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Renacimiento. por LolitaHernandez

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Notas del capitulo:

¡Hola, hola! ¡Miren quien regreso en forma de estampadas!

¡Gracias al review, querida lectora! ¡Necesitaba aunque sea uno para saber si esta historia tenía futuro y tu, tu me lo has dado! ¡Muchas gracias Abi! 

En este capitulo ahondaremos un poco en la mentalidad de Near viendose afectada por los sucesos revividos. 
Espero no ser muy OCC. 

¿Han visto Death Note, la serie live action? Porque se van a llevar una sorpresa... 

¡Comencemos! 


Para ser detective es necesaria una buena memoria.
Near tiene que recordar todo.
A veces odia hacerlo.
Pero odia más haber olvidado detalles importantes de su pasado.

No hay tiempo para detenerse a decodificar lo que soñó: Un cuarto blanco, una luz cegadora, sombras que iban y venían, todo visto desde el suelo.
Hubiera podido terminar por descubrir que representaba esas sombras pero el llamado del intercomunicador elimino toda posibilidad.

Era Rester.

- ¿Esta listo, Near? El auto aguarda abajo.

- Solo un segundo agente.

Después de decir eso marcho a la sala,  precisamente a la mesa de centro donde había dispuesto todo la noche antes.
Tomó su portátil y una caja de madera, madera desgastada, herméticamente cerrada.

Al abrir la puerta principal se topó con el agente que tomó las cosas que Near llevaba.
Rester le abre la puerta del coche, el albino solo espera a que le devuelvan sus objetos: Deja la laptop a un lado peor a la caja no la abandona.
Nunca la abandonaría.

Durante el transcurso del viaje al orfanato no hace más que ver la caja lo que preocupa a Rester que lo mira de reojo por el espejo retrovisor mientras conduce.
Siempre que Near dejaba su apartamento se mantenía jugando con algo y cambiando puntos de vista con el agente. Esta vez esta inusualmente quieto lo que hace preocupar al más adulto.
Las miradas del rubio, siempre tan profesional, ahora le parecen insolentes, parece paranoia pero se siente juzgado por lo que responde a la pregunta no articulada.

- Usted a sus asuntos, agente.

Ya no hubo inconvenientes durante el resto del viaje.

Wammy’s no era la misma.
Se había modernizado además de agrandarse desde la muerte del fundador pero el poco parecido que conservara con el orfanato que Near recordaba no impedía que sintiera ansiedad mezclada con emoción por hallarse frente al edificio.
Gracias a su autodominio se evitó una penosa demostración de su lado humano.

Near es humano, claro, pero uno peculiar que aborrece demostrar todo sentimiento por creer que esto solo lo haría débil.
Al final su rival y él no eran tan diferentes.
Lo único que los alejaba era que uno no podía hacer lo que para el otro era tan sencillo: Portarse como si nada ni nadie pudiera importarles.

Baja del coche y sube las escaleras a la entrada.
Roger no los recibe al hallarse ocupado llevando al pequeño Elle a la sala de música: El sitió favorito del niño, así que son conducidos por una joven maestra la cual no pregunto nombres al ver la placa falsa que portaba el rubio.

Dentro del edificio todo está más cambiado.
Habitaciones se agrandaron, salones fueron cambiados de lugar y sus ocupantes ya no son los de su tiempo. Pasan junto a la biblioteca que sufrió una remodelación en la búsqueda de agrandarla con más estanterías y tomos así como centros de cómputo.
Observa el interior de la biblioteca de pasada y da un respingo al notar que su sitió junto al ventanal central de la habitación continua ahí como si el tiempo no hubiera pasado para lo que significo algo para él.
Ojala más cosas no hubieran cambiado.

Al pasar frente al comedor le llega el aroma del desayuno que es un rito que nunca fue de su agrado al quitarle tiempo a su juego pero nota como en el comedor hubieron tantos recuerdos ya siendo conversaciones unilaterales (Pues él no gustaba de hablar ni en ese entonces) y noticias que corrían como reguero de pólvora entre sus compañeros.

