-… estaba mirando mi móvil y vi las llamadas perdidas de SiWon y pues después de lo que le dijiste quería llamarlo y disculparme con él. ¿Puedo?-
Parte 3
Su voz comenzó a temblar y mi cuerpo se tensó de inmediato al oír aquel nombre de sus labios. <“-¡Ya deja de nombrarlo! ¡Deja de preocuparte por él! ¿¡Aún lo haces a pesar de todo lo que te dijo ayer!?-”> Quité mi mano de su rostro y miré hacia el suelo.
-Y-yo l-lo siento, n-no debí de-decirl-
-¿Dónde tienes tú móvil?-
Le corté y le miré a los ojos hablando de manera seria, él abrió sus ojos a más no poder y secándose sus manos también con prisa, lo sacó de su bolsillo trasero.
-Entrégamelo.-
Vi miedo en su mirada, por lo que la bajó y suspirando resignado y con miedo me lo entregó, ¿Por qué esa reacción? ¿Qué es lo que piensa que haré exactamente? Bufé y marqué su número, él luego de unos segundos me miró y abrió aún más sus ojos con casi pánico al ver que estaba llamando, el móvil sonó tan sólo 2 veces y atendió.
-¡HAE! ¡HAE LO SIENTO TANTO! ¡Quería realmente disculparme por lo de ayer! ¡Creí que ya no querrías hablar más conmigo, creí que me odiabas, y no me lo iba a perdonar, pero cuando te llamé hoy él, él atendió y-!-
-¿Y qué? ¿Te rompí el corazón?-
Hablé con un tono tan serio como nunca antes lo había hecho, DongHae abrió sus ojos a más no poder una vez más al oírme hablar y tragó saliva mientras yo no le quitaba la mirada de encima.
Un silencio del otro lado del móvil se produjo pero no corté, hasta que oí su voz ahora un poco diferente de la anterior.
-H-HyukJae… e-eres tú. ¿D-dónde está H-Hae?-
<-Hae-> Otra vez llamándolo de esa manera tan informal, ¿¡Qué clase de maldita relación tenían entre ellos!?
-Él está a mi lado, dónde debe estar.-
-Y-yo lo siento HyukJae… a-a ti también te dije cosas horribles, e-en verdad lo siento e-el alcohol hi-hizo estragos en mí y no me pude medir en mis pal-
-Estas cosas no se dicen mediante un maldito teléfono Choi SiWon, ¿Acaso no te atreves a darnos la cara y decírnoslo de frente? ¿Eres un cobarde? No creí que lo fueras…-
-¡NO! No lo soy…- Una pausa y un suspiro de resignación se oyó del otro lado. -¿Dónde quieres que nos veamos, dónde y cuándo, dime y allí estaré.- Terminó de decir con su voz un poco más sólida y determinada.
-No soy yo quien deba elegir el lugar, tú eres quien quiere hablarle a mi novio.-
Remarqué aquellas últimas palabras, tragando saliva y frunciendo mi ceño, aún sin quitarle la vista de encima a quien estaba frente a mí, que supongo que me enfrasqué tanto en la rabia y situación que le transmití ese odio, esa ira a DongHae por lo que bajó la mirada en un gesto total de sumisión mientras comenzaba a jugar nerviosamente con sus manos.
Otro extraño silencio del otro lado, lo cual ya estaba comenzando a cabrearme, estuve a punto de cortar cuando oí su voz nuevamente.
-En media hora, en el café “Jewels”-
-De acuerdo, y una cosa más. No vuelvas a llamar a mi novio a mis espaldas, o de lo contrario deberé de tomar una decisión drástica. Odio que hagan cosas a mis espaldas en general y tú mejor que nadie lo sabes y me decepciona que justo tú lo lleves a cabo.-
-¡No! No HyukJae, ¡no es lo que piens-!-
Le corté antes de que terminara de hablar y Hae una vez más volvió a elevar su mirada inundada en pánico, lo cual no me gustaba en lo absoluto, pero mi rostro ya se había enfurecido y endurecido y ya no podría tratarle con dulzura y cariño hasta que este maldito asunto quede zanjado de una maldita puta vez por todas.
