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Cuídalo bien por Yukihana-Hime

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Notas del capitulo:

La canción y los personajes no me pertenecen, créditos a sus respectivos autores.

Había pasado alrededor de una semana desde su visita al cementerio donde descansaba su "hermano", y aunque todavía no terminaba con los incómodos sentimientos de culpa por la traición que hizo al fijarse en la persona que más amaba Shisui, se sentía feliz observando a uno de sus tesoros dormir.


Se encontraba disfrutando de la adorable vista que era su pequeño hijo balbuceando cosas inentendibles entre sueños a la par que chupaba su manita, ambos recostados sobre la alfombra de la sala. Por travesura inocente, acarició levemente la barriga del su pequeño, la cual estaba expuesta por la forma tan alocada en que dormía.


Sonrió al verlo fruncir el celo y dar la vuelta a un lado, acercándose más a él, todo sin dar inicio de que despertaría por mucho que lo molestaran. Algo decepcionante ya que quería jugar con él.


—Amor, ¿puedes ver quién llama a la puerta?


—Voy.


Contesto, ocultando la sorpresa que le causó escuchar la voz de su esposo desde la cocina. Naruto se encontraba preparando la comida mientras él se encargaba de cuidar del pequeño Shisui. Había estado tan centrado en su retoño, que no escucho el timbre ser tocado.


Tomo el picaporte, pero antes de abrir, observó por la mirilla de la puerta para ver de quién se trataba. Se sorprendió enormemente al visualizar el uniforme militar del país del fuego, apresurándose a abrir al reconocer a quien portaba aquella ropa.


— Kagami...


Itachi no podía creer que uno de sus primos estuviera enfrente de su puerta, siendo que su familia casi en totalidad le había dado la espalda al formalizar su relación con Naruto.


— ¿Qué es lo que...?


Se sentía totalmente desconcertado ante la inesperada visita. Se calmo rápidamente recuperando su rostro sin expresión que siempre mostraba a todos con excepción de su esposo e hijo, y tiempo atrás a su hermano menor y Shisui.


— ¿En qué puedo ayudarte, Kagami?


El militar, un varón pelinegro de cabello negro, piel blanca y ojos ligeramente rojos mantuvo su sería expresión, demostrado con ella que no estaba ahí por gusto.


— Han pasado algunos años, Itachi. —Comento después de suspirar, de nada le servía ser hostil.


— Creía que toda la familia me había exiliado.


— Y no te equivocas. —Le aseguro con seriedad el mayor. — Solo estoy cumpliendo la voluntad de mi mejor amigo y compañero en el frente.


Itachi no entendió a lo que se refería con la voluntad, pero sí de quién hablaba. Lo único o más bien, el único, que los unía a parte de su apellido era Shisui.


Itachi conocía que Kagami, hijo de su tío Madara, quería a Shisui casi como hermano -igual que el-, ambos tenían la misma edad y entre los primos del Clan, eran los más cercanos. También era consciente de cierto resentimiento que el visitante le tenía a él, ya que Shisui mostró interés en el a pesar de la diferencia de edad, adoptando lo como hermano menor.


En la actualidad, el peli-largo no dudaba que aquel resentimiento hubiera empeorado desde que se unió a Naruto. Dentro de la familia Uchiha, Kagami era quien nunca espero ver frente a su casa hablándole con calma después de todo lo sucedido desde que Shisui se fuera al unirse al ejército.


— Aun no puedo creer que abandonaras un gran futuro como el próximo líder del clan por alguien como...


— Te pediré que si viniste a insultar a mi familia te retires o de lo contrario...—Itachi dejo la frase incompleta por culpa de las emociones negativas que luchaba contener dentro de sí.


Tenía tantos deseos de golpear a aquel varón que se atrevía a ofender a su pareja, y en verdad lo hubiera hecho de no ser porque no deseaba que Naruto se enterará de quien era la visita, agradecía a los dioses que la curiosidad de su pareja no hubiera despertado y deseado saber quién llamo a su puerta.


No quería ver aquella mirada llena de tristeza y culpable en el rostro de su amado rubio, el cual se culpaba por ser quién lo alejara de su familia, algo erróneo, ya que fue decisión propia abandonar el apellido Uchiha y usar el de su esposo desde que comenzaron a vivir juntos.


Kagami volvió a fruncir el ceño, recordándose sus razones por las cuales se encontraba ahí a pesar de su desprecio hacia Itachi.


— Shisui está muerto.


Itachi frunció el ceño, la pérdida de su "hermano" aún era una herida abierta. Su cuerpo se tensó y se mostró a la defensiva.


No había sido la intención de Kagami causar esa reacción al decirlo, en realidad había sido un recordatorio para sí mismo sobre por quién hacia todo aquello y a la vez, fue un modo de sacar el motivo por el cual hizo el esfuerzo de buscar a quien abandono el clan.


— Ya lo sé. -—Arrastró las palabras, conteniendo su enfado.


— Esto es para ti. —Kagami extendió un sobre de color blanco.


El varón de pelo largo miro desconfiado el objeto y luego a su familiar, repitiendo el proceso tres veces antes de tomarlo.


— Mientras guardaba sus objetos personales para entregarlos a nuestros familiares encontré algunas cosas, que seguro nuestros tíos quemarían y siendo honesto no me importaría, pero eran objetos valiosas para Shisui.- Kagami se mantenía firme mientras que Itachi abría el sobre.- No sabía qué hacer con eso pero creo que el querría que los diera a ti.


Itachi no supo que decir cuando al sacar el contenido de aquel sobre encontró una gran variedad de fotografías de Shisui y Naruto junto a un pequeño sobre blanco con el único grabado en una esquina que decía "Itachi". Dio una rápida mirada a las fotografías de las cuales sobresalía más, en el papel impreso y con bastantes arrugas se mostraba a cuatro personas sonriendo y abrazados en parejas, la más joven se trataban de Shisui y Naruto, y a un lado estaban los padres del primero.


Y aunque sentía una enorme curiosidad por saber cómo es que aquella fotografía sobrevivió al atentado, Itachi se obligó a permanecer indiferente ante la situación, no queriendo darle un espectáculo al varón frente a él.


— Gracias por traerlo a mí. —Hablo en tono desinteresado.


— Por un momento espere ver reacción humana de tu parte. —Agrego Kagami con notable molestia.— Pero que se puede esperar de alguien que se metió con el prometido de quien decía era su hermano.


— Cuando comencé una relación con Naruto hacía tiempo que su relación con Shisui había terminado. —Aclaro molestó el varón de pelo largo.— Pero no diré nada más, ya que no importa cuántas veces lo repita, parece que los Uchiha no entienden ni quieren hacerlo.


