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La sombra del Amante por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Sí, ¡¡¡Heeeeeee!!! Nuevo capítulo luego de casi un año ??‘???????‘?????????


¡Perdón, perdón! Pero ya está aquí, la actualización más pedida en todas mis RRSS, solo falto que fueran al blog jajajjaaj ????.


Espero que sea de sus agrados.


Nos vemos abajo ??‘?????

               Sai seguía muy asustado, la había pasado tan mal los años que estuvo con Shin, que verlo de nuevo cuando había comenzado a rehacer su vida, su peor pesadilla volvía para hacer su felicidad cuadritos. Ni siquiera tomó atención a las palabras de los demás.


Minato dejó las bolsas en la entrada, fue en busca de la cocina para prepararle un agua de hierbas a Sai. Seguramente los chicos no habían tomado desayuno, por lo cual comenzó a prepararlo, mientras el agua para el hijo de Madara se inficionaba.


Madara con ayuda de Gaara llevaron a Sai al living, parecía que el chico había hiperventilado, soltó un gran taco furioso por verlo así. Maldijo una y otra vez a Menma, se sintió pésimo al recordar a su amante, se maldijo a sí mismo, había mezclado su vida personal con la empresarial. Su deseo por Minato no cegó al punto que olvidó que estaba cazado al hijo de éste, tenía clarísimo que cuando atrapara al maldito gemelo malvado, porque lo iba hacer, las cosas con Minato se iban a tensar tanto que podrían terminar.


El Namikaze pensaba algo muy similar a lo de su pareja, se sentía muy afligido saber que Menma era como un agente de caos, por donde pasaba destilaba veneno y destrucción. Por qué tenía que destruirle la vida a las personas, ¡Dios! Fue capaz de destruir a su propio hermano gemelo, Naruto jamás hizo algo para dañarlo, al contrario siempre  estuvo preocupado por su hermano.


Qué en la vida pudo ser tan horrible para Menma que se convirtió el mismísimo Satán, dejo un momento al lado el desayuno, para ir a dejarle el Sai. No podía dejar de sentirse culpable al ver el aspecto del chico aterrado, no sabía qué tan mal o qué tan abusado y violentado fue por su ex pareja, pero por el estado podía darse una idea.


- Ten cariño, cuidado que está caliente – Le extendió el tazón con el agua de hierbas – Encontré un poco de Toronjil en tu alacena – Explicó el contenido del jarro.


- Gracias – Sai tomó el tazón y lo llevo a su boca para darle un sorbo.


Madara y Minato se miraron así mismo, intercambiando miradas de preocupación.


- Hijo prepara un bolso con las cosas que necesites – Madara estaba resuelto a no dejar a su hijo solo – Gaara tengo que ir donde Itachi, por lo que te pido que acompañes a Sai a mi casa –


- A tu casa – Sai dijo como ido


- Sí, mientras buscamos un lugar seguro para ti, me sentiré tranquilo si estás en mi casa protegido, sabemos de lo que es capaz Shin, por lo mismo no puedo dejarte solo – Se hagachó para mirar a su hijo a los ojos – Sai, tú eres lo más importante en mi vida, no concibo mi vida sin ti, me volvería completamente loco si te pasara algo –


- Papá – Musitó sorprendido, su padre no era una persona de decirle ese tipo de cosas tan directamente. Gaara tomó el tazón de agua, porque vio que el chico iba abrazar a su padre.


El menor se aferró a su progenitor con necesidad, se calmo al sentir ese aroma tan característico de Madara, sí, su padre lo salvó una vez, siempre estaba ahí para él, nunca lo dejaría solo. Solo pensar que contaba con él, se pudo tranquilizar y dejar de pensar en horrorosos escenarios donde Shin le hacía cosas crueles. Volvió a respirar, se animo pensando que las cosas sería muy distintas esta vez.


- Vamos a tomar desayuno – Minato los invitó a la cocina para servir la comida a los demás.


Deidara despertó al alba, no pudo dormir mucho, tantas cosas en su cabeza, le preocupaba demasiado haber arruinado la felicidad de su hermano menor por un estúpido café. Miró a Itachi que dormía a su lado, lo tenía abrazado de la cintura, vio su hermoso y masculino rostro, sonrió como un tonto recordando el meme de Shrek “Es un Papucho. Su cara parece tallada por los mismos Ángeles” Reprimió la risa, pero sí, no había mejor descripción a la belleza del Uchiha.


