Sherlock se encontraba de un humor terrible, Watson comprendía que no era para menos ya que después de tres largas semanas el inspector regreso de quien sabe que parte del mundo solo para que el pelinegro analizara que estaba saliendo con su hermano. Hizo un escándalo en la Yard, lo hizo en la calle, en internet, con la ex esposa del inspector, con los medios de comunicación, y a ahora todos se encontraban en la casa de campo de la familia Holmes tratando de resolver las diferencias en paz.
-estas violando el código de esta familia –
- ¿Qué código? –
- el código de no acostarte con personas estúpidas, gordo imbécil –
-mi dieta esta perfecta –
-eso no es lo que dice tu balanza, gordo, gordo, estúpido gord..
-¡Sherlock!- grito Lestrade encolerizado
- ¡No me grites! y mejor ni me hables ineficiente inspector de la estúpida Yard, el solo hecho que mi hermano se haya acostado contigo un par de veces y haya descubierto al igual que yo tu patético pasado gris con todas sus consecuencias grises no signifique que se vaya a quedar contigo para siempre. Te dejara, te acordaras de mi cuando te deje por el trabajo, por Inglaterra, por un pastelillo, te dejara por que NO TE AMA –
Mycroft que hasta el momento había logrado conservar la calma se vio privado de ella al ver el gesto lastimoso que su novio hizo con esas palabras, él mejor que nadie sabía que eso le había dolido e incluso John quien se mantuvo al margen de esta disputa familiar considero que eso era inapropiado. El pelirrojo se levantó de la mesa rápidamente tirando la silla en la que se encontraba y dejo escuchar el hueco sonido que hicieron las palmas de sus manos al chocar con la mesa.
-¡Es suficiente! Sherlock no voy a soportar que le hables a Gregory así delante de mí, es mi pareja y como tal te pido el mismo respeto que yo le doy a la tuya ¿o acaso creías que no me entere que salías con John? Y aun así, les he dado su espacio y he tratado de mantener su relación en secreto por todos los medios hasta que ustedes quieran hacerla pública, mientras que tú vas y divulgas el secreto de Gregory a toda persona que sepa escuchar. Me he mantenido al borde en tus actuares sin tomar ninguna clase de represalia contra tuya o contra el doctor y no solo porque respete al segundo y te aprecie hermanito, sino porque así lo quiso Lestrade pero en cuanto se canse, no dudes que tengo el poder para devolverte cada golpe que me has dado con creces, soy el mayor y por ende soy mejor que tú en todo, no necesitas que te lo de por escrito ¿o sí? –
- ¿Por qué no tratas estúpido gordo? – Sherlock también se puso de pie, aventó la silla al suelo con violencia e hizo un ademan con sus manos – en lo único que eres mejor que yo es tragando, cerdo estúpido –
Parecía que iba a iniciar una pelea, una de esas incomodas peleas de familia, Watson fue el primero en dar unos pasos al frente y en tratar de detener a Sherlock, sabía que su amigo y bueno a quien engañaba su amante era fiero, explosivo y que no iba a permitir que alguien aunque fuese su hermano tratara de intimidarlo, entendía perfectamente el molestar de Mycroft Holmes pero no podía dejar de apoyar a Sherlock ya que sabía que su enojo estaba fundamentado aunque aun no sabía como.
-¡Ustedes dos dejen de discutir!- el padre de los menores Holmes entro a la sala, se le veía molesto. Mycroft dio un ligero paso hacia tras y escondió tras de sí a Lestrade disimuladamente, seguramente ni el mismo se había dado cuenta de que lo hizo en señal inconsciente de protección y Sherlock dio un grueso trago de saliva y desvió la mirada a su hermano. Todos se quedaron callados.
- gracias cariño – la madre entro con un libro en la mano y una charola que vertía en ella un juego de tazas de porcelana y una fina tetera; entro como si no hubiera pasado nada, dejo las cosas en su lugar miro a todos los presentes y con un gesto cariñoso les ordeno sentarse mientras que el padre custodiaba la salida del lugar. A los hermanos no les quedo de otra que recoger las sillas que en su momento tiraron al suelo, Watson se aclaró la garganta y Lestrade simplemente tomo asiento avergonzado.
- No se preocupen ustedes dos- dijo dirigiéndose al rubio y al cano - mis pequeños se comportan de esta manera muchas veces cuando están en la casa, no logran comprender ni ahora de adultos lo que son tener modales delante de los demás; eres precioso John, me encantan tus ojos y la manera que escribes es tan romántica me encanta, siempre supe que mi bebe rebelde se encontraría a alguien tan valiente, honrado y cariñoso como tú – John no se esperaba ese cumplido y agradeció entre dudando mientras miraba extrañado a Sherlock como diciendo “¿qué le debo contestar a tu madre?” Los hermanos no se atrevían a hablar ya que como era de esperarse en el matrimonio Holmes, la madre era el cerebro y el padre la fuerza bruta, pero parecía que la primera estaba jugando con su suerte porque como era de esperarse, Sherlock no tenía la paciencia tanto como para quedarse callado como para estarse quieto.