— Itachi, reflexiona nuevamente tus acciones, tu padre y el mío aún desean tu regreso para que tomes el mando del clan. —A pesar de no estar de acuerdo con sus familiares, pero cumplía como militar las órdenes de su superior de intentar persuadir a Itachi.— No eches a perder tu vida...


— Papá...


El militar se vio acallado cuando un angelical doncelito se acercó, atrayendo la atención de ambos adultos, no conteniendo su asombro al ver los rasgos Uchiha en el pequeño. Ninguno de sus familiares le había comentado que Itachi y el rubio habían procreado, ya que era obvio la relación de sangre.


— Shisui, ¿qué sucede? —pregunto Itachi agachándose a la altura de su pequeño, que aferrado a su pantalón usándolo como escudo observando al visitante.


— Papi ya está acomodando la mesa. —Aviso el pequeño un poco intimidado con la persona enfrente de él, que, a pesar de ser parecido a su padre, le parecía intimidante y solitario.


— Está bien, es hora de comer. —Dijo el padre levantándose después de darle un beso en la frente a su pequeño.— Como puedes ver, no tengo nada que reflexionar. Soy muy feliz con mi actual vida. — Kagami solo vio verdadera sinceridad en los ojos del varón contrario. — Y si me disculpas, mi familia me espera.


A diferencia de sus familiares, a Kagami le quedó claro que el menor tenía claro sus prioridades y era más que feliz. Y no era parte de su personalidad inmiscuirse en asuntos personales de otras personas, por lo que no insistiría, simplemente reportaría lo sucedido a su líder y regresar al frente de batalla.


— He cumplido mi parte. Me retiro. —Sin agregar algo más, dio media vuelta y se fue.


Itachi cerró la puerta, sonriéndole a su pequeño al tomarlo en brazos.


— Vayamos con Papi. —Le dio un beso en la mejilla.


Al llegar al comedor dejo a su hijo en su silla, abrazando a su doncel por la espalda. Naruto que estaba sirviendo la comida sobre los platos, se sobresaltó un poco al sentir un beso en su nuca y los fuertes brazos rodearle.


— Itachi. —Llamo entre risas provocadas por la nariz del varón, que con ella acariciaba su cuello.


Con un beso más, Itachi se alejó de su esposo, tomando asiento en su lugar en la cabecera.


— ¿Quién era? —preguntó el rubio al acomodarse en la silla al lado de su esposo.


— Un mensajero de la oficina. —Fingió desinterés, no quería alterar a su familia.— Me trajo algunos documentos del caso que estoy por defender. —Señaló el sobre blanco que dejó encima de un mueble camino al comedor.— Más tarde le daré un vistazo por ahora y más importante, es tu visita al médico. —Tomo la mano de su doncel entre su mano.— ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Por qué tú dolor de cabeza y estomago?


Intento no dar muchos detalles ni mentir tanto, pues no le gustaba hacer sufrir a su esposo. Sentía curiosidad por lo que había escrito en la carta de su hermano Shisui, pero mostrar demasiado interés en algo seria atraer la curiosidad del rubio, más tarde, posiblemente pasado la media noche, cuando sus tesoros durmieran, vería el contenido.


— ¿Eh? Ah...—el doncel sonrió, el repentino tema de su salud lo pillo de sorpresa.


Maldijo en sus adentros a Gaara, su viejo amigo era el único que conocía que se había estado sintiendo mal e incluso fue el único que sabia y le acompaño al médico. No había querido preocupar a Itachi con su salud, un simple dolor de cabeza y un leve resfriado, su pareja había estado ocupada con un gran proyecto que le tenía incluso en vela, porque no creyó prudente agobiarlo más.


— Me mando reposo y un té para la fiebre.


— ¿Y medicinas? —pregunto el varón con una caja arqueada.


Extrañado de que el medico no le prescribiera algún medicamento a su doncel. Pensó por un segundo que Naruto le mentía o le ocultaba algo más, pero la sonrisa y esos ojos azules le dejaban claro que no había engaño alguno.


— Ahora que lo dices... —el rubio ladeo el rostro, no había pensado mucho en eso feliz de no recibir piquete— No me dio nada de eso. —La duda se instaló en el rubio.— Solo me reviso y me mando con su esposo a que me tomara una muestra de sangre.


— ¿Sangre?


— Pidió que Dan me realizaran unos exámenes...


— Hablare con Tsunade. —Le interrumpió serio, preocupado por el extraño proceder de la doctora de cabecera de su rubio.


— Itachi, espera. —Naruto le regreso a su lugar.


— Naruto...


— Está bien. —le aseguro, no quería arruinar su tiempo en familia ahora que al fin su esposo estaba libre de ese proyecto.— Me siento mejor y hoy por la tarde Tsunade me aseguro me llamaría en cuanto tuviera los resultados.


Itachi se mantuvo viéndole fijamente intentado hacerle retroceder de sus palabras, pero el rubio no se dejó intimidar, por lo que, frustrado, el varón dejo escapar un suspiro, confiando en las palabras de su pareja. El tampoco deseaba perder tiempo en una riña, se había ausentado toda la semana de la casa, encerrado en su oficina, terminando ese proyecto de gran inversión en tiempo récord; todo fuera para comenzar sus vacaciones antes y poder disfrutar de pasar los días al lado de su amado y su hijo.


— ¿Y bien? ¿Qué es lo que haremos el día de hoy?


Los ojos del pequeño Shisui se iluminaron al oír a su padre varón, le sonrió a su papi doncel tan alegremente como fue correspondido, había esperado toda una semana para poder tener a sus dos padres libres de sus deberes y ahora los tenía, aprovecharía hasta el último minuto del día.


— ¡Vamos al zoológico! — grito, terminando su ultimo bocado y saltando de su silla para ir a su cierto por su mochila de aventura.


Ambos padres rieron ante la energía desbordante de su retoño, viéndole marcharse antes de siquiera poder decir algo ellos.


— El zoológico será. —Beso el dorso de la mano de su doncel.


— Así es. —Naruto le sonrió, terminando también su comida.


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Y tal como lo planeo el infante de la familia aquel día lo pasaron lejos de casa, de un lado a otro; el zoológico fue la primera de muchas paradas, el cine, restaurante familiar, un parque.


Al llegar a casa, el pequeño yacía dormido en brazos de su padre varón, quien le arropo en su cama y se despidió con un beso en su frente.


— Estoy agotado. — fue lo primero que dijo Naruto al entrar en su recamara y dejarse caer en su cama.


Itachi sonrió al ver la alegría con la que su esposo reía, recordando en voz alta lo vivido ese día. Después de despojarse de su chamarra y los zapatos, no dudo en seguir el ejemplo del doncel, la cama le llamaba, o tal ver era lo que había sobre ella. Se dejo caer sobre su doncel, aprisionándolo entre su cuerpo y la cama.


