25-¿De quién eres?
¿Qué diablos te sucede?—preguntó Kureto luego de atraparlo.
¡No es…!—trató de decir que no era nada pero el otro le interrumpió.
Alejándolo lo miró a los ojos y le dijo—No te atrevas a mentirme—pero el otro siguió con lo que pensaba era lo mejor. No quería inmiscuir al otro en ese problema. Si en verdad lo que había dicho Ferid era cierto entonces… El otro lo obligó a levantar la cara para que sus miradas se encontraran.
Entonces una tercera voz se oyó diciendo--¿Qué estás haciendo?—antes de que el peliblanco fuera arrebatado de los brazos del otro y Guren se interpusiera entre ambos.
Kureto frunció el ceño mientras se paraba para mirar de frente a Ichinose. Ese tipo siempre lo había evadido a la hora del desafío pero en estos momentos parecía dispuesto a ir con todo. Aunque eso no le quitaba el sueño al Hiiragi que se debatía en su interior entre atacar a la basura enmascarada o dejarlo pasar por los eventos acontecidos hasta ahora aunque le costaba tomar semejante decisión ya que su interior estaba revuelto en los deseos de mostrarle a esa rata como portarse y a no inmiscuirse en sus asuntos.
Shinya que conocía muy bien el carácter de Kureto y sabía lo que le causaba que él estuviera al lado de Guren pugnó por zafarse del agarre del ojos negros para evitar una trifulca.
No, escucha…--le dijo a su amigo mientras intentaba separarse de él.
¡No! Puede que te haya ayudado pero recuerda quien es él. Recuerda como te dejó cuando estabas en la celda, todo el daño que te hizo. No voy a permitir que ahora siga haciendo de las suyas aunque te haya ayudado. Recuerda que él siempre tiene un fin ulterior. Si lo dejas tal vez termine sacrificándote como a sus hombres—dijo Guren mirando a Kureto a los ojos mientras este se ponía más y más furioso, ahora se volvió y agarrando de los hombros a su camarada y amigo le preguntó--¿Vas a dejar que ese tipo te use y te destruya?—preguntó después.
Shinya no sabía que decir. Si bien todo lo que el otro decía era cierto y en parte algunas de sus palabras habían sido sus temores mas profundos. El recuerdo de las cosas que el ojos rojos había hecho por él se clavaba en su pecho mientras miraba los oscuros ojos de Ichinose.
Es gracioso que justo tú vengas a hablar de mi maltrato cuando fuiste tú el que casi lo lleva a la muerte—acusó el Hiiragi.
Guren lo miró sorprendido--¿De que rayos estas hablando?—
El ojos azules se espantó. Kureto planeaba contarle de lo sucedido en su encierro--¡Espera, no…!—trató de decirle al general.
¡Shinya! ¿Qué…?—preguntó el ex teniente coronel.
¡Para ser una persona que se dice tan lista eres bastante estúpido, Ichinose!—espetó con veneno el ojirrojo ganándose una mirada de odio por el otro mientras el peliblanco se desesperaba.
¡Dime ya de que tanto estás hablando!—exigió Guren mientras en vano el algo mareado Shinya intentaba desprenderse de su agarre y parar esa discusión que escalaría hasta volverse algo serio si no la detenía.
¿Acaso no sabías lo que hizo luego de que estuvieras con él la primera vez?—preguntó Kureto que parecía impertérrito pero estaba muy pronto a estallar.
El ojinegro abrió sus orbes muy grandes, impactado de que el otro conociera su secreto pero más aun de que el otro supiera algo de Shinya que él no aunque dudaba de las intenciones del Hiiragi, algo debía buscar con sus acciones. El peliblanco apretó fuertemente su brazo sorprendido y temeroso pues sabía que todo sería descubierto pero no quería llegar a ese punto.
¡Kureto no…!—gritó el ojoazulado.
¿Qué? ¿Acaso tienes miedo que tu “amor no correspondido” se entere de que después de que se “reunieran” intentaste suicidarte a base de hambre porque sabías que no volvería contigo?—preguntó un Hiiragi también furioso y celoso con la actitud del peliblanco hacia el otro pelinegro.
¿De que hablas? ¡Tú intentaste matarlo de hambre!—le gritó el ojos negros.
