Saliendo el patriarca del baño y dirigiéndose en dirección para comer su postre de chocolate que estaba sobre la mesa, se percató de que estaba muy callada esa enorme casa. No se escuchaba el típico sonido de pasos de un lado a otro o el de los trastes sonando por que los están limpiando, nada, completamente silencioso.
"¿Dónde estarán estas sirvientas inútiles? pues ni modo, me terminare mi pastel y después las castigare por dejar a su amo solo" o eso pensaba el patriarca.
No se encontraba nadie en la casa porque fueron avisadas, uno de los aldeanos al ver lo que sucedía corrió a casa del patriarca y les aviso a las muchachas que el Demonio venia en camino y quemaría todo a su paso, por miedo decidieron correr y dejar todo, ellas no querían salir lastimadas.
El patriarca termino de comer, subió a su cuarto y cuando se disponía a dormir empezó a oler un poco a quemado.
"Esas incompetentes dejaron algo en la cocina y se fueron, definitivamente no las perdonare mañana a ninguna de ellas" ya lo iba a dejar así, pero el olor seguía creciendo. Sin tener otra opción decidió bajar... esa fue una terrible o magnífica idea. Su casa estaba ardiendo, bajo por las escaleras pensando que la puerta estaría libre para poder salir, fue grande su sorpresa al ver al Demonio en la puerta principal rodeado de llamas y ver que no se quemaba.
-¿A caso trataba de salir? Cuanto lo siento pero la puerta está bloqueada por el fuego, tendrá que buscar otra manera de salir.
No podía creerlo, realmente estaba pasando, se había revelado y encontrar de él. Corrió escalera arriba tratando de encontrar otra escapatoria, se alegraba que su casa fuera muy grande, el fuego todavía no alcanzaba el segundo piso pero no encontraba otra salida. Se acordó del balcón que tenía en su cuarto y corrió en esa dirección.
Entro a su cuarto, pero al dar unos cuantos pasos el piso comenzó a colapsar, el fuego era más intenso, parecía un fuego diferente, sofocante y muy caliento, tanto que con tan solo verlo sentías como te quemabas vivo. Con sumo cuidado rodeo el agujero que tenía el suelo y logro pasar al otro lado, no sin antes agarrar su espada.
"Ese maldito demonio, me las va a pagar, lo matare y así terminare con el"
Llegando al balcón, vio al chico, parado enfrente de la puerta, no estaba sospechando que saltara por el balcón, sin pensarlo dos veces salto, ya sabía que iba a ser, saltaría, correría con espada en mano en dirección al Demonio y le atravesaría el corazón, así terminaría con él.
El patriarca salto, lastimándose una tobillo y parecía que el brazo izquierdo estaba roto, pero eso no lo detuvo, Usagi está de espaldas.
-Nunca le des la espalda a tus enemigos.- dijo el Patriarca atravesando el corazón de Usagi con la espada, haciendo que esa camisa blanca manchada con las cenizas de la otra casa, ahora tuviera un gran círculo rojo.
-¿Crees que eso me hizo algo? Me apuñalaste el corazón hace unos momentos, ¿crees que una simple espada acabara conmigo?
El patriarca soltó la espada que seguía en el cuerpo de Usagi, este se volteo y saco la espada, ahora lo podía ver, completamente lleno de odio, de rencor, de tristeza y esa mirada de fuego que te llenaba de un terror absoluto.
-Ahora te toca a ti, sentir lo que me paso en dos ocasiones seguidas y todo fue por tu culpa, me toca regresarte el favor.- Usagi, levanto la mano en dirección al Patriarca y este se comenzó a prender en llamas, gritaba y lloraba incluso le suplicó que lo ayudara, pero era demasiado tarde, Usagi ya no perdonaría nada. No tardó mucho en que la casa y el patriarca se convirtieran en cenizas.
Usagi no se sentía feliz, pero por lo menos había vengado a su familia, que ahora se encontraban en al cielo toda junta. Decidió regresar a donde estaba Misaki, pero paso por la aldea, todos los aldeanos habían visto como la casa del Patriarca comenzó a arder y como Usagi regresaba de ese lugar.