Se había enamorado de él, tenía mucho miedo, había tenido tantas relaciones fallidas y chafas, que su corazón no estaba listo para volver a dejar entrar a alguien. Al mismo tiempo a quién engañaba, Itachi estaba furioso con él, muy desilusionado por la mentira, no podía culparlo, él estaría igual. Podría haber optado por la verdad, ¡Claro que sí! Mas no era su verdad, pertenecía a Naruto, solo él podía decidir cuándo decirla.


- Si me sigues mirando así, temo que para al hora de almuerzo no existiré – Itachi sonrió medio dormido. Despertó minutos antes, pero Deidara estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de esto.


- Buenos días – Saludo, pensando cómo sería despertar todos los días a su lado. Se amonestó por esos pensamientos, lo último que tenía que hacer era soñar con un futuro que de por sí ya estaba truncado.


Itachi lo observó en silencio, parecía que el rubio tenía llena la cabeza de preocupaciones. La noche anterior se limitó a dormir a su lado y no hablar nada con él, porque francamente estaba furioso, su hermano menor era lo más importante para él, podía ser hasta cínico de su parte decir eso, ya que en el pasado se había acostado con  Menma. Tenía un dilema moral muy complicado, odiaba profundamente saber la verdad porque nuevamente le mentiría a Sasuke, no era justo hacerle eso otra vez. Por otro lado estaba Deidara y Naruto, eran solo victimas tanto de Menma como de Madara, orillados a decir una mentira, ¡Diablos! Estaba abrumado, porque al menos Naruto no estaba haciéndose pasar por su hermano, era él, gracias a una mentira.


Cuál de dos estaba más inserto en sus pensamientos, ambos preocupados de cómo salir de ese escenario tan engorroso.


El sonido del timbre los hizo dar un salto, Deidara tomo una ramera oversize que había sobre la silla. Itachi observo como la prenda caía por el hermoso cuerpo del menor, escondiendo ese hermoso trasero que tenía. Los dos habían dormido solo en calzoncillos, él, Itachi, también se levantó, se colocó su jeans negro y la polo del mismo color.


El rubio había desaparecido momentos antes para ir abrir la puerta. Al llegar a la pequeña salita de Deidara ya estaba Madara sentado junto a Minato.


- Se encontraron aquí – Deidara le pregunto a los mayores – No pensé que vendrías a verme – Estaba contrariado de que su papá lo hubiese ido a ver sin avisar.


Minato miró a su hijo y luego a Madara, nadie de la familia sabía que estaba saliendo con Madara, trago antes de hablar, porque sabía que su hijo se iba a molestar mucho. Antes de poder decir algo, Madara tomó la mano de Minato, haciendo una obvia referencia a que estaban juntos.


Tanto Deidara como Itachi se quedaron de una pieza, sin saber muy bien cómo reaccionar ante el hecho que los dos mayores estuviesen saliendo.


- Desde cuándo –


- Hace semanas, cuando se presentaron en casa de Sasuke – Respondió Madara.


- Cómo puede ser posible que estés con el maldito hombre que chantajeo y secuestro a Naruto – El rubio menor apretó los puños furioso con ambos.


-  Haber qué quieres decir con secuestrar – Itachi sospechaba hace mucho que su tío y el suegro de su hermano tenían una relación romántica. Su atención fueron a las últimas palabras de su rubio.


- Lo que digo – Deidara puso los ojos en blanco – Dile a tu sobrino como secuestraste a Naruto y lo chantajeaste hacernos padecer las penas del infierno si no se hacía pasar por Menma – Le exigió al mayor.


Minato se percató que su hijo intencionalmente dejó de lado la conversación de su noviazgo con el Uchiha, cosa que agradeció primero tenían que solucionar el problema de Itachi.


- Escucho – El hermano de Sasuke tomó asiento en el antiguo sofá de la sala.


Deidara aprovechó de hacer café de grano para todos, la conversación sería larga. Él además tenía que mantenerse ocupado o la ansiedad se lo iba a comer vivo.


- Menma se escapó,  haciendo una gran estafa y un descalco de tres millones de dólares, además de un sinfín de negocios turbios – Explicó Madara, escuchó el alarido de sorpresa de ambos rubios que no sabían de esto – Varias deudas de juego además – Agregó.


