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La sombra del Amante por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Helloooo!!


Aquí cumpliendo con lo prometido, me demoré en subir porque estaba terminando el cap de otro fic. 


Perdón si tiene algún dedazo o falta de ortografía, porque no tuve tiempo de revisarlo a cabalidad, ya lo arreglaré????


Ayer Subí el capitulo 9 de Espiral de Mentiras, por si no lo han visto, para que lo visiten después de éste. 


Disfruten el cap, nos vemos abajito, porque tengo algo que decir del fic, pero sería spoiler ponerlo aquí ??‘???????‘???????‘???????‘???????‘?????


 


 

Sasuke vio a su hermano, sí lo sabía, le había lanzado una granada directamente en la cara, pero era la única manera de corresponder la sinceridad y preocupación de su hermano para con él.


Itachi reaccionó segundos más tardes tratando de comprender lo que su hermano le decía, mientras Sasuke entraba a su casa dejándolo congelado en la entrada.


- Vas a entrar – Sasuke estaba más preocupado por su hijo que por su hermano.


- Espera Sasuke – Itachi fue a su lado – Explícame todo ahora – Si antes estaba levemente enojado, ahora estaba furioso ¿Acaso todos mentían a su alrededor?


- Vamos  a mi despacho – Rendido Sasuke, sabía que su hermano no lo dejaría en paz hasta que obtuviera una respuesta coherente de su parte. Tomó asiento en su escritorio para comenzar con su explicación.


- Desde cuándo lo sabías – El mayor de ellos se sentó en la silla frente a su hermano.


- Un año o año y medio, algo así – Respondió – Me llegaron estás cosas – Sasuke sacó de un cajón con llave un fajo de papeles y los lanzó sobre la mesa – Puedes verlas – Indicó a su hermano – Básicamente, dicen  lo idiota que soy y que no me diese cuenta de lo que estaba pasando, luego me envió una fotografía de Menma y Naruto, claramente me di cuenta de lo que había pasado – Sasuke se rascó la cabeza – Pensé en dejarlo, pero mis hijos son míos, les hice una prueba de ADN y concordaba soy su padre, así que ellos eran mi prioridad. Menma me tenía de los huevos tomados –


- Pero porqué seguiste con la mentira si podías decirle la verdad a Naruto – No lo comprendía, era algo inconcebible.


- Estoy esperando que él lo haga, que me diga la verdad Itachi – Sasuke soltó un suspiro – Veras, me da igual si quiere mentirme, me da igual lo que esté tramando, si es él a quien tengo en mi cama cada noche, si es con él con quien estoy criando mis hijos, tengo muchas dudas, quiero saber cómo o por qué razón llego hasta a mí, cuando lo vi pensé que era una maldita cruel broma de Menma pero luego cuando Dijo que su nombre o era Naru sino Naruto, lo comprendí, era el gemelo bueno, lo comprobé en el momento que lo hice mío…Dios fue gloria pura –


- Menma se escapó –


- Lo sé, sé que Madara tuvo que pagar por el robo que hizo, me lo hicieron saber – Apuntó las cartas – No sé quién es la persona detrás de ellas, pero se lo agradezco –


- ¿Tanto así? – El mayor no estaba muy convencido – Podría ser una persona peligrosa –


- Puede, pero no ha hecho nada en contra mía o de Naruto, más bien parece preocupado por él – Sasuke lo pensó seriamente mientras le decía a su hermano mayor.


- Espera,  entonces esa persona sabe Naruto fue secuestrado por Madara e intimidado por él, para que viniese a hacerse pasar por Menma, y dices que está preocupado por él – Al ver la cara de su hermano dijo  – ¿Tú no sabías?  –


- Sospeché que era algo así – Afirmó – Igualmente en algún momento hablaré con Madara, pero en verdad me da igual, el amor de mi vida está conmigo, soy feliz  –


- Sasuke, debes decírselo, Naruto debe estar pasándola fatal, pensando que está mintiéndote – Itachi se levanto harto de las mentiras – Sabes qué Deidara me rogó que no te lo contara, y yo corrí porque no quiero arruinar nuestra relación de hermanos, pero qué hago con esto, maldición, no debí venir –