Naruto sonrió aún más al tener a su amado sobre él, besando su cuello diversas veces, paso sus brazos por el cuello de Itachi, besándolo en los labios.


— Ah, Itachi...—jadeo al separarse del beso y que el lóbulo de su oreja fuera mordido.


— Tu ropa estorba. —gruño el varón.


— La tuya también. —Rio el doncel.— Pero espera... espera. —pidió, empujándolo con sus manos sobre su pecho.


Itachi gruño, aguantando las enormes ganas que tenia de hacerlo suyo. Naruto sonrió y le dio un fugaz beso en su mejilla, agradecido de que aceptara su petición. No es que no deseara que su esposo lo poseyera, lo ansiaba de hecho, pero estaba agotado con tan ajetreado día y deseaba tomar un baño antes, relajarse y renovar energías que con gusto gastaría con él.


— ¿Qué sucede?


— Quiero bañarme. —Respondió con diversión al ver su expresión frustrada.


Con tan tentativas palabras, la maliciosa sonrisa del antiguo Uchiha salió a la luz. Concedería la petición del rubio, pero a su propia manera. Se levanto de golpe, jalando del brazo a su acompañante.


— Está bien. Bañemos juntos.


Naruto rio, pero evito levantarse más allá de su posición sentado en la cama. Itachi no le entiendo o no quiso hacerlo.


— Solo.


— ¿Eh? ¿Por qué? - frunció el ceño con disgusto.


— Porque quiero un baño tranquilo y si tu entras, eso es lo único que no tendré. —Le mostro la lengua en un acto infantil.


La sonrisa maliciosa regreso al rostro del pelinegro, acercándose hasta tener su cara enfrente de la del doncel, que se ruborizo por la cercanía y la lujuria reflejada en los ojos contrarios.


— Por supuesto que es lo que menos tendrías. —Le beso lento sensual, invitándole a caer en la tentación de sus caricias. — Déjame ayudarte con la ropa. —con lentitud tortuosa y caricias disfrazadas de falsa ayuda, le quito la camisa.


El doncel jadeo cuando las manos ajenas recorrieron su pecho, tocando "accidentalmente" sus pezones.


— Itachi...—gimió— De... deten...


— Está bien. —Repartió una gran cantidad de besos en el cuello del doncel, continuando con las caricias en el cuerpo ajeno.— Déjame ayudarte con tu baño.


— ¡No! —grito un poco más alto de lo que pretendió.


Itachi se sorprendió un poco verse empujado, pensó que se extralimito por su egoísmo pero la sonrisa del rubio le hizo saber que no le incomodo y solo lo tomo con un juego.


Naruto se levanto deprisa, abrazando a su esposo por el cuello, se puso de puntitas para poder darle un rápido beso.


— En verdad quiero bañarme, y ya después...—dejo la frase incompleta como sugestión, dándole otro beso.


Itachi le abrazo de la cintura, sonriéndole. No comprendía el porque repentinamente y sin motivo, había deseado tanto marcar a Naruto como suyo, reforzar el lazo que tenían.


— Esta bien, toma ese baño tu solo. —Acepto, recibiendo una lluvia de besos rápidos por todo su rostro.— Pero, ¿Qué se supone que haya sin ti?


Naruto rio, pensando que responder, quería complacer a su marido pero también necesitaba la tranquilidad del baño para pensar que hacer con lo dicho por Tsunade durante la llamada de la tarde. Al recordar la llamada, también recordó lo hablado en el desayuno y con eso, obtuvo su respuesta.


— ¿No tenias algo del trabajo que revisas?


Fue instantáneo, al recordar el sobre que mintió diciendo que era de trabajo su cuerpo se paralizo. Naruto no lo noto y el lo agradeció. El rubio se alejo del abrazo pensando que se había escapado de la fiera, por lo que con una sonrisa triunfante se encamino al baño.


— Termina rápido tu trabajo. —Fue lo ultimo que grito el feliz rubio antes de cerrar la puerta.


— Si...—murmuro por lo bajo.


Todos sus deseos se enfriaron al recordar las cosas de Shisui, por un segundo pensó en olvidarlas y fingir que nunca recibió nada, no obstante el mismo sabia que le seria imposible estar tranquilo. Su conciencia le repetiría constantemente lo mal que hacia ignorando tal vez "las ultimas palabras" de quine fuera su hermano.


Se encamino aun con el debate en su mente, hacia el piso de abajo, y aunque sabia que al final la leería, lo hizo tan lento que incluso un caracol hubiera llegado primero al sobre. Al llegar y tomarlo, miro a su alrededor, en una búsqueda sin sentido por ver su se encontraba solo. Sin compañía, se encerró en su despacho, tomando asiento en la pequeña sala abrió de nuevo el sobre blanco.


Con sentimientos encontrados apilo las fotografías, evitándolas al pasar una por una hacia atrás. Todas y cada una de ellas eran de Shisui con Naruto, en diferentes escenarios, pero siempre felices. Al sacar todas del sobre noto que había más que las que pensó al inicio pero aún así, sobre salían dos; la de la pareja junto a los padres del mayor y una donde solo aparecía el doncel sonriente formando un corazón, con sus manos, ambas fotografías con marcas de dobleces y un poco malgastadas, por lo que Itachi intuyo que Shisui las tesis de un lado a otro junto a él.


Estaba feliz de ver que a pesar de que fue el mismo Shisui quién dejará a Naruto, le extrañaba – prueba de eso eran las fotografías- dejando claro que a pesar de todo aún le amaba, y era justo es lo hermoso y triste del asunto. Shisui murió amando a su persona especial.


Dejo de lado las imágenes impresas, centrado su atención en la libretilla guardaba, se notaba vieja pero lo que pensó un diario, resultó ser un conjunto de pensamientos; todos suspiros amoroso al rubio. Esa libreta parecía ser demasiado íntima, por lo que la dejo también a un lado, más tarde, cuando decidiera si contarle o no a su esposo sobre ese paquete de parte de Kagami.


Naruto decidiría si quería leer y conservar ese cuadernillo. Solo el, después de todo, lo ahí escrito iba dirigido a él.


Tomo al fin lo último del contenido del paquete, aquella carta que tenía escrito si nombre, con la clara caligrafía de Shisui.


— Ay, hermano mío. —se lamentó, abriendo la carta.


Con nerviosismo la desdobló y cuidado comenzó a leer, temeroso y expectante de lo que su nombrado Hermano, le hubiera dedicado en esas escondidas palabras.


....      


Para mi mejor amigo y hermano, Itachi:


En estos momentos seguramente estaré en el frente de la batalla, y espero que de ser correcta mi predicción, tú estés, aunque sea como amigo al lado de la persona que amas y en este caso, también la que amo. Asumo que no te sorprenderá que lo haya notado, y en caso de que te sorprenda, lamento informarte querido amigo, que no eres tan buen actor, lo note desde el momento en que te lo presente.