- Tres malditos millones de dólares, cómo sucedió sin darnos cuenta –


- Fácil, saqué dinero de mis propias arcas para tapar el hoyo que dejó, además de tener que hacerme cargo de todos sus malditos delitos pagando a las personas que estafó y sus asquerosas deudas de juego, en total perdí como cinco millones de dólares –


Deidara tuvo que dejar la bandeja con los café sobre una mesita con rapidez porque su padre comenzó a desvanecerse por la impresión. Él mismo casi dejo caer la bandeja al escuchar la cifra.


Itachi ayudo a recostar a Minato en el sofá, controló sus signos vitales, pidió a Deidara varios almohadones para levantarle las piernas, en tanto Madara abanicaba el rostro de su novio con una revista muy preocupado por él, dispuesto a llamar a un  médico.


- No, no es necesario – Dijo con un hilo de voz Minato.


- No dirías eso, si te vieras a ti mismo – Madara llamó igual a un médico para que viniese a revisarlo.


- Quizás seas decente después de todo – Espetó Deidara mordazmente.


- Soy decente y amo a tu padre – Madara enfrentó al menor – Tienes que entender que estaba desesperado como muy pocas veces he estado en mi vida, tu hermano fue como un huracán, sabes qué habría pasado si Sasuke quedase solo con dos pequeños abandonados por su padre doncel. La carrera política de Fugaku hecha mierda, y todos los periodistas haciendo un festín  de nuestra familia –


- Si necesitabas la ayuda de mi hermano pudiste pedirla como una persona normal –


- No sabía qué tipo de persona era tu hermano, no podía confiarme, Menma al principio parecía un principito incapaz de romper un huevo –


- Hablaste con Naruto, debiste darte cuenta que era una cosa completamente diferente al psicópata de Menma –


- Deidara deja de hablar así de Menma –


- Papá, córtala con defenderlo – Gritó molesto el rubio – Cuando mató a Kyubi les dije que eso era de un loco psicópata, quemó la ropa  de Naruto, rompió las guitarras de Yahiko, hizo un ataque de histeria a mamá sabiendo lo enferma que estaba, cuando cercenó mi espalda – Enumeró algunas de las tantas cosas que hizo su hermano – Te lloré, te supliqué que internaras a Menma, que lo denunciaras pero no, tu dijiste que era una etapa – Las lágrimas corrían furiosamente por sus mejillas – Mira lo que pasó, le quitó el hombre a Naruto, lo arrastró a una depresión que casi lo lleva a la muerte. Le robó la felicidad tanto Sasuke como a mi hermano. Lo que hizo con esos preciosos bebés, y perdón que lo diga, pero Menma es un monstruo, no dudaría que las circunstancias de la muerte de los bebés de Naruto solo hayan sido una maquinación del loco de Menma, y esas criaturas en verdad sean los hijos de Naruto – Soltó lo que llevaba semanas pensando.


- Qué Menma hizo qué, a ver necesito saber qué mierda está pasando – Exigió Itachi.


Deidara y Madara comenzaron la tarea de explicarle todo a Itachi.


El médico de cabecera llegó para examinar a Minato, fue atendido en la habitación de su hijo, mientras los demás seguían hablando.


Minato contestó cada una de las preguntas del médico con  paciencia y haciendo memoria.


- No estoy completamente seguro, pero creo que está en gravidez señor – Dijo el galeno – Debe acercarse a una clínica hacerse un examen – Guardó su estetoscopio – En toda mi vida como médico, rara vez me he equivocado con un diagnostico, por su edad debe cuidarse mucho, tener un ambiente seguro y no exponerse a situaciones de estrés y controlarse continuamente –


Minato sintió que nuevamente se iba a desvanecer, nunca se le pasó por la cabeza tener un hijo a edad. Él era un neófito en ese tipo de cosas, desde que dejó a Fugaku y comenzó una relación con Kushina, nunca se preocupo de tomar medidas como doncel, y a su edad pensó que ya no podría concebir. Inconscientemente llevó sus manos a su vientre, la noticia no le sabía bien, no con todo lo que estaba pasando, ni siquiera sabía si Madara a sus cincuenta años iba a querer tener un hijo.


- Señor – Llamó el médico preocupado.


- Sí, perdón, es solo que nunca pensé que a mi edad quedar en gravidez era imposible –


- Lo bueno es que a diferencias de las mujeres, usted corre menos riesgos pero por otro lado su andropausia es más tardía pasando los cincuenta y cinco años, antes de eso debe usar anticonceptivos – Le dijo como si fuese un niño.


