Madara besaba con devoción los pezones de Minato, mientras una de sus manos acariciaba la parte más intima del rubio, quien suspiraba y gemía de gozo, estaba completamente loco por ese Doncel, como una polilla embobaba por el fuego, no importaba quemarse si con eso podía estar a su lado, sabía que era jugar con fuego, sabía que era el padre de Menma un mocoso que él detestaba, como también sabía que quizás Naruto por su causa terminaría sufriendo, aún así todo valía la pena si en ese momento podía estar entre las piernas de Minato Namikaze, la primera vez que estuvo dentro de él, le supo a gloria, de alguna manera supo que sería adicto a él, debió haberlo amarrado a su cama para evitar que al día siguiente saliese corriendo para no volverlo a ver en años, soñaba con él cada noche, deliraba por él, cuántos rubios llevo a su cama solo para quitarse las ganas por Minato.
Simplemente fascinado por él, lo quería, y esta vez iba hacer lo que fuese necesario por tenerlo a su lado hasta el fin de sus días.
El sonido de su móvil lo distrajo, trato de tomarle atención pero no dejaba de sonar, lo tomó molesto, enarco una ceja al ver qué era Itachi a esas horas.
-Hola-
-Quiero saber si es verdad que obligaste a Naruto hacerse pasar por su hermano gemelo Menma-Pregunto furioso desde la otra línea.
Itachi había gritado tan fuerte que Minato escucho inmediatamente su rostro cambió a uno de preocupación y angustia, Madara soltó un taco tremendo antes de contestar.
-Sí, es verdad, lo obligue y qué, vas ir contra mí, vas a contarle la verdad a tu hermano, dime Itachi saldrás corriendo donde Sasuke que por primera vez en años es feliz a decirle qué, que ahora está con el indicado- Se levantó de la cama fue a la gaveta para sacar un cigarrillo y encenderlo desnudo como estaba salió al balcón de la habitación a esas horas de la noche el sonido del mar se escuchaba fuerte, el azote de las olas contra las rocas ayudaba a relajarse, Minato le siguió con una manta cubriendo su glorioso cuerpo a pesar de la situación se le antojo tomarlo ahí en el balcón a la luz de la luna llena con el sonido del mar de fondo.
-Pero es una mentira, arruinarás el amor que se tienen, sé que Naruto lo ama se le nota, pero están viviendo una mentira, claro que le diré la verdad- Itachi por su parte caminaba como un tigre acorralado por el pequeño departamento de Deidara, quien aún estaba con el torso desnudo estático en su lugar con un semblante de pena y culpabilidad, se sintió impotente quería ir a su lado, acariciar su rostro besarlo y decirle que todo estaría bien, pero no podía su hermano estaba siendo engañado no debía permitirlo más, aún si eso significaba no poder estar con Deidara, pero demonios estaba ahí mostrando su torso maravilloso, sus hermosos y rosados pezones, su cabello estaba revuelto, se estaba mordiendo el labio inferior, mierda era como si todo en el rubio lo excitase se giro para no mirarlo más porque lo deseaba con furia, su miembro estaba rígido.
-Itachi, mañana vamos hablar, ya es tarde y estoy muy ocupado- Tomó el brazo de Minato y lo atrajo a él – Además no irás a estas horas a casa de Sasuke, deja el escándalo, mañana te explicaré todo, además piensa que Sasuke no va estar nada agradecido de que le digas la verdad, pero nada-Sin más le cortó, apago su móvil y lanzó hacía la habitación.
-Cómo demonios se entero-Minato se sentía como loco, ese era su miedo que uno de ellos se enterase, su Naruto era su pequeño había sufrido lo suficiente como seguir haciéndolo, ahora estaba en el paraíso pero mañana podría irse al infierno, le daban ganas de llorar.