- No puedes decirle a Deidara nada de esto, porque hará lo mismo que tú, le diré a Naruto que sé la verdad, cuando no pueda escapar de mí -  Los ojos negros de ambos hermanos chocaron – Sí, mírame así, enjuiciándome, la moral está sobre valorada, si puedo tener al amor de mi vida, estoy dispuesto a correr el riesgo –


- Sasuke, Naruto puede que no te perdone –


- No lo creo, los dos estamos mintiendo, los dos hicimos algo malo. Sé que Naruto me va a perdonar, de la misma manera que yo lo hago, da igual, en este momento hay algo más importante para ambos que una estúpida mentira que nos unió –


- ¿Qué es eso? –


- Naru, vengo del hospital diagnosticaron a Naru con leucemia, están haciéndole estudios para saber su gravedad y también debemos examinar a Izuna, porque puede padecerlo igual, así que estamos destruidos, y creo hablar por Naruto cuando digo que en este momento solo importa Naru – Se levantó para ir a su habitación a buscar las cosas.


- Dios, como lo siento – Itachi por primera vez en su vida no sabía que decir ante tal revelación – Cuenta conmigo para lo que necesites –


- Gracias tenemos que ver que va a pasar, sé que seguramente habrá que hacer un trasplante – Soltó un suspiro de cansancio – Creó que tendré que buscar a Menma –


- Deidara cree que los niños en realidad son hijos de Naruto – Itachi le dijo a su hermano quien se quedó estático con la manos sobre la manilla.


- Qué –


- Por lo que Dei me contó, Menma es todo un psicópata y que no le extrañaría que esos bebés sean de Naruto, me dijo que su parto fue algo raro y complicado, que nunca pudo ver a los bebés muertos, y que a causa de ellos, cayó en una depresión dolorosa, trató de quitarse la vida – Itachi vio a su hermano como pasaba de la sorpresa a la oscuridad en su rostro pensando en el dolor del amor de su vida.


- Voy a matar a ese hijo de putas, si es verdad lo que dice Deidara – Sasuke no podía concebir la idea de que Menma fuese tan infeliz.


- Ponte a la fila – El mayor de los dos le dijo con cansancio – No sé si servirá, pero Minato-San está en gravidez de Madara, ¿Sabías de ellos dos? – Vio como el menor negaba aún más alucinado que antes – Tienes alguna idea de la persona que te manda esos mensajes – Ya habían salido del despacho para hacer las maletas que la familia de su hermano necesitaban y él le estaba ayudando.


- No, pensé que era Madara, pero luego me di cuenta que no – Sasuke estaba metiendo ropa de Naruto en una maleta, mientras que unas sirvientas colocaban la ropa de Naru e Izuna en maletas separadas en la habitación de ellos – Tengo una idea de quién puede ser, debe ser alguien familiar de Naruto, porque no veo a un Uchiha haciendo esto, sin que Madara sepa –


- Pero en los Namikaze ni en los Uzumaki se ven lo bastante inocentes para hacer esto, además debe ser alguien con conexiones y lo suficientemente inteligentes – Opinó Itachi.


- No sé quién sea, pero debe ser alguien muy inteligente…


Se escuchaba el llanto en la habitación de Naru, a los pequeños les habían hecho una punción lumbar, así que ambos lloraban a pesar de las grandes paletas de caramelos que la enfermera les había dado.


Naruto hacía de tripas corazón, en medio de ambos tomando sus manitas para darles amor, mientras les decía que todo estaba bien, cuando ni él mismo lo creía. Sasuke no estaba as u lado, ya que se encontraba trabajando dejando todo en orden, él le dijo que no quería dejar a su familia sola en aquello. Se iba tomar una plaza médica del trabajo, había hablado con su padre, que retomaría su antiguo puesto de presidente asegurándole a su hijo que se tomará todo el tiempo que necesitase.


Gaara y Sai estaban con Naruto ayudándolo con los pequeños, que en esos instantes eran unas magdalenas que se sorbían la nariz de tanto llanto, veían al rubio aparentar serenidad mientras consolaba a ambos, prometiendo que cuando Naru saliera de ahí irían a Disneyland para ver a Mickey.