El aula donde estudio fue otra que sobrevivió al inclemente tiempo. Este salón se hallaba a la vuelta de uno de los pasillos que seguían al comedor, y el interior se podía ver ocupado. Paso la mirada de soslayo por los rostros que se encuentran y no puede evitar confundir sus recuerdos con el presente. Sobre todo confunde a la niña de sedoso cabello rojo sentada en la cabeza de la tercera fila. Antes de ella, cuando Near aún no abandonaba Wammy’s, una niña de cabello castaño se sentaba ahí.
Linda.
Linda con dos coletas.
Linda con alma de artista.
Linda con sencillas aspiraciones.
Linda de belleza que recordaba a la primavera.
Linda de la que hace años no ha escuchado nada.

Siente en el alma que la primavera se haya acabado.

Más adelante, cuando están acercándose al salón de música, no puede evitar confundir las líneas del tiempo y fijarse detenidamente en el centro del pasillo donde la figura de un muchacho poseedor de cabello rojo vuelve a tomar su lugar para poder jugar con su consola portátil en completa calma olvidándose de alternar con otros jóvenes.

Ese muchacho pelirrojo con el que siempre había probabilidad de tropezar pues concentrado en su juego no advertía la llegada de nadie. Era tan silencioso que su paso, ya sea en el orfanato o en la propia vida, no parecía llamar la atención.
Jura que Matt en serio está ahí solo que más joven con las facciones más suaves y los dedos sin manchar por su vicio a los cigarros.
La imagen inmaculada del pelirrojo y no la de su cuerpo

Todavía puede escuchar el cierre de su funda mortuoria cuando se cerró.

Llegan al salón y la institutriz abre la puerta del cuarto de música, que es el sitio más iluminado por sus paredes repletas de ventanales, y escucha el melancólico nocturno que es interpretado en esos momentos en el piano de cola.

Ese nocturno lo recuerda de otros tiempos.

Near es otra vez un niño, casi de la edad del “nuevo” Elle.
Vaga por Wammy’s después de clases y sus pasos lo conducen a un sitio en el que no había estado antes: El salón de música donde los arreglos de orquídeas lo hacen más confortable aunque su atractivo se ve opacado por el hermoso piano negro que preside la sala.
El piano está ocupado por un joven al que no puede identificar al verlo de espaldas pero su figura visiblemente delgada (Demasiado delgado como para ser un sujeto sano); la cabellera castaña revuelta y la triste pieza que ejecutaba era algo que se conservaría en su mente por siempre.
La hermosa melodía era callada con una estrepitosa nota que abolía toda belleza de la partitura y daba lugar a una escena escandalosa como el mismo traspié.  
Near no entendía que había sucedido pero se imaginó algo malo al ver que, después de interrumpirse la melodía, el desconocido pianista volvía a hacer ruido al dejar caer sus codos sobre las teclas para juntar sus manos y apoyar su frente sobre estas.
Entonces lo escucho llorar.
Al principio un sollozo apagado para dar paso a uno histérico además de palabras en un idioma que le era desconocido en ese momento.
Después aprendió japonés y descubrió que lo que el desconocido susurraba era “No puedo, simplemente no puedo”.
Pero en el momento un miedo lo invadió al presenciar la escena del músico lamentándose llegando incluso a ir en contra de sus principios, mismos que se había impuesto el primer día que llego al orfanato, acercándose y dándole consuelo al miserable.
Justo cuando se animaba a acercarse un azabache extraño llego al salón como si alguien lo hubiera llamado.
No solo el cabello del recién llegado era de un tono de negro imposible de conseguir naturalmente sino además poseía ojos rojos y ropas oscuras que llevaban a su tono de piel, un blanco tan puro, a añadirse más pulcritud a su piel sin marca de edad dado lo de por si joven del dueño.
Si él se había detenido a analizar al recién llegado, este ni lo notó pues solo entró a sostener en brazos al castaño, al que no pudo ver el rostro, que se levantaba de su asiento al darse cuenta de la compañía a la que se le arrojaba ansioso a sus brazos y este lo recibía como a un niño pequeño después de una horrible pesadilla.
Near decidió dejarlos.