Madara lo beso casi con locura y necesidad, Minato se resistió quería respuestas pero estaba intoxicado de Madara, su cuerpo lo necesitaba, ya no sabría qué hacer sin sentir a Madara sus manos, sus labios, su miembro dentro de él, pero también él lo necesitaba, tantos años de soledad de pensar que estaba bien, pero no, cuando acepto la invitación de Madara esa noche, abrió la caja de pandora, le gustaba su compañía, esa prepotencia que tenía por creerse él más inteligente y lo era, pero también esa parte protectora hacia los suyos, tenía un humor negro que le encantaba, amaba como lo Madara lo trataba como si fuese lo más bello que él había visto, como si fuese algo preciado, maldición se estaba enamorando de ese hombre.
La manta cayó al suelo, el cuerpo de Minato brillaba a la luz de la luna, Madara observo ese bello cuerpo que era su suyo, el Namikaze se afirmó en el balcón mirando hacia el mar, mientras Madara se situó a su espalda, soltó un millar de suspiros, el Uchiha besaba el lóbulo de su oreja, mientras el miembro de este se refregaba entre sus glúteos, una mano estaba sobre uno de sus pezones ya hinchados por la actividad anterior y la otra nuevamente en su pene masturbándolo con precisión con el dedo pulgar situado sobre su glande volviendo loco
– Tranquilo mi amor, no importa nada en este momento, no podemos solucionar nada ahora, pero si podemos hacer el amor, ya mañana veremos cómo lidiar con esto, ahora solo importamos tu y yo-Susurro, Minato apenas podía y hablar así que asintió ante lo dicho por el varón, el mayor soltó el miembro del doncel haciendo que este sollozase pero no lo dejó hablar sus dedos fueron a parar al boca de este quien los devoró con asiedad pura que lo hizo sonrier antes de morder el cuello de su rubio, Minato sintió una descarga eléctrica en todo su cuerpo, su cuerpo y él se estaban acostumbrando aun sexo diferente, con Kushina era suave y hermoso, pero con Madara era diferente era rudo, juguetón, para nada puro, todo era erotismo y sensualidad, estaba perdiendo la cabeza ante esta nueva sexualidad, los dedos de Madara en su interior lo dejaron en blanco, solo podía sentirlo a él, ya no podía pensar en nada, su entrada se movía ante las estocadas de los dedos del mayor, se contraía y apretaba los dedos de su varón, maldición era tanto su necesidad que desde sus ojos caían lagrimas sin parar, quería simplemente que Madara lo llenase ya.
-Por favor-Logró decir ahogándose de deseo, sentía que la manzana de adan tenía un nudo que se le hacía doloroso.
-Por favor qué-Madara le encantaba verlo rogar, dejó de mover sus dedos pero Minato seguía moviéndose-Qué quieres mi amor-
-Mada, Dios-Cerraba los ojos y trataba de respirar
-Dime Minato, dime qué quieres de mí-
Minato giro su cabeza para mirar a ese hombre los azules de este estaban cargados de deseo –Maldición quiero todo de ti, te quiero dentro de mí-Susurro al tiempo que su mano iba a parar al cuello del varón para besarlo, así en esa posición toda incomoda Madara masajeó su propio miembro cosa que no necesitaba porque estaba como roca, su pene se movía febril deseando hace mucho llenar esa pequeña entrada, volvió a friccionar su pene entre los glúteos del rubio, para después entrar en él de una estocada que hizo gritar al rubio, casi con frenesí lo llenaba, estocada con estocada, con fuerza y rapidez sin darle cuartel al doncel que solo gemía y emitía grititos de placer, las manos del menor estaban aferrabas al barandal del balcón los nudillos estaban blancos, las piernas le tiritaban, quería desfallecer, se vino en un grito, la liberación de su leche lo hizo suspirar de alivio, Madara sentía como esa estrecha cuevita se contraía gimió roncamente ante esto, unas estocadas más y llenó el interior del menor con su semen, no le dio oportunidad de respirar lo giro tomando con fuerza el cabello de este y besarlo casi comiéndose la boca de este, para luego incarse y colocar las piernas de este sobre sus hombros y con su boca tragarse el miembro de su doncel, volviéndolo a despertar.
