….
Llegaron a la terminal, Aioros miro el enorme bus que abordaría y el cual lo llevaría lejos, muy lejos de su familia. Cerro los ojos y respiro hondo.
-Aioros. – lo llamo su madre, Aioros volteo a mirarla, se notaba la tristeza en sus ojos. Extendió sus brazos, Aioros entonces la abraso con fuerza.
-cuídate mucho, si.- dijo con un pequeño nudo en si garganta. – mantente en contacto con nosotros y recuerda que si te arrepientes puedes llamarme. Yo iré por ti en un dos por tres.- le susurró al oído, Aioros solo le sonrió.
-estaré bien, solo…cuida a Aioria, cuídalo mucho.- dijo triste, su madre asintió, luego le dio un beso en la frete y se apartó.
-bueno ya deje tu equipaje. – le dijo Doko mirándolo, Aioros le sonrió.
-gracias.
Doko entonces se acercó a Aioros y poso una mano en su hombro. – Pórtate bien y esfuérzate, recuerda que no tendrás ningún tipo de privilegio solo por ser mi hijo, tú tienes que ganarte todo con tu propio esfuerzo.- hecho un hondo suspiro. – te deseo lo mejor…espero me hagas sentir orgulloso y no me decepciones.- le dijo serio aunque en su mirada se notaba lo orgulloso y esperanzado que se encontraba.
Aioros sonrió melancólico, cuanto había anhelado escuchar esas palabras por parte de su padre, y ahora que las escuchaba, le sonaban tan vacías pues no se sentía feliz con lo que iba a hacer.
-no te preocupes padre, te prometo que te sentirás orgulloso de mi y que cuando regreses no vas ni a reconocerme.-
-Eso espero. – Le sonrió para después darle una palmada en su espalda.- esa hora.- Aioros asintió para después subir al bus.
-bueno vámonos….-
-quiero ver el bus partir.- hablo serio Doko.
-vamos, no es necesario, o que, crees que Aioros descenderá y escapara? –le dijo Sofy susceptible.
- claro que no, además si eso pasa yo sería el primero en enterarme. Pero por si las dudas… –Doko volteo la mirada hacia el bus.
- vamos, Aioros te lo prometió así que por una vez en tu vida confía en tus hijos. -
-pero…-
-ya vámonos que tengo hambre.-
Sofy, tomo una de las manos de Doko y lo jalo, mientras volteaba a ver una vez más el bus, logro ver a Aioros despidiéndose de ellos por una de las ventanas del bus, su madre le guiño un ojo.
Aioros los vio alejarse, cuando por fin perdió de vista a sus padres se alejó de la ventana, se acomodó en su asiento y hecho una mirada a su alrededor. Si, había muchos muchachos, de una edad entre 18 y 23 años. Algo que llamo su atención fue dos jóvenes extremadamente iguales que estaban sentados tras él, se sorprendió al verlos ya que jamás había conocido a hermanos gemelos.
-¿que ves?-dijo desafiante uno de ellos.
-nada.-le respondió algo apenado.
-pues entonces volteo tu mirada.- le contrarresto molesto, mientras el otro gemelo ni les prestaba atención, más bien parecía aburrido mientras miraba por la ventana.
Aioros volvió a su asiento, hechos un hondo suspiro.
-bueno muchacho nos faltan solo 20 minutos para partir así que si alguno de ustedes todavía tiene ganas, pues es ahora o nunca pues la próxima parada será dentro de 2 horas.
Aioros miro su botella de agua completamente vacía, la deshecho, sabía que no soportaría tanto tiempo sentado, así que salió del bus.
……
Aioria manejaba a toda velocidad, esquivaba autos y giraba las esquinas como si fuera un experto a pesar de que solo llevaba dos meses manejando esa moto. No le importaba nada, solo alcanzar a su hermano, ese era su objetivo, detenerlo.
Logro divisar a lo lejos el automóvil de su padre, se detuvo y dejo su moto al lado del auto de su padre. Luego corrió como nunca antes adentrándose a la terminal.
Con la mirada buscaba por todas partes a Aioros, pero no había rastros de su hermano.
-¡maldición!...- Aioria se agarró de los cabellos, la sola idea de que Aioros se hubiera ido lo trastornaba.
-no…no.-
Corrió todo lo que pudo y busco por muchas partes, ese lugar era en verdad enorme.
….
Aioros, al igual que otros muchachos, bajo del bus y luego de dirigirse al mingitorio volvió al bus, al ver que los demás tardaban en volver decidió caminar por los alrededores.
Camino por un raro hasta arrinconarse en una esquina, cerró los ojos, sin proponérselo el rostro de su hermano vino a su mente…- Aioria…-susurro su nombre, como llamándolo.
-¡Aioros! – grito con todas sus fuerzas, Aioros abrió los ojos rápidamente, volteo su mirada hacia el origen de esa voz que lo llamaba.
Ahí estaba, Aioria…, su hermano menor, la persona más importante en su vida y verlo de nuevo fue algo maravilloso tanto para sus ojos como para sus sentidos.
Aioria se acercó a él, sin despegar ni un momento su mirada de la de Aioros, tenía la respiración agitada, por la corrida emprendida mientras gotas de sudor caían por su piel.
Aioros en cambio se estremeció por completo, perdió el auto control y la respiración se le agito. Al tenerlo cerca, ahí se dio cuenta, solo el lograría ese efecto en él, Aioria hacía que sus sentidos se descontrolaran por completo.