“Llama a mi hombre otra vez
Y te mando a la mierda (x3)
Toca a mi hombre de nuevo
Y te saco la mierda (x2)
Y luego me llamas tu mejor amigo (x2)”
-Vístete. Saldremos.-
Le entregué el móvil, el miró la pantalla, y luego a mí y apretándolo en su mano lo volvió a guardar en lo que asintió y salió corriendo hacia nuestra habitación. Yo suspiré una vez que se fue y me apoyé en la mesada cerrando mis ojos en lo que pasaba una de mis manos por mi rostro hasta mi cabello por enésima vez. Volví mi mano a la mesada, y no pude evitar darle un golpe bastante fuerte que dejó doliendo mi mano, pero no me quejé, sólo volví a suspirar una vez más y me quedé mirando ese maldito plato que estaba allí.
¡Joder! ¿¡Qué mierda eran ellos!? ¿¡Realmente me estarán engañando a mis espaldas!? ¿¡DongHae en verdad prefiere a SiWon antes que a mí!? ¡JODER! ¿¡Qué clase de puta relación tenían ellos dos!?
Volví a golpear la mesada mientras mordía mi labio inferior con rabia y me dirigí a la habitación, entré a ella de golpe, sorprendiéndolo, pero lo ignoré y comencé a vestirme yo también. Luego de unos 15 minutos, llamé un taxi y en cuestión de minutos por suerte estuvo en casa y le dije la dirección de la cafetería. Durante todo el camino DongHae y yo nos mantuvimos en silencio hasta que su móvil volvió a sonar, pero esta vez era un mensaje, lo supe porque su sonido era diferente al anterior. Él se exaltó y me miró aún con su mirada inundada en pánico, yo fruncí el ceño y desvié la mirada hacia la ciudad, pero por el reflejo de la ventana pude ver que él leyó el mensaje pero no respondió, simplemente se lo guardó en el bolsillo otra vez. Yo suspiré aún con menos ganas de hablar que antes, el ambiente se tornó incómodo, pero gracias al cielo que el viaje no resultó muy largo, esta vez fui yo quien pagó el taxi y él sin decir nada, salió del coche, en lo que yo le seguía cuando recibí mi vuelto.
10:26, llegamos a tiempo e ingresamos en la cafetería que por suerte ya estaba algo vacía, lo buscamos por el lugar y lo encontramos o más bien, lo encontré en una mesa muy alejado del resto de los clientes. Yo fijé mi mirada en él y fruncí mi ceño una vez más por instinto, cuando vi a SiWon que miraba la pantalla de su móvil algo ansioso, tragué saliva, y Hae al haberlo ubicado también ahora, liberó un pequeño gritito de impresión.
Vi a SiWon que comenzó a escribir algo y seguidamente el móvil de DongHae sonó una vez más, yo le miré más que enojado y sus ojos ahora totalmente atormentados pasaron a llenarse de lágrimas. ¿Por qué demonios lloraba ahora? Apreté mis puños con fuerza y con mi ceño aún más fruncido que antes comencé a avanzar a zancadas prácticamente hacia SiWon y golpeé fuertemente su mesa con mi palma abierta.
-Te dije claramente ¡que no quería que le llamaras ni le textearas más a mis espaldas! ¿¡Qué demonios quieres de él!?-
DongHae detrás de mí liberó otro gritito y me sujetó del hombro intentando detenerme o calmarme, pero yo ya no podía contener más mi ira, mi rabia, mis celos, mis malditas inseguridades y de un movimiento brusco me lo quité de encima, a lo que ante aquel gesto SiWon finalmente frunció su ceño y por primera vez me enfrentó y se puso de pie apoyando sus manos también sobre la mesa.
-¿Qué demonios te sucede HyukJae? ¡Estás loco! ¡Cálmate!-
Me dijo entre dientes observando también como él intentaba controlar su ira, yo le estaba por gritar con todas mis fuerzas pero recordé que estábamos en un maldito lugar público, por lo que me mordí y también siseé intentando tragarme todo ese veneno que me salía sin siquiera proponérmelo, ¡Estaba hasta los huevos de esta puta situación!