Cuando Alex murió quiso ir a su tumba para agregarle una inscripción a su lápida: “Un misterio en vida, un misterio en muerte” como a Kaspar Hauser. Incluso llegó a querer realizar una investigación para saberlo todo sobre Alex pero fue detenido por Roger que ya había sido advertido por Watari sobre “el impacto que tendrá sobre los niños el suicidio de Alex”.
Roger dijo algo más “Tienes que dejarlo, Nate, Alex quiere paz”.
No insistió y con mayor razón al verse un día en la habitación que una vez había sido de Alex la que seguía intacta y pudo descubrir cuál era la otra afición del fallecido aparte de la música: El ocultismo.
Abandono la habitación tan pronto pudo para no ser descubierto

Las dudas en torno al desaparecido seguían ahí pero el tiempo se las contestó al escuchar las conversaciones que fluían entre los pasillos: Maestros, niños e incluso Roger lo dejaron vislumbrar la razón del suicidio.
Alex se había rendido.
No podía con las presiones que suponía ser L.
Como si fuera alguna clase de maldición el seudónimo.
Después de descubrirlo unas nuevas noticias se dieron. Fue llamado por el director que le mostro una lista en donde se postulaba el orden de sucesores de L.
Él la encabezo.
Solo tenía siete años.
Y sintió miedo.

En cuanto a B.B las preguntas no fueron tantas como con Alex.
Alex era un alma atormentada pero B era solo un maníaco y esos temas no lo llamaban; ¿Qué razones podría haber tras la fuga de B después del suicidio de A? Muchas y ninguna.
Nunca se sabe que esperar de un loco.
Fue hasta que sucedió a Elle en donde supo el destino final de Beyond.
En la razón expuesta para explicar porque Beyond se convirtió en un asesino en serie se hallaba la “simple” respuesta de Elle explicando que era una forma de vengarse por haber sido utilizado o, al menos, sentirse utilizado. Pero a Near la respuesta no lo complacía.
Si, Beyond se declaró loco durante su juicio y fue respaldado por psicólogo certificados que le daban toda la razón pero Near sabía que detrás de la locura había algo siniestro que los había llevado ahí.
Uno podía volverse loco tras una injusticia y esto daría la razón a L que declaró en el juicio señalando que toda locura pasó después de ver el final de su amigo.

Pero no.

B no solo se vengaba por el sentimiento de ser usado.
Se vengaba por el amante perdido.

No era descabellado imaginar que entre el nostálgico Alex y el impulsivo Beyond hubo algo más que solo respeto por los esfuerzos del otro.
Era la conexión entre psicóticos y neuróticos lo que los había llevado a otro sendero.

- Near...

La voz queda del anciano lo hace despertar de su ensimismamiento.
Abre los ojos y el panorama antes difuso por su pérdida de la realidad actual es aclarada no muy tarde: Roger está a su lado ofuscado por el comportamiento del albino mientras Rester se acerca a averiguar el motivo de su tardanza en tomar acciones.

Detrás de Roger, por encima de su hombro, puede ver el piano y a su nuevo ocupante.
Es Elle que interpreta, sin saberlo, el nocturno que Alex interpretó en el mismo piano hace tantos años.
Otra vez la sensación de mareo.

¿Se siente bien...? -Observa la mano de Rester acercándose a él pero logra alejarse a tiempo como si el contacto quemara.  

- Perfecto. No robaremos más su tiempo, Roger; prosigamos.

El gesto de preocupación que provoca su respuesta en el anciano director lo hace contrariarse como minutos atrás en el auto pero logra volver a su autodominio acostumbrado.

El anciano solo puede suspirar cansado mientras se acerca donde el pequeño Elle sigue tocando como si las voces de los tres mayores no estuvieran en esta habitación.
Pese a que Roger se ha acuclillado al lado del menor y observa insistente al menor este parece no darse cuenta y prosigue con su soneto como si en verdad el asunto no tuviera que ver con él.
Near echo una mirada rápida a su ex tutor y este, con murmullos en donde suplica y tomando las manos del infante hace que deje de tocar el piano.

Ahora no puede controlarse, suspira frustrado.
Los niños nunca fueron de su agrado.
No cuenta para nada que él se entretenga con lo mismo con lo que un niño lo haría.
Los infantes no entraban en su pequeña lista de gustos.

Se sienta al lado del niño, en el suelo y piensa un momento en como tomará la charla o si sería necesaria.

