--Me pregunto qué dirá cuando sepa que su doctor es el padre de sus hijos…--
--¿Qué dijiste Tsunade? —
--Nada…--
********************************************************************************
--¿Entonces te gusta ese chico? —decía Tsunade, metiéndose a la boca un poco de pollo a la naranja.
--¿Qué no puedes dejarme en paz unos minutos? Estoy comiendo—en verdad que estaba molesto, esta vieja me ha estado molestando desde que ese rubio doncel llego.
Digo, sé que es lindo y todo; en especial esos hermosos ojos azules… y esas bonitas marcas de sus mejillas, que le hacen parecer un tierno zorrito…
¿Qué estás diciendo, Sasuke? ¡¡Deja de pensar en él, por Dios!!
--Admítelo, te gusta; no me puedes negar que es lindo, ¿no? —esa vieja borracha.
--Lo admito, es demasiado lindo; pero recuerda que va a ser padre, y no precisamente son mis hijos…--tomé un poco de bebida de mi vaso, y dirigí mi mirada a la loca de Tsunade.
Se veía algo nerviosa, hasta dejo de comer, y no me veía directamente a los ojos.
Eso solo lo hacía cuando escondía algo.
--A ver, ¿Qué es lo que ocultas? —
--¿Qué? ¿Yo? Nada, nada… solo estaba pensando… jejeje…--movió sus dedos nerviosamente, era obvio que mentía.
--Si no me dices la verdad, tu pagaras la comida…--
--¿¡QUE!? ¡¡ESO NO ES JUSTO!!—
--Entonces empieza a hablar…--
--Bien… ahhh… como te lo explico… ¿recuerdas que la mayoría de los médicos donan su esperma por caridad una vez al año? —Okay… esto parecía no tener buen camino.
--Amm… si… es una tradición—una muy rara, de hecho.
--Jejeje…--
--¿Qué ocurre con eso? —
--Nada, no ocurre nada; solo estoy diciendo que uno de los doctores de aquí es el padre de esos pequeños; solo eso, nada más…--ella volvió a comer tranquilamente, dejándome con una duda existencial…
¿Quién es el padre de esos niños?
********************************************************************************
--Bien, al parecer usted y los bebes no tienen nada malo; solo necesita comer un poco más de frutas y verduras… no se preocupe por eso, nosotros nos encargaremos—decía mi compañero, Gaara, encargado del área de maternidad.
--Muchas gracias por decírmelo, soy un principiante en esto—ese rubio dio una sonrisa sincera, mostrando su brillante dentadura.
--Me lo imagino… si necesita algo, solo presione el botón azul—el pelirrojo mosto un control conectado a la cama, donde había diferentes botones de ayuda.
--Gracias de nuevo…--
--De nada, yo me retiro; creo que tienen algunas cosas de que hablar—Gaara salió guiñando un ojo, sabia a que se refería.
Ambos quedamos en silencio; nadie se atrevía a hablar de nada, hasta me evitaba la mirada.
--Bien, primero que nada…--
--¡¡¡NARUTO!!!—grito un rubio de cabello largo, vestido con una túnica de hospital; parecía haber huido de algo.
--¡¡¡DEI-NII!!!—exclamo el otro rubio, con una gran sonrisa.
--¡¡OH!! ¡NARUTO! —el rubio de cabello largo se lanzó a abrazar a Naruto, un muy grande abrazo--¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Fue mi culpa! ¡Si no hubiera estado tan desesperado por tener un hijo…! —
--¡No yo lo siento! ¡Perdóname porque me hayan confundido contigo! ¡Si no hubiera pasado tú ya estuvieras esperando un hijo! ¡¡¡Waaa!!!—
Ambos rubios lloraban a moco tendido, literalmente; nunca había visto algo tan cursi.
--Amm… bien…--demonios, no sabía ni como interrumpir esto—Lo siento, pero… necesito hablar con el señorito Uzumaki en este momento—
--¿Podría charlar con Dei-nii solo unos minutos más? — hay no… esos ojos de cachorro no… son mi única debilidad….
--Bien, bien; solo diez minutos… volveré con mi abogado, ya sabe; para hablar de las cuestiones legales de esto…--
Salí de ahí, casi corriendo; no quería que nadie me viera así.
