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Perdido en ti por LadyBondage

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Notas del capitulo:

A leer.

Los días adoptan el color de sus ojos…

[1]

 

El celular vibra, Itachi pretende ignorarlo porque es más interesante besar los suaves labios del rubio que atender una llamada que carece de importancia.

Al tercer llamado, Naruto se separa de él, abandona la calidad de sus brazos y le insta con esa mirada dulce. El mayor suspira derrotado por el efecto que tiene Naruto sobre él.

 

— ¿Diga?

 

Naruto observa, sus grandes ojos azules sobre Itachi. Pero, algo en el rostro de Itachi se rompe completamente.

 

— ¿Cómo? —Itachi se pone de pie torpemente, Naruto se incorpora lentamente evaluando la manera de caminar del mayor.

 

La noticia se cuela por su oído hasta llegar a su cerebro, entonces todo hace clic, cobra un sentido mucho mayor al que estaba dándole. Y sin embargo, parece que es un sueño, uno demasiado bueno. Naruto se hace invisible ante sus ojos, sólo quiere tomar las llaves del maldito auto, colgar y conducir hasta el hospital.

 

 La respiración errática del azabache se compone nuevamente, siente una inmensa alegría que empuja la tristeza y la preocupación que anidaban su corazón.

 

Itachi quiere saltar y correr, brincar y abrazar a Naruto. Pero algo se lo impide, no sabe exactamente que es, de repente siente a Naruto tan lejano de él, como un hermoso extraño que está sentado en su sofá con la mirada de un apabullante azul claro, del cielo y del mar tranquilo.

 

Naruto carraspea porque de pronto parece que está siendo desdibujado en ese cuadro de felicidad, tan perfecto que él no cabe ahí. Itachi no es el mismo de minutos atrás, y no entiende que está sucediendo, quieres hacer mil preguntas pero no tiene voz para hacerlas, y eso, sin duda, le rompe el corazón.

 

—Naruto, tengo que irme, yo…, tengo un asunto importante que atender, por favor, discúlpame.

 

El Uchiha no se detiene a pensar en la respuesta de Naruto.

 

Nunca se había sentido tan rechazado como ahora, justo en esa tarde lluviosa con el viento acariciándole las mejillas. Itachi le echa una mirada rápida por el rabillo del ojo. Naruto luce imperturbable, pasivo y jodidamente tranquilo. Algo no anda bien, si tuviera tiempo; se detendría a averiguarlo. Pero Sasuke ha despertado y no debe agregarle más minutos al reloj.

 

Itachi sale por la vieja puerta de madera, Naruto echa un suspiro acongojado y el ceño ligeramente fruncido, el apartamento se siente demasiado vacío sin el calor y la esencia de Itachi.

 

 

[2]

 

Karin respinga cuando la puerta se azota, los ojos obscuros se dirigen al intruso que acaba de hacerse notar con un fuerte resoplido. La enfermera pelirroja al instante se pone de pie, y Sasuke no logra comprender porque la chica parece intimidada, sin duda, la culpa es del hombre de cabellos negros que lo mira como si lo conociera, en esa mirada hay un calorcillo extraño que se extiende por toda la habitación y llega hasta él.

—Uchiha-san —la enfermera tiene las manos entrelazadas a la altura de su ombligo y la mirada cabizbaja en señal de respeto.

 

Itachi ignora el saludo y se dirige a la cama de hospital. Todo a su alrededor sigue igual pero la persona acostada envuelta en las sabanas amarillentas tiene algo diferente; ojos bien abiertos, labios resecos.

 

Los ojos negros del mayor se nublan de lágrimas que le son imposibles contener. Conforme va dando pasos, las lágrimas comienzan a descender, finalmente cae de rodillas junto a Sasuke, a su pequeño hermano menor.

 

El Uchiha menor frunce el ceño, no entiende absolutamente nada, dirige su mirada a la pelirroja, y Karin se limita a regalarle una sonrisa en lugar de una explicación a tanto melodrama.

 

—Joder, Sasuke… —el llanto sincero de Itachi es un acontecimiento que jamás pensó que sucedería, él mismo no puede creerlo.

 

Pero ahí está; quebrando su alma ante los ojos incrédulos de su hermano menor.

 

Itachi toma las pálidas y frías manos de Sasuke entre las suyas, que anteriormente acariciaron un cuerpo menudo y de piel morena. Pensar en Naruto cuando está frente a su hermano no le es de mucha ayuda.

 

 

[3]

 

—Amnesia transitoria.