-¿¡Qué me calme!? ¿¡Qué me calme te atreves a ordenarme, cuando eres tú quien me saca de mi maldito juicio!? ¿¡Qué demonios quieres!? ¡Primero insultas a DongHae y a mí en la noche y en la mañana prácticamente te arrodillas implorando su perdón! ¿¡Y ahora te haces el valiente!? ¿¡Qué demonios quieres, que demonio pretendes con esto!? ¿¡Quieres quitarme a DongHae!? ¿¡Eso quieres!? ¿¡Quieres que nos separemos para poder llevártelo tú a la cama!?-
Mi voz se fue elevando a medida que iba hablando sin siquiera darme cuenta, y sin darme cuenta recibí también una bofeteada, pero no de SiWon para mi sorpresa, sino de DongHae, quien me miraba con el ceño fruncido, lágrimas corriendo por sus ojos y su mano, aquella que me había golpeado temblando a más no poder, estaba agitado, estaba hiperventilando. Yo le miré sin siquiera reaccionar por la bofeteada y fruncí aún más mi ceño, quería golpear la mesa, quería tirar la silla e irme a la mierda de allí, pero intenté calmarme cosa que me fue imposible, pero al menos pude mantener mi voz levemente controlada.
-¿Eso quieres? ¿Prefieres a SiWon antes que a mí? ¿Lo defiendes a él en vez de a mí? ¿¡Después de todo lo que me he matado para darte lo mejor, para amarte sin límites, para hacerte feliz, ahora prefieres a SiWon!? ¿¡Dónde están ahora tus malditos “te amo”, DongHae!? ¿¡Me mentiste!? ¿¡Fueron falsos!? ¿¡Nunca los sentiste!? ¿¡Te gusta SiWon!? ¿¡Son amantes!?-
Ambos me miraban ahora, más que sorprendidos, y las lágrimas silenciosas de DongHae comenzaron a correr aún más y más por sus mejillas. ¡DEJA DE LLORAR! ¡Tú en verdad no lo sientes!
-¡HYUKJAE! ¡Cálmate joder! ¡Estás loco! ¡Estás perdiendo tu maldito juicio por tus estúpidos celos!-
-¡TU NI ME HABLES MALDITO INFELIZ!-
Le miré unos segundos y luego de gritarle pasé mi mirada a DongHae ahora, quien temblaba más de la cuenta, y sus lágrimas saturaban sus ojos.
-¿Estás contento? ¿Estás jodidamente satisfecho? ¿Era esto lo que querías?-
Él se mantuvo estático mirándome llorando a más no poder y al no obtener respuesta, golpeé un respaldar de una silla vacía y di media vuelta y me fue de allí.
-¡HYUKJAE!-
Escuché finalmente su voz quebrada y aguda gritando mi nombre, pero no me detuve, cerré mis ojos y salí de allí chocándome una que otra persona y caminé lo más lejos y rápido posible, hasta que me detuve y sentí algo cálido en mis mejillas pasé mis dedos por allí y las sentí… mis malditas lágrimas. ¡No quería llorar joder! ¡Es lo mejor! ¡Estoy loco! ¡Soy un maldito posesivo y DongHae no me merece! ¡Nunca estuve y estaré a su altura! ¡Nunca podré hacerlo feliz! ¡No importa cuánto me esfuerce! ¡Jamás lo lograré! ¡Él… él se merece a alguien mejor! A-alguien cómo SiWon que de seguro lo amará como se merece.
“Ellos me llaman loco, ellos dicen que estoy loco
Sé lo que eres, pero ¿que soy yo? -> (x2)
Ellos me llaman loco, creo que estoy loco
Sé lo que ustedes son, pero ¿Que soy yo?
Ooh, te daré tu locura.”
Llegué a un puente y aprovechando que no había nadie alrededor grité con todas mis malditas fuerzas dejando mis cuerdas vocales allí.
-¡AAAH~! MALDICION TE AMO TANTO JODIDO DONGHAE! ¡MALDICIÓN!-
Mi garganta ardía a más no poder, escondí mi rostro entre mis brazos apoyados en el barandal mientras dejaba correr mis lágrimas sin pudor alguno al no haber nadie cerca, pues realmente me dolía, me dolía aún peor que una maldita patada en los huevos.
