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Cadena de errores por elenaa

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Notas del capitulo:

Feliz dia del amor y la amistad adelantado n_n

El suave rose de unos labios moviéndose sigilosamente sobre los suyos, lo inundaron de una indescriptible sensación, a la par que un extraño calor se apoderaba de su sistema. Lentamente abrió sus oscuros ojos, solo para encontrase con unos avellana que él conocía muy bien.

«James» pensó mientras sus propios labios empezaban a seguir el ritmo de los ajenos y justo cuando el Gryffindor iba a juguetear con su lengua.

Sus ojos se abrieron súbitamente y se incorporó en su cama un poco sudado y con el corazón agitado.

«Por Salazar, Severus contrólate» se dijo a sí mismo. No podia creer que otra vez hubiera soñado con James besándolo.

Ya que desde que el Gryffindor se había despedido de él con ese rápido abrazo y beso en su frente en el expreso, no habia podido sacarse a James de sus pensamientos y ahora hasta en sus sueños lo veía.

 

Solo habían pasado dos semanas desde que las vacaciones habían empezado y Sirius deseaba que están terminaran para poder regresar a Hogwarts con sus amigos, cada año que pasaba le era más difícil soportar a sus padres. Su madre no hacía más que hablar de la horrorosa boda de su prima y él no soportaba tener que oír aquello día tras día en las comidas o cada que salía de su habitación.

Por lo que opto por saltarse el desayuno y la comida, para solo salir de su habitación a cenar. Cosa que a sus padres no les importaba siempre y cuando se presentara puntual para la cena, que era el momento del día que más apreciaban. Y aunque el tema en la cena era siempre el de la boda de su prima, devoraba rápidamente su comida y se retiraba a su habitación, sin dirigirle ni una palabra a su familia.

Esa se habia vuelto su rutina habitual. Hasta que una noche mientras cenaba lo más rápido que podia, a su madre se le ocurrió decir —he empezado a buscarte una prometida, dentro de poco terminaras tus estudios en Hogwarts y como el heredero Black que eres debes casarte con una bruja sangre pura de una familia de los sagrados veintiocho.

En cuanto oyó las palabras de su madre no pudo evitar fruncir el ceño un segundo, odiaba que intentaran controlar su vida. No obstante rápidamente formo una sonrisa y mirando retadoramente a su progenitora dijo —no pienso casarme con quien tú me impongas.

Su padre frunció el ceño, pero su madre rio levente y mirándolo de la misma forma que él la habia visto declaro— no te estoy preguntando si quieres o no Sirius, te vas a casar con quien yo diga y esa es mi última palabra.

—Eso lo veremos— soltó mientras se levantaba abruptamente de la silla y se iba hacia su habitación.

En donde no dudo ni un segundo en sacar su espejo mágico y contarle a James la idea loca que se traía entre manos la bruja de su madre.

—Cornamenta, estas por ahí— dijo esperando recibir una rápida contestación de su amigo.

—Cornamenta reportándose— le dijo James a la par que su rostro aparecía en el espejo.

—Estoy furioso, la boda de Bellatrix está poniendo loca a mi madre, ahora dice que empezara a buscarme prometida puedes creerlo.

—Sera una pena para tus admiradoras saber que dentro de poco estarás fuera del mercado— dijo James con una leve sonrisa.

—No te rías, no me causa gracia. Sé que no soy el hombre más romántico del mundo, pero si alguna vez me caso quiero hacerlo con alguien a quien ame. No con cualquier desconocida escogida por la bruja de mi madre. Acaso tú no has pensado alguna vez en eso con tu secreto.

Lo dicho por Sirius tomo por sorpresa a James, ya que desde que fue consiente de los sentimientos que sentía por su Slytherin, su vida se habia vuelto intento tras intento por lograr que Severus correspondiera sus sentimientos. No habia tenido tiempo de detenerse a pensar que le encantaría pasar toda su vida al lado de ese Slytherin.

Pero así era, nada lo haría más feliz que vivir con su Slytherin y pasar las fechas importantes en su compañía con sus adorados padres y sus amigos.

Y de pronto sin que se diera cuanta, su mente viajo a una imagen en la que se encontraba él con Severus tomado de su mano hablando de pociones con su padre, mientras Sirius era regañado por su madre y Remus por comerse todas la empanadas de calabaza a la par que Peter le daba pequeñas palmadas en la espalda.

—Cornamenta, oye me escuchas te quedaste ido—dijo Sirius trayendo a James a la realidad.

James tenía una boba sonrisa en su rostro por lo que Sirius rápidamente se dio cuenta en aquello en lo que se habia quedado pensando su amigo y dijo con una cariñosa sonrisa—te lo imaginaste no, te imaginaste casado.

La boba sonrisa de James desapareció para dar paso a un ligero color rojo que se apodero de todo su rostro y dijo un poco avergonzado— Sí.

Y ver así a su casi hermano, hizo que Sirius irremediablemente pensara en Remus y en los sentimientos que tenía hacia su amigo.