De alguna manera Naruto calmó el llanto de sus hijos con amor, ahora les contaba la historia del ninja audaz, una novela que su abuelo Jiraiya hizo, y el protagonista tenía el nombre de Naruto, así que el rubio le hacía pantomimas y posiciones como si fuese un  niño pequeño, haciendo reír a los pequeños, que antes sufrían.


Los días pasaron rápidamente con la enfermedad de Naru, las risas no era algo que precisamente estuviesen abundantes en la familia  de Naruto. A pesar de eso el rubio se desvivía por sus hijos tratando de que tuviesen un buen pasar en el hospital, gracias a Dios Izuna no tenía leucemia, pero cuando trataron de separarlos, ambos hicieron la pataleta nivel averno, lo dejaron pasar por unos dos días y lo volvieron a intentar, pasando nuevamente lo mismo.


Rendidos los médicos dejaron que los niños se quedasen juntos siempre y cuando estuviesen con las medidas necesarias de precaución, además que Sasuke no cedió a las demandas de sus hijos e Izuna tenía que ir a dormir al departamento cada noche con alguno de ellos.


Sasuke y Naruto se turnaban para pasar la noche con el pequeño, además tanto los hermanos de Naruto, Deidara y Yahiko junto a su nueva novia Konan, con quien el matrimonio estaba muy agradecido, la chica era profesora de párvulos por lo cual se llevaba bien con los niños y ayudaba mucho para distraerlos.


Naruto estaba avergonzado con ella, sentía que se aprovechaba de ella, porque siempre que estaba desbordado terminaba llamándola, pero siendo sincero, era la persona de más ayuda, los niños la adoraban. Konan lo tranquilizaba cada vez que podía diciéndole que no era nada eso, que eran familia.


Todos los Namikaze e incluso algunos Uchiha habían amenazado a Yahiko de no cagarla con la chica porque era una muy buena persona.


Luego de Konan, Deidara e increíblemente Sai era los demás ayuda, los dos se ponían a hacer cosas con los niños, el rubio le enseñaba hacer figuras con plastilinas, les mostraba como hacer pokemones fáciles de hacer. Sai por el contrario les hacía ensuciarse los dedos con pinturas para que pintasen en distintos tipos de hojas, el chico los hacía reír bastantes, algo que sobre todo a Sasuke que siempre miró en menos a su primo lo tenía apenado por eso pero tremendamente agradecido.


La quimioterapia no era algo lindo de ver, sobre todo por dejaba fuera de combate a Naru e Izuna no comprendía, eran esos días en donde alguno de los padres tenían que separarse y uno quedarse con Naru y el otro salir con Izu-chan.


Minato estaba con Naruto, vio a su hijo quien se vía con fatiga, con grandes ojeras, tantas que Itachi lo molesto diciendo que se parecía a él. Quería decirle que estaba saliendo con Madara, y que estaba en gravidez, pero no sabía cómo darle la noticia.


- Dilo papá – Naruto estaba acostado al lado de Naru que dormía solo si tenía a su papito cerca de él – Algo quieres decirme ¿verdad? –


- Sí – Minato le sonrió, como siempre su hijo sabía con solo mirarlo que sucedía con él – Tengo que decirte algo –


- No me vas a decir que estás con el mafioso de Madara – Naruto sonrió débil – Creo haberme dado cuenta hace mucho que Madara te tenía ganas, lo que sí no pensé que tú le ibas a corresponder –


- Bueno, tengo una historia con él – Minato se poso rojo como tomate – Cuando joven me acosté con él, pensando que era Fugaku – La suave risa de Naruto increíblemente lo tranquilizó, hacía semanas que no lo escuchaba reír, desde que había empezado todo eso.


- No lo puedo creer, cómo pasó eso, lo peor engañaste a tu novio –


- No, o sea sí, pero no, te explico – Minato trató de expresarse correctamente – Fue el cumpleaños de Fugaku, nos emborrachamos como cubas, todos ahí, me  envalentoné para tener mi primera vez con él, pero me equivoqué y entré a la habitación de Madara, ya el resto es historia –


- El además de mafioso se aprovechó de un mocoso borracho – El menor no se sorprendía.