Aioria sin pensarlo mucho se lanzó a sus brazos, lo abrazo con todas sus fuerza. Aioros tardo un poco, pero finalmente correspondió el abrazo con la misma intensidad.
-Aioros…--le susurró al oído. -no te vayas, por…por favor.- suplico, dejando de lado todo su orgullo, no le importaba, solo quería que Aioros se quedara a su lado y haría todo lo posible por que así fuera.
-!no me dejes! Te necesito…por favor… no me hagas esto…-Aioria comenzó a derramar lágrimas.
Aioros cerró los ojos, sintió su aroma, su cuerpo presionaba el de Aioria con tal fuerza que estaba seguro que Aioria echaría un quejido de dolor por la desmedida fuerza que utilizaba, pero eso parecía no molestarle, necesitaba esa cercanía y sentir el cuerpo de Aioria cerca del suyo le trajo recuerdos.
Abrió los ojos, eso estaba mal y si sus padres lo miraban, si alguien los mirara y se diera cuenta…rápidamente se apartó de Aioria.
-no, no puedo Aioria, yo me iré; es lo mejor.- dijo con un hilo de voz, sin siquiera poder verlo a los ojos.
Aioria lo miro incrédulo, molesto y muy dolido. - -eso es todo, te busque como estúpido por todas partes, para que, para que me dijeras que no puedes, que tienes miedo.-
-Aioria…yo…. –
-¡no! escúchame bien Aioros…si te vas…si tú te vas, juro que nunca te lo voy a perdonar ¡nunca! el amor que ahora siento por ti se convertirá en odio. – hablaba desesperado e iracundo.
-lo siento Aioria…espero algún puedas perdonarme y entiendas lo mal que esta todo esto, lo equivocados que estamos... –
-no…-
Aioria se acercó a él y lo obligo a mirarlo.- dime que no sientes lo mismo que yo…- la cercanía en sus rostros era mucha, casi podían sentir la respiración del otro. - dime si ahora mismo no tienes ganas de repetir lo de aquella noche.-
-¡no! – le grito alejándose de el bruscamente…como si el contacto entre ellos quemara. –entiende, no puedo! NO PODEMOS! y esa noche que vivimos es algo que deseo olvidar con todas mis fuerzas. –
Aioria retrocedió unos pasos, bajo la mirada mientras las lágrimas caían si cesar. No podía expresar lo mucho que le había dolido la reacción de Aioros.
Aioros pronto se arrepintió de lo que hizo.
-Aioria…lo siento yo…-intento acercarse a él, pero Aioria lo empujo con fuerza, haciéndolo caer.
-aunque para ti haya sido el peor error que pudiste haber cometido…para mi…para mí fue lo mejor fue…fue el mejor momento de mi vida.-decía con lágrimas en sus ojos mientras posaba su mano derecha en su pecho.-pero….si eso es lo que tú piensas y sientes… créeme que yo voy hacer hasta lo imposible por borrarte de mí, por sacarte de aquí dentro.-
Aioros lo miraba y veía la mirada de Aioria volverse llena de odio hacia él.
- nunca… -negó con la cabeza mientras con el reverso de su brazo se limpiaba las lágrimas que caían de sus ojos. - nunca más…volveré a ser tan estúpido…nunca más dejare que nadie me haga lo que tú me haces, ¡NUNCA!
Entonces sin poder soportarlo por más tiempo corrió con todo lo que le daban sus piernas. Se marchó alejándose de su hermano, sin mirar atrás y con el corazón destrozado en mil pedazos.
Aioros aún permanecía en el suelo, en shock tras la huida súbdita de su hermano.
-Aioria….-dijo en un susurro, llamándolo pidiéndole que lo perdonara, que no lo odiara, que tratara de entender al mismo tiempo sentía la enorme necesidad de ir tras el de sostenerlo en sus brazos y quedarse a su lado.
-pero miren nada más…que paso te caíste o te votaron?- hablo un de los gemelos que se acercó a él, Aioros no le presto la más mínima atención, simplemente seguía con la mirada perdida el camino que su hermano había tomado para huir de él.
-¡qué demonios creen que hacen!…ya va a salir el maldito bus, así que mejor apúrense.- grito su hermano gemelo.
-que molesto eres, Kanon.- dijo fastidiado, miro a Aioros más de cerca entonces pudo notar algo que lo dejo muy confundido, Aioros derramaba lágrimas.
-Vamos.- le tendió la mano.- nos dejaran y créeme que esa no es una buena idea.- le tendió la mano, sin saber siquiera porque lo ayudaba.
Aioros vio la mano frente a él, luego vio al muchacho que le prestaba su ayuda, lentamente tomo la mano de este.
-vamos, démonos prisa, no pienso dejarle toda la diversión al idiota de mi hermano.- le hablo y ambos se dirigieron al bus.
Ese era el adiós, el adiós a sus sentimientos, al amor insano que profesaba hacia su hermano…hubiera deseado no lastimarlo como lo hiso pero…para Aioros eso era lo mejor…esperaba con todas sus fuerzas que a su regreso Aioria se repusiera, que olvidara todo….que fuera feliz y le sonriera como siempre lo había hecho.
Vio la ventana, el bus ya partía…su vida cambiaria…y solo pudo decirle.
– adiós…hermano…-
Continuara…..