Por mucho tiempo temí que te dieras cuenta de tus propios sentimientos e intentaras arrebatármelo, después de todo nunca podría pelear contra ti, lastimarte no ha sido nunca opción para mí y poco hubiera podido hacer si él te correspondía, algo que no me es improbable pensar, después de todo tu eres muy buen partido y una maravillosa persona. Durante mucho tiempo ese fue mi mayor temor, perderte a ti y perderlo a él, algo irónico si considero que he sido yo quien les he dejado avanzar.


Y en medio de aquel conflicto, el único que saldría más lastimado, seguramente sería nuestro amado, quien se culparía por provocar una batalla entre nosotros. Por lo que a pesar de que egoístamente deseaba que no te interesaras en Naru, al tomar mi decisión en verdad agradecí a los dioses que fueras tu quien le amara... confió en que tú sabrás cuidarle en mi lugar.


Sé que llegara un momento en que no puedas ocultar tus intenciones, sé que por ser mi hermano te sentirás culpable de lo que pueda surgir entre vosotros, pero no hay nada de lo que debas preocuparte. Ambos son libres y son sus propias decisiones lo que definirá el futuro. Yo tome la mía y la consecuencia ha sido alejarme de él, le amo y lo único que deseo es su bienestar, es por ello que, si su felicidad está a tu lado ahora, no podría ser más feliz yo también.


Lo único que me atrevo a pedirte es que le hagas feliz y que tú lo seas a su lado... sé que no me equivoque al dejarte esa tarea después de los insultos que me dedicaste en el aeropuerto cuando te informe mi decisión y aborde aquel avión. Y como en aquella ocasión, hoy te pido lo mismo...


Cuídalo, no lo lastimes por favor, él merece cariño y amor. Es una persona que solo piensa en el bien ajeno, es por ello que siempre se olvida de sí mismo, dale ese amor, que conmigo no falto, aunque lo dudo que seas como yo.


Itachi sonrió ante el toque arrogante de su viejo amigo, a pesar de tan extraña carta, podía percibir el toque de Shisui en cada palabra. Mentiría si dijera que no le sorprendía que el contrario se diera cuenta de sus sentimientos desde el inicio cuando él tardo en reconocer aquello que sentía hacia el doncel rubio, pero se trataba de Shisui, por lo que no le era tan sorprendente al considerarlo de ese modo.


De algún modo sentía que, al terminar de leer aquella carta nunca recibida, podría obtener respuestas y un alivio a aquel pesar que le perseguía. El haberle robado a Shisui el amor de su vida. Pero a pesar de tener aquel remordimiento, estaba seguro de que no se arrepentiría nunca de estar al lado de Naruto.


Cuídalo, de ahora en adelante, solo de ti va a depender lo que en su corazón pueda suceder. Busca siempre hacerle sonreír. No le gustan las mentiras ni de a broma, ni que le hables de otras personas, a pesar de ser un dulce de miel, Naruto es celoso hacia la persona que ama, lo he de saber yo, que lo aprendí y disfruté al verle así, simplemente porque le hablara de más a un doncel o mujer.


Se como tú mismo, no el chico que no eres, porque se va dar cuenta... que le mientes. Naruto te amara, de ello no tengo duda y aunque me duela aceptarlo, es lo mejor para todos. No lo ignores porque eso le duele y abrázalo delante de toda la gente, eso le demostrara que no le escondes, que le amas abiertamente... Admitiré que me gustaría verte haciendo una muestra de cariño publica, yo no tenía problema ya que mi lado Uchiha estaba muy diluido en mi personalidad, pero tu habiendo sido criado en la casa principal siempre has sido muy inexpresivo...


Cuando haga caras raras y cosas incoherentes, no te quedes atrás y síguele la corriente, es parte de su encanto y al final terminaras divirtiéndote a su lado. Demuéstrale tu amor y házselo saber siempre, no cada que sientas que lo vayas a perder. Ambos tienen un carácter fuerte, por lo que no es tan improbable que peleen por cosas insignificantes, pero sin importar quien tenga la razón en la discusión, no se te ocurra no quererlo ir a ver, porque un perdón no te servirá, lo apuesto.


Y aunque te diga que todo está bien, yo lo conozco y por dentro se estará muriendo, así que consiéntelo con cualquier capricho, te aseguro que su sonrisa en agradecimiento será mejor que cualquier otro pago.


Sé que la vida es corta y hay oportunidades que no debemos dejarlas ir, razón por la que te aconsejo que no temas por herir a alguien más, principalmente si se trata de alguien que desaprovecho la oportunidad de un amor lleno de felicidad, esa persona no merece que piensen en él. Confiesa tus sentimientos a la persona que amas. Yo solo pido que tú, le cuides y le ames. Su sonrisa ahora depende de ti...


~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~       


Años atrás~


Sobre un catre se encontraba aquel joven que se alisto en el ejército queriendo vengarse en nombre de su familia dejando atrás su vida feliz. Llevaba aproximadamente un año en aquel lugar y era uno de los mejores soldados de su pelotón, pero todas las noches y en tardes ocasionales, recordaba a su persona amada, aquella que dejo atrás. En momentos en que sentía que se volvería loco al no poder contarle a alguien sobre aquel amor que añoraba, aquellas caricias que siempre le dieron calor, aquellos besos que le hacían olvidar el cruel mundo, aquella sonrisa que aliviaba su dolor o sobre aquel cuerpo que deseaba, tomaba un cuaderno viejo en el que escribía sus más grandes secretos. Un cuaderno que significaba mucho para él.


En ese momento era igual, la soledad comenzaba a embargarle y susurrarle que fue una mala idea tomar una decisión así, que no debió seguir ese camino lleno de muerte y guerra, queriendo liberar un poco de ese sentimiento estaba escribiendo sobre ello, solo que no lo hacía en el mismo cuaderno de siempre ni escribía sin destinatario. En esta ocasión escribía una carta a la persona que consideraba un hermano, confesándole muchas cosas sobre la persona amada.


>> ¿Que no le gusta? Déjame decir, no le hables de mujeres o donceles, ni aunque sea de chiste. No le gustan borrachos, te digo y si tomas, ve dejando ese vicio. Dibuja su nombre en todas tus libretas, eso le chivea y le pone bien contento. <<


Pensó su siguiente respuesta, no quería escribir mucho ya que en parte deseaba ser egoísta y guardar algunos secretos para él solo. Si Itachi deseaba saber todo de su... no, negó, ya no era suyo. Si quería saber todo de Naruto, Itachi mismo debía aprender las cosas. Mientras tanto él se guardaría cosas más íntimas para sí, con la tonta esperanza de que solo aquello él pudiera conocer, un bello recuerdo de lo que fue su más grande amor.