Minato volvió a gemir con locura, maldición otra noche sin tregua, mañana lo lamentaría pero por el amor del cielo que Madara no lo soltase, cómo había vivido tantos años solo, solo podía gemir y aferrar sus manos al cabello del moreno.
Itachi por otro lado estaba que gritaba, él que siempre se había jactado que nada ni nadie lo sacaba de quicio que podía lidiar con todo sin perder la cabeza, ahí estaba con la cabeza casi que le explotaba, maldito Madara había apagado su teléfono, maldita sea.
Deidara veía al Uchiha sin saber qué hacer, estaba aterrado, además de que sentía mucha culpabilidad, Naruto al fin era un poquito feliz y él lo había arruinado por una taza de café y sobre todo por el deseo de estar un poco más en la compañía del varón, se sentía fatal ya sin poder mirarlo se giro pensando que lo mejor era ir a colocarse pijama y dejar solo al mayor.
Itachi lo miró justo en el momento que se giro, al ver la cicatriz en la espalda del doncel, se calmó de manera instantánea, todo estaba mal si pero al menos Naruto no parecía un sicótico lo veía al trato con los pequeños y el amor en sus ojos a Sasuke, mierda, se iba arrepentir de todo eso, pero era verdad en ese momento no podría hacer nada con lo que había descubierto, lo mejor era esperar hasta mañana hablar con su estúpido tío y luego ya sabría qué hacer.
Pero ahora no sabía qué hacer, se sentía culpable de haberle gritado, vio como el menor caminaba hacia la única habitación en el lugar, fue a buscarle para decirle que se iba, pero lo que vio lo nublo, el cabello suelto del rubio que tapaba su espalda, se había quitado los pantalones tenía unos bóxer azul marino que marcaban tanto su trasero como sus muslos dejo de respirar por unos segundos, camino hasta poder abrazarlo rodeo sus brazos por la cintura del rubio, haciendo que este soltase un pequeño gemido de susto.
-Itachi-Deidara llamó un poco asustado al mayor-Oh Dios-Susurro al sentir como el mayor besaba su espalda, nunca dejo que nadie lo hiciera, jamás le dejaba su espalda desnuda a nadie, pero en ese momento sentía como el Uchiha besaba esas líneas irregulares de piel-Dios no por favor-Susurro casi implorando.
-Perdón por gritarte todo esto me pillo por sorpresa-Giro al rubio para mirarlo a los ojos, éste soltó un suspiro de alivio dejándose caer en la cama e Itachi lo imito – Tú no tienes la culpa de nada de esto- acarició el rostro del menor para acercarse a él y besarlo, el beso fue todo lo que siempre soñó el rubio, se separaron levemente para acodarse en la cama, Itachi tomo al menor para que se subiera sobre él, y se volvieron a besar.
-Sabes no es justo-Dijo Deidara después de un tiempo, estaba acostado al sobre el pecho de Itachi siendo abrazado y acariciado por el mayor, el Uchiha solo emitió un mmmm, como respuesta- Estoy casi completamente desnudo y tu aún con ropa.
Itachi sonrió en la oscuridad –Sabes si me saco la ropa me quedaré esta noche acá-
-Por favor no te vayas-Susurro el menor sonrojándose.
-Está bien- Lo soltó para levantarse y comenzar a quitarse la ropa ante la atenta mirada del rubio, éste jadeo al ver el perfecto torso del mayor todo sus músculos bien marcados, alucino al ver unos bóxer rojos sangre muy ajustados, se mordió el labio sin querer-Si me sigues mirando así, no sé si me contendré contigo y la verdad Deidara, quiero ir suave contigo, quiero tener una relación contigo, no te quiero solo para un polvo y ya, me gustas demasiado para eso-Dijo serio mientras se acostaba nuevamente abrazando al menor y mirándolo a los ojos-Por alguna razón siento que tienes muchos muros para derribar, por lo cual no quiero que tengas duda sobre mí y mis intenciones y te puedo decir que te bajaré la luna y el mar pero la verdad es que las palabras se las lleva el viento aunque algunas te pueden herir más que un golpe, pero aun así las promesas que salen por la boca se las lleva el viento por lo cual tengo que demostrarte que realmente soy un varón con intenciones decentes hacia ti-Deidara no lo dejó hablar más lo beso pegando su cuerpo al del mayor, tratando de sentirlo por completo se abrazo al él como si se le fuera la vida.