¿Yo?—Kureto respiró fuerte. No se podía sentir mas ofendido. Que lo acusaran justo a él después de que solo él intentara… su sangre hervía de furia y su mano pugnaba por desenvainar su arma. Guren estaba desprotegido y era el momento perfecto para sacarlo del camino de una buena vez pero también lo necesitaba si quería reconstruir el JIDA y lo sabía. La razón y la locura pugnaban por liderar dentro de su cabeza mientras su boca deseaba contestar cosas que destruyeran al bastardo aunado con la furia de ver que el ojos azules trataba de proteger a este de la verdad ocultando todo.
Shinya sintió como si se ahogara. Dentro de si todo estaba revuelto y en ebullición. Temía a la verdad como mil dardos venenosos pero de pronto lo que quería fue mas fuerte y gritó--¡No, no es así!—Tomando a los otros dos por sorpresa--¡Él estuvo intentando salvarme! Por eso me aisló. No puedo engañarte ni dejarte decir esas cosas. Ambos sabemos que Kureto Hiiragi no es una buena persona—eso no le cayó del todo bien al mencionado pero podía aceptarlo--…pero él de verdad intentó salvarme. Él, sabiéndolo todo me obligó a salir del pozo en el que me había metido—
¿Y que ganaba con eso?—preguntó Guren primero mirando a Shinya y luego a Hiiragi—¡Tú mismo lo has dicho! ¡No es una buena persona! ¡El Kureto que yo conozco no haría tal cosa por más que ganara algo! ¿Qué fue?—preguntó después al susodicho con encono. ¿Podía ser que la clave de esa absurda alianza entre Shinya y Hiiragi que le llevó a hacer que lograran matar a Tenri Hiiragi y al primer progenitor fueran las artimañas del sucesor de Tenri?
¡Él no…!—iba a responder el otro cuando Kureto habló.
¡Tienes razón, al final gané algo!—dijo el Hiiragi mientras levantaba la comisura de sus labios con su faz altiva, cosa que molestaba a Guren y más porque no entendía de lo que estaba hablando hasta que el ojos rojos miró en dirección a Shinya. Este se había soltado de su amigo aunque aún permanecía a su lado y después de un momento en que azul y rojo se cruzaron el azul miró al negro como con pesar, como con disculpa y luego Shinya se separó de su brazo para ir hacia Kureto.
Al darse cuenta Guren intentó detenerlo pero el general fue más rápido en agarrarlo y jalarlo a su lado—Puedes irte, tengo que hablar cosas con él—le dijo con tono triunfal.
¡Él no es un premio que puedas ganar!—dijo Ichinose temblando de ira.
¡Uy, por lo visto esta telenovela no se enfría!—dijo de pronto una cuarta voz y todos vieron en una esquina parado a Ferid Bathory muy confortablemente apoyado en la pared con la espalda y una pierna pero luego de un momento se paró en sus pies, a un lado Crowley los miraba con un poco de interés--¡Ah, mi querido rey, usted es una persona que desprende pasiones! Pero… ¿De cual de estos dos será su descendiente?—preguntó después captando la atención de ambos pelinegros.
¿A que te refieres? ¿Cómo puede tener que ver con nosotros dos que Shinya vaya a tener un hijo con quien sabe quien?—preguntó Kureto de nuevo sintiendo una quemazón en el estómago ante la idea de que el peliblanco se anduviera revolcando con una humana cualquiera.
¿Cómo? ¿Es que su majestad no se los ha dicho?—preguntó fingiendo inocencia Bathory mientras se divertía con las reacciones de todos. Eusford tenía que admitir que las artimañas del otro lo entretenían.
Shinya intentó callar al peliplateado pero las palabras no le salieron en su lugar un mareo casi lo hace caer de nuevo y tuvo que agarrarse del hombro de Hiiragi.
¡Claro que tienen que ver! Despues de todo uno de ustedes es el padre del niño que nuestro emperador lleva en su vientre. ¿O no?—preguntó ahora el alegre segundo progenitor.
De pronto Guren miró a los otros dos dándose cuenta recién de que la relación entre Hiiragis era mas compleja de lo que él hubiera imaginado. No podía entender o creer que Kureto y Shinya. Ellos… ¿Habían hecho lo mismo que él con Shinya? Ahora la actitud mostrada por Kureto parecía más salida de los celos que…