Hace mucho en una casa/mansión se encontraban los mejores jugadores de Beisbol, entre ellos se encontraba uno en particular era conocido por ser tan rápido como un leopardo e impredecible, su nombre era Kuramochi Yoichi, era uno de los mejores sin embargo tenía un problema y es que era un “Don Juan”.
Esa noche la “prometida” de Kuramochi se enteró de la fiesta y cuando fue se encontró con su “prometido” en medio de tres chavas las cuales no dejaban de tocarlo. Molesta de ver a su prometido y amigos en la misma situación, no podo más y decidió “descubrirse”. Kuramochi miro a su prometida pero ya era tarde ella los miraba a todos con enojo.
-Kuramochi Yoichi tú y tus amigos quedaran malditos – grito
-Pero que dices Wakana querida… – dijo Kuramochi pero callo cuando miro a su prometida elevarse.
-Kuramochi Yoichi desde que te fías solo de la apariencia, tú dejaste de amar de verdad, por eso… Yo te maldigo, a partir de hoy tú serás una bestia, todos te temerán, hasta que llegue alguien y pueda amarte de verdad - mira al florero – Tienes hasta que el último pétalo de rosa caiga si no, el hechizo será irreversible
Y así se cumplió todos los que estaban en esa casa quedaron encantados hasta que el hechizo se rompiera, los años pasaron y nadien se acercaba a la “casa encantada” ya que en ella había una feroz bestia.
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En otro lugar se encontraba un joven de belleza sin igual, cabellos castaños y son una gran alegría. El pueblo lo conocía muy bien, además de su belleza que lo caracterizaba, él era un pitcher sin embargo uno “muy malo” nadie podía atrapar sus lanzamientos, por eso dejo de lanzar, su nombre es Sawamura Eijun.
Hoy era un día especial para la familia Sawamura, su padre iba a ir a competir con unos de sus inventos, lo sabía hoy era su día, después de ir a la feria a competir nadie lo volvería a llamar loco.
-Ten cuidado padre – le dijo Eijun
-Claro que sí, ya me voy, cuídate bien Eijun – le dijo este alegre
-Si – le sonrió
Y así su padre salió rumbo al festival, mientras tanto en el pueblo un joven se enteró de que Eijun se iba a quedar solo.
-Esto es perfecto
-¿Por qué? – pregunto el joven que se encontraba a su lado
-¿Como que porque?, sin su padre molestando Eijun será mío por fin – sonrió
-No te entiendo – dijo con una cara seria – tu eres el mejor cátcher que hay en el pueblo, ya fuiste invitado a ser profesional, todos te respetan – ante eso el otro sonrió - ¿Por qué te interesas en ese bicho raro?
-No es raro, sus lanzamientos son únicos, se mueven a diferentes direcciones – dijo – por eso tiene que ser mío
-Pero llegar al punto de quererse casar con él, Miyuki-san
-Es lindo, qué más puedo decir
-Eso es cierto – le contesto sin muchos ánimos
-Bien vamos, hay una boda que organizar Furuya
Después de un rato Miyuki ya se encontraba afuera de la casa de Eijun, dispuesto a llevar su plan en marcha.
-¿Qué estás haciendo aquí Miyuki Kazuya? – Pregunto Eijun después de abrir la puerta y ver como este se metía a la casa – nadie te dejo entrar – dijo enojado
-No hay problema, no hay nadie no es cierto – sonrió y miro a Eijun – además, vengo a ver a mi esposo
-¿Esposo? ¿Quién es el desafortunado?
-Jajaja muy gracioso, pero… ese eres tu – se acercó a su rostro dispuesto a besarlo pero Eijun lo aparto
-¡Yo no soy tu esposo!
-Aun no
-¡Nunca lo seré Miyuki Kazuya! ¡Así que largo de mi casa! – le grito y lo echo de la casa cerrándole la puerta – no puedo creer, ¿Quién demonios se cree ese tonto? – Dijo cuando estaba solo – mejor iré a leer un rato antes de ir por las compras.
Por otro lado Miyuki se encontraba molesto, nunca nadie lo había tratado así, por eso se desquitaba con cualquiera que se pusiera en su camino.
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Aún más alejado se encontraba el padre de Eijun, el cual se adentraba más al bosque, sin embargo una tormenta lo sorprendió provocando que la carreta se desviara y él callera por un barranco, por milagro no le ocurrió nada pero la lluvia continuaba así que decidió ir a buscar un refugio. Después de un rato se encontró con una casa, se acercó y toco para ver si le podían dar refugio durante la tormenta, pero nadie contesto y la puerta se abrió.