El director no tiene tanta paciencia. - Elle este es Nat... Near. Viene a ser tu amigo -Elle solo pestañea a modo de asentimiento por lo que el hombre mayor prosigue mientras mira al albino y peina los mechones perfectos del pequeño azabache.- Near quiere hacerte preguntas, además. Si le contestas te prometo que en el menú de la semana no habrá nada de zanahorias. -Los ojos del pequeño brillan.- Elle odia las zanahorias. –Explica el hombre a Near.

No sabe si eso es gracioso o penoso.
Pero no el tema de las zanahorias si no el ver al hombre cuidar tanto de ese Elle que en verdad le recuerda el anterior (Tanto que la idea de la reencarnación no le parece ya tan poco creíble).
Recuerda que su ex tutor dijo haber visto a su antecesor cuando niño pero que casi no pudo tratarlo y ahora que tenía al primogénito podía reparar el error como es lógico y comprensible.

Casi siente lastima por ese hombrecillo.

Baja la vista a la caja que descansa sobre sus piernas, a la que se sigue aferrando como un náufrago a la orilla; abre la caja y se siente como si abriera la caja de pandora desatando a todos los monstruos.
Monstruos tiene cierta relación con lo que contiene la caja que trae; al menos hay uno infiltrado entre los fantasmas que hay: Los muñecos de madera con los que llevaba a cabo su postulado de teorías en torno al caso de Kira.
En la caja están casi todos, casi porque uno hace falta pero esto Near no lo mencionaría nunca a nadie aunque no es como si se dieran cuenta pues nadie cuida los detalles tantos como él.
El detalle dentro de la caja se encuentra en la forma de cómo fueron acomodados en un sentido en donde agentes de la spk se entremezclaban con los otrora compañeros de Yagami así como sus agentes “especiales” (Mikami, Takada, Misa…) pero el detalle que desternillaría de la risa al del más agudo ingenio y sentido del humor negro es aquel que notara como Elle y Kira, en una versión mejorada al darse a conocer su verdadera cara, se encuentran en una esquina contraria a la del otro dejándose entre ver un enfrentamiento imaginario entre las dos figuras que son separadas (O resguardas) por entrometidos.

Después de permitirle al niño ver a las figuritas de reojo se decide a acomodarlos en hileras sin un orden especial como lo sería por organizaciones.
Después de todo el crío ignoraría como fueron las cosas antes de que siquiera naciera.
El niño solo seguía con la mirada sus movimientos hasta animarse a ayudarlo tomando muñecos y colocándolos en un orden poco especial.
Near no dice nada al pequeño por su ayuda.
Cuando terminan la tarea cierra la caja ceremoniosamente.  

Levanta la mirada a donde el infante se halla inspeccionando a los muñecos. - Te invito a tomar a tus favoritos, pero tienen que ser dos.

Esa estrategia se la proporciono Lidner que, en su experiencia, ya se había topado con casos que involucraba niños. El albino había pensado en invitarla a venir con ellos por su ayuda pero el orfanato era un recuerdo, su secretito, que no compartiría con nadie.
Era demasiado dejar a Rester compartir.
Y el caso era de un carácter personal.
Un asunto pendiente entre él y Kira.
“Ganar como fuera, en donde fuera, en lo que fuera. Tienes que ser el mejor” diría cierta figura de su pasado.

Un nudo en su garganta lo hace boquear por un momento.

Mientras tanto el pequeño azabache duda pero un apremio dicho en el oído por Roger lo hace tomar confianza a lo que toma los muñecos y los va pasando uno por uno por sus manos.

El de lentes, tranquilo por la actitud abierta, dentro de los estándares del crío, continua una charla que solo el empezó y siguió pero no para porque el albino no hace nada que demuestre que quiere silencio.- Como ves él no habla mucho. Siempre les cedo su cuidado a los niños mayores para que al menos así pueda jugar con alguien aunque le insistan. Sinceramente él prefiere pasarla en el salón de música; tan pronto llego al orfanato supe que el piano le interesaba al verlo como deslizaba sus dedos por el pasamanos como en un piano. Ahora, dada la ampliación en la zona de música de la biblioteca, le podemos proporcionar piezas aunque ese no es su único interés pues la poesía lo llama pero es difícil saber si la memoriza ya que, te digo, no es muy hablador.

