Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vías por electroyusei

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yuya se sentó en un lugar diferente ese día. Uno en el que nadie se sentaba nunca. Casi al final del salón al lado de una ventana que daba a los pasillos del instituto. Pasillos que estaban algo vacíos a esa hora de la mañana. Era algo temprano y todavía se podía sentir la fría ventisca de la madrugada. El de ojos rojos respiró profundamente. Era el único momento del día en el que sentía una paz bastante grande en su pecho. Aunque, eso había cambiando un poco la última semana después del casi incidente con Yuto. Sonrió un poco al recordarlo. Todo lo que habían pasado en apenas unos recesos de la última semana. Habían hecho bien en hacerse amigos, se refugiaban de sus problemas mutuamente. Le agradaba la relación que compartían. Aunque, bicolor morado era algo cariñoso en ocaciones, el de rojo se lo perdonaba, era algo que en definitiva le agradaba. Aunque, pensando en eso, ¿cómo fue que...?


—Buenos días Yuya.—salió de sus pensamientos de inmediato y miró a la única persona que le diría esa frase porque quería y no por respeto.


—Hola Yuto,—respondió con una pequeña sonrisa.—¿cómo amaneciste?—dijo algo alegre. El de ojos grises se sentó a su lado, tenía un leve pero visible sonrisa en su rostro. Sería la primera vez en la que él se sentaría a su lado. Estaba feliz. Casi tenía ganas de dar saltos de felicidad.


—Muy bien en realidad—dijo con una sonrisa que solo había portado en otra ocasión en toda su vida, el día en el que ganó el concurso de escritura.—¿Y tú como estás?


—Sin mucho entusiasmo para empezar clase—dijo con un gesto de cansancio exagerado. Yuto soltó una risita. Pero repentinamente se acordó de algo. Esto ocasionó que repentinamente él fuera a buscar algo en su maleta ante la mirada algo extrañada de Yuya. Repentinamente sacó un libro y se lo extendió al bicolor rojo.


—Ten, gracias por prestármelo—dijo Yuto. El de ojos rojos no entendía de que iba todo aquello hasta que leyó el título "Túneles". Parpadeó un par de veces seguidas.


—P-Pero si apenas te lo preste hace dos días...—logró artícular. Alargó un poco su brazo para alcanzarlo y cuando lo tuvo entre manos se quedó mirando a su amigo.


—Creo... Te tengo mucho tiempo libre en casa.—Dijo con un tono algo juguetón rozando un poco lo coqueto.—Además, las tareas han sido mínimas estos días.


—Tienes razón...—aceptó bajando su mirada al libro. Terminó de atraerlo hacia sí y lo guardó en su maleta.


—Me gustó mucho en realidad...—murmuró algo risueño.—Es bastante interesante todo lo que pasa, además, me gustó bastante el mundo que construye.


—Siempre he querido saber cómo sigue...—comentó con una pequeña risa.—Pero me distraigo mucho y bueno... Leer no me gusta tanto.


—¿Y qué te gusta hacer?—Yuya dirigió únicamente sus ojos hacia él y su saberlo abrió ligeramente la boca. Cuando tuvo una respuesta, cerró su cavidad y entrecerró los ojos un poco. Una pequeña sonrisa era visible en su rostro.


—Me gusta salir al parque... Hay unas barras allí, me gusta montarme en ellas y bueno... Improvisar un poco.—admitió. En sus ojos se veía algo de brillo.


—.... Me gustaría verte algún día.—soltó el bicolor morado.


—No soy tan bueno...—dijo algo apenado. Yuto miró al frente.


—Pero eres tú...—murmuró apenas entendible. El aludido lo entendió claramente, pero dio señales de lo contrario. Se sonrojó tenuemente por ello y no quería que él lo notara, no quería dar falsas esperanzas. No ahora que, de verdad eran amigos.


El silencio reinó por un par de minutos. Vieron como poco a poco sus compañeros empezaban a llegar. Todos, algo alejados de ellos dos, empezaron a charlar entre sí. Por lo que alcanzaron a percatarse los dos, había una fiesta ese día. Los dos arrugaron un poco el rostro al oírlo. Eso no era de su agrado. Solo pensaban en drogarse y tomar, ninguno de los dos consideraba eso correcto o si quiera un acto de madurez, era tonto pensar que por algo así te verías como adulto. Otra razón más para llamarles a los dos cobardes.