Itachi le abrazó con más firmeza, su cabeza era un maldito caos, quería a Deidara en su vida, en su cama, en su casa, quizás para toda la vida, pero no se veía haciéndolo si Sasuke era infeliz por culpa de Menma y Naruto, mierda porqué tenía que haberse enterado…
Sasuke despertó por los gemidos de Naruto, prendió la luz incorporándose, su amor balbuceaba y lloraba en sueño, pedía perdón y lo llamaba, el Uchiha suspiró no quería decirle nada al rubio pero llevaba semanas teniendo pesadillas siempre trataba de calmarlo, pero ya era demasiado, así que lo despertó con cuidado, el rostro de Naruto estaba húmedo por las lágrimas y le miraba sin entender mucho, antes de poder decir nada, fue abrazado por el doncel y comenzó a llorar bajito, correspondió el abrazo odiaba ver a Naruto así, acarició su espalda.
-Estás mejor-Susurro luego de un tiempo.
-No lo sé-Contestó con sinceridad, soñó que Sasuke sabía verdad y lo echaba de su lado llevándose a los pequeños lejos de él, en el sueño mientras Sasuke se iba alejando, él, Naruto, se iba enterrando en un lago negro de consistencia como la brea quería levantarse pero no podía gritaba y le pedía perdón pero Sasuke nunca se giro para mirarlo solo seguía adelante con sus pequeños de la mano que tampoco le miraban y de pronto aparecía Menma sonriendo siniestramente “Nunca serás feliz, mentiroso, no mereces ser feliz, Sasuke nunca te perdonara” Le susurraba al odio riéndose victorioso “Hazme un favor y desaparece” Menma desaparecía de su lado para aparecer al lado de Sasuke abrazándolo como una víbora devorando sus labios como si éste fuese un muñeco mientras se reía carcajadas, él se ahogaba en la brea.
-Que soñaste- Necesitaba saber que atormentaba tanto a su amor.
Naruto cerro los ojos tratando de controlarse, abrazando más fuerte a Sasuke –Con Menma- Contesto- Tú te ibas con él y con los niños y yo me ahogaba en brea, te gritaba pero no me escuchabas estabas sonriéndole a Menma no me mirabas, me dejabas morir mientras besabas a Menma-Relato soltando un suspiro-Es una idiotez no es que te vaya culpar por eso, es una maldita pesadilla, pero dolió-
-Él te aterra verdad- Sasuke se separo para mirarlo, Naruto asintió – También a mí, Naruto jamás te daría la espalda, te amo y te necesito, solo a ti, Menma es un castigo jamás lo amé, jamás lo deseé, como lo hago contigo, tú mi amor eres lo único que necesito y nuestros hijos, jamás, jamás de los jamases te dejaría por Menma así que deja de ser un dobe llorón y pensar esa estupidez, y claro que sería ridículo que te enojaras conmigo por un sueño idiota, no me puedes culpar por lo que haga en un sueño Dobe - Terminó diciendo.
-Siempre tan amoroso-Dijo ácido Naruto – Teme pesado - lo empujo para volver a acostar y darle la espalda al moreno ofuscado.
-Ya dobesito lindo, no se me enoje- Sasuke sonrió de lado divertido mientras se volvía acostar y le daba pequeños golpecitos suaves al costado del rubio – En serio te enojaste – Sabiendo que en realidad si lo había hecho pero quería que se enojase le encantaba buscarle pelea no sabía la razón quizás porque se veía muy mono enojado y le encantaba comenzar a besarlo y buscarlo para que se abriera a él de esa manera, no lo sabía bien pero amaba hacerlo.