>> No pienses gritarle, mucho menos de frente, será lo peor, lo que más le duele. Él es alguien muy sensible. Hazte entender al hablar con amor y paciencia, no siempre cede a la primera. Debes ser seguro, ya que él es sincero, siempre será fiel. No peles con él por celos, o lo vas a perder. Y nunca dudes de sus amistades, porque él sabe darse a respetarse. <<


Shisui tuvo el impulso de destrozar aquella hoja, no sintiendo deseos de ayudar a Itachi a enamorar a su rubio, se sentía fatal escribiendo cada una de aquellas palabras. Su intención no había sido darle consejos de como enamorar a su Naru, pero conforme escribía terminaba de ese modo. Y es que no podía dejar de pensar en la maravillosa persona que es aquel doncel sin terminar pensando que su primo le lastimaría por culpa del gran orgullo que caracterizaba a su familia. Lo que menos deseaba era que Naruto llorara aún más después de las lágrimas que seguro siguió derramando tras su partida, le quería saber sonriendo, feliz, razón por la que ayudaba a aquel que consideraba le amaría tanto como él.


>> Dile cosas lindas, siempre al oído, el lindo sonrojo en sus mejillas es una buena paga. Llámalo cada momento, por algo te digo, suele olvidar las cosas y que tú le recuerdes algunas te dará puntos. Cuando se ponga triste, que no sea por ti, no importa si no soy yo, siempre habrá quien te haga pagar, todos le aman. Nunca le hagas falta, hazlo sonreír...


Aquel día en el aeropuerto tome la decisión de dejarlo libre para que no sufriera esperando un regreso que no es seguro, es la guerra a donde me dirigía y puedo no volver, no quiero que él se pase toda la vida esperando por mí. Que en vez de sonreír siempre tuviera temor de lo que pasara conmigo, que en vez de vivir pensando en su futuro añore el pasado, que en vez de ser feliz siendo amado y con la familia que siempre a anhelado desperdicie su futuro esperando por alguien que decidió que había otra prioridad que estar a su lado.


Acepte el hecho de que al dejarle ir existía el riesgo de que él se enamoraría de alguien más, y mientras sea su decisión sé que será de una buena persona. Como alguien que le ama, solo puedo desear que sea alguien como tu... Sé que la vida es corta y hay oportunidades que no debemos dejarlas ir, y créeme cuando te digo que esta es la tuya. No debes desperdiciar tu oportunidad de pelear por él pensando en mí... Si al leer mis palabras ahora has decidido que él es para ti y tú para él, no dejes que tontos pensamientos o que personas ajenas interfieran contigo. Pelea por él.


Te aseguro que valdrá cada segundo de tu vida a su lado.


Solo pido que tú, lo cuides y lo ames. Su sonrisa ahora depende de ti...<<


― Uchiha, el coronel desea hablar contigo.


Shisui detuvo la pluma al escuchar a uno de sus compañeros de escuadrón, guardando las hojas debajo de su almohada se levantó del catre que utilizaba para dormir, dirigiéndose a ver al hombre que tras una charla le ayudo a decidirse qué camino tomar tiempo atrás. Tal como le dijo a Naruto en su despedida en la cafetería, tenía tiempo en la encrucijada de quedarse a su lado olvidando su pasado y viviendo un amor juntos o si debía vengar la muerte de las dos personas que le dieron vida y le cuidaron siempre con amor y devoción.


No sabiendo que decisión tomar, busco a su tío Madara, el hermano mayor de su padre y un militar muy importante en la guerra desatada después de aquel ataque. Fue después de aquella charla que tomó la decisión de ir a la guerra, si bien deseaba haberse quedado al lado de Naruto y formar una familia, su tío tenía razón en algo, jamás podría ser totalmente feliz mientras existiera ese debate en su interior; siempre estaría pensando en sus padres y en lo que pudo haber hecho por ellos. Aquella desgracia no podría olvidarla.


Toco la puerta antes de ingresar al escuchar el permiso concedido. Saludo formalmente al oficial de mayor rango que estaba frente a él, sentado en una silla detrás de su escritorio hablando por teléfono. Espero pacientemente a que la llamada terminara, repitiendo el saludo cuando obtuvo la atención total del mayor.


― Disculpa que te llamara de manera repentina. ―Madara le sonrió levemente, indicándole que estando a solas dejara las formalidades.


― No, está bien. ―Shisui tomo asiento obedeciendo el gesto de mano de su tío― ¿En qué puedo serte útil?


― La misión de filtración de la que te hable la semana pasada ha sido aprobada. ―Informo, extendiendo sobre su escritorio algunas hojas y planos.


Shisui se tomó su tiempo para leer los papeles que le fueron entregados sobre su misión, pasaría de estar en batalla para infiltrarse en el bando enemigo y obtener la mayor información para derrotarles, era consciente que el riesgo era mayor pero aun así había aceptado participar, pues a pesar de desear regresar a su hogar con vida y recuperar a su amor pasado, era consciente de que tal vez no fuera posible si sucedía lo que más temía desde que se enlisto en la milicia y lo peor, es que sabía que no tenía derecho a reprochar si se volvía real. Kagami -un primo al que quería mucho- había regresado por una semana con la familia y se había enterado que Itachi se había enfrentado a la familia a causa de un matrimonio arreglado el cual rechazo argumentando estar enamorado de alguien más.


— Vuelvo a repetir. —El joven soldado miro al mayor. — ¿Estás seguro de realizar esta misión? Preferiría que dejaras que alguien más fuera. Tú tienes a alguien que te espera en casa. Naruto ¿cierto?


— Soy consciente del riesgo. —Le interrumpió. — Y ya te lo dije, no hay nadie que espere por mí. Termine mi relación con él antes de venir aquí. 


Ya habían hablado de eso, pero parecía que su tío se negaba a creer sus palabras. Madara no deseaba que se arriesgara en una posible misión suicida, donde si le descubrían era más que seguro que le matarían e incluso torturarían, por lo que usaba su amor por Naruto para que reconsiderara su respuesta. Mas era innecesario. Desde que termino su relación de años con el rubio sabía que, aunque existiera la posibilidad de que regresara con vida y que milagrosamente Naruto le perdonara retomando su compromiso, nada sería igual entre ellos, el tiempo lejos cobraría el peso de su decisión.


— Pero él podría...


— Alistare mis cosas para iniciar con esto. —Levanto los papeles de la misión.


— Shisui...


— Tío, por favor, respeta mi decisión. —Pidió lleno de determinación. — No importa el riesgo de la misión o lo que suceda conmigo, abandone al amor de mi vida por mi deseo de vengar a mi familia. Le hice daño, mucho y todo por culpa de mi egoísmo.