Y entonces llegó la pareja del salón. Ellos, eran ese tipo de parejas extremadamente melosas que mostraban cariño a donde quiera que fueran. Eran algo molestia en ocasiones, pero por lo general ni Yuya ni Yuto decían algo al respecto. Y de la nada se besaron como si nadie más estuviera en la escena con ellos, un beso, algo subido de tono que hizo que los dos bicolores retiraran un poco la mirada por la incomodidad. Esto, logró que el de ojos rojos recordará algo que desde hacía tiempo quería preguntar.


—Um... ¿Yuto?—dudó un poco sus palabras. El aludido se dispuso a prestarle toda la atención del mundo sin decir ni una sola palabra.—Yo... Quería preguntarte algo...—se notaba un poco nervioso, incluso había levantado el brazo con la intención de rascarse por detrás de la oreja. El bicolor morado también se puso algo nervioso al creer que era por su mirada. La desvío a otra parte de inmediato.—Q-Quisiera saber... Bueno... Ah... Nosotros no hemos sido amigos antes... Entonces...—trataba de ser lo más fluido posible pero el solo pensar que podría salir mal le hacía tener miedo.—¿C-Como es que te enamoraste de mí?


Yuto miró a Yuya. Admiró su cara un momento. La mirada desviada y esas mejillas sonrojadas de vergüenza le hicieron algo de gracia. Sonrió bobamente sin darse cuenta.


—Fue cuando gané el concurso...—murmuró apenas. Trataba de quitar esa sonrisa de su rostro, pero francamente te era imposible, y era extraño, él nunca sonreía así.—Creo que a partir de allí yo... Bueno...


—P-Pero yo sólo te felicité.—dijo desviando un poco la mirada.—Muchas personas más lo hicieron después.


—Fue más que eso...—respondió un poco más fuerte.


—No entiendo...—dijo negando un poco. Yuto tenía una cara serena ahora. Y durante un instante se notó como un tenue rosa se posó en sus mejillas.


—Fuiste... Él único que me agradeció en verdad... Con todos los demás lo sentí algo falso.—explicó con palabras suaves.—Parecía como si ellos lo hicieran solo para quedar bien. Desde entonces yo... Bueno, traté de conocerte un poco más.


Los dos se miraron un poco más. La mirada del enamorado tenía bastante brillo. Incluso más de lo que lo había visto estos días. Quizás era solo por el hecho de hablar de la persona que le gustaba. Se sorprendió internamente pero no dijo nada. Se había quedado pensando en algo puntual. En Yuto y sus sentimientos para ser exactos.


Y sonó el timbre indicando el inicio de clase.


Los dos se acomodaron de frente al tablero y se dispusieron a empezar la clase. El profesor se tardó un poco en hacer que los estudiantes se tranquilizaran. Tiempo en el cual, Yuya se quedó completamente sumergido en sus pensamientos.


A decir verdad, no se había percatado de su anterior puesto hasta ahora, uno que tenía varías mensajes escritos.


-.-.-.-.-


—¿Crees que podamos ir a comer un helado después de clase?—preguntó con una voz gruesa Yuto cuando se estaban devolviendo a su salón después del receso para almorzar.


—Si... Si, suena bien...—aceptó después de unos segundos de pensarlo. Parecía algo distraído, este detalle, no pasó para nada desapercibido por el bicolor morado.


—¿Yuya?—preguntó al verlo con la cabeza gacha y los hombros algo encorvados. Justo como caminaba cuando estaba pasando al lado de las vías del tren.—¿Pasa... Algo malo?


—¿Está bien que seamos amigos?—preguntó en un murmuro. Yuto se quedo extrañado un instante.


—¿Por qué estaría mal?—pregunta de devuelta. El bicolor rojo voltea a mirar a otra parte y se encoge un poco más. Quizás no debió de abrir la boca.—¿Yuya?