- También estaba borracho, fue culpa de ambos, despertó en medio de una felación, así cualquiera – Dijo azorado de vergüenza con las orejas rojitas.


- No me des detalles por favor – Naruto lo que menos quería era imaginarse a esos dos – Quédate tranquilo, si gustas de él –


- Lo amo – Aceptó a su hijo – No se lo he dicho aún, porque tiene el ego demasiado grande –


- Oh vaya papá –


- Nunca pensé amar a otra persona de la manera que amé a tu madre, hasta que llegó él –


- Eso es bueno, mamá dijo que debías hacer tu vida y eso es bueno, que te des una nueva oportunidad –


- Naruto estoy en gravidez – Dijo de sopetón


- ¡¡Ooooh!! – Naruto agradeció tener a su hijo entre sus brazos, porque de otra forma hubiese gritado muy fuerte. Pestañeó algunas veces mientras ordenaba sus preguntas  –  ¿Estás feliz? ¿Cuánto tienes? ¿Lo sabe? ¿Cómo se lo tomó? –


- Sí lo sabe, está muy feliz, quiere que nos casemos, pero no he dicho nada, no es el momento para eso – Respondió las preguntas de su hijo – Tengo algo más de cuatro meses, no sé que es aún, y sí estoy muy feliz –


Naruto dejo a su hijo con cuidado en la cama con su osito de peluche de sapito que estaba impregnado del perfume de su papito. Fue hasta su padre lo abrazo con fuerza, sin saber por qué se puso a llorar.


- Estoy contento por ti mucho – Dijo en medio de su llanto – No sé por qué lloro – Sollozó siendo abrazado por su padre con amor.


- Tranquilo, todo esto te desborda – Susurró a su lado.


- No puedo pasar por esto una vez más – Naruto estaba aterrado – Una parte de mí está consciente que Naru va a salir de esta, realmente lo creo Dattebayo… Pero otra parte de mí no puede dejar de tener miedo de perderle –


Sasuke escuchó a Naruto llorar, sentía como si alguien le arrebatase el aire de sus pulmones, no quería pensar en el pasado de su Naruto, lo que tuvo que pasar al perder a sus hijos. Aunque una parte de él no podía dejar de pensar en las coincidencias, en gravidez en el mismo tiempo, los dos de mellizos, le parecía demasía extraño. Menma una vez lo había hecho tonto, pero no otra vez, iba  averiguar qué había ahí, pidió hacer pruebas de ADN aprovechando a que todos le habían sacado sangre.


El sonido de su teléfono perturbó sus pensamientos, sacándolo de su bolsillo, enarcó una ceja al ver un mensaje de texto recibido.


“Las llaves de tu libertad están en la recepción de tu empresa. Usa lo que te di con sabiduría”


Se preguntó qué demonios iba eso, era la primera vez que recibía un mensaje de la persona que le mandaba las cartas. Lo pensó unos segundos, pero la curiosidad le ganó, así decidió ir a la empresa, que estaba no muy lejos de ahí, y al mismo tiempo le daba espacio a Naruto para desahogarse, miró a Izu-chan, jugar saltando las líneas de las palmetas de porcelanato del piso.


- Izuna – Sasuke lo llamó suavecito, caminando hacía él, agachándose a su altura – Pequeño, Naru aún no despierta y queremos que descanse cierto – Su pequeño asintió con dulzura – Vamos por un helado y le traemos a Naru y a papito –


- Siiii – aplaudió con sus manitas, feliz de saber que comería helado.


Sasuke lo tomó en brazos para sacarlo de ahí – Primero pasaremos a la empresa y luego vamos a ir por comida para todos y helados –


- Naru-chan Si come rico she va a mejoral –


Sasuke sintió como si se quemará con ácido, como decirle a su bebé que su hermanito quizás no se mejoraría en mucho tiempo.