— Desear derrotar a quienes mataron a tus seres amados, no es egoísta. —Madara le miro serio


— Lo es, tal vez es un egoísmo justificable, pero no deja de ser egoísta porque no me importo el dolor que le cause al dejarle, yo era su todo y lo sabía, pero eso no me impidió pensar solo en Mi y en MIS padres, en MI dolor de no tenerles, en MI pena por no poder volver a verle, en Mi culpa por vivir mi vida cuando ellos ya no podían... Solo he pensado en mi desde entonces, quería vengarles, pero también quería seguir al lado de Naruto, razón por la que me mantuve a su lado a pesar de que mi cabeza solo pensaba en unirme a la milicia y pelear.


— Nunca fue mi intensión que sufrieras cuando hablamos sobre enlistarte.


— Lo sé y no te reprocho nada, fue mi propia decisión al final. Y fue gracias a eso que estoy aquí después de dañarle a él también y no me arrepiento, al menos ahora estoy bien derrotando a esos monstruos que no se tentaron el corazón al matar a toda una ciudad. Y seguiré aquí, haciendo hasta lo imposible para cumplir con ese objetivo o de lo contrario, sería un insulto para mi amor por Naruto. Hacer pagar al enemigo que hizo tanto daño a muchos, incluyéndome, es lo menos que puedo hacer para proteger a Naruto de un posible segundo ataque y para que yo sienta que valió la pena dejarle atrás.


Salió de la oficina de su tío después de una despedida militar. Apretó los papeles en su mano y levanto la mirada, debía seguir adelante y no pensar en los hubiera. Regreso a su pequeño catre y tomo la carta escrita a su casi hermano para guardarla en un sobre junto otros recuerdos que había hurtado del álbum que Naruto había creado para ellos dos. Estaba por guardar también el cuadernillo que le regalo en el pasado su amado cuando sintió deseos de verle.


Suspiro afligido, añoraba estar entre los brazos de su rubio, siendo mimado. ¿Por qué no pudo ser feliz a su lado? Era una pregunta que no tendría respuesta, de eso estaba seguro. Se sentó en su cama improvisada y aprovechando que estaba solo en la tienda, tomo una pluma y escribió lo que sería la última hoja pues al tratarse de una misión de infiltración, no podría llevar nada personal.


Son muchas cosas que yo sé de él. Y para enamorarle no bastara con bajarle las estrellas y solo eso me ha ayudado a soportar la idea de que alguien más este cerca de él. Es egoísta y cruel, pero me hace feliz que sé que su amor por mí no será tan fácilmente olvidado. Nuestra historia será eterna. No me gustaría verlo sufrirporque a pesar de todo me hizo muy feliz pero solo sueño egoístamente en que su amor por mi sea suficiente como para esperarme aun cuando le dije que no lo hiciera.


Yo le di mi vida, pero no funciono. Nadie fallo, fue una decisión de los dos... Al menos eso es lo que me repito a mí para calmar mi consciencia, pues sé muy bien que fue solo mi decisión, que no le tome en cuenta y no le tome la verdadera importancia a lo que él tuviera que decir.


— Uchiha, es hora. —escribir cuando su compañero de misión abrió la cortina de su tienda, anunciando el comienzo.


— Correcto.


Guardo el cuadernillo en el sobre junto a todo lo demás y escribió rápidamente el nombre de "Itachi" en una de las esquinas, para posteriormente dejarlo en una de las cajas que contenían sus pertenecías personales y que el ejército guardaría en una bodega mientras él realizaba la infiltración en el bando enemigo.


— ¿Nervioso? —Pregunto Neji mientras caminaban hacia sus superiores que les darían los últimos detalles y los llevarían al lugar en el que iniciarían una falsa vida.


— Un poco. —Acepto con una sonrisa nerviosa.


— Yo solo espero terminar pronto con esta guerra. —Suspiro el contrario. — Mi novia me espera en casa para nuestra boda.


— ¿Eh? —Shisui le miro asombrado. — ¿Vas a casarte?


— Si. Ella organiza todo mientras yo termino mi servicio militar.


El pelinegro no supo que decir al ver la sonrisa de enamorado de su compañero, nunca se imaginó que alguien ahí tuviera planes para después de la guerra pues todos eran conscientes de que podría tardar años e incluso podrían perder la vida. Miro al joven a su lado y se vio reflejado en el amor que transmitían los ojos ajenos. ¿Él podría haber sido ese soldado enamorado que tenía la certeza que su amado le esperaba? ¿Era correcto algo así? ¿Naruto hubiera sido feliz esperando su regreso? ¿Hubieran encontrado juntos la felicidad al término de la guerra?


Antes de tener las respuestas, su tío y otros oficiales de alto rango les saludaron, invitándolos a subir al jeep. En el camino a las cercanías de la aldea del Sonido les fue explicado a ambos el tipo de vida que debían de relatar y creer a partir de ese momento. Les dieron detalles de los primeros contactos que con el tiempo los llevarían al líder, les explicaron sus deberes y el modo en que contactarían sin ser descubiertos.


Shisui nunca pudo haber imaginado que a partir de ese día nada volvería a ser remotamente igual. Si la decisión de dejar a su amado atrás la considero mala, el haber aceptado esa misión significo algo peor; la muerte misma.


El inicio de la misión fue esplendido y tardaron muy poco tiempo en ganar la confianza del bando contrario. Cumplieron con todos los pedidos de sus superiores e incluso más. Y fue el tiempo de convivencia escuchando la historia de amor de él con su novia, en aquellas paredes de un departamento de su vida falsa, lo que le hicieron recapacitar que tal vez su decisión fue muy mala. Naruto le ama tanto como él, por lo que hubiera estado feliz de poder esperarle. Hubieran tenido un final feliz después de esa guerra cruel. Sin saber el estado actual de su amado, considero que lucharía por él en cuanto terminaran su misión. No importaba si su presentimiento sobre Itachi era correcto, siendo testigo del amor de su compañero, él estaba dispuesto a recuperarle.


No obstante, nada pudo cumplirse cuando al término de la misión, habiendo derrotado al líder del bando enemigo y creyendo la guerra terminada, se disponían a regresar a sus hogares siendo emboscados y capturados por otra de las cabecillas del ejercito del sonido, siendo acusados de traición y sentenciados a muerte. Existió una misión de rescate para ellos, pero durante el escape recibió una herida de bala en el cuello al proteger a su compañero. Neji había resultado muy malherido durante su tiempo de cautiverio y le era imposible caminar solo, algo que resulto muy inconveniente.


Sintiendo la sangre abandonar su cuerpo junto con la vida, solo pudo pensar en su amado doncel de cabellos rubios. Intento recordar su sonrisa, aquella que siempre ilumino sus días, pero desgraciadamente lo único que su mente recordaba era su rostro de desilusión cuando le dijo que terminaban y su rostro lleno de lágrimas al decir que se uniría al ejército.