—Por qué... Estas enamorado de mi...—responde en otro murmuro. "Oh... Era eso." Pensó Yuto. De manera algo repentina le pone una mano en la espalda, de una manera suave, como si apenas le tocase se fuese a quebrar.


—Esta bien,—dijo suave.—me gusta estar contigo.—admitió. Yuya se alzó un poco y miró un poco más hacia el frente.—Tal vez no de la manera que me gustaría... Pero respeto tu decisión, duele a veces, pero es mucho más preciada tu amistad para mí.—El bicolor rojo se voltea un poco para verle de frente, pensó en decirle algo. Sin embargo al final optó por darle una cálida sonrisa en señal de agradecimiento. El bicolor morado le imitó de manera tenue. Retiró su mano de la espalda de su amigo y volvió su mirada al frente sin desaparecer aquella pequeña sonrisa de su rostro. El de ojos rojos también miro al frente.


Pero antes de poder si quiera mantener su sonrisa también llegaron al salón de clase. Donde un montón de miradas se posaban en ellos dos. Se sintieron algo intimidados. Pasaron de largo, los dos borrando los pequeños rastros de felicidad que tenían en el rostro. Avanzaron a sus puestos algo incómodos. Sin embargo, el de ojos rojos de percató de algo un poco antes si quiera estar en la misma línea en la que estaba su mesa. Paró de súbito.


—¿Te gusta?—preguntó alguien con burla desde atrás.—La decoramos especialmente para ti, Akuma.—río un poco ante aquello.


—M-Mi puesto...—dijo con voz algo quebrada.


—Ese estilo, es perfecto para ti, ¿sabes?—volvió a decir la misma persona con el mismo aire burlesco y de superioridad que tenía. Yuya, con ojos algo cristalizados, miró a su único amigo el cual estaba estupefacto hacia lo que habían hecho a su puesto. Este último, estaba lleno de mensajes satánicos y odio también.


—Lo siento..—corrió entonces hacia las afueras del salón chocando con la puerta en el camino. Todos los demás presente se estaban carcajeando, todos menos Yuto quien salió detrás de él y le siguió hasta la puerta.


—¡Yuya! ¡Espera!—gritó con altos niveles de preocupación.


—Déjalo, de igual modo, sólo es un demonio.—dijo reído él que antes le había hablado a Yuya. El bicolor morado se enfureció, se volvió a él con el coraje a tope y con una mirada de desprecio impregnada en sus ojos.


—¡Los únicos demonios aquí son ustedes por hacerle esto a él!—gritó y salió corriendo detrás de su amigo. Buscó un rato, en realidad no sabía a dónde se había ido, sólo sabía que tenía que ir a ayudarle. Sin embargo, logró encontrarlo al poco rato en el baño.


Al verlo, el alma se le partió. Ojos empapados, manos tratado de hacerlos parar y piernas tratando de ocultar el hecho de que estaba llorando. Se acercó a él y lo enrolló entre sus brazos tratado de que se calmara un poco. Dolía, dolía mucho sentir como su uniforme se humedecía por tantas lágrimas y demás fluidos. Brazos ajenos también lo atraparon con un poco más de fuerza. Pero estos estaban temblando gracias a los espasmos que tenía el dueño de estos.


—Lo siento... Lo siento tanto—sollozó.—No quería que esto te pasará a ti también... Lo siento... Lo siento mucho...


Una mano lo empujó suavemente de la cabeza logrando que sus cuerpos se unieran un poco más. No sabían cuanto más se quedarían allí. Si se perderían la siguiente clase o no. Yuto sólo sabía que no quería volver a ver así al bicolor rojo nunca más.

Notas finales:

Bueno, bueno.... Si lo continuaré :3 pero poco a poco. Muy lento y bastante pensado. :3 aunque trataré de compensarlo con capis más largos de lo usual

Espero que les haya gustado, la verdad, esta historia es un poco más triste que las demás, así que... Pues espero de deprimirlos mucho.

Ya saben, cualquier queja ewe o pregunta pueden dejarla en los comentarios o pueden contactarme en mi página de Facebook -w- (link en mi perfil)

Bueno eso es todo :3 nos leemos después!!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).