-Sasuke no- Naruto sabía él del Uchiha y lo peor es que siempre caí, pero no esa noche no iba a terminar cediendo y abriéndose de piernas no esa noche el mayor con las ganas – Deja de golpearme- Se corrió más allá y su esposo lo siguió- Me voy a enojar de verdad- Advirtió tomando un cojín y lanzándoselo haciendo reír a Sasuke y eso lo molestó tanto, le cargaba que el Uchiha se divirtiera haciéndolo enojar era tan inmaduro de su parte – Basta- Elevo la voz un poco cuando sintió la mano traviesa del varón en su miembro, se levantó de un sopetón caminó hacia la puerta para ir a dormir con sus hijos abrió la puerta para salir y se volvió cerrar- Sasuke termina con esto- Pidió encarando al mayor no sabía bien porque estaba tan enojado si era por el sueño o por la estupidez del Uchiha.
-Nunca jamás dejaré que dejes mi lecho-Susurro Sasuke con la voz ronca y los ojos llenos de deseo Naruto se estremeció – Naruto jamás te dejaré ir – Tomó los labios del menor que al principio le daba guerra, pero el Uchiha conocía muy bien cómo hacer reaccionar al menor, un dedo travieso se abrió paso en el trasero del menor para internarse en su entrada haciéndolo gemir y abrir la boca cosa que aprovechó para internar su lengua en el interior de su amor, afirmados en la puerta Sasuke tomó a Naruto de una estocado que lo hizo gritar en su oído mientras las piernas del menor se aferraban a su cintura.
-Idiota-Se quejo Naruto con dolor-Podrías al menos prepararme más-Con venganzar mordió la oreja de Sasuke, enciendolo más –Oooh waaa- emitió sonidos intangibles, siendo penetrado por el mayor, al principio un poco rudo, luego con suavidad y con lentitud haciéndolo gemir de necesidad, maldita sea Naruto tenía la cabeza afirmaba en el hombro de Sasuke, gimiendo como un loco al odio del mayor, como odiaba a Sasuke cuando lo sometía así, era como si le dijese sin palabra solo con acciones que jamás podría negarse a él, que tanto su cuerpo como su alma le pertenecía al Uchiha y este lo sabía.
Luego siguieron haciéndolo sobre la cama, Sasuke no se saciaba jamás del menor, por él estaría todo el día la noche haciéndole de todo a Naruto, era una droga que no podía soltar.
-No es justo-Susurro Naruto mientras tomaba un respiro.
-Qué cosa-Sasuke enarco una ceja ante lo dicho.
-Tú haces lo que quieres conmigo y nunca puedo negarme siempre termino cediendo ante ti –Le dio un golpesito al mayor.
-Vaya es lo menos que podría esperar a cambio- Replico Sasuke.
-A cambio de qué Teme abusivo- Ya comenzaba a enojarse nuevamente, Sasuke se giro para quedar sobre Naruto – Oye ya para- Sonrió para nada enojado, Sasuke nuevamente entro en él con mayor facilidad haciéndolo suspirar – En serio necesito sentarme mañana- Lo decía entre queja y diversión- Me vas a decir a cambio de qué, mmmmmmmm, aaaaaaahg- Volvía gemir cerrando los ojos era por inercia, Sentirlo dentro de él aún lo sentía tan inverosímil, estar a su lado, compartir todo.
-A cambio de mi corazón – Susurro besando a Naruto, mientras entraba y salía de él con suavidad, era un sexo perezoso, solo para sentir que Naruto era solo suyo, sentirlo en lo más profundo de su ser - Tú eres mi vida Naruto, eres todo lo que necesito para vivir, me da igual si en momento matas a alguien aún así te amaría- Lo beso otra vez antes de volver hablar-Incluso si me engañaras, mataría al otro y a ti te amarraría a esta cama y te castigaría solo con sexo hasta hacerte entender que solo me necesitas, que solo debes desarme a mí-
-No soy Menma-Dijo como pudo-Jamás te engañaría, te amo demasiado para hacer una idiotez así, Sasuke yo…yo no concibo mi vida sin ti y los pequeños, creo que por eso son mis pesadillas temo que me dejes- Sasuke le sonrió con amor acariciando su rostro y enterrándose más dentro de él, comenzando hacer el amor en serio, no hablaron más se dedicaron amarse como unos locos.