- Lo siento, nunca fui activo como Doncel, estuve casado muchos años con una mujer, recién hace unos meses comencé a salir con un varón – Explicó azorados pensando que el galeno lo estaba cuestionando.


-Comprendo – Le sonrió el hombre entendiendo las razones del Doncel – Felicidades – Terminó de arreglar su maletín, dándole la mano a Minato.


Salieron juntos de la habitación, en la estancia se quedaron en silencio – Cómo esta – Madara de inmediato fue al lado de su Doncel.


- Necesita reposo y evitar situaciones de estrés – Dijo el hombre, comprendiendo que el Uchiha era su pareja – Como le decía al señor debe ir a hospital – No quería revelar la información dada a Minato porque era cosa de él – Bien me retiro –


- Estás bien papá – Deidara se preocupó al verlo igual o más pálido – Te haría bien quizás un traguito de Coñac o Jerez –  Se levantó para ir en busca de algún licor fuerte.


- ¡No! – Minato se espantó de solo escucharlo, Negó con voz fuerte de lo normal.


- ¿Seguro? Creo que te haría bien – Insistió Madara


- No puedo beber alcohol – Contestó con un hilo de voz mientras sus mejillas se teñían de carmín.


- Oh Por Dios – Deidara se llevó las manos a la boca – Maldito bastardo – Le lanzó un cojín furioso a Madara – Embarazaste a mi padre –


- … - Tanto Itachi como Madara quedaron completamente en silencio.


Madara Uchiha en sus cincuenta años, pensó que su mayor felicidad había sido el día que tuvo a Sai recién nacido en sus brazos, hasta ese instante.


- ¿Lo estás? – Inquirió sin querer hacerse muchas esperanzas, pero su corazón palpitaba rápidamente.


- Al parecer – Contestó muy nervioso – Woooooh – Se vio levantado en los aires, Mandara lo rodeo con sus brazos y lo elevó, para luego bajarlo con suavidad y besarlo. Sin importarle ver a los demás.


- Tenemos que ir a la clínica de inmediato –


- Pero qué va a pasar con Naruto –


Itachi tenía demasiado cosas que asimilar, mucho que deseaba decir, pero vio la mirada de Madara. Se apresuró a hablar – Tranquilo no diré nada – Deseó calmar al Doncel, por su estado y a esa edad necesitaba serenidad, algo muy escaso en esos días.


- Gracias – Estaba avergonzado con todo lo que estaba pasando – Lo siento mucho. Yo… -


- Señor Minato, nada de esto es su culpa, tampoco de Naruto – Le dijo con sinceridad – Vaya tranquilo con mi tío y felicidades – Sonrió al mayor.


Los mayores se despidieron, dejando solo a Itachi y Deidara, un incomodo silencio se formo entre ambos, sin saber qué decir al otro.


- Lo siento, lo siento, no quería mentir, pero entiende no es mi verdad, qué hago traiciono a mi hermanito y le digo la verdad a Sasuke, o me quedo callado y los veo vivir una felicidad efímera que en cualquier momento se puede quebrar – Deidara se dejó caer en un sitial al costado del sofá, estaba cansado no había dormido mucho y su ansiedad crecía.


- Entiendo, una parte de mí lo hace, sé que no es tu culpa, que todo es a causa de Menma y Madara. Mas mi hermano está viviendo una ilusión como tú mismo lo estás diciendo. Hemos pasado por mucho, demasiado diría yo, como para agregarle esto, quiero que me entiendas Deidara, ya metí los pies hasta el fondo cuando me acosté con Menma, Sasuke me lo perdonó solo porque piensa que fue con la personalidad incorrecta, pero ha costado tiempo y esfuerzo volver a tener una sana relación con él, como para esconderle la verdad –


- Qué harás, le dirás la verdad – Se mordió el labio con fuerza, haciéndolo sangre, frustrado comenzó a llorar, no podía con la angustia y la ansiedad que eso le estaba produciendo – Naruto nunca ha sido tan feliz como ahora, no quiero ser el responsable de su infelicidad de nuevo –


Itachi soltó una gran palabrota, antes de ir a su lado, para abrazarlo. Si fuera cualquier otro doncel pensaría que ese llanto agónico sería para manipularlo, pero Deidara era tan transparente que eso era imposible. Sintió como el cuerpo del menor trepidaba y su respiración era irregular. Lo tomó en sus brazos y lo llevo a la cama donde lo depositó con suavidad para volver abrazarlo de esa manera entregarle paz, le dijo que no le diría nada a Sasuke. En cuanto lo dijo el menor cayó dormido.