- No, Izuna – Le respondió, cambiando a su hijo de posición para mirarlo a los ojos – Pero la comida rica que le traigas le dará mucha fuerza para sanarse, tienes que estar a su lado siempre y debes cuidarlo mucho –


- Shi, seré muy buen hedmanito – Aseguró serio.


- Ese es mi pequeño halcón – Besó la cabecita de su hijo.


Sasuke fue a velocidad prudente a su empresa, para buscar lo que sea que esa persona que le mandaba las cartas, dejó el auto estacionado frente a ella, para luego sacar a su hijo de la silla de seguridad para autos.


- Señor Uchiha – La recepcionista saludó apresuradamente a su jefe.


- Me dijeron que habían dejado algo para mí –


- Sí, señor – La mujer buscó en la bandeja de envíos – Llegó hace menos de una hora – Le tendió un sobre de papel manila.


- Gracias – Sasuke lo cogió abriéndolo ahí mismo – Fue alguna empresa de entregas o una persona cualquiera –


- Fue a través de esos servicios de entrega por aplicaciones – Contestó la recepcionista.


- Está bien, muchas gracias – Sasuke caminó un poco lejos de ella para ver el contenido del sobre. Izuna nuevamente saltaba las palmetas lo único que era acompañado por una mujer de seguridad, que jugaba con él.


Sasuke vio con asombro papeles en blancos al menos unas veinte, todas con la firma de Menma al final, justo en la parte casi final de cada hoja.


- Mierda – Esas hojas bien usadas, efectivamente podrían ser usadas para divorciarse y al mismo tiempo que él renunciase a la custodia de los niños.


“Uchiha, me debes una gran pasta de dinero, conseguir esos papeles en blanco con la firma fueron una pesadilla, así que úsalas bien, y protege a tus seres queridos. No tienes ideas del monstruo que es Menma, lo estado distrayendo de todo lo que pasa aquí, pero él tiene aliados, hace las cosas con la mayor discreción”


Sasuke pensó en las palabras escritas en la carta, debería hacerle caso, porque era claro que Menma era peligroso.


En New York en uno de los más lujosos pent-house estaban viviendo desde hace unos días Menma con Sasori, el  doncel estaba tomando una ducha, mientras que el varón estaba afinando los últimos toques para su muestra en unas de las galerías más famosas de la gran manzana. Tomó su móvil al escuchar el sonido de notificación.


“Revisa tu cuenta bancaria. Gracias por las firmas, mantenlo lejos de Japón”


Sasori envió un mensaje de texto de regreso, indicándole a su jefe que todo lo que él le había pedido estaba hecho, una vez que le llegó el acuse de recibo eliminó ambos mensajes. Podía ser algo antiguo de hacer con toda la tecnología que había presente, pero él quería evitar que Menma se diera cuenta, además eso no dejaba rastros como el whattsApp, su  jefe le dijo que tenía que ser el triple de precavido con Menma, que no era cualquier tipo y que además era muy peligroso.


Su única misión era tener contento a Menma lejos de Japón y de su hermano, eso era lo único que le pidieron a cambio de una cuantiosa cantidad de dinero semanalmente y patrocinio de por vida para su arte.


Por otro lado Menma era exquisito le gustaba así que estaba contento de hacer aquello, y lo otro que todo lo que quisiera Menma se lo iba a dar porque el dinero no salía de él, así que tendría una buena vida gracias a ese doncel de ensueño.


- Qué haces – Menma salía del baño con una toalla ataviada a su cintura.


- Buscando un lugar para cenar – Mostró su teléfono en google – O tienes tú un lugar que quieras ir a ver –


- Sorpréndeme –Sonrió feliz de ser tan consentido. Nunca iba a olvidar a Gaara, y lo quería en su vida, a pesar que cada vez era más difícil hacer aquello realidad, ya algún día lo tendría,  pero por el momento estar  al lado de Sasori, todo era fácil, fresco y divertido.


- Bien señorito – Sasori abrazó a Menma besando sus cabellos negros, con las raíces retocadas recientemente – Te maravillaré con el lugar que vamos a cenar – Besó al doncel con suavidad – Aunque me apetece cenar otra cosa primero – Desató la toalla de su pareja para luego levantarlo y llevarlo a la cama entre risas.