*Me fue imposible hacerle feliz... Pero tu estas a tiempo para ser mejor. Lo que quise decir, es que no seas como yo, que dejo ir al amor de su vida. Itachi, ahora sé que la vida es corta y hay oportunidades que no debemos dejarlas ir, realmente ahora lo sé, he aquí a un hombre arrepentido de sus decisiones, pero conforme con ellas. Y mientras mi vida se va de mis manos, así como mi sangre se desliza de las manos de Kagami, solo pido que tú la cuides y lo ames. Su sonrisa ahora depende de ti. *


— ¡Shisui, espera...! ¡No me hagas esto! ¡Shisui!


— Naru...


Aquel soldado cerro los ojos tras su ultimo pensamiento, con el nombre de su amado saliendo de sus labios como un susurro al viento. 


~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~       


Actualidad~


Sin manera alguna de evitarlo, las lágrimas se acumularon en sus ojos conforme leía la carta, ese pedazo de papel que Shisui utilizo para informarle un poco sobre sus pensamientos y sentimientos, y en dónde no solo le contó que sabía sobre su amor por el rubio, sino que también de que era consciente del acercamiento entre ellos tras su partida. Pero sobre todo eso, Shisui le hacía saber que no cometía ningún pecado, como muchos le habían dicho, que el amor que sentía no estaba mal y no había hecho nada malo, y que por el contrario, le pedía que de ser acertadas sus sospechas, cuidara de Naruto, le pedía hacerlo y ser feliz a su lado.


La culpa y el pesar abandonaron su cuerpo junto a sus lágrimas, la única opinión que siempre le importo, ahora era aclarada y era muy contraria a lo que temió. Shisui nunca le recriminó, ni le reprochó el haberse enamorado de la misma persona, aprovechando su ausencia para enamorarlo, su "hermano" le apoyaba y eso era un alivio, un gran motivo de alegría.


Sintió unos brazos rodearle el cuello desde su espalda, y no necesito voltear para saber quien le abrazaba, la calidez de Naruto era inconfundible para el. Su llanto se incremento sin que el pudiera hacer algo para impedirlo, viéndose confortado por el amor de su vida.


Ante la tardanza de su esposo, el rubio bajo a buscarle, extrañado de que Itachi tardara tanto haciendo un trabajo y mas cuando había una promesa de amor entre ellos. Pensó en ajustarlo cuando lo encontró en su despacho, aprovechando de que le daba la espalda se adentro, deteniéndose al oírle llorar.


Itachi era un varón fuerte y reservado, muy pocas veces le había visto así, de hecho solo cuatro veces durante esos años; cuando recibieron el rechazo de Fugaku y Mikoto –padres de Itachi- por su relación, cuando se casaron derramo algunas lagrimas y cuando se convirtieron en padres de la vida. Dos de cuatro veces que le había visto derramar lagrimas fueron de felicidad pero en esta ocasión su llanto no parecía ser así, no del todo porque a sus oídos, parecía que Itachi no sabia si llorar o reír.


Miro por sobre el hombro del pelinegro lo que parecían fotografías y un cuaderno descansando en la mesa. Sus ojos se abrieron al descubrir que el mismo cuadernillo que el le regalo a Shisui años atrás y que su ex-prometido guardaba de sus ojos, así como también eran fotografías viejas de ellos dos, recuerdos que creyó nunca volver a ver al desconocer donde estaban.


Pensó que durante la mudanza -después de ser abandonado- esos objetos se habían perdido, y ahora, se enteraba que habían estado en manos de Shisui todo ese tiempo. Lo sabía por la caligrafía del sobre, a pesar del tiempo, renacería la letra del hombre que amo con solo verla una vez. Se había olvidado de decirle a su esposo que un miembro del clan Uchiha llamo anunciando su visita para entregar un paquete para Itachi, por lo que concluía que era eso que estaba sobre la mesa. Era la única suposición lógica que se le ocurría para justificar que Itachi tuviera esos objetos y que llorara.


Sin saber bien la razón de su llanto y lo que estuviera pasando por su mente, lo único que se le ocurrió fue abrazarle, asustándose un poco cuando esa acción solo empeoro la situación, pero permitiéndole a su esposo librarse del sentimiento ignorando su sorpresa.


Cuando todo se calmó, el doncel rio enternecido por el puchero y sonrojo de su pareja, que estaba avergonzado de ser visto en ese estado. 


— Ya, para...—pidió ocultando su rostro entre manos.


— Pero...—la risa continuo.


Itachi le miro con reproche, estallando en risas poco después. Entre risas y espasmos por contenerlas, el doncel se detuvo al ver las hojas en manos de su esposo, las cuales estaban arrugadas porque el pelinegro las apretara momentos atrás.


— ¿Puedo saber qué pasa?


— Perdón. —Itachi suspiro. — Te mentí.


El rubio asintió, podría reclamarle pero sabía que muy pocas veces el contrario pedía una disculpa sincera como era en ese momento y sumándole que aceptaba su error con sinceridad por lo que prefirió centrarse en lo verdaderamente llamativo. Esos objetos.


— Hoy por la tarde quien trajo el sobre no era un mensajero de la empresa y no era del trabajo...—el varón tomo aire.— Era Kagami, un primo que también está en el ejército y vino a traer esto. —Señalo las cosas.— Son de parte de Shisui.


Naruto miro todo, confirmar su sospecha enfrento sentimientos en su interior, si bien deseaba derramar algunas lágrimas, prefirió sonreír. Saber que Shisui guardo todo eso, que no lo olvido, lo hacía egoístamente feliz, pues eso significaba que Shisui no le odio y eso era más que suficiente para aniquilar cualquier gramo de culpa que aun llegara a existir en su corazón por hacia si, al haber seguido adelante y volver a amar.


Itachi lo abrazo, dando y pidiendo consuelo. Y mientras seguían unidos así, le conto un poco sobre el contenido de la carta. Abrazados, se recargaron en el respaldo del sillón y Naruto no se decidía sobre si contarle a su esposo -quien estaba bastante asombrado de todo lo predicho por Shisui- que él no se sentía tan sorprendido, pues después de tantos años juntos, sabía que Shisui era muy bueno creando posibles escenarios futuros dependiendo de sus impresiones de lo que lo rodeaba, siendo bastante acertado en casi todos los casos.


Por lo tanto, si era tal y como Itachi se lo dijo, tal vez Shisui hubiera notando que su primo amaba a la misma persona confiando en que él también llegaría a amarlo. El pensamiento que, si se guardó para sí mismo, fue el de sentirse "usado", como si él solo hubiera sido un muñequito de su antiguo prometido. Jugando desde el inicio el juego creado por el militar, terminando justo donde se planeó que terminara.


Sonrió burlón por ese absurdo pensamiento ni él era un tonto muñeco, ni shisui era un manipulador. Todo eran situaciones creadas a partir de sus decisiones.