Nadie en su vida debe ver al gran Sasuke Uchiha sonrojado.
-- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
--Ese doctor es algo raro, ¿no? --dijo Deidara, mirando cómo había huido el otro.
--Algo… creo…--
--Bien, ignoremos eso… ¿Qué vas a hacer? –
--¿Qué quieres decir con eso? —
--Digo, ¿vas a tener al bebe? Digo… acabas de terminar tu carrera… estabas listo para ser pediatra y…—se notaba algo tenso, se sentía culpable de todo esto…
--Dei-nii, yo no soy capaz de terminar con una vida; además no es un bebe, son dos—sentí como mis mejillas se volvían de color rojo; se sentía raro decir eso…
--¿¡¡¡QUE!!!? ¿¡¡¡COMO OCURRIO ESO!!!?—
--¡Tú precisamente sabes cómo ocurrió! —
--Bien, ya; dejemos de gritar, dañaras a los bebes…--Dei-nii acaricio mi aún plano vientre, sentía algo de cariño y amor--¿Y cómo lo tomo mi tío? Creo que quiere demandar al hospital, ¿no? —
Sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas, podía fingir que no me dolía; pero era una completa mentira…
--¿Qué ocurre? ¿Dije algo malo? —
--Papá y mamá murieron, Dei-nii; murieron junto con Menma el día del accidente—llore con todas mis fuerzas, aferrándome al hombro del mi primo.
--Lo siento mucho, Naruto; no sabes cuánto lo siento—Dei-nii solo correspondió mi abrazo, también llorando sobre mi hombro.
No sé cuánto tiempo paso, pero lloramos hasta que la enfermera paso a cambiar el suero; solo limpie mis lágrimas con las sabanas, y al parecer Dei-nii también.
--Me darán de alta esta tarde, vendré a visitarte todos los días…--
--Está bien, te esperare…--dije con una sonrisa, debía ser fuerte--¿Puedo pedirte un favor? —
--¡Por supuesto! —
--¿Podrías alimentar a Kurama? Creo que debe estar casi muerto de hambre—
--Espero que no me muerda cuando abra la puerta, ese zorro tuyo es impredecible—
--Si, mejor lleva algún protector o algo así…--enserio que Kurama daba miedo, debí comprar un perro…
--Bien, ya me voy… te veo más tarde…--
--Adiós…--
-- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- --
--Mmm… al parecer está bien con esto...—me sentía culpable de lo que le paso al primo Naruto, pero al parecer a él le daba igual—Tengo que volver a mi habitación antes de que se den cuenta de que no estoy ahí—
Caminaba rápidamente, ocultándome a cada minuto de las enfermeras o doctores que pasaban por ahí; solo quedaba cruzar el pasillo para llegar a mi cuarto, solo era correr hasta el otro lado del pasillo…
--¡Auch! --¿Qué fue eso? ¿La pared se movió? Solo sentí como caía encima de algo, ¿o alguien?
--Lo siento mucho, ¿estás bien? —escuche una voz sumamente varonil, mientras un par de brazos fuertes me levantaban del frio suelo.
--Amm… sí… solo algo mareado—
--¿Qué ya llego mi tiempo? —
--¿Eh? ¿Cómo dices? –no podía verlo bien, mis ojos no me dejaban enfocar a la persona frente a mí.
--Había escuchado que cuando vez un ángel es que ha llegado tu momento… ¿me llevaras al cielo contigo, hermosura? –
Ahí fue cuando pude verlo bien; alto, fuerte, de cabello y ojos negros; y sumamente apuesto.
--¿Cuál es tu nombre, ángel mío? —
--Amm… Dei-Deidara Namikaze…--¡¡No tartamudees, idiota!!
--Tienes un bello nombre, pequeño ángel; mi nombre es…--
--¡¡¡Con que aquí estas!!! ¡Deja de coquetear con los pacientes y ven conmigo! –vi como el doctor de mi primo se llevaba a rastras a ese pelinegro de cabello largo.
--Tranquilízate hermanito, ¡Te veré luego, Dei-chan! —dijo este, guiñando un ojo.
--Enserio que este hospital está lleno de raros…--