Itachi miró a Deidara que estaba caminando hacia el hospital, no lo veía desde hace semanas, no sabía cómo enfrentarse al rubio, porque ahora le ocultaba algo al rubio, pero bien, ya había acordado con Sasuke hacer como que no sabían nada. Deidara también lo evitaba.


- Deidara – Gritó para darle alcance, ya no aguantaba estar lejos de él, estaba resuelto.


- Hola – Deidara había parado de el paso para esperar a Itachi, demasiado nervioso, trató de sonreírle – Cómo est… –  No puedo terminar, porque Itachi al llegar lo besó, cortándole la respiración y la noción del tiempo.


El doncel cerró los ojos sintiendo sus emociones a mil, cuánto tiempo estuvo deseando ser besado por Itachi. Se abrazó al mayor, intensificando el beso, cerró sus ojos para disfrutarlo más. Itachi besaba muy bien, tenía que reconocerle eso, que besaba como la puta madre.


Itachi sonrió levemente sin cortar la distancia entre ellos. Sí, sentía un poco culpable por no decirle la verdad a su rubio, pero pensó en Sasuke y en lo que hacía solo para tener a Naruto a su lado, él haría lo mismo.


- Quieres ser mi novio – Susurró en el oído de Deidara con amor, desconcertando por unos momentos.


- Sí, sí – Contestó con un hilo de voz, volviendo a recuperar el aire que había perdido – No me odias entonces –


- Jamás te odiaría mi amor – Itachi volvió a besarlo con felicidad – Quiero estar contigo para siempre –


- Si se van a montar tremendo espectáculo, podrían hacerlo en otra parte no creen, no en la entrada de un hospital – La voz de Madara los hizo saltar, lo vieron que venía junto a Minato, suponía que también iban a ver al pequeño Naru.


- Vengo a buscar a Naruto para que coma algo y se bañe – Dijo Minato sonriendo a la pareja – ¿Se quedaran con los niños? –


- Sí, yo al menos sí – Contestó Deidara – En la noche vendrá Yahiko con Konan a acompañar a Naruto –


- Menos mal que Tsunade es la directora de este hospital o nos echaría a todos pitando de aquí – Opinó Itachi


- No será porque Madara hizo una gran donación y porque Naru tiene su propia habitación, tanto como para permitir a Izu-chan aquí – Dijo Deidara mordaz


- Lo que sea por mis nietos, hijo mío – Dijo jocoso Madara con malicia, revolviéndole el cabello a su nuevo “hijo”


- Oye, oye huuum – El doncel se quejo ordenando su cabello revuelto – Nunca seré tu hijo, papito jamás serás – Le dijo molestándolo sacándole la lengua como niño pequeño, haciendo reír al mayor.


- Deidara si te portas bien, te diré algunas anécdotas de Itachi cuando niño y tengo unas fotografías de él cuando era un niño mono –


- ¡¡Tío, Noooo!!– Itachi se alarmó Madara tenía registros muy vergonzosos de ellos, ante la reacción del varón, el rubio tuvo más curiosidad.


- Cuéntame más papi – Deidara abrazó al mafioso como ellos le decían entrando al lugar, haciendo reír a Minato que los siguió pasando por al lado de Itachi, quien aún pensaba en esas fotos de niño disfrazado de lolita por su mamá.


Sasuke no podía creer que otra vez Sakura hubiese entrado en sus oficinas, la mujer ni siquiera le importo que estuviese su padre presente. Simplemente entró para comenzar hablarle primero de los negocios que tenía con Menma, y quejándose que este no le atendía el teléfono. Que se sentía estafada y que necesitaba su dinero, mientras decía eso, había cruzado de piernas no sabía cuántas veces, mostrando más arriba de su muslo.


Parecía sumamente enojada, y los Uchiha no podían culparla, el dinero era una cosa delicada, pero la manera de expresarse no era la mejor.


- Entonces si no quieres que denuncie a Menma/Naruto o como sea que se llame, Sasuke, ya sabes lo que quiero –


- Eso jamás – Sabía perfectamente que deseaba, no así su padre.


