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Los Ilusionistas por Huitzil

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SEXTA ILUSIÓN

El maestro.

 

“Verlo, para creerlo ¿Pero que es la verdad?

Depende de su punto de vista.

¿Me están escuchando jinetes?

Cuando aparezcan y lo harán, yo estaré ahí esperando y quiero prometerles que van a recibir lo que se merecen de una manera inesperada; pero se lo han ganado a pulso, porque siempre creeré en una cosa…

Ojo por ojo.

-Oh, por favor no seas gruñón Brad –

Era una hermosa tarde y dos chicos se paseaban cerca de un lago, eran jóvenes no más de veinte años, uno era afroamericano y el otro parecía un clásico londinense. El moreno giro por completo los ojos en una expresión de fastidio total.

-Es “Badley” – el de piel chocolate corrigió - Shrike, mi maldito apellido es “Bradley” no Brad, ni Brady o cualquiera de tus abreviaturas ridículas–

- Si lo que sea.- resto importancia a las primeras palabras dichas y continuo - Brad mira esto – El primer niño se acercó entusiasmado a su amigo con una caja en las manos  - es el nuevo juego de magia, para presentarlo en la preparatoria ¿Qué dices bella asistente? –

- que te voy a patear el culo si no dices bien mi maldito nombre y que eres un verdadero idiota. Eso no va a funcionar –

- ¡bha! Patrañas Brady-baby ¡esto dejara a varios con la boca abierta!-

- ¿En serio Shrike-tonto? Deberías dejar de soñar y poner los pies en el suelo de una vez. Sé un pez en el agua por una vez en tu vida.-

- ¿Por qué? – Shrike volteo a ver al moreno un poco herido, había practicado muchas horas  para poder impresionar a su mejor amigo pero este siempre parecía darle la razón a cualquier otra cosa que fuera más racional que el mismo - ¡¿Por qué ser un aburrido pez en el agua cuando puedo ser un pez trepador de árboles?! – eso ultimo el chico prácticamente lo había gritado

- porque entonces no serias un pez –

- ¿Por qué? ¿Dónde lo dice? ¿Quién lo promulgo? Si Lionel Shrike quiere ser un pez trepador de árboles entonces será un maldito pez de colores trepa árboles ¡y tú serás mi compañero! –

- Yo no contaría yo con eso…-

El moreno tomo asiento en el verde césped viendo directamente frente hacia el lago cristalino. Su amigo se sentó a su lado, en un principio ambos miraban para el otro extremo sin prestar atención a nada importante pero entonces Thaddeus sintió como alguien le tomaba de la mano, no se necesitaba ser un genio para reconocer ese cálido agarre y no la quito, la dejo en el mismo lugar deleitándose de aquel agarre. Se giró un poco para ver quien lo tomaba de la mano fijamente a los ojos, el chico tenía la mirada brillosa y animada. Una amplia sonrisa en el rostro, sin lugar a dudas era una de las pocas personas que Bradley consideraba como hermoso, y lejos de que sus pensamientos le parecieran enfermos o locos, sabía desde que había conocido a este chico a los siete años en el campamento de magia al que sus padres lo obligaron a ir que era al único ser humano que podría amar y no le importaba si fuera hombre o mujer, si le faltaría una pierna, un brazo, un ojo, le quería como un loco. Se había enamorado y lo había sabido cuando se hablaron por primera vez, cuando se perdió en aquel café que era su mirada y se ahogó en ella sin ninguna clase de reproche, y aunque después el tiempo pasaría y esa mirada cambiara un sinfín de veces a Thaddeus no lo importaba ya que lo que le enamoro de este joven no fue su cuerpo, o aquella mirada que ahora adoraba, ni esa sonrisa que le derretía, No. Se había enamorado por completo de su alma, de su esencia pura y desinteresada…

 - Yo dejaría de trepar árboles por ti Brad – El castaño apretó la mano de su amigo sin dejar de sonreír y desviando la mirada de nuevo a la nada.

- Lo sé…- Thaddeus lentamente se acercó a su amigo respiro aquella agradable fragancia y para cuando Shrike quiso reaccionar ya le había planteado un beso en los labios. Lionel se quedó quieto recibiendo aquella muestra afecto no terminaba de acostumbrarse pero su amigo de vez en cuando hacia acciones como esas y nunca le exigía nada más que su amistad, con eso se