Itachi miró hacía el paisaje afuera de la ventana, pensando en qué demonios iba hacer con esa gran verdad. Estaba atónito todo lo dicho por los otros lo tenían mal, nunca se le pasó por la cabeza lo desequilibrado que podría ser Menma, siempre pensó que era un poco extraño y un tanto peculiar pero de ahí hacer un psicópata era cosas muy diferentes.


Pensó irremediablemente en Naruto, en todo lo que había vivido, el perder a sus hijos, al hombre de su vida, sin ganas de vivir, completamente roto. Recordó las palabras de Deidara, no quería darle créditos pero ante el comportamiento de Menma con los bebés y él del mismo Naruto que inmediatamente hizo una conexión con los pequeños. Se llevó una mano a la frente masajeándola con fuerza, nunca se sintió tan derrotado como en ese momento.


Sasuke y Naruto estaban muy preocupados mirándose con miedo, desde hacía unos días habían visto como la piel de Naru mostraba moretones, fiebre de la nada, no tenía ganas de comer, y despertaba llorando en las noches cubierto de sudor frío. Lo llevaron a médico pero le dijeron que le iban hacer exámenes, primero que era una gripe, luego un dolor de estomago, otro médico le dijo que seguramente eran golpes de juego de niños. Pero ese día Despertaron con el llanto de Izuna cuando despertó vio su camita con sangre y se asusto, era sangre de una hemorragia nasal que Naru tenia y no podía parar.


Estaban en la sala de urgencia esperando los resultados de una muestra de sangre, Sasuke se paseaba de un lado a otro con Izuna en brazos que se negaba estar lejos de su hermano. Naruto en tanto sostenía la manito de Naru, le había colocado medicamente a la vena porque la hemorragia no paraba, el pequeño no dejaba de llorar.


- Señores Uchiha – Llamó una doctora a la pareja, Sasuke fue rápidamente al lado de Naruto dejando a Izuna en la camilla junto a su mellizo.


- Qué tiene – Naruto temió lo peor al ver el semblante de la mujer.


- Quisieran acompañarme tengo que hablar con ustedes –


- No – Sasuke fue tajante – No dejaré a mis hijos solos, puede hablar aquí –


- Señor, creo que preferirían un lugar más íntimo –


- Doctora, me está asustando demasiado, creo saber lo que tiene mi hijo, solo necesito que me diga que no es lo que yo pienso y me tranquilice, porque sí es lo que yo pienso, me voy a volver loco – Dijo angustiado Naruto a punto de saltar en lágrimas.


- Señores, lo siento mucho, me temo que su hijo tiene leucemia –


- … – Naruto sintió que todo a su alrededor se movía, como un terremoto que no esperaba entre tanta felicidad, saber algo tan horrible. Sasuke tomó del hombro a Naruto, de todas las cosas que podrían dañarlo por completo, una de esas era la salud de sus hijos.


- Tenemos que hacer más estudios, pero el examen preliminar me temo que es bastante esclarecedor, habrá que hacer una consulta con el oncólogo infantil para ver el grado en el que se encuentra – La mujer hablo con paciencia y delicadeza, viendo a la pareja casi desmoronarse, vio a los pequeños y agregó – Recomiendo hacer los mismos estudios al otro pequeño, al ser mellizos podría tener un riesgo –


- ¡Nooo! – Gimió Naruto, tratando de controlarse porque sus hijos estaban presente.


- Gracias Doctora – Sasuke habló como robot – Qué pasará con Naru –


- Lo mejor es que quede hospitalizado de inmediato, voy a hacer los papeles para ingresarlo en pediatría de inmediato – Informó – Una vez que estén listo vendré a buscarlo para hacer los trámites  - La mujer buscó una enfermera con la mirada hasta que la encontró y le hizo señas – Quédate al lado de los niños, tu prioridad son ellos – Le ordenó, sabiendo por experiencia que los padres iban a necesitar un minuto de intimidad para digerir la terrible noticia.