— ¿Vas a leerlo? —Le dio un beso al cabello rubio.


Preguntaba no porque le molestara sino por simple y sana curiosidad.


— No. —Naruto hablaba en serio.— No lo hare. Son los pensamientos de Shisui y solo de él.


Itachi quiso decirle que tal vez Shisui hubiera querido o permitido que él los leyera, después de todo eran dedicados al amor de su vida, no obstante, el tono de voz del doncel le dejaba en claro que su decisión era absoluta y sabía que Naruto Uzumaki era más terco que una mula. Tal vez en el futuro lo podría convencer, razón por la que no insistió en esta ocasión.


— Si eso es lo que quieres.


— Gracias.


Se mantuvieron en silencio durante un rato, acurrucados y perdidos en sus pensamientos; recuerdos de vivencias y emociones. Se sentían bien en ese momento y esa tranquilidad absoluta que sentían, podían atribuirla a las palabras de Shisui; saberse perdonados y apoyados por esa persona importante para ellos, era lo único que necesitaban para tener paz en sus corazones totalmente.


Se sentían tan bien, con la noche tan avanzada y la gran actividad del día que fue inevitable que el sueño llegara, por lo que aun en un intento de mantenerse despierto, el rubio comenzó a tararear una melodía.


— Creo que deberíamos subir y dormir. —Sugirió el pelinegro.


— ¿Solo dormir? —Burlo el rubio.


Itachi soltó una carcajada, no podía creer las palabras de su "esposo".


— ¿Aun así tienes energía? —Preugnto realmente intrigado.


Él estaba muy cansado después de estar todo el día de un lado para otro y de sentir un remolino de emociones y sentimientos por una simple carta. Naruto le miro insinuante y divertido, alejándose un poco para verle de frente.


— La verdad es que no. —Confeso, moviéndose por el sofá a modo de quedar sentado y de frente en el regazo ajeno.— Pero mi cuerpo lo necesita. TE NECESITA.


— ¿Qué? —Itachi lo abrazo de manera inconsciente por la cintura.


— Quiero que me hagas el amor. —Le exigió, abrazando al varón por el cuello.— Mi cuerpo hormonal se siente caliente, Itachi.


La ágilmente del varón proceso todo tan rápido como podía, escarbando en los recuerdos de un pasado no tan lejano donde había escuchado esa misma orden.


~Mi cuerpo hormonal pide placer del culpable de mi estado. Estoy embarazado, Ita, y quiero sexo.~


Sus ojos se abrieron ante la sorpresa de la conclusión a la que llego. "cuerpo hormonal" eran dos palabras que su rubio amado solo uso en una etapa de su vida; durante su primer y único -hasta momentos atrás- embarazo. Intento hablar, pero le fue imposible con la sensación de sequedad en su boca.


Se forzó a recuperar la compostura, sentándose lo mejor que podía en el sofá con el doncel sobre él. Humedeció sus labios con su lengua, frunciendo el ceño ante la mirada expectante y traviesa del doncel que parecía feliz con una travesura.


— Naruto, ¿tu...? —No quería crease ilusiones y mucho menos emocionarse pero fue algo tan inevitable como que su corazón latiera.— ¿Tu estas...? ¿Es... estas embarazado?


Naruto rio un poco por la alegría y emoción en el tono de voz de Itachi a pesar de que quiso ocultarlo.


— Tres meses. —Confirmo con una extensa sonrisa en su rostro.— Tsunade me lo confirmo esta tarde con esa llamada durante la visita al zoológico.


La dicha del varón se mostró con una escasa sonrisa en su rostro, de esas que pocas veces dejaba ser vista a los demás pero que su doncel tenía el privilegio de ver al provocarlas. Con sus manos tomo el rostro del rubio, dándole un millar de besos y agradecimientos.


Entre cosquillas y risas el rubio correspondió algunos besos, abrazándolo de nueva cuenta por el cuello para acercarse a su oído y susurrarle su petición una vez más.


— Entonces, ¿vas a complacerme? —Mordio el lobulo de su oreja.


Itachi no pudo reprimir un jadeo al haber recibido esa acción sorpresivamente, sonriendo juguetón antes de abrazar a su doncel por la cintura con fuerza y seguridad, levantándose con él para llevarle a la habitacion. Por instinto, el doncel lo rodeo de la cintura con sus piernas. 


— Si eso es lo que quieres.


— Ah, no. —Naruto le detuvo, fijando sus ojos azules en los contrarios— A la fuerza no, si tu...


El pelinegro lo silencio con un beso, recargándolo en la pared más cercana, robándole el aliento y las ganas de hablar. Saboreo a profundidad la cavidad ajena, acariciando con sus manos los glúteos de su doncel, haciéndolo gemir a causa del deseo. Naruto tomo una gran bocanada de aire cuando el varón se lo permitió.


— Por supuesto que lo quiero. —Le aseguro, moviendo su cadera hacia él para que notara el bulto en su entrepierna.— Solo te advierto que no aceptare ningún reclamo tuyo mañana por ser el único doncel que llega tarde a su boda por disfrutar de la luna de miel una noche antes.


— ¿Eh?...


Para el varón fue obvio que su pareja había olvidado la razón del porque ese día lo dedicaron a complacer a su hijo, de quien se despedirían por una semana y dejarían al cuidado de Gaara para poder ellos disfrutar de un tiempo como pareja.


— Ah... pensándolo mejor, ¿y si lo dejamos para mañana? —Propuso Naruto, había olvidado por completo que al medio día siguiente se casarían al fin como debe ser.


— Muy tarde. —Sentencio el pelinegro.


—No, espera Itachii~.


El antiguo Uchiha le ignoro, cerrando el despacho y caminando con su amado a la recamara, donde le complacería para disfrute de ambos. Dejaron sobre la mesilla de la sala el contenido del sobre blanco, ya se ocuparían de ellos a su regreso. Aunque se sentían completos ahora que sabían que Shisui no les guardaría rencor, ambos habían acordado antes de la llegada de esa carta, que seguirían adelante sin importar los malos y negativos sentimientos que otras personas les dedicaban.


No estaban haciendo nada malo.


*Lo cuidare*


Fue el último pensamiento que Itachi le dedico por esa noche a su primo, prometiéndose cuidar lo que ambos más amaban. Guardaría aquella carta en un lugar seguro y la atesoraría de por vida; el cuadernillo y las fotografías, serian guardadas por el doncel en el baúl que tenía desde pequeño -aquel que sobrevivio al siempre viajar con él- y donde sus padres le dijeron que guardara todo aquello que tuviera un gran valor aun si no era monetario.

Notas finales:

Yukihana: Espero les haya gustado este pequeño especial para una historia de unas parejas tan poco comun...

Bye~ Bye~


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