-Oye.- dijo el patriarca que antes lo había quemado.- Te queremos agradecer por ayudarnos, teníamos miedo de volvernos encontrar de él y ahora gracias a ti...
-No es nada, mejor, disfruten a sus familias que es lo único que tienen.
El aldeano no dijo mas, Usagi camino para llegar con Misaki el cual comenzaba a cubrirse de nieve, de la casa solo salía el humo del fuego que se había producido antes. Se sentó cargando a Misaki en sus brazos dándose cuenta que el cálido cuerpo ahora era frio y sin vida.
Horas después de lo sucedido un carruaje llego al lugar, Usagi se percató y estaba listo para atacar si era necesario. De él salieron un hombre y una mujer, muy elegantes por supuesto.
La mujer tenía los mismos ojos que su ángel, verde esmeraldas llenos de vida y una larga cabellera rubia como el sol y de tez blanco, mientras que el hombre tenía el cabello castaño y ojos azules como el cielo y de tez morena. Ambos se encontraban completamente sorprendidos y percatándose del chico de cabello blanco y el cuerpo sin vida de otro, corrieron en su dirección.
-Pero...¿Que paso aquí?... ¿Misaki? ¡Misaki! ¿Qué paso?.- la mujer comenzó a caer en llanto, con ese llanto de dolor sujeto a Misaki entre sus brazo apretándolo fuertemente.
-¿Tú quién eres? dinos, ¿Que paso?.- le pregunto el hombre a Usagi.
El vio a ambos y no podría decirles la verdad, sería mucho más doloroso.
-Yo... era el amigo de su hijo, soy un huérfano que vivía en las afueras de la aldea, pero en mi casa hubo un accidente y se incendió, conocí a su hijo hace unos meses y me ofreció su ayuda, en la cocina se ocasiono un accidente y se incendió la casa yo saque a Misaki pero se hirió con un objeto de metal y lo traje hasta aquí.
El padre de Misaki miro a Usagi, ropa sucia, manchada de cenizas y de sangre, piel pálida y cabello blanco.
- Entonces, ayudaste a nuestro hijo y trataste de salvarlo, ahora estas solo.- Usagi solo agacho la cabeza, él le había creído, aun cuando su historia se podía poner en duda.- Misaki era nuestro único hijo e iba a ser el heredero de todo, nosotros no podemos tener a otro niño más, igual que tú, estamos solos, sé que no sería el momento pero como agradecimiento me gustaría que tu fueras parte de nuestra familia.
Ambos padres sabían que no era el momento adecuado, el cuerpo de su hijo frente a ellos seguía ahi y lo estaban suplantando por otro chico que acababan de conocer, pero los padres de Misaki eran más meticulosos que amorosos, les dolía mas perder millones que la felicidad de su hijo.
Usagi sabía de los problemas que tenían sus padre por que Misaki le comento, el acepto, en parte se sentía culpable de la muerte de Misaki y por qué no tenía nada más que hacer ahi. Todos subieron al carruaje llevándose el cuerpo de Misaki. Le organizaron un velorio discreto pero digno y nombraron a Usagi el heredero absoluto, enseñándole todo lo que debe de saber para que fuera el mejor en los negocios...
***********************************************
Mucho tiempo después...
*Actualidad*
-Señor Akihiko, la empresa se encuentra en magníficas condiciones, esta vez lograremos pasar la meta.
-Me alegra, así debe de ser, ya que yo estoy a cargo. Aunque necesito a nuevos trabajadores, construiré otra empresa y necesito a más gente.
-Sí señor.
Por alguna extraña razón que desconoce, Usagi ha vivido por más de 100 años y sigue viéndose como un joven de 28 , tal vez por su lado oculto, las empresas que se debían de pasar de generación en generación, le han pertenecido a Usagi, ya que no ha envejecido ni tenido algún hijo.
********** Continuara **********