- Pequeños papi y yo haremos un trámite solo un minuto, por favor quédense un ratito con ella – Habló con amor Sasuke a sus bebés – Por favor cuídelos –


- Tranquilo vaya con su esposo –


- Papis cuidaré a mi hermanito hasta que vuelvan – Dijo con mucha seguridad, con sus ojitos muy abierto y abrazando a su hermano con protección. Sus padres sintieron sus corazones encogerse ante el menor.


-Gracias cariño – Naruto le dio una caricia a Izuna y besó la frente de Naru.


Caminaron en silencio sin decir nada, tomados de la mano, ambos se aferraban al otro con apretando con fuerza. Naruto respiraba y exhalaba con rapidez tratando de aguantar sus lágrimas, llevaba viviendo con esos niños más de cuatro meses, y ya eran suyos, eran sus hijos. Perdió a sus hijitos al momento de darlos a luz, no podía volver a pasar por lo mismo una vez más, pensando en eso comenzó a llorar sin poder contenerlo más.


Llegaron a un pasillo solitario, Sasuke paró abrazando a Naruto con fuerza, le partía el corazón escucharlo llorar con tanto dolor, él tampoco estaba mejor. No quería pensar en probabilidades de supervivencia de la leucemia infantil, ni que su otro hizo también lo tuviese.


La pareja sentía tanto dolor por la enfermedad de su pequeño hijo, y más aún miedo de perderlo. Algo completamente natural ante la terrible noticia. Estuvieron abrazado todo el tiempo que necesitaron,  Sasuke ayudo a limpiar las lágrimas de Naruto y también las de él.


- Vamos a superar esto – Susurró el rubio muy quedo pero con resolución – Mi hijo no va perder la batalla –


Sasuke lo miró tan enternecido e infinito amor, cómo Naruto podía ser tan bueno y amar tanto, tan diferente a Menma, agradecía enormemente a la vida pasar ese terrible proceso a su lado. No podía concebir la idea de estar con él lunático de Menma en ese instante. Besó con suavidad a Naruto obteniendo energía de él, necesitaba tanto estar con él, sentía que en cualquier momento se iba a desmoronar.


En tanto en Las Vegas Menma estaba muy contento, no había visto su teléfono en varias horas, viviendo en la nebulosa del extasíe con Sasori. Habían comido recién un Brunch, servicio a la habitación.


- Entonces eres rubio – Sasori le sonría divertido al ver la raíz clara de su nuevo amante.


- Así es – Jugó con sus largas pestañas mostrando sus hermosos ojos azules un claro movimiento para coquetear. Ya le había mostrado el color real de sus ojos horas antes.


- Menma, me encantó pasar el día de ayer y hoy juntos pero tengo que ir a New York mañana – Sasori lamentaba el separarse de ese sensual Doncel.


El menor no quería separarse de ese pelirrojo era lo más cercano que podía encontrar de un sustituto de Gaara, además tenía un aire tan parecido a él y una personalidad también muy similar, simplemente perfecto.


- No quiero separarme de ti – Se embracilo encima de Sasori, pasando sus manos por el cuello del otro, como si fuese un gato.


- Porque no me acompañas o tienes algo qué hacer aquí – Lo tomo de las caderas bajando sus manos para acariciar esos deliciosos glúteos, sus dedos intrusos llegaron a esa entrada que lo traía loco.


- Aaah Sí – Dijo entre suspiros gimiendo quedito ante la intromisión.


- ¿Si qué? – Sasori comenzó a follar ese trasero con sus dedos de forma enérgica.


- ¡Aaah Dios! Mmmmhh… a todo – Balbuceó desesperado, moviendo sus caderas.


Sasori sacó sus dedos para reemplazarlo con su miembro, ingresó de una vez a esa prisión de carne, sus manos fueron a parar de nuevo a las Caderas de Menma, para que bajara por completo  y quedara ensartado en su pene. Sonrió al escucharlo gemir como loco al son de sus estocadas.


- Entonces a New York nuestros pasajes – Lo giró para quedar sobre el Doncel – Me gustas Menma – Susurró antes de besarlo apasionadamente.


Minato observó la pantalla de un ecógrafo, efectivamente estaba en gravidez tenía once semanas de embarazo. Junto a Madara de la mano escuchaban emocionados los fuertes latidos de un pequeño corazoncito. Cuál de los dos estaba más embobados, la doctora apuntaba con su dedo y dibujaba cosas sobre la pantalla diciendo donde está el pequeño feto  de casi cuatro meses de vida.