¿Cómo demonios terminamos así? ¿Cómo pudo todo de un minuto a otro cambiar tan drásticamente? Hoy en la mañana había hecho a DongHae mío una vez más, hoy en la mañana estábamos más unidos que nunca, y ahora… ahora por culpa del ¡MALDITO DE SIWON! Todo… absolutamente todo se había ido a la maldita mierda, nuestros 3 años y medio de convivencia se habían ido a la mierda, nuestros 6 años de relación y amor incondicional se esfumó en un maldito segundo. ¿¡Cómo demonios era posible esto!?
-También te-te amo Hy-Hyukkie…-
Escuché una voz agitada, aguda y tímida detrás de mí. Yo quité mi cabeza de entre mis brazos y sin poder evitarlo me giro abruptamente, allí estaba él, agitado con un SiWon también agitado a su lado. Me volví a girar, ¡Joder! No quería que me vieran en este maldito estado.
-¿Qué hacen aquí, qué quieren? ¿Hacerme una maldita broma del maldito día de los inocentes? Déjenme solo y vivan su maldita vida juntos.-
Proferí casi sin fuerzas y totalmente ronco por mi grito anterior, pero a mis espaldas oí una respuesta.
-No HyukJae, escúchame…-
-¡NO QUIERO ESCUCHARTE!-
Volví a gritar, aunque mi voz me falló y se quebró, pues estaba a punto de quedarme afónico.
-¡PUES ME TENDRAS QUE ESCUCHAR DE TODAS MALDITAS MANERAS HYUKJAE! ¡QUIERAS O NO!-
La voz totalmente enfurecida de SiWon me tomó por sorpresa, y más aún cuando siento la fuerza que su mano empleó en uno de mis hombros para girarme, dejándome doliendo, pero no me quejaría de ello ahora. Yo fruncí el ceño y atiné a darle la espalda una vez más, pero él me volvió a empujar del hombro y me arrinconó contra el barandal poniéndome sus brazos a cada lado de mi cuerpo.
Bien, no podría girarme pero sí podría desviar mi mirada.
-¡MÍRAME!-
Gritó tan fuerte y tan cerca de mí, que realmente no me quedó otra que obedecerle pues me había dejado aturdido.
Mis ojos estaban rojos por el llanto anterior y miré de reojo a DongHae quien aún seguía llorando y sollozando, observándonos de lejos, en el suelo. Algo en mi interior a pesar de estar que reventaba de furia, quería apartar a SiWon de mi lado e ir en busca de DongHae para ponerlo de pie y abrazarlo, pues en verdad que amaba a aquel hombre más que a mi propia jodida vida.
-Escúchame…-
La voz repentinamente serena de SiWon me sacó de mi malditos pensamientos y noté lo cerca que estaba, ¡Joder! Estábamos a centímetros de besarnos por accidente. Desvié mi mirada una vez más sin poder evitarlo, pues ahora su mirada me inhibía. Mierda… lo que me faltaba.
-He dicho que me mires Lee HyukJae.-
Volvió a proferir él en un tono serio que hizo recorrer un escalosfrío en mi espina dorsal. Le volví a mirar, forzándome a mí mismo a no sucumbir ante su mirada, a sus extraños labios que me parecían atractivos. ¡JODER NO, NO HYUKJAE, No digas estupideces! ¡De lo contrario les darás la razón! ¡Tú no estás loco!
-No tienes de qué preocuparte, ya te lo he dicho, entre DongHae y yo no hay más que amistad, una muy cercana, no quiero quitártelo, no quiero llevármelo a la cama. Quiero que me-
-¡BASTA! ¡Son malditas mentiras! ¡Es todo mentira! ¡Tú si lo quieres, sólo que ahora que lo sé, quieres arreglarlo pero ya es tarde!-
-¡CÁLLATE MALDICIÓN Y ESCÚCHAME!-
Golpeó el barandal con una de sus manos, volviendo a gritarme en la cara, en lo que sentía todo el temblor de aquel barandal de metal. Joder, esa había sido una fuerza impresionante, ahora estaba un poco acojonado, debo admitir para mi vergüenza y humillación, por lo que tragué saliva y le mantuve la mirada aún retadora no permitiéndome expresar mi leve miedo.