—Me gusta alguien— soltó apenas audible.

La sorpresa rápidamente se reflejó en los ojos avellana de James, quien rápidamente pregunto— ¿de quién?

—No te lo diré es un secreto, así como el tuyo.

James sonrió, pero no pudo evitar sentir una leve punzada en su pecho, uno de sus mejores amigos casi su hermano le acabada de confesar que tenía sentimientos por alguien, pero no por quien. No le tenía la confianza suficiente para decirle de quien se habia enamorado al igual que él aun no tenía el valor para decirle que estaba enamorado de Severus.

Así que correspondiendo un poco al gesto de confianza de su amigo dijo— también me gusta alguien es muy inteligente, buena en pociones, ama la puntualidad, es ordenada y sumamente callada. Me cuesta mucho hacer que sonría, pero cuando lo hace todo vale la pena, porque su sonrisa para mí lo ilumina todo. Y por alguna extraña razón tú le caes mal.

—Por merlín, te gusta una Ravenclaw.

—Tal vez— dijo James con una traviesa sonrisa.

 

Cuando el día de la boda de su prima llego su madre hizo el coraje más grande que habia tenido, aún más grande que el que tuvo cuando se enteró que fue seleccionado en Gryffindor.

Sin embargo no le importo, ya habia decidido no ir aquella horrorosa boda y nada de lo que su madre digiera o hiciera iba a cambiar eso.

Después de la pelea que habia tenido con su madre, por no querer ir a la boda de Bellatrix. El número 12 de Grimmauld Place se encontró vacío a excepción de él. Y no le tomo mucho decidir la resolución a la que llego.

Hacía ya varios años que habia dejado de considerar un hogar aquella tétrica casa.

Grimmauld Place era más una prisión que un hogar. Por lo que aprovechando la ausencia de su familia subió a su habitación y guardo sus cosas más esenciales en una maleta.

Estaba a punto de salir de su habitación cuando decidió darle una última mirada a esta. Observo con un dejo de melancolía su habitación recordando como en sus primeras vacaciones la habia redecorado con los colores y estandartes de Gryffindor. Su habitación era lo único diferente de su casa al igual que él.

Sabía que en cuanto sus padres notaran que se habia fugado igual que Andrómeda, seguramente quemarían su habitación y lo borrarían del árbol familiar.

Así que sin nada que perder. Dejo unos cuantos hechizos en su habitación para que nadie pudiera entrar y si entraba se atuviera a las consecuencias.

Después de eso, sin mirar a tras se dirigió a la chimenea y fue a la casa de James. Habia dejado atrás a su familia, pero estaba bien, porque en su corazón él tenía otra familia, una en la que lo querían por lo que verdaderamente era, con todos sus defectos y virtudes. James, Remus y Peter serian su familia ahora.

 

El verano se le estaba haciendo eterno, estaba sumamente feliz de estar con sus padres pero al mismo tiempo no podia evitar querer que el verano terminara, para poder ver de nuevo a su Slytherin.

El ultimo día que lo habia visto, uso todo el autocontrol que le fue posible para solo darle un rápido abrazo y un casto beso en la frente, cuando en realidad se moría por robarle un beso en los labios.

Pero sabía que tenía que ser paciente, Severus poco a poco lo estaba aceptado, podia sentirlo y verlo en su mirada cada que se encontraban para que le diera sus clases.

«Pronto, pronto te darás cuenta que también me quieres Severus» se dijo así mismo, al mismo tiempo en que el olor a tarta de melaza recién horneada, lo inundo.

Haciendo que bajara a la cocina a tomar una rebanada.

Llego justo cuando su mamá sacaba la tarta, así que rápidamente la ayudo colocando la rica tarta en una base y la llevo hacia la sala, donde se encontraba su papá, para que disfrutaran de la deliciosa tarta de su mamá juntos.

Estaba a punto de darle una probada a al pedazo de tarta que tenía en frente cuando, el llamado de alguien pidiendo permiso para entrar por su chimenea lo interrumpió.

Se sorprendió un poco al ver, que quien pedía permiso para pasar por su chimenea era Sirius, sin embargo no dudo ni un segundo en permitirle el paso a su amigo. Quien venía con una maleta en mano.

Ambos se miraron y las palabras no fueron necesarias entre ellos. Con solo ver un poco los grises ojos de Sirius. Supo que su amigo habia huido de casa, como en su momento lo habia hecho su prima Andrómeda.

Así que dijo— Canuto, quieres un poco de tarta de melaza— al mismo tiempo en que le extendía su plato.

Los siguientes días restantes del verano, se los paso muy divertido en compañía de su amigo y sus adorados padres, soltando uno que otro suspiro por las ganas que tenía de volver a ver a su Slytherin. 

 

Cuando se dio cuenta ya se encontraba en el expreso rumbo a Hogwarts, y no podia evitar estar un poco nervioso, ya que la mayor parte del verano se la habia pasado pensando y soñando con Potter, no estaba seguro de poder evitar mirar al Gryffindor cuando se lo encontrara.

