Cap 2: Mirada
Miro de manera sorprendida a aquel que tenía frente así mientras aquella herramienta caía de sus manos.
-como?
Está bien, él era un genio pero en esos momentos no se le ocurrió otra cosa que decir, es decir, frente a él tenía a un serio y nervioso Steve Rogers, a ese hombre que era el mismísimo símbolo de américa, el hombre correcto y moral, a ese mismo diciéndole algo que nunca en su vida se imaginó escucharle.
-me escuchaste Tony
Lo vio ponerse más nervioso y solo pudo asentir aun sin poder procesar todo aquello, ¡vamos! Cualquiera en su lugar estaría igual o peor que él.
Estaba en su taller! Era su lugar sagrado, su lugar de relajación era natural que estuviera tan sorprendido pues le había tomado con la guardia baja.
-lo siento Capi pero no puedo corresponder
Vio como la expresión del otro cambiaba hasta convertirse en un rostro totalmente serio, esa expresión que ponía cuando tenían alguna misión por demás riesgosa, bueno todas lo eran pero unas más que otras.
-porque?
Una pregunta directa, no estaba hablando con el Steve Rogers que se había declarado, no, estaba hablando con el capitán américa en estos precisos momentos, y aunque detestaba esa actitud y todo cuanto a lo que era el capitán américa, no pudo estas más que agradecido de que fuera “el cap” y no “Steve”.
-amo a pepper
Sintió la mirada inquisidora del rubio, esa que le ponía los nervios de punta por alguna extraña razón, no le agradaba pero le hizo frente, él era Anthony Edward Stark y no se dejaba vencer por nadie.
-bien
Vio cómo se levantaba de aquel asiento, ese en el que se había acomodado silenciosamente para estar con él en el taller, y se dirigía hacia la salida.
Lo despidió y se inclinó a recoger aquella herramienta que minutos antes, producto del shock, se callera de sus manos.
Sintió una leve punzada en su pecho, como si algo estuviera mal con aquella situación, pero prefirió ignorarlo y continuar arreglando algunas de las piezas de su armadura, no sabía porque pero siempre que pensaba que estaba a punto de terminar encontraba un nuevo defecto.
Suspiro y negó levemente, no le había mentido al rubio, de verdad amaba a pepper y tenía una relación sólida con ella, adoraba a aquella mujer, cualquiera lo notaba, después de todo sus ínfulas de mujeriego habían desaparecido cuando inicio una relación con pepper.
Pero aun así le removía un poco las palabras del rubio, y el hecho que haya tomado la actitud de “soy el capitán américa” no ayudaba a que desapareciera esa inquietud instalada en su pecho.
Detestaba al capitán américa, lo sabía, siempre lo supo, pero luego de un tiempo, luego de convivir, descubrió que Steve y el capitán eran dos cosas diferentes y para su desgracia le gustaba Steve.
No es que tuviera miedo a las relaciones homosexuales seria hipócrita de su parte decir algo como eso ya que él había llegado a mantener relaciones consensuadas con otros hombres, siendo él el activo por supuesto, y las había disfrutado plenamente, él era Tony Stark y si algo se le metía en la cabeza tenía que hacerlo, he ahí el porqué de hasta llegar a las adicciones, “para probar esta la vida” u lema que siempre porto en su diario vivir.
Pero aunque le gustaba Steve, amaba a Pepper y no dejaría a Pepper por una simple atracción.
Además, para él, el capitán y Steve eran dos seres diferentes en un mismo cuerpo, ¿Por qué esa idea? Quien sabe, pero siempre le había dado esa sensación, por eso los comparaba de diferente manera y por extraño que pareciera el capitán era precisamente el que le causaba desconfianza, era un poco risible que exactamente en lo que todos confiaran a él le despertara dudas y sospechas.
En cambio Steve, Steve y su mirada, sus sonrisas, esa gentileza y a la vez inocencia que portaba.
Dos entes en un cuerpo.
Mentiría si dijera que cuando le veía así, en plan “soy el capitán”, no le ponía la piel de gallina y no era solo eso, siempre le sentía, siempre podía percibir esa mirada sobre él, como ahora, justo ahora que lo había despachado, justo ahora que se supone estaba solo en el taller, le sentía.
Esa mirada penetrante sobre sí, como si le asechara, como si esperara a que cometiera algún error, ¿error de qué? No lo sabía y sinceramente, aunque le doliera en su orgullo, no quería enfrentarse al capitán para averiguarlo.
Decidió dejar la armadura y salir de la torre, necesitaba ver a Pepper, necesitaba salir de ahí, necesitaba dejar de sentir esa mirada.