-Así está mejor.- Volvió a hablar calmado y hasta amable mientras me miraba. –Lo que te decía, es que lo quiero de DongHae son consejos, consejos de cómo llevar una relación tan duradera y feliz como la llevaban ustedes, hay alguien que me gusta y no quiero arriesgarme sin antes estar seguro de que funcionará.- Tragó saliva a lo que yo abrí mis ojos a más no poder y sentí mis piernas temblar…
¿Consejos? ¿Eso era todo? ¿¡Malditos consejos de amor!? Mis lágrimas comenzaron a salir una vez más, y poco a poco me dejé caer al suelo acompañando a DongHae quien comenzó a llorar una vez más.
¡QUE MALDITO ESTÚPIDO HABIA SIDO!
Me sujeté de uno de los barandales aún en el suelo y apoyé mi cabeza en ellos sintiendo su frío material erizándome y a la vez calmándome un poco en verdad estaba que ardía y no sólo internamente, también externamente.
-DongHae… DongHae. Y-yo l-lo siento tanto.-
Dije con muchísimas dificultades, pues no sólo mi orgullo estaba herido, sino también mi corazón, pues aparte de sentirme cómo un completo infeliz, tenía miedo, tenía mucho miedo de que DongHae se haya decepcionado de mí, y me odie por no confiar en él, tenía miedo, mucho miedo, pánico de perderlo.
Sentí cómo las piernas de SiWon se alejaban y me daban mejor visión de DongHae en frente a mí, pero no me permití verlo, cerré mis ojos y seguí llorando sin un maldito control. ¡La había jodido tanto!
-Y-yo no quise. Pe-pero tú-tú-
Fui interrumpido por unos brazos que me rodearon y que me fueron fácilmente familiares. ¿Para qué? Sentir sus brazos alrededor de mí, sólo me hizo llorar aún peor.
-N-no te merezco. Soy-soy una mierda. ¿Co-como puedes amarme?-
-¡Ya basta!-
Sollozó en lo que me calló y me abrazó aún más fuerte.
-No puedo creer que realmente dudaste de mí. Yo te amo Hyukkie, te amo tanto como tú a mí. Deja de denigrarte tanto. No me importa si me mereces o no. Yo te quiero, te amo, y no dejaré que te vayas de mi lado. ¡Deja de dudar de mi amor por ti!-
Intenté calmarme un poco y mi llanto se detuvo un poco pero no lo suficiente, pero al menos ahora estaba abrazando a DongHae y no a unas barras de metal frío.
-E-es que no comprendo cómo alguien cómo tú, puede amar a alguien como yo. E-es que mírate. E-eres he-hermoso y yo, yo sólo soy yo.-
-He dicho que basta. ¿Recuerdas? Empezamos siendo amigos, y ello me ayudó a conocerte mejor y antes de que me diera cuenta tu apariencia ya no importaba, tú me habías enamorado. Te me declaraste, me sorprendí pero te acepté. Hace 6 años te elegí oficialmente, y aún hoy en día lo sigo haciendo, y por algo será, ¿no es así? En verdad te amo HyukJae. Ya deja de torturarte. Te amo y te seguiré amando durante muchos años más.-
Yo enterré mi rostro en su cuello ahora sintiéndome un total idiota, sintiéndome aquel niño inseguro que era en aquel entonces una vez más. Sí, era cierto. Comenzó como una hermosa amistad en la preparatoria, y luego de unos meses o un año también me di cuenta de que lo que sentía por DongHae no era una profunda amistad, sino que era un profundo y verdadero amor incondicional. Decidí declararme, luego de mucho tiempo de pensarlo al ya haberme mentalizado que lo perdería todo luego de aquellas palabras, pero su respuesta no fue para nada lo que esperaba y eso me dejó en shock, incluso recuerdo por palabras de DongHae que quedé blanco cómo un papel…
~Fin Pov HyukJae…~
///FlashBack///
~6 años atrás, último año de preparatoria~
Llevaban más de 2 años siendo amigos casi inseparables, desde que lo vio por primera vez en su salón como alumno nuevo de pueblo. Desde ese entonces no pudo quitarle los ojos de encima y evitar no hablarle.
Su nombre era DongHae y a pesar de ser un chico de pueblo y algo tímido con las mujeres que sin dudas lo comenzaron a acosar ni bien llegó, con el castaño en ese entonces, o con los chicos en general resultaba ser otra persona, alguien muy divertido y elocuente.