Y justo como habia pensado durante la ceremonia de selección no pudo evitar mirar a James en la mesa de Gryffindor, quien en cuanto noto que lo veía le sonrió con un brillo en sus avellana ojos, que lo hizo azorarse levemente.

Durante toda la semana intento mirar a James lo menos posible, habia quedado de ser amigo del Gryffindor, pero enamorase nunca habia estado en sus planes. Así que cuando el viernes llego no fue al aula donde se quedaba de ver con James para sus clases y mejor fue con Lily a la biblioteca.

Leía muy alegre en compañía de su pelirroja amiga, cuando súbitamente James apareció y sin que él ni Lily lo invitaran se sentó en su mesa a la par que sacaba su libro de pociones.

Tanto el cómo Lily se le quedaron viendo confundidos, pero James solo les sonrió traviesamente y continua con su lectura.

Intentaba concentrarse en su lectura, pero con la presencia de James ahí le era meramente imposible, así que despidiéndose de Lily y se fue rápidamente en dirección a su sala común.

 

Severus no habia ido al aula donde siempre se veían y aquello lo habia entristecido, su relación con su Slytherin estaba avanzando muy bien, y no quería que retrocediera.

Por lo que rápidamente saco el mapa del merodeador y ubico a Severus en la biblioteca con Lily, y no perdió tiempo en encaminarse hacia ahí.

No le importo que Severus ni Lily lo invitaran a sentarse y se sentó en la misma mesa que ellos en espera de que Severus lo mirara, pero su Slytherin no tenía intencion de reparar mucho en él y treinta minutos después de que llego se despidió de Lily y se fue.

Espero diez minutos después de que su Slytherin se fuera para seguirlo, pero justo cuando iba a irse, Lily le dijo con una cálida mirada— es un poco tarde, para decirte esto, pero… gracias.

—Gracias de que Evans.

—Remus me conto lo de la broma de Sirius, Sev tal vez no te lo dirá pero él también está agradecido.

—Eres más inteligente de lo que pensaba Evans— dijo sonriendo cálidamente y se fue a buscar a su Slytherin, pensando curioso desde cuándo, Lily sabía que Remus era un hombre lobo.

 

A pesar de que su intención habia sido la de irse a su sala común al final termino en la sala de los menesteres.

Estuvo un largo tiempo perdido en su lectura para no pensar en sus sentimientos hacia James, pero el sueño apareció en su sistema, por lo que cerrando el libro que tenía en mano. Salió de la sala y ahora si se encamino hacia su sala común, con la intención de llegar rápido a su habitación y dejarse caer en sus doseles verdes.

Sin embargo no habia contado con encontrarse a James un pasillo antes de su sala común, esperándolo.

—Hola Sev—

—Hola Potter—

—Potter, ya no soy James— dijo James acercándose lentamente hacia él.

—Que quieres, porque estás aquí.

—Sabes muy bien porque estoy aquí, Sev. No fuiste a nuestras clases privadas.

—Se me olvidaron.

—No seas mentiroso, porque no fuiste, somos amigos puedes decirme lo que sea— soltó James con una cálida sonrisa justo enfrente de él, viéndolo con sus brillantes ojos avellana.

—Ya no puedo ser tu amigo— dijo desviando ligeramente su mirada de los ojos del Gryffindor.

— ¡Porque! —cuestiono James afligido.

—Porque, si.

James lo miro molesto por su respuesta y sin que pudiera hacer algo, lo tomo de la mano y lo llevo hasta un aula vacía.

Donde inmediatamente lo abrazo muy fuertemente, mientras le decía—cuanto más… cuanto más me vas hacer esperar Severus. Todas las vacaciones me las pase pensando en ti. No puedo permitir que te alejes de mí, solo ríndete y acepta mis sentimientos.

— ¿De verdad me quieres? —pregunto casi en un susurro.

—Por supuesto que te quiero, quiero estar en tu vida y que tu estés en la mía.

— ¿Por qué, que viste en mí? —

—Lo vi todo Severus, me gusta todo de ti. Ni yo me puedo explicar porque, solo sé que amo cada parte de ti. La forma en la que te enojas, la expresión que pones cuando estás muy concentrado en algo, la cara que pones al dormir. Todos estos años te he observado, enamorándome cada vez más y más de ti. ¿Dime tú te has enamorado ya de mí?

Las palabras de James resonaban fuertemente en su cabeza, que si se habia enamorado, por Salazar que lo habia hecho, se habia enamorado como un tonto, pero no quería…no quería seguir con esos sentimientos. No si eso implicaba que terminaría como su madre. No obstante él no era su madre y James no era su padre.

James noto la indecisión en sus ojos y sin que se lo espera, junto sus labios con un tierno y cálido beso, que fue poco a poco intensificando.

Y él no pudo evitar seguir el ritmo de los labios de James sobre los suyos.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado.


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