- Qué deseas – Fugaku pensó que se trataba de alguna compensación económica enorme.


- A su hijo – Contestó mirándolo divertida – Amo a su hijo, y sé que él no quiere a su esposo, solo está con él por sus críos, estuvimos a punto de volvernos amantes, pero no sé qué paso de pronto comenzó a decir que amaba a su Doncel – Sakura se levantó y fue hacía donde estaba el menor de los Uchiha sentados – Entonces Sasuke, qué harás, podría fundir a Menma en la cárcel, solo acuéstate conmigo y lo olvidaré –


- Señorita por favor – Fugaku se alarmó, él no era un puritano, pero jamás había escuchado tan abiertamente algo así, menos con tal irrespetuosidad.


- Trata de denunciar a Menma, me da igual, total verás cómo te sale el tiro por la culata – Sasuke se levantó para sacarse de encima a Sakura, pero esta lo había tomado del brazo para acercarlo a ella.                                                                    


Mikoto había ido a la empresa a ver a Sasuke, no quería ir directamente al hospital porque quería estar con su hijo a solas, en caso que necesitara desmoronarse sin ser visto por Naruto.


Claro que cuando llegó, nunca pensó en ver a Sakura Haruno tratando de besar a un cabreado Sasuke, ante la vista estupefacta de Fugaku que no sabía qué hacer ante la visita de la mujer.


Mikoto entró hecho una fiera, y ante la sorpresa de todos,  tomó a la mujer de la oreja y la arrastró lejos de su hijo – Mocosa de mierda – Empezó la mujer – Te atreves a venir a molestar a mi hijo, a pesar de las cosas que está viviendo –


-Señora duele, suélteme – Chilló la chica sin poder creer que la estuviesen jalando de la oreja.


- No, hasta que comprendas la situación, no eres bienvenida aquí, ni en nuestra casa, ni menos en la de Naruto, nuestro pequeño Naru está atravesando por una difícil situación para que tu atormentes a sus padres – Siguió la mujer sin dejar de jalar a la chica llevándola hacía el ascensor que había sido retenido  por uno de los oficinistas – Gracias querido – Le dijo para luego lanzar a la mujer dentro del ascensor – Sakura espero que comprendas si vuelves a ingresar llamaré a la policía, de hecho ahora mismo pondré un denuncia por hostigamiento y acoso – La mujer quedó en shock por el comportamiento de Mikoto, de la única persona que jamás se lo vio venir.


Todo el lugar era un silencio, ninguno se atrevía a mirar a la esposa del gran jefe, pero en cambio ella los veía a todos, hasta dar con la secretaria de Sasuke.


– Tenten Estás despedida – Dijo con firmeza a la mujer, haciendo que la mirase con susto – Soy mujer, puedo saber cuándo están trabajando con otras perras, ahora lárgate, a menos que desees que te saque de las orejas igual que a tu amiga, Tenten –


Sasuke y Fugaku se miraron incrédulos, Mikoto jamás se había comportado de esa manera, no que el menor recordara, en cambio su esposo sabía que en el pasado su señora lo había hecho cuando estaba con Kushina, pero siempre ella se comportaba con mayor recato que la madre de Naruto.


Sasuke estaba de una pieza ante lo visto, pero reafirmó las palabras de su madre, con mucha seriedad.


– Tenten toma tus cosas y pasa por recursos humanos y agradece a tu amiga Sakura que no vuelvas a encontrar trabajo en alguna oficina en tu vida, con suerte quizás podrás encontrar trabajo haciendo hamburguesas –


La chica se levantó entre llanto tomando algunas de sus cosas, mientras todos sus compañeros la miraban con reproche.


- Lo siento mucho señor Uchiha – Dijo antes de salir de ahí, con sus pocas pertenencias.


Sasuke sola miró sin decir nada, se giró entrando de nuevo a su oficina – Madre es fue alucinante – Le sonrió increíble de haber presenciado aquello.


- Lo soy, no creías que sacaste lo salvaje de tu padre – Dijo con diversión a pesar de su ofuscamiento.


