones con respecto al pasado y no fue hace tiempo atrás, sino que hace más de una década.
(Ending – Apology de IKON)
------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -------
(…)
Estaba sentado en un banco alejados de todos sentía que algo le oprimía la cabeza, algo que no lograba darse cuenta hasta que siente que alguien le habla, da un respingo percatándose de la presencia de Alberich quien le dedicaba una mirada llena de tranquilidad.
- Te noto algo abrumado Camus, ¿Quieres que te acompañe a la enfermería? - Le pregunta el muchacho de cabellos fucsia, simplemente le dedico una sonrisa temiendo por ir dado que ya le daba pena aparecerse en el lugar de trabajo de la señorita Sasha cada dos por tres.
- Agradezco tu preocupación Alberich, se que eres también amigo de Mu, pero… Lo que me pasa son cosas que no entiendo y mi mente hay veces que me juega una mala pasada – Asiente ante las palabras que le decía su acompañante dado que entendía eso, pero no podía respaldarlo sino se ganaba su confianza.
(…)
Después de acomodar todo en el gimnasio, Shura no lograba encontrar el salón de música, ya que Aioria no dejaba de perder sus cosas y eso que no podía tomarlo como un justificante para poder hablar tranquilamente con su pareja. Camina por un pasillo cuando se encuentra con una escena algo extraña, ve aquel sujeto admirando las aberturas de los salones como si fuera una pieza inigualable en arte.
- Se lo que estas pensando Shura y puedo asegurarte que hasta a mi me fastidia presentarme aquí, ya que tengo amigos, colegas y hasta incluso informantes como tu – Se le quedo mirando bastante abrumado, sabiendo que ahora era un vampiro y su situación poco a poco se tornaba difícil de sustentar, muchas cosas que mantenía en secreto y ahora mismo se veía totalmente desamparado ante aquella mirada celeste que trataba de sacarle algo de información.
- No quiero que me involucre en sus historias, yo simplemente hago mi deber como civil en esta sociedad de vampiros, ya hace tiempo que deje ser un humano y no deseo ser participe en las locuras de otros – Hace una reverencia para así avanzar hasta su salón, ya que tenía pensado tomarse un respiro antes de regresar a casa y todo por el simple hecho de que tenía muchas cosas que hacer en su hogar.
(…)
Estaba allí sentado en la silla que su actual novio se sentaba, admira a sus tres mejores amigos quienes parecían estar esperando cualquier orden que les de, ya que debía actuar cuando antes y más cuando entre el cuerpo estudiantil estaba andando el presidente de la orden vampírica, un paso en falso y él también caería cuan ratón en su trampa.
- Te notamos algo tenso y callado Regulus, sé que estas muy mal en tu relación con Radamanthys, pero ¿No crees que es mejor actuar antes de que caigamos? - Alza su mirada hacia Mime quien intercambiaba miradas con sus amigos, que asentían ante su gran deducción y eso que su sonrisa les notificaba su satisfacción.
- Lo haremos ahora mismo, yo ya he buscado todos los archivos, papeles, documentos y hasta incluso el testamento que el antiguo presidente de la orden vampírica dejo aquí en este colegio enterrado, pero hasta el momento Radamanthys, Minos y Aiacos no pudieron encontrar, por lo que yo sugiero jugar a dos puntas, a favor de Milo y también de la familia Abagnali, de esta manera iremos ganando lo que perdimos “De esta manera podre ser lo que muchos esperan de mí, estoy harto de ser el más chico y el más débil, con lo que yo obtenga seré el único noble de las tres familias que maneje todo” - Esboza una sonrisa retorcida para así comenzar a reír malevolamente contagiando a la vez a sus amigos que sabían correctamente de que él juego apenas comenzaba.