 

Tsunade Senju escribe mientras habla, su bolígrafo se mueve rápido entre sus manos y la punta garabatea letras inconexas en una hoja en blanco. El informe de Sasuke Uchiha está bajo su resguardo.

 

Itachi asociaba esa palabra con las películas hollywoodenses que solía ver cuando niño. El protagonista sufría de una pérdida de memoria después de un grave accidente, vivía momentos trágicos con una familia que apenas conocía y después recuperaba sus recuerdos mágicamente con el efecto de una sobredosis de amor y sexo bajo la luna.

 

Sabía que la amnesia era peligrosa, un arma de dos filos para quienes ven en ella la oportunidad perfecta de usar al enfermo a su favor. Sin embargo, cuando el médico a cargo del caso de su hermano se lo informó apenas entró a su oficina, todos esos conceptos que tenía sobre la amnesia se disiparon rápidamente.

 

No sabía absolutamente nada sobre lo que Sasuke padecía.

 

— ¿Eso qué quiere decir?

 

Itachi relame sus cuarteados labios, la mirada dura de Tsunade se plasma en su retina, ella parece una modelo vencida por los años en vez de una respetable medico especializada en neurología y cuidados paliativos.

 

—Sasuke no recuerda mucho sobre su pasado, debido al trauma craneoencefálico hay una alta probabilidad de que no recupere con totalidad sus recuerdos, pero con el paso del tiempo podrá rescatar nombres, lugares y fechas; no toda su vida, te lo repito. —Tsunade es testigo del cambio radical en las facciones varoniles del Uchiha.

 

Era lamentable dar ese tipo de noticias, ella tenía fe en Sasuke, pero lo peor aún no lo mencionaba.

 

— ¿Hay algo más?

 

Y ella traga saliva, saborea la desazón desde antes de siquiera pronunciar palabra.

 

—Sasuke no podrá volver a caminar, Itachi, y probablemente sufra de algún tipo de retraso mental, aun no lo he evaluado del todo pero en casos de pacientes que despiertan de un largo coma, el éxito es casi nulo.

 

 

[4]

 

Abrazado por el calor de unas copas, Itachi sonríe bobalicón, el reflejo que le regala la superficie del vaso le permite ver un rostro demacrado. Era increíble lo que el efecto de una noticia devastadora tenía sobre él.

 

Sus padres aun no llegaban de Italia, pero ya sabían del despertar catatónico de Sasuke. Itachi intento pasar la noche en el hospital pero Sasuke se puso violento al verlo de nuevo, balbuceaba apenas, como un bebé que da sus primeros sorbos de vida. Sasuke había retrocedido doce años, el accidente le quitó la capacidad de caminar y además le quitaba la capacidad de su libre albedrio. Tsunade le había recomendado cuidar de por vida del menor, pues Sasuke ya no podía hacerse cargo de sí mismo.

 

Itachi estaba dispuesto a hacerlo sin dudarlo, pero no sabía cómo reaccionaría el imponente Fugaku Uchiha en cuanto se enterase de la verdad indiscreta. Sería un escándalo para su nivel socioeconómico, la prensa y la socialité nipona no pararían de hablar sobre el hijo imperfecto del magnate Uchiha.

 

— ¿Algo más señor? —los ojos negros de Itachi se posan sobre el joven bartender. Itachi menea la cabeza. Suficiente alcohol en sus venas.

 

Cierra los ojos lentamente, y los recuerdes acuden a su cabeza paseándose en imágenes de foto sepia, cada una es un momento glorioso junto al menor. Sonríe a través de las lágrimas. El dolor es lacerante así como la culpa.

 

Si tan sólo aquel día Sasuke no hubiese insistido tanto en un matrimonio vacío con una joven oportunista, quizá nada de lo que estaba sucediendo seria real.

 

¡Sasuke, detente!

¡Te acostaste con ella! ¡Yo la amaba y tú te la follaste porque mi maldito padre te ordenó que me separaras de ella!

 

Aún puede escuchar los reproches de un Sasuke herido, cubierto de lágrimas bajo una lluvia torrencial. Sasuke subiendo a su auto e Itachi intentando detenerlo.

 

Sasuke llora mientras aferra sus manos al volante, escupe veneno, Itachi quiere detenerlo, hablar con él y pedirle perdón mil veces. Él no quiso hacerlo pero tuvo que, por amor a él.

 

Sasuke no es capaz de detener el auto cuando las luces de un tráiler le advierten que el carril que ha tomado no le corresponde. Y luego todo es completa obscuridad para ambos hermanos.

 

 

 


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