-Hay alguien aquí – entro – ¿Podría pasar la noche aquí?- empezó a caminar – Solo será durante la tormenta – cuando miro que una de las habitaciones la cual tenía luz y en ella se encontraba un comedor con la comida preparada, empezó a comer la comida que estaba ahí, pero…
-¡¿Qué haces tú aquí?! – se escuchó una voz gruesa y oscura detrás de él. Cuando volteo soltó un grito al mirar un animal gigante detrás de él – ¡Deja de gritar! ¡Y dime porque demonios te comes mi comida! – se empezó a acercar a Enzo
-¡Una bestia! – grito Enzo al mirarlo mejor, tenía dientes afilados, su pelaje era de color verdoso y negro, y tenía una mirada aterradora.
Molesto por el “comentario” se lo llevo a una de las prisiones del castillo.
Pueblo de Nagano
Por otro lado uno de los caballos que iban junto a Enzo llego a la casa todo alterado y Eijun se acerca a él rápidamente intentando que se calmara.
-Cálmate, tranquilo – le sonríe para que se calme - ¿Dónde está papa? Skin llévame con papa – le dijo una vez calmado el caballo, se subió y el cabello lo guio hacia el castillo (no estoy segura de cómo) – es aquí skin – se baja y se acerca a la mansión.
Dentro de la mansión
-Mira eso Chris, crees que… - se escuchó la voz de un candelabro
-Eso mismo pensaste la última vez y no salió nada bien verdad Mei – contesto la voz que parecía que provenía de un reloj de pie
-Pero ya no tenemos mucho tiempo – dijo el candelabro con un tomo de preocupación
-Muy bien pero tengamos más cuidado esta vez
Con Eijun
-Padre ¿Estás aquí? – Pregunto en cuanto entro
-¿Qué hacemos? está buscando al otro hombre-
Y una luz apareció guiándolo por un pasillo - ¿Padre? – lo siguió y efectivamente esa luz lo guiaba hacia su padre el cual estaba encerrado.
-Sabes que pasara si Kuramochi se entera verdad-
-¿Padre estas bien?
-Tienes que irte de aquí Eijun – le contesto su padre
-No te dejare aquí Padre, buscare el modo de sacarte de aquí – se levantó para a ver si encontraba algo cuando un ruido estremecedor se escuchó – ¿Qué es eso? – se asustó al escuchar eso
-¡Corre Eijun! – le grito su padre pero antes de que este pudiera reaccionar apareció una figura delante de el
-¿Qué haces aquí? – le dijo Kuramochi
-Yo… - empezó a temblar al ver a la bestia
-¡No le hagas nada! – grito Enzo y eso hizo que Eijun reaccionara
-Libera a mi Padre – le dijo ya un poco más calmado, la bestia lo miro a los ojos los cuales ya no reflejaban el miedo
-Y que, si lo hago tú te quedaras aquí – le dijo con la intención de asustar al joven pero…
-Lo hare – le dijo decidido, sorprendiendo a los presentes
-No, no lo hagas Eijun, por favor no
-Esta bien – la bestia agarro a Enzo y lo saco del castillo para meterlo en una carroza que lo llevaría de vuelta a su casa, cuando regreso llevo a Eijun a su habitación, no sin antes advertirle que no saliera de la mansión.
Eijun estaba asustado realmente no supo muy bien que fue lo que paso, lo único que tenía entendido era ahora tenía que pasar el resto de sus días encerrado.
-Tranquilo Joven – se escuchó una voz fina – Kuramochi-san no es tan malo
-E-El arma-armario me está hablando… Creo que ahora si me volví loco – dijo intentando “regresar a la realidad”
-Jajaj nada de eso Joven – el armario de empezó a acercar a Eijun y este se alejó hasta que llego a la pared – relájese por favor – intentaba calmarlo
-T-Tu me estas ha-hablando – le dijo apuntando asía el armario – Tú me estás hablando – volvió a repetir pero voz ya no reflejada miedo – ¡Genial! ¿Cómo lo haces? – estaba vez era Eijun quien se acercaba – tienes algún dispositivo o acaso es un hechizo – Eijun está muy cerca del armario con una gran sonrisa.
-No, bueno algo así – le contesto nerviosa no esperaba esa reacción del joven
-Genial – Eijun seguía con una sonrisa - ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Haruno Joven
-¿Joven?, no seas formal Haruno-chan, yo soy Sawamura Eijun
-Sawamura-san – le contesto nerviosa, después miro la hora y dijo – creo es que es hora de que se cambie para ir a cenar
Pueblo de Nagano
Enzo llego corriendo pidiendo ayuda para salvar a su pequeño el cual fue secuestrado por una feroz bestia, por supuesto nadie le creía después de todo él era el loco del pueblo. Sin embargo, otra persona tras escuchar eso sonrio.