El sonido de la alarma hizo gemir a Gaara tomó el móvil y la apago molesto por despertarlo, había dormido muy bien, sonrió para girarse y ver en su cama a Sai durmiendo como tronco, beso su cabello antes de leventarse y preparar el desayuno.
Sai era como un respiro en su vida, luego de tanto caos, Sai era la calma que necesitaba, eran buenos amigos, pero de verdad quería ser más que amigos, hacía días que uno se quedaba en departamento del otro, dormían juntos, no se habían besado, ni toqueteaban más quisiera, pero no, solo abrazos, algunas indirectas que ninguno se atrevía a tomar, pero ya estaba perdiendo la cabeza, si seguía así un día no se iba controlar e iba hacerlo suyo, realmente le gustaba hasta el silencio que podían compartir, al principio el menor lo saco de onda, no sabía cómo hablar con él porque era diferente a cualquier persona que había tratado pero por eso le era tan interesante y apreciaba cada momento a su lado.
-Hola buenos días-Sai entro a su cocina, estaban en el apartamento del Uchiha-No debiste molestarte-Dijo Gaara sonrió al verlo con el cabello todo revuelto como una maraña con una polera negra doble de grande, porque era de él, Gaara, pero Sai la tomó y no la soltó más, y solo iba con eso y unos bóxer negros, estaba hermoso, el varón se veía viviendo todas las mañanas viendo lo mismo.
-Buenos días, vamos tú haces lo mismo en mi casa, puedo hacer lo mismo acá- Sonrió al tiempo que colocaba las tazas sobre la mesa-Hice café esta recién hecho, y tostadas, lo único que sé hacer-Dijo con sinceridad.
-Gaara cómo has vivido todo este tiempo- Sai le pregunto divertido.
-Solo a punta de deliverys- Eso hizo reír al menor.
-Bueno creo que vamos a tener que hacer algo con eso, no puedes vivir así más, no conmigo como tu amigo-
-La única manera sería que me cocines siempre pequeño-
-Lo haría con gusto-
-Es en serio-Gaara dejó su taza en la mesa para mirar a Sai.
-Sí, nunca antes me he sentido tan bien con alguien a mi lado, ya sabes no muchos me soportan- Contesto- De hecho desde que nos conocemos hemos estado yendo y viniendo de nuestros departamentos- Sai se calló nervioso pero simplemente soltó lo que tenía en mente-No te gustaría que viviésemos junto- Pregunto.
-Sí-Respondió de inmediato-Pero no en un departamento, tú con tu arte y yo con lo mío, no es mejor una casa-
-Lo es-
Ambos se sentaron juntos a anotar todo lo que iban a necesitar para comenzar a vivir a juntos, una vez terminada la lista, Sai fue a lavar la loza y Gaara comenzó a buscar corredores de propiedades para que fuese más fácil buscar una casa con las cualidades que necesitaban.
El sonido del timbre los saco de sus planes, Sai dejó el lavado de la loza, y fue abrir, los únicos que lo iban a ver era su padre y sus primos pero dudaban que fuesen ellos tan temprano, al abrir la puerta, se quedó de una pieza al ver la persona que estaba en el umbral de su entrada, ante el silencio de Sai Gaara se levantó para ir a ver de quién se trataba.
Sai estaba en blanco de todas las personas que podía pensar que iban a tocar su timbre sería el varón que estaba frente a él, ni siquiera sabía cómo había encontrado su dirección, sin querer tembló.
