El patriarca junto con la aldea casi completa se prepararon para ir por el demonio que se encontraba en esa gran mansión; con tronchetes y palos, ellos harían lo que fueran para que el demonio sufriera y para que el patriarca se encontrara en paz y sin dañar a las otras familias del pueblo, incluso, si el tenia nuevas presas seria mucho más divertido.
-Bueno... ya que estamos todos.- dijo el horrible patriarca.- hay q ir a darle la bienvenida a nuestros vecinos.
Los aldeanos lo seguían, a la mayoría también le gustaba molestar al pobre del chico demonio.
Javier estaba adentro de la casa pensando otra táctica para deshacerse del dichoso demonio, a lo lejos por una de las ventanas se podía ver como una multitud de gente se aproximaba con antorchas en manos. Inmediatamente Javier salió de la casa para poder evitar que el tumulto de gente se aproximara más, pero...
-¿Qué es lo que están haciendo?.- pregunto Javier.
-Así que tú eres el mayordomo... me presento, soy el patriarca de la aldea y te ordeno que te quites, tú y tu amo, han cometido un terrible error de ayudar a un demonio y eso... ¿sabes qué significa?.- El pobre mayordomo negó con la cabeza.- Eso es penalizado con la muerte.
-Yo no quería que pasara esto.- decía el mayordomo casi en llanto.
-Lo siento tanto... bueno la verdad no.- al terminas le clavo una espada en el abdomen.
Javier lo miro y cayó al suelo desangrándose y muriendo en poco tiempo.
-Ahora hay que ir por el chico.
El patriarca era seguido por los aldeanos o sus sirvientes, en dirección a la gran casa en donde se encontraban los dos chicos dormidos. Al llegar a la casa el patriarca ordeno quemarla para que los dos murieran hechos cenizas, esa sería la última jugada que tendría para el demonio.
Usagi sintió un mal presentimiento y se despertó de inmediato o tal vez el olor a humo lo despertó.
-Misaki, Misaki.- le hablo para despertarlo.
-¿Que pasa Usagi?.
-¿No hueles algo raro?.- Misaki olfateo un poco y de inmediato se percató del olor a humo.
-¿A caso Javier dejo algo en la lumbre?
Ambos se pararon de la cama y Usagi se asomó por la venta viendo como toda la planta baja estaba en llamas y el patriarca junto con la mayoría de la aldea enfrente de la casa riendo como locos. Estaba totalmente aterrado pero no podía mostrar una cara de pánico hacia Misaki ya que lo asustaría.
-¿Usagi?¿Qué pasa?.- Misaki se asomó por la ventana también y vio lo que estaba sucediendo.- Rápido, hay que salir de aquí.
Corrieron fuera de la habitación y bajaron las escaleras; era inútil, las puertas estaban en llamas, el salón principal, la cocina también, solo el segundo piso era el único intacto. Estaban desesperados, no sabían que hacer, agarrados de la mano corriendo de un lugar a otro esperando encontrar una salida juntos.
Estando en el segundo piso corriendo por un pasillo, el suelo comenzó a caerse... quedando así separados.
-Tranquilo Usagi, tu ve derecho y sal por una de las ventanas, yo haré lo mismo y nos veremos abajo, estaremos bien.- le dio una sonrisa y Usagi no puedo hacer más que obedecer y ambos se fueron por rutas distintas.
Buscando una ventada por la cual saltar sin sufrir algún daño era difícil... Usagi encontró una ventana, a lado de ella un árbol o por lo menos lo suficientemente cerca como para saltar a él. Rompió la ventana, se preparó y salto, bajo poco a poco sintiéndose un poco aliviado, pero no lo suficiente, su ángel seguía ahi adentro pero él se hacía a la idea de que ya estaba afuera.
Cuando bajo completamente el árbol se alejó un poco y vio que ahora la casa estaba completamente en llamas, y se atemorizo un poco....
-¿Te gusta?.- escucho una voz horrible.-¿No te recuerda a algo?.- el patriarca estaba a unos cuantos metros de él y los aldeanos atrás del patriarca.
-Tu hiciste esto, eres un monstruo.- le dijo Usagi.
-No, tú lo hiciste.- le respondió e patriarca.- si nunca te hubieras acercado a esta familia, ellos estaría bien; fue lo mismo con tus padres.
Entonces Usagi recordó... y comprendió... el incendio de su casa no fue culpa suya o un accidente, el patriarca y los aldeanos habían prendido el fuego y matado a sus padres.
-¿Por qué haces esa cara de tonto? ¿Te sorprende saber que yo los mate? Ja, eres tan ingenuo. Aunque tengo una sorpresa para ti... mira...- los aldeanos tenían a Misaki, el cual estaba algo sucio y con una herida en las piernas de cuando salto por la ventana.
-No le hagas nada.- dijo Usagi.
-¿Quién te da el derecho de darme ordenes? Tú no eres nadie, solo eres el resultado de una maldición. Yo no le hare nada con mis manos.- agarro a Misaki y lo aventó al suelo.
Misaki se levantó y apenas iba a correr en dirección a Usagi cuando... la misma espada que mato a Javier atravesó su lindo cuerpo, específicamente en su estómago.
-Usagi...- dijo Misaki muy suavemente y cayó al suelo. Akihiko no se lo podía creer, estaba viendo al amor de su vida morir y el no pudo hacer absolutamente nada, no lo protegió como había dicho, seguía estático, en shock.
-Te dejo este regalo, tú no tienes escapatoria de este lugar, tu eres mío y mi fuente de diversión.- dio media vuelta y se retiró junto a todos los aldeanos.
Usagi reacciono y corrió hacia Misaki.
-Misaki.
-Usagi...
-Estoy aquí, no te muevas mucho, estarás bien, yo lo sé... iré por agua y te curare, no te muevas mucho.
-No... Usagi, no te vayas... quédate aquí, conmigo....- Misaki estaba realmente mal y ambos lo sabían, no podría sobrevivir.-¿Estas llorando?.- después de tanto tiempo, Usagi estaba llorando.
-No es nada...
-No es necesario que llores... Usagi, estaré bien, ya casi no siento el dolor..- Usagi lo estaba perdiendo y rápido.
-No te vayas Misaki, quédate conmigo, no me dejes solo otra vez.-Estaba en llanto.
-NO me iré, estaré contigo siempre.... en donde quiera que estés, siempre te encontrare porque tú eres mi destino, el ángel que enviaron para mí, tan blanco y puro...- los ojitos esmeraldas de Misaki estaban cristalinos... su ropa llena de sangre y abajo de un charco inmenso de su sangre.
Misaki sintió una gota en su cara... como si de agua se tratase...
-Mira, Usagi.... esta nevando....nunca había visto la nieve... se parece a ti... tan.. blanca.- Misaki siempre le regalaba esas cálidas sonrisas que llenaban el alma de la persona tan cálidamente
-Misaki... yo te amo...-Usagi le dijo lo que tanto espero Misaki por una persona...-¿Misaki?... ¡Misaki!....- El lindo y tierno de Misaki se quedó viendo la nieve blanca caer del cielo en brazos de su amado Usagi.
Ahora Usagi sentía algo más que solo tristeza... sentía una furia que quemaba su cuerpo... él no sabía si realmente era un Demonio pero hoy lo sacaría y se desquitaría con las personas que hicieron todo esto....
*****Continuara*****