Con el pasar de los días y semanas, ninguno de ellos se habían dado cuenta que cada vez eran más cercanos y pasaban más tiempo juntos, hasta que finalmente se separaron del grupo en general y comenzaron a vivir su vida como mejores amigos, casi hermanos. Hasta que llegó el último año, año en el que tomarían caminos separados y no se verían por un largo tiempo. HyukJae para ese entonces ya era consciente de sus sentimientos hacia el castaño claro, y luchó contra aquellos sentimientos pues sabía que si los decía quizás todo entre ellos acabaría y no quería eso.
El detonante final que lo impulsó a declararse fue aquel desafortunado evento en el que alguien al parecer había averiguado su número de móvil, y se lo vendió a un acosador psicópata. Psicópata que no dejaba de hostigarlo y de mandarle mensajes desesperados por su atención. DongHae estaba muy asustado, y estaba tan asustado que un día no pudo guardárselo más para sí mismo y se quebró en los brazos de HyukJae, llorando totalmente en pánico. HyukJae en ese entonces quiso sujetarlo del rostro y decirle que todo estaría bien, que él lo defendería y luego de eso besarlo con todo ese amor que tenía acumulado en su interior, pero se contuvo y actuó de otra manera muy diferente…
-Tranquilo, tranquilo Hae ¿dónde tienes tu móvil Haenni? Préstamelo un segundo.-
Habló el mayor por meses de la manera más dulce y calmada que podía, a lo que el aludido aún sollozando y sorbiendo sus mocos, le entregó el móvil. HyukJae mientras acariciaba el cabello del ajeno intentando tranquilizarlo, comenzó a observar todos aquellos mensajes. “< ¿Has amanecido bien?/ He visto que has salido apurado de casa, no deberías saltarte el desayuno/ Eres tan hermoso/ ¿Sabes que te quiero? ¿Sabes que eres sumamente atractivo? Siempre te veo de lejos, pero eres hermoso de todos los ángulos/ ¿Me permitirías unos momentos a solas contigo?/ ¿Quieres salir conmigo? Yo jamás te haría daño/Quiero verte, necesito verte/ Verte a la distancia no me basta/ Háblame, por favor, sé mi amigo/Quiero abrazarte/ ¿Podemos encontrarnos?/ ¡Te amo!> Y así muchos más, en verdad era de temer incluso hasta él se hubiera sentido realmente aterrado a pesar de que sabía que jamás experimentaría algo como aquello pues nadie se voltearía a verlo a él.
HyukJae realmente indignado con todos aquellos mensajes, decidió hacer una locura. Se atrevió a contestar por primera vez, pues DongHae no había contestado nunca a aquellos mensajes, o al menos el no había alcanzado a verlo, pues no leyó todos, pero estaba seguro de que había muchos más.
<Está bien. Hoy en el gimnasio al terminar la escuela, quiero conocerte.>
Respondió, bloqueó y borró aquel número desconocido, con su corazón más que acelerado, pues temía que en verdad se tratase de un psicópata y llevase un arma o algo por el estilo. Se estaba metiendo en una grande, y lo sabía pero todo sea por ver tranquilo y sonriente a su DongHae devuelta. Porque sí. Él ya lo consideraba suyo sin importar si sus sentimientos eran unilaterales o no.
-Ya está Haenni, no te preocupes, ya pasará. Ya no te molestará más.-
Volvió a contestar el castaño con su tono más dulce y sereno posible, mordiéndose para que no se le escaparan aquellos “Bebé, cariño, corazón, mi vida, mi amor” Que tan desesperados querían salir.
-¿Qué-qué has hecho? ¿Qué-qué le dijiste?-
Contestó el más bajo en aquel entonces, con una voz aguda y aniñada que HyukJae no podía contenerse más de las ganas de besarlo que tenía.
-Que haré es la pregunta correcta, pero no te preocupes. Ya no te molestará más, lo prometo.-
-¡No Hyukkie! ¿Qué harás? ¡No me asustes!-
-Tranquilo be-Hae, no tienes de que preocuparte, en verdad. Ven volvamos a clase, que ya está por terminar el día.-
Le sonrió evitando por completo aquel tema, y el menor sin poder decir más nada, asintió y le siguió.