-Qué pasa no vas a saludar al amor de tu vida- Consultó Shin Shimura, su antiguo novio de la preparatoria, principio de la universidad, fue tan desastrosa su relación que Sai se había literalmente escapado al extranjero por dos años antes de volver y esconderse evitando cualquier lugar que Shin pudiese encontrarlo, cómo había dado con él.
-Qué haces aquí- Fue lo único que pudo decir.
-Vine a buscar a mi novio fugitivo- Shin era alto tenía el cabello largo hasta el hombro, de tono gris y ojos negros vacios de emoción, Shin dio un paso dentro del lugar y Sai un paso atrás-Realmente pensaste que podías escapar de mí- Estuvo al punto de tomarlo, pero Gaara apareció para poner a Sai detrás de él- Quién eres-
-El prometido de Sai-Gaara contestó sin titubear, sabía de Shin, Sai se lo comento una noche de copas, esa noche habían afianzado mucho su amistad a causa de abrirse sinceramente él uno con él otro, Sai le contó sobre su abusivo novio, Shin lo había violentado de tantas maneras posibles, en su autoestima, su salud metal, y física, por eso se había involucrado con Menma pensando que con un doncel la violencia no estaría presente y no lo estuvo pero la maldad del rubio sí.
-Perdón- Shin no supo qué decir, eso no estaba en su registro, Sai se había escapado de él hacía unos seis años, al principio no le molesto, lo cambió por otros y otras, pero siempre terminaba pensando el menor, en su cuerpo, en las cosas que hacían en lo lindo que era una vez le conocías, lo tierno que era con él, comenzó añorarlo y buscarlo, era un Uchiha era fácil, pero no como creyó siempre había un muro entre Sai y él ese era Madara Uchiha.
Pero hace unos días había recibido mensajes de un número desconocido, diciéndoles que sabia donde podía encontrar a Sai, le había mandado fotos del menor desnudo, vaya que se había corrido con esas fotos y videos que le envió el desconocido, le dio la dirección del menor, lo único que le pedía era que se llevara a Sai a otro país, y ahora entendía todo, esa persona quería separarlo del pelirrojo.
-No sabía que me engañaras Sai-
-De qué mierda hablas- Gaara no podía creer lo que escuchaba- Sai no está contigo hace más de seis años, hace mucho te olvido, por favor seré cortés solo ahora, vete antes que pierda la paciencia, no te quiero cerca de Sai jamás-
- O qué pelirrojo, me vas a golpear- Se enfrento – Sai necesitamos hablar, no debiste dejarme así como si fuera basura eso no se hace con el amor de tu vida-Volvió a decir ignorando la advertencia de Gaara.
-No, pero debía hacerlo de esa manera, seamos honesto nunca me hubieras dejado ir, y tú no me hacías bien, eras malo conmigo-Contesto desde la espalda de Gaara-Perdón pero en realidad no eras el amor de mi vida, lo pensé mucho tiempo, pensé que era el amor que merecía tener pero no, tú no eres el amor de mi vida, Gaara lo es-Dijo serio saliendo de atrás del Sabaku, rojo como tomate- Él es lo que siempre he querido en mi vida, tú solo fuiste un error-
-Mientes- Rugió molesto tomando del hombro a Gaara y lanzándolo al otro extremo con fuerza y yendo hacía Sai con fiereza- Tú me amas, siempre lo has hecho y lo harás- Dijo con los ojos desorbitados.
Gaara se incorporo con la intención de ir y golpearlo pero una mano en el hombro lo detuvo se asusto pensando que sería algún matón de Shin pero no, era Madara Uchiha con la cara más siniestra que Gaara había visto alguna vez en alguien, simplemente era del terror, Minato estaba detrás con unas bolsas en las manos, eran las pinturas que Sai le había encargado que se le habían quedado en la casa de la playa.
Shin sintió como era lanzado al otro extremo de la habitación.