- Señores su bebito está sano, al menos las primero nueve semanas de más peligro han pasado – La tocóloga le sonrió – Pero no pueden confiarse, por su edad es un embarazado de riesgo, pero no hay que sobre preocuparse ¿sí? Les daré todas las indicaciones para tener una gravidez segura y tranquila – Imprimió las imágenes de la eco y se las pasó a Madara – Felicidades papitos –


El teléfono de Minato comenzó a sonar, Madara al ver el nombre de Naruto en él, contestó avisándole a su rubio que era su hijo.


- Naruto – Dijo en forma de saludo.


- ¿Madara? – El rubio miró su teléfono pensando que había marcado mal, pero no era el número de su padre – Dónde está mi papá –


- A mi lado, está ocupado en este momento –


- No le hiciste nada malo –


- ¡Por supuesto que no! – Madara ya se estaba molestando de qué siempre los Namikaze pensaran lo peor de él.


- Necesito hablar con papá –


- Por qué tan alterado –


- Es Naru – Naruto miró a sus hijos dormir en la habitación que les habían dado en el área de pediatría – Lo diagnosticaron con Leucemia, le tomaron una serie de muestras para ver qué tipo y qué tan severo es –


-… - Madara no supo qué decir en esos momentos, miro a Minato con sus ojos azules iguales a los de su hijo que lo miraba con una sonrisa dulce, su rostro estaba iluminado con la noticia de llevar una nueva vida en su vientre – Dónde estás –


- En la clínica central, en el área de pediatría –


- Estamos en la misma clínica estamos en cinco minutos contigo – Le dijo para luego colgar.


- ¿Naruto está aquí? –


- Sí, mi vida, Naruto y los niños están aquí – Cómo le decía a su pareja que uno de sus nietos estaba enfermo, cuando le dijeron que debía estar lejos ambientes de tensión.


- ¿Pasó algo con ellos? –


- Sí, mi amor necesito que tomes con tranquilidad lo que te diré, por nuestro bebito – Tocó la panza del rubio con amor – Naru está enfermo, lo diagnosticaron con leucemia, no saben más que eso –


- ¡¡Dios No!! – Obviamente se alteró su nieto, su pequeño y dulce nieto estaba enfermo, pero trató de inmediato de tranquilizarse, llevaba un bebé en su interior que lo necesitaba fuerte y sano, al igual que su nieto e hijo – Vamos – Tomó la mano de su varón para ir al encuentro de su hijo.


Sasuke llegó a su casa, sin saber cómo manejo de vuelta a su hogar, debía reunir algunas cosas tanto para Naru como para Naruto que se quedaría con él en el hospital. E igual reunir cosas para Izuna y él, había arrendado un departamento a una cuadra del hospital a un precio alto, pero le daba igual, sabía que Naruto no se iba a despegar de Naru.


- Al fin llegas – Itachi estaba fumando afuera de la entrada de su casa. Sasuke enarcó una ceja su hermano rara vez fumaba a menos que estuviera demasiado nervioso o estresado a morir.


- Qué sucede – No era tonto algo pasaba, y tenía que ver él.


- Se trata de Naruto y Menma – Itachi decidió decir la verdad.


- Itachi, no – Sasuke lo enfrentó – Estoy complicado en estos momentos, debo volver con mi familia, lo que sea puedes decirlo después – Caminó hacia la puerta.


- No, es importante, tienes que escucharme – Tomó del brazo a su hermano y lo jalo para verlo a la cara – Debes saber lo que está ocurriendo –


Sasuke cerró los ojos y los volvió abrir – Qué es lo que ocurre –


- Naruto te está mintiendo, todos lo están haciendo –


- ¡¿Qué?! – Sasuke lo miró sin entender – Sé más especifico –


- No es una enfermedad mental lo que padece Naruto o Menma es otr… – Estaba muy nervioso no sabía cómo decir aquello, pero cuando tomó el valor su hermano lo cortó.


- Lo sé –


- Cómo, qué sabes – Itachi lo miró sorprendido – Sabes que no está enfermo –


Sasuke miró a su hermano realmente agradecido por su preocupación – Lo sé, sé que no hay ningún Trastorno de identidad disociativo – Reveló a Itachi – Sé que Menma y Naruto son gemelos…


 

Notas finales:

¡¡BOOOM!! ??????????????’???’???’?


Necesito sus comentarios, sus hipótesis, todo!!!


Nos vemos en Espiral de Mentira Mañana,


Chau.


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