Near analiza al niño mientras le hablan respecto a él.
El crío es más pequeño en persona pero tiene encanto, belleza en sus facciones; si se queda quieto un tiempo razonable puede pasar por un muñeco.

Roger lo tomaría como a un hijo pero está claro que es muy viejo como para responsabilizarse de un niño tan pequeño así que tarde o temprano tendría que relegar el cuidado a alguien más o simplemente dejarlo pasar en el orfanato como un niño más al cuidado de los encargados.
Esto último sería imposible dada la historia del octogenario, la culpa que sintió por no haber hecho más por Elle en su momento… Estaba claro que no abandonaría a este Elle.
Se lo dejaría a alguien más, eso seguro.
¿A quién?

Antes de poder hablar del futuro del chico este los interrumpe al ponerse en pie de un salto y colocando sus manos detrás de su espalda como quien quiere dar una sorpresa.

¿Qué pasa, Elle? ¿Qué tienes ahí? ¿Qué elegiste? –Interroga con una sonrisa el administrador del orfanato.

El solo aguarda en silencio a la respuesta.

El pequeño, más animado que al comienzo, con los ojos brillantes y una sonrisa idéntica a la tierna que tenía… kira; muestra sus juguetes.

- ¡Mami y papi!

En las manos tiene las figuras de Light y Misa.



En el auto Near baraja las posibilidades que hay tras la elección del pequeñín.

Roger no había comentado nada y tampoco le había pedido explicaciones pero sabía que al llegar a su casa tendría que tener la respuesta para comunicársela.

Rester conduce en silenció.
Cuando viajan ninguno de los dos molesta sintonizando algo en la radio.
Near desea que esta vez cambie y sintonice algo para poder sacarse, aunque sea unos momentos, la culpa que hay en su mente.

La culpa por una hipótesis mal hecha.

Todo era culpa del viejo que, animado por la idea de que Elle haya dejado descendencia, lo había contaminado.
Él solo quería comprobar si era cierto que su mentor había tenido algo con Kira, tal como A y B: “La unión entre psicóticos y neuróticos”.
Ahora que comprobaba que Yagami era el padre, sí, pero Misa la madre, se sentía como un fraude.

Abre la laptop, la enciende y va directo a los archivos que tiene del caso Kira.
Las fotos de Misa y Light están ahí.
Pasa las fotos pero no sin insistir en buscar esos detalles que, espera, le den la razón.

Y no los hay.
¿Cómo puede el niño equivocarse? Si, que era un juego ¡Pero el propio niño dijo que esos eran sus padres!
¿Entonces?

Cierra la laptop con violencia, extraño en el por lo que logra que el rubio que manejaba voltee a verlo.

- Near ¿Se encuentra bien…?

- Rester pare el auto. Acabo de marearme.

Podía ser una excusa pero es que en serio se sentía mareado.
Desde la visita al orfanato se sentía así.

El agente no puso en duda lo ordenado y aparcó el auto en un claro cerca de la carretera poco transitada, apago el motor del coche y se quedaron en un silenció mortal.

Pudo ver como Rester pasaba la mirada por el tablero del auto como si de repente fuera interesante.
Él dejo caer su cabeza en el respaldo del asiento y cerró los ojos en busca de una expiación.

Solo escuchaba su respiración y el roce que hacía las mangas del traje del oficial contra la piel del asiento.

Respiró hondo unas veces.

Escucho el motor de un auto que iba por la carretera pero cuyo conductor no reparaba en ellos.
Mejor así.

Abrió los ojos, por fortuna no había una mirada inquisidora devolviéndole la mirada a través del retrovisor.

Empezó a formular hipótesis mientras se perdía en su propio reflejo.
Misa la madre… ¿Dónde quedaba el parecido? Había que pensar en los genes y la historia familiar y todo eso pero…

¿Cómo pudo pensar que su mentor podría pasarla con Kira? Hasta decirlo era un insulto. Era escupir en su tumba, su recuerdo.

¿Y si el niño se equivocaba? ¿Cómo sería eso posible? Ni siquiera él había podido olvidar a sus padres…

No, el crío tampoco jugaba con ello pues se lo pregunto.

