Apenas habían pasado tres días desde la huida fallida de Ryuichi, se encontraba sentado en el comedor listo para el desayuno, sentado en una silla de roble con finísimos detalles al estilo clásico occidental que hacia huego con la mesa al igual que con toda la decoración, con su cabeza inclinada hacia atrás mirando al techo pensativo.
—Que debería hacer? — se preguntó, con una mano en su barbilla. Su intento fallido para nada lo tenía decepcionado, esto le dio la oportunidad de analizar los datos obtenidos y planear otra ruta de escape que si fuera efectiva. Solo quería salir de “prisión” por algunas horas, no es como si quisiera irse para jamás volver, si hacia eso su padre lo buscaría por cielo, mar y tierra, al final seria encontrado y no volvería a ver la luz del sol.
—sin duda me odiaría— dijo para sí mismo. Sintió un ligero toque en su hombro, animándolo a voltear hacia atrás, Ryuichi obediente volteo, sus labios fueron atrapados por su padre en un cálido beso. El beso de los buenos días.
—Buenos días, hijo—Saludo al separase de Ryuichi, al momento de tomar asiento junto a él.
—Buenos días, papa—Respondió con alegría.
El desayuno trascurrió con normalidad, los empleados de la casa servían la comida y salían al instante para dejar a padre e hijo solos.
— Papá, ¿A qué hora te iras hoy? — Pregunto, para luego tomar una poción de carne y comenzar a masticarla.
— Ohh ¿Quieres que ya me vaya?¿Tanto odias a tu padre? — dijo en tono de broma, esperando ansioso por la respuesta de su hijo.
Ryuichi casi se atraganta, por intentar tragar rápido la comida para dar una respuesta, se puso de pie y contesto— ¡No!,¡No te odio!, solo quería saber…—
—ya veo ¿entonces me amas? —pregunto, mientras tomaba la mano de Ryuichi invitándolo a sentarse en su regazo, a lo que el acepto. Se sentó de tal manera que sus piernas quedaron alrededor de la cintura de su padre y sus manos rodearon su cuello.
—Claro que te amo, eres mi padre— respondió, abrazándolo.
Asami se quedó callado por unos segundos, Ryuichi intento levantar su cabeza para ver la expresión de su padre pero este lo detuvo con su mano obligándolo a acurrucarse en su hombro.
— ¿Acaso dije algo malo? — Pensó Ryuichi, no era la primera vez que le decía que lo amaba, pero en ese instante sintió que su padre se tensó, quería preguntar que había dicho o hecho mal pero no se atrevía.
Ryuichi empezó a temblar Asami lo noto de inmediato y prefirió actuar rápido para evitar preguntas innecesarias —Qué lindo niño tengo, te he educado muy bien—dijo acariciando los rubios cabellos de su hijo— Para tu suerte hoy tengo el día libre así que estaré cont….—
-¿¡En serio!?- Lo interrumpió su hijo, eufórico, pareciera que lo de antes nunca paso, sus ojos brillaban con gran intensidad, lágrimas casi salían de sus ojos.
—Si— Contesto besando la frente de su hijo.
— ¡Genial— Dijo abrazando de nuevo a su padre, estaba muy feliz. Al fin podría pasar todo el día con su padre como hace un par de años atrás. Todos los días eran iguales en su vida, lecciones de piano, violín, inglés, mandarín, italiano, matemáticas, economía, econometría, estadística etc, etc., No se quejaba de las lecciones es más quería tomar otro tipo de lecciones, ya que dominaba todos los temas a la perfección, era algo tan repetitivo que era aburrido. Quería que su padre se sintiera orgulloso de él, se había perdido uno o quizás dos años de escuela, bueno realmente no lo recordaba y todos los días ponía todo su esfuerzo en las lecciones, practicaba hasta el cansancio hasta dominar completamente el tema. Con su padre en casa todas sus lecciones eran canceladas, y aún más importante podría pasar todo el día pegado a su padre, un día solo para ambos, un día padre e hijo.
— y bien ¿qué quieres hacer? — Cuestiono a Ryuichi sacándolo de sus pensamientos, y este poso su mirada en su padre, al momento que una enorme sonrisa se formaba en su rostro, Asami ya sabía de antemano que clase de respuesta le daría a sí que se adelantó a darle una negativa.
— No, sabes muy bien que tienes prohibido salir Asami — dijo con firmeza, enfatizando en el apellido de su hijo.
A Ryuichi se le erizaron todos los vellos de su cuerpo, supo al instante que por su bien no debía de insistir más con el tema, Ya no se atrevía a seguir mirando a su padre a los ojos así que miro hacia otro lado, — Entonces quiero jugar a las escondidas— Dijo en voz baja, aun manteniendo su mirada alejada del rostro de su padre.