Luego cuando las clases terminaron el más bajo cómo siempre esperó al mayor para irse juntos a la casa de alguno de ellos, pero esta vez el castaño más alto tuvo que negar su propuesta, diciéndole que tenía otro asunto que resolver antes, DongHae aún inocente e iluso como era en aquel entonces, entristeció y ofreció acompañarlo sin importarle cuanto tiempo se tardase, pero HyukJae no se lo permitió y le dijo que volviese primero a su casa que él después pasaría por allí, lo cual sería mentira porque después de hacer lo que tenía pensado hacer, no se atrevería a pasar por la casa del menor.
DongHae aún más triste que antes asintió y se retiró con la cabeza gacha, en lo que HyukJae se apresuró a salir hacia el gimnasio deseando llegar primero para poder sorprender a aquel maldito acosador.
Pero con lo que no contaba HyukJae es que ya en los pasillos se corría el rumor de que algo iba a suceder en el gimnasio pero que nadie se atrevería a ir, pero ese “nadie” no incluía a DongHae quien por alguna extraña razón tuvo un mal presentimiento.
-¿DongHae? ¿Estás aquí? Precioso sal, ¡No puedo creer que finalmente has accedido! No te haré daño, sólo quiero verte de cerca. Sal de dónde estés.-
Aquella voz alteró a HyukJae quien estaba oculto debajo de las gradas de cemento, y con la sangre más que hirviendo salió de allí apretando sus puños.
-Él no está aquí.-
Aquella persona se dio vuelta y se exaltó.
-¡TU! ¡Tú eres el maldito quien siempre está a su lado!-
-¿Celoso?-
Sonrió de lado el mayor, en lo que el otro frunció el ceño disconforme por haber sido engañado tan fácilmente.
-¡Devuélveme a mi DongHae! ¿¡Qué le hiciste!?-
Gritó más que desesperado aquel muchacho a lo que el castaño frunció el ceño y cerró sus puños más de la cuenta.
-Él no es tuyo ni de nadie, no es un objeto, es una persona, ¡y si realmente le quieres como tanto lo afirmas, entonces déjalo en paz y déjalo ser feliz con quien quiera!-
Aquellas palabras le resultaron irónicas al haberlas dicho él, quien también se había adueñado del menor sin su permiso, pero ¿él estaba perdonado, cierto? Después de todo a pesar de lo mucho que le amaba, jamás se le hubiese ocurrido acosarlo de esa manera.
El otro chico, pues resultó ser un chico también, frunció su ceño y se acercó al castaño casi corriendo y lo embistió tirándolo al suelo y sujetándolo del cuello de su uniforme.
-¡Cállate! ¡DongHae es y será mío para siempre y si yo no puedo tenerlo nadie podrá!-
Aquellas palabras alertaron al castaño por lo que por mero impulso con una mano libre le colocó un puñetazo en la cara que lo dejó en el suelo y era ahora HyukJae quien estaba arriba de aquel muchacho.
-¡Te atreves a hacerle algo a DongHae y te juro que yo mismo con mis propias malditas manos te mato! ¡No te atrevas a tocarlo, ni a acercarte a él nunca más! ¡Vive tu maldita y asquerosa vida y déjalo vivir a él feliz!-
El otro muchacho de cabello azabache le encestó otro puñetazo y le habló.
-¡He dicho que te calles! ¡Él es mío!-
-¡Nunca lo será! ¡Acéptalo maldición! ¡Perdiste antes de comenzar!-
Aquellas palabras le trajeron otros cuantos puños más sobre su rostro y empezó una furiosa y violenta pelea, el maldito psicópata no le importaba al parecer matarlo a golpe si era necesario y HyukJae tampoco se iba a dejar vencer tan fácil. Dolía, por supuesto que dolía como la mismísima mierda, pero en ese momento no sentía mucho. Arañazos, y puñetazos fueron los que se repartieron entre ambos girando a lo largo de todo el gimnasio.
-¡De todas maneras! ¿¡Tú quien carajo te crees para decirme todas estas cosas!? ¿¡Quién carajos eres!?-
Gritó histérico aquel muchacho agitado con su labio partido y su nariz sangrando, HyukJae igual o peor que él contestó.
-¿Quién soy? ¡Pues, soy su maldito novio!-
-¡HyukJae!-