Miro que su madre camino hasta el cuarto muy tranquilamente, su padre decía algunas cosas como que tenía que salir a comprar biberones, cobertores, ropita. No entendía, tan solo tenía 4 añitos, sus padres se encaminaron a la recamara principal, a lo que el corrió, su madre miraba enternecida la cama.
-Ah, Tetsu… ¿Quieres conocer a tu hermano?
El pequeño de pelos azules le miro un poco confundido ¿Hermano? Eso quería decir… ¿Qué ahora tenía un hermano? El niño dijo que si con su cabeza y levanto sus brazos, su papá lo alzo y lo sentó en la cama, se acercó hacia el pequeño bulto y quito levemente las cobijas.
-¿Cómo deberíamos llamarle?
-Que tal… ¡Kure!
-¿Kure?... No… Kuroko Kure no sonaría bien…
-Tene odejas
-¿Eh?
-¿Qué dijiste Tetsuya?
-Mi hemanito tene odejas
El Señor Kuroko quito las cobijas del bebé dejando ver al pequeñito con orejitas. Ambos padres se voltearon a ver.
-En… en el hospital no me dijeron nada al respecto.
El señor lo volteo, quitaba su mameluco con prisa.
-Nairu, vas a lastimarlo.
-Eso ahora no importa, esto tiene orejas.
-¡Nairu es solo un bebé!
-¡Puede ser un cambiaformas!
El pequeño Tetsuya no entendía nada ¿Cambiaformas? ¿Por qué trataban así a su “hermanito”?
Y justamente como Nairu lo dijo, de la espaldita baja del bebé donde comenzaban sus nalguitas surgía una cola anaranjada con rayas negras, del mismo color que sus orejas. Ambos padres voltearon a verse, el bebé comenzó a llorar.
La madre le quito al bebé, quien ahora lloraba sin control, lo apego a su pecho y empezó a arrullarle.
-Este es nuestro amado niño… Nairu por favor…
-Es cambiaformas Sora… ¿y si…?
-No mi amor, nosotros lo protegeremos… no dejaremos que nadie más lo note, cuidaremos de nuestros hijos…
Nairu suspiro, miro a Tetsuya, luego al pequeño bebé y después a su esposa, ella tenía su bello pelo rojo y sus ojos castaños, él… él tenía el pelo azul y los ojos extrañamente negros, el ver a su pequeño Tetsuya lo hacía ver la misma imagen de su padre, era tan parecido a su abuelo por los ojos azules.
Los cambiaformas no eran bien vistos entre los humanos, no había guerra entre ellos ni nada por el estilo, pero anteriormente la hubo, ahora ni ellos se metían con los cambiaformas ni ellos con los humanos, pero había una regla, ninguno iba a territorio del otro.
-Además, será como cuidar a nuestro lindo Tetsuya, y ahora tendrá un hermanito que también le protegerá.
-Cariño, los que somos donceles no somos débiles, no tenemos la misma fuerza que un hombre normal, pero si somos más fuerte que las mujeres.
-Tú eres un lindo doncel que termino casándose conmigo Narui.
-Y justo por eso te digo que nosotros no somos tan delicados ¿No es así mi lindo hijo?
Tetsuya asintió sonriendo. Nairu suspiro.
-Bien… Debemos cuidar hasta con la vida de este pequeño… ¿Tigre?
Sora sonrió feliz
-Entonces… ¿Qué nombre sería bueno para este Tigre?
-¡Taiga! –Tetsuya grito feliz.
Los padres se miraron sonriendo
-Taiga suena bien mi amor –Dijo Sora mirando a su peliazul hijo.
Tetsuya miro al bebé frente a él, aquel bebé ten chiquito y sonrojado abrió de poco a poco sus ojitos llorosos volteándolo a ver, cruzando aquellos ojos carmesí con los suyos celestes, acercó su pequeña manita hacia su nuevo hermanito, mismo que rápidamente atrapo se dedo en su regordete puño.