—¿Jugar a las escondidas? — Cuestiono a su hijo, y este solo movió su cabeza de manera afirmativa — No cabe duda que aun eres un niño, está bien, jugaremos a las escondidas pero primero hay que terminar con el desayuno.
Padre e hijo se encontraban en uno de los tantos pasillos de la mansión para dar inicio al juego.
— Bien papa, tienes que contar hasta 300 y si no me encuentras en 30 minutos yo gano — dijo con entusiasmo Ryuichi poniendo una mano en su cintura y la otra apuntado hacia su padre.
— Está bien, empezare a contar, más vale que te escondas bienr13;.
— ¡Sí! — contesto alegremente, se disponía correr para empezar con el juego pero una mano freno su huida, —¿Qué pasa papa? — pregunto.
— MI beso de despedida— y sin más beso a su hijo en los labios, un beso que apenas duro unos segundos.
— Nos vemos— dijo Ryuichi, agitando su mano de un lado a otro al tiempo que se echaba a correr para encontrar un escondite.
Tras correr un par de minutos dejo de hacerlo y camino tranquilamente por los pasillos de la mansión.
— Puertas blancas, paredes blancas— dijo cantando dulcemente, como un pequeño niño cantando una tonada infantil. Justo como cantaba Ryuichi, los pasillos de la mansión eran exactamente iguales, puertas blancas y paredes también, no había cuadros o algún otro tipo de decoración que permitiera distinguir en que parte de la mansión de la casa te encontrabas.
— Esa habitación mía, esta y aquella también— continuo cantando aquella melodía. Ryuichi no tenía ni una o dos dormitorios en total tenía 25 dormitorios, los cuales sabía identificar aunque todo luciera exactamente igual ¿y porque tenía 25 dormitorios? Simple, según su padre era para garantizar su seguridad por esa razón todas las habitaciones lucían igual incluso la decoración que había dentro de cada uno de los dormitorios era exactamente igual. Asami cada noche le ordenaba dormir en una habitación en especial y el simplemente obedecía aunque a veces lo sacara de quicio era su padre y tenía que obedecerlo en todo.
Ryuichi detuvo sus pasos, estaba frente a la única puesta que era diferente, una puerta en color chocolate, la habitación perfecta para esconderse, el dormitorio de su padre. Rápidamente entro y cerro la puerta tras de sí, a Ryuichi le encantaba esa habitación no solo porque le perecía a su padre sino porque era el único dormitorio diferente, mantenía una decoración moderna tipo occidental, en el centro de esta había una enorme cama King size con sábanas blancas, un par de mesitas de noche con lámparas, un enorme armario donde su padre guardaba sus costosos trajes de diseñador, junto el armario un espejo de cuerpo completo, un televisor de plasma frente a la cama y por ultimo una foto de Ryuichi que más bien parecía un mural ya que ocupaba la mitad de una pared. Según su padre le había contado era una foto de cuando él tenía 15 años, en la foto él se mostraba sonriente, con un ligero sonrojo en sus mejillas y pétalos de sakura volando a su alrededor, pero Ryuichi no recordaba nada, no tenía ni la más mínima idea de el porque estaba tan feliz y sonrojado, le había preguntado a su padre pero este solo le contesto que fue porque había visto una ardilla, Ryuichi no le creyó en absoluto como iba a ponerse así por una simple ardilla.
Ryuichi se recostó en la mullida cama, abrazo a una almohada y aspiro el olor, olía idéntico que a su padre, de repente se quedó mirando al techo pensativo, lagrimas empezaban a brotar de sus ojos— estoy tan solo— dijo lleno de dolor mientras su pecho se contraía, con la única persona que convivía era su padre, años atrás se la pasaba todo el día pegado a él pero ahora tenía suerte si estaban una hora juntos por las mañanas, lo extrañaba demasiado. En la mansión había muchos empleados y además estaban sus tutores pero tenía estrictamente prohibido hablar con ellos si no necesitaba algo y con sus tutores solo se limitaban a impartirle clases, no podía hablar con ellos de asuntos que no fueran relacionados con estudios.
Ryuichi lloro con más intensidad, hasta que sintió como la cama se movía ligeramente y unos brazos lo envolvían en un cálido abrazo— ¿Qué pasa Ryuichi? — le cuestiono dándole un pequeño beso en los labios .Ryuichi estaba tan altera que no podía contestar así que Asami, tomo a Ryuichi y lo sentó sobre sus piernas mientas lo mecía ligeramente — Te amo tanto hijo, por favor deja de llorar — dijo mientras lo besaba alrededor de sus ojos. Después de un rato Ryuichi se calmó y su padre volvió a hacerle la misma pregunta a lo que el respondió — Últimamente he estado pensando en que puedo hacer para que pases más tiempo conmigo como lo hacías antes — continuo, con la mirada baja para evitar ver el rosto de su padre— a veces pienso cosas malas como: si me pasara algo malo, si me vuelve a pasar lo mismo que hace cuatro años, podría estar otra vez a tu lado com…— de pronto fue interrumpido por su padre que lo sostenía fuertemente del mentón obligándolo a mirarlo a los ojos — No digas eso ni de broma — dijo con una voz llena de furia pero su rostro mostraba dolor, y Ryuichi volvió a llorar— se supone que eres mi padre, quiero estar junto a ti, no me basta con verte solo en las mañanas— dijo con furia, mientras trataba de alejarse de su padre— ¡Suéltame!, buscare a un nuevo papá que si pase tiempo conmigo y que de verdad me ame.
Esa fue la gota que derramo el vaso, Asami aventó a Ryuichi a la cama se colocó encima de él sujetando fuertemente sus muñecas— Yo soy tu padre te guste o no y no puedes cambiar eso— dijo en un tono frio mirando fijamente a su hijo que estaba temblando de miedo debajo suyo.
— Entonces voy a escapar y me iré con la primera persona que vea y que me diga que me ama , creo que esa persona pasara más tiempo conmigo que tu— dijo con coraje, nunca se había comportado de esa manera tan insolente, pero ya no lo soportaba más, ya no quería estar solo.
—¿sabes lo que les pasa a los niñitos como tú allá afuera ? — Dijo mientras con un brazo sujetaba ambas manos de Ryuichi y con el otro brazo desabrochaba su camisa, — los niñitos como tú, son devorad…— Asami se detuvo en seco, el pecho se su hijo estaba lleno de moretones y rasguños, la furia lo segó y empezó a quitarle los pantalones. El cuerpo de Ryuichi estaba repleto de moretones y algunos rasguños ¿¡Quién te hizo esto!?
El pobre Ryuichi estaba en posición fetal temblando de miedo era la primera vez que su padre le hablaba con ese tono de voz.
— Te hice una pregunta Asami — dijo el mayor con tono severo— ¿¡Acaso has estado viéndote con alguien a escondidas!?¿¡Quién es, dime su nombre!? — dijo gritando, sujetando a su hijo con más y más fuerza.
— ¿Cómo se tornaron así las cosas? — pensó Ryuichi, hace algunas horas estaba tan feliz porque iba a estar todo el día con su padre, y ahora estaba temblando como una hoja debajo de su padre y este de alguna forma creía que tenía una relación con alguien. ¿Quién era esa persona que estaba enzima suyo?
— ¿Quién eres? ¿Qué le hiciste a papá? — dijo mirando fijamente a Asami.
— No trates de cambiarme el tema, te hice una pre….
—¡No!, tú no eres mi papá — dijo Ryuichi con desesperación— Mi padre nunca me aria esto, ¡ papá! Ayúdame tengo miedo, ¿Dónde estás? — Dijo volviendo a llorar. Estaba teniendo un ataque de histeria.
— Ryuichi, escúchame, mírame— dijo soltando su agarrare para tomar la cara de Ryuichi — soy tu padre, Asami — y lo beso, pero no fue un beso corto como de costumbre este fue un poco más profundo, el besos se prolongó hasta que Ryuichi dejo de llorar.
— papá — dijo volviendo en si por unos instantes, para después quedar dormido profundamente. Asami se sentó en la orilla de la cama y se tapó el rostro con ambas manos, estaba reamente frustrado, ¿Quién demonios había lastimado a Ryuichi? ¿Acaso todas las medidas que había tomado no fueron suficiente para protegerlo? Pensaba una y otra vez, pero no era momento para estar sentado, tenía que encontrar a la persona que le causó daño a su hijo para después despellejarlo vivo.
Apenas habían pasado 3 horas desde lo sucedido y Asami ya estaba a punto de encontrar al culpable, se encontraba en un cuarto rodeado de pantallas, las cuales captaban todo lo que pasaba en la mansión.
—¿y bien ya tienes al culpable? — pregunto Asami a su empleado.
r13;Creo que no le gustara lo que vera Asami-samar13; dijo el empleado, poniendo en la pantalla los movimientos de Ryuichi del último mes.
Asami no podía creer lo que veían sus ojos, quien estaba lastimando a Ryuichi era…