Sakura estaba furiosa golpeando el tablero del automóvil, gritando como una loca, sin serlo realmente, pero estaba tan indignada, humillada de todas las formas posibles. Se sentía falta no tenía idea que el hijo de Sasuke estuviese enfermo, si tan solo pudiese liberarse de la extorsión, todo sería tan fácil.


Tomó su teléfono y lo llamó, no importa la diferencia de horas, Menma tendría que contestarle, lanzó una maldición cuando el chico le cortó pero volvió a marcar hasta que al final le contestó.


- Qué demonios quieres – Menma se escondió en el baño para hablar con la mujer – Te dije que no me llamarás nunca – Furioso se encontraba, detestaba que no le hicieran caso.


- No seguiré jugando tu maldito juego, sabes qué, revela mi secreto, entonces tendrás que explicar porque hay dos Menma y no uno solo, y por si acaso, si es que te interesa tu hijo Naru está enfermo – Cortó la llamado después de decirlo, tirando su teléfono a la calle.  Su automóvil pasó por encima de él.


Estaba aterrada sabía que jugar con Menma era peligroso en cualquier momento él podía revelar lo que hizo en el pasado y ser enviada a la cárcel, pero estaba tan cansada, de verdad le gustaba mucho Sasuke, desde la primera vez que lo vio lo deseó, pero rebajarse tanto le sabía mal, además habían más hombres en el mundo, gustosos de poder compartir su cama.


Con ese pensamiento manejó directo a su casa, para preparar sus cosas, sabía que tendría guerra y tenía que estar preparada.


Menma se mordió la uña con estrés y miedo, necesitaba saber más, pero el numero de Sakura estaba fuera de línea. Pensó en Naru en ese mocoso de mierda, pero si estaba enfermo necesitaba saber de qué, se le ocurrió una idea loca, pero era la única forma de saber la verdad, se arriesgaría.


“Sabes algo sobre mi hijo Naru, dicen que está enfermo, ¿es cierto?” Escribió un mensaje de texto al número del cual recibía las extorciones.


El sonido de mensaje recibido lo sorprendió, no pensó que sería contestado, menos de manera tan rápida.


“Naru tiene leucemia.


Buen momento para desaparecer, y dejar que un verdadero ser con corazón lo cuide, como tu hermano”


 


Mierda, leucemia, eso era gravísimo, investigarían los tipos de sangre, todo para ver quién lo podría ayudar. Estaba atrapado entre la espada y la pared, un segundo mensaje llego.


“No te asustes tanto, tarde o temprano la verdad siempre sale a luz”


Quiso lanzar su teléfono a la mierda, pero no podía era su única conexión con esa persona, escribió en él furiosamente.


“Si, y se sabrá que Naruto no es yo, entonces qué, si nos conoces sabrás quién es el suicida de los dos”


El sonido del teléfono otra vez, lo sacó de sus locos pensamientos, al verlo quiso gritar pero si lo hacía, Sasori quien estaba en la habitación, ya que él, Menma se encontraba en el baño, podría sospechar de sus gritos.


“Más vale que no hagas nada que perjudique a tu hermano, porque entonces te dañaré justo donde te duele…Sabaku No Gaara”


Quien mierda era esa persona para saber tanto de su vida, se lo preguntaba,  sabía que no era ninguno de sus hermanos, porque ellos eran unos boca sueltos, tampoco Madara porque ya lo habría atrapado, no podía pensar en nadie más que quisiera arruinar su vida. Quizás Sasuke, pero no lo creía posible, porque si supiese la verdad entonces algo estaba muy mal con él, si seguía el juego de Madara, pero había más estaba seguro.


Maldición, tendría que volver a Japón.

Notas finales:

Sobre el examen de ADN que Sasuke se hizo, era de sobre su paternidad, por lo tanto no tenía como saber si los hijos son o no son de Menma. (Para quienes lo pensaron)

Mañana a más tardar el lunes viene señales y luego Pose, y así sucesivamente hasta dar vuelta la rueda y llegar nuevamente a espiral de mentiras.

Mil cariños, nos leemos, como siempre gracias por leer y su apoyo, y sus comentarios que me dan vida y ganas de seguir escribiendo.

Os vemos!!!

 


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