-No soy un santo, pero jamás he abusado de un doncel, dejé que una vez abusaras de mi hijo, y te dejé ir solo con una advertencia que parece que olvidaste Shin pero no me tientes-Madara camino hacia el varón- No te quiero ni cien kilómetros a la redonda de mi hijo, a menos que quieras morir- Rugió –Ahora Vete-
Shin se levantó furioso pero hasta su padre temía de Madara Uchiha no lo iba hacer él, estaba molesto su orgullo había sido pisoteado por esos dos varones y Sai, a este ultimo lo miró fijamente como diciéndole nos veremos cosa que hizo estremecer al menor.
Sai se dejó caer por la pared sentía que no iba a poder levantarse en mucho tiempo, su padre lo tomó en brazos de inmediato.
-Tú no te quedas solo acá-Madara estaba frenético, su hijo, su preciado hijo había vuelto a ver a ese hijo de putas.
-Dónde quieres que me quede, cómo supo dónde encontrarme-Sai tiritaba – Nadie sabe de este lugar, solo ustedes-
Gaara le vio tan vulnerable solo quería ir abrazarlo y decir que todo estaba bien.
-Menma- Susurro Minato al lado del pelirrojo éste le miro comprendiendo todo – Menma sabe donde Sai vive, la pregunta es cómo supo que te estabas involucrando con Sai-
Gaara cerró los ojos sintiendo furia y ganas de llorar, Menma era su maldición siempre estaba en su vida penando en ella, la novia que tuvo para tratar de olvidar a Naruto sufrió, Naruto lo había hecho y ahora Sai.
-Perdón por todo Gaara- Minato estaba apenado Menma seguía esparciendo veneno aún sin estar presente.
Menma veía su móvil no dejaba de recibir mensajes, Shin estaba escribiéndole mil por hora, sonreía, a pesar de que Madara había llegado para salvar el día Shin ya sabía dónde estaba Sai y en algún momento se iban a descuidar, él haría que se descuidasen todos para que Shin tuviera la oportunidad de tomar a Sai y así Gaara quedaría solo para él, porque así debía ser, sonrió mientras contestaba los mensajes tratando de calmar al varón.
Bebía su margarita mientras tomaba el sol, estaba consciente de las miradas de todos los varones sobre él, le encantaba ser deseado por ellos, que lo imaginasen desnudo en la cama de ellos, le hacía sentir poderoso, además necesitaba un hombre con dinero.
Dejó de mirar su móvil para echar unas miradas a los varones a su alrededor a ver si había alguno que le llamase la atención.
Por su lado paso un varón que lo dejó helado de la impresión de espalda era idéntico a Gaara se levantó por inercia, el cabello rojo un tono quizás más claro que Gaara, camino y choco con él.
-Perdón- Dijo haciendo una sonrisa coqueta.
-Tranquilo- El pelirrojo se giro, sus ojos no eran verdes pero eso no molestó a Menma ya que increíblemente el rostro del varón se asemejaba mucho a Gaara incluso la forma de sus ojos, el hombre sonrió una sonrisa que hizo suspirar sin ser consciente a Menma-Qué pasa, me pones nerviosos-
-Perdón- Menma estaba alucinando-Disculpa es que es increíble el parecido que tienes con un conocido-
-¿Conocido?-El varón volvió a sonreír- No creo que aun conocido le mirases como lo haces conmigo-
-Disculpa como te miro-
El pelirrojo se le acerco y le susurro al oído- Como si quisieras que te hiciera mío-
-Bien, acertaste, te pareces demasiado al amor de mi vida-Contesto con sinceridad.
-Siendo tan guapo y hermoso porqué no estás con él-
-Prefirió a otro-
-Idiota, si fuera él te haría mío todos los días- Coqueteó con descaro.
-Si lo deseas podría ser tuyo- Contesto como ido, haciendo que el mayor riera divertido.
-No soy un hombre que se ande con rodeos, y me gusta que seas así cómo te llamas-
-Menma y tú-
-Sasori, Akasuna No Sasori-Se presentó tomando la mano del menor y besándola, para luego acercarlo a él-Entonces vamos a un lugar más intimo.
-Claro…