“¿En tu imaginación ellos son tus padres?”

“No”

“¿Quieres decir que, en verdad, son tus progenitores?”

“Así es. Lo digo”

“Bien”

Después de eso Near abandono la habitación dejando a su subordinado con la tarea de recoger los muñecos y presentar disculpas a Roger que solo vio, acongojado, como el albino se iba.

Después le pediría disculpas por su salida tan grosera.
Cuando le tuviera la respuesta de, como un niño que se parece tanto a Elle, podía tener lazo sanguíneo con Misa.
Debía dar orden de que exhumaran los restos, que buscaran algo de ADN, que lo comprobaran por la vía definitiva.
Si, y sea lo que resultara, no tendría que ver con el niño.
No quiere volver a saber nada ni llevar a cabo las pesquisas por conocer lo que fuera su pasado.
Si el crío tenía dudas en un futuro que las resolviera por su cuenta como todos.
Como él.

“¿Así? ¿Tan fácil te desprendes de todo?”

Reconoce la voz.
Mira a su alrededor por lo que nota que es el único que pudo escuchar la frase.

Lleva la vista hasta el bolsillo de su pantalón.
Mete la mano y logra sacar el  muñeco que hacía falta en la caja de pandora.

Mello.

El rubio de sonrisa cínica prosigue “¿Recuerdas lo que dijiste cuando Elle murió? Si no ganas en el juego, si no completas el rompecabezas no eres más que un perdedor. ¿¡Ahora vienes con que no te importa?! ¡¿De verdad no te importa o es que, al final comprendes, que es mucho para ti?! ¡Lo sabía, lo sabía! De un modo u otro harías que, todo lo que hicimos para vencer a Kira, ya sea Elle, ya sea Matt, ya sea yo ¡Fue para nada! ¡Porque eso eres! NADA. ¿No lo ves? No has terminado con el caso. Tienes que terminarlo. Hasta el final. Hasta sus últimas consecuencias. ”

- ¿Near? ¡Near!

La voz de Mello ya no suena en su cabeza. Es su compañero que le habla.
Lo mira sorprendido a su lado y después se mira en el espejo:

Estaba llorando.

No le importa saber en qué momento Rester dejo el asiento de conductor y fue a la parte de atrás, donde él, para saber que le sucedía, porque lloraba tan de improviso.

Necesita un consuelo.
Algo que le recuerda que es ser un humano.
Aparte de sentimientos que se amotinan, pensamientos que corren tan rápido que no puede analizarlos y estas malditas emociones que afloran después de años de mantenerse dormidas, abandonadas en un rincón.

Deja al muñeco a un lado en el asiento y se abalanza contra el  agente que extrañado lo recibe.
Se le abraza fuerte al cuello del de ojos azules que solo pudo alcanzar porque el mismo se encontraba encorvado para oírle.
Las lágrimas no paran de correr por sus mejillas y se pregunta si así de desagradable es que son.

El rubio aunque inquieto lo abraza por reacción pero no evita seguir con preguntas.- ¿N? ¿Qué sucede? ¿Es acaso un ataque de nervios…? Pero si tú no tienes emociones, no las presentas, no puedes tenerlo, tu…

- Anthony, si, en el fondo, más que verme como un compañero de trabajo, me ve como un ser humano adivinará que estoy pasando por un mal momento y como todos busco consuelo. ¡Solo silenció! ¿Puede?

Recibe tan solo un breve asentimiento.
Eso es suficiente como para que Near deje salir el llanto contenido de…

Toda su vida. 

Notas finales:

¿Que les parecio? Espero que bien porque con esa podrían entenderme porque tarde tanto. No quiero caer en los errores del pasado de hacer algo rápido y sin amor al arte. 
Pero bien dijo un director de cine amateur "Las peliculas son como nuestros hijos, no podemos despreciarlos" y no voy a despreciar mi trabajo pero si me exigire más a futuro.

¡Por cierto! Pienso hacer otra historia una en donde Mello y Near son hermanos de sangre y Elle su madre. 
Y pues Light sera... ¡Adivinen! 
¿Les gustaría una historia así? Comenten que es lo que piensan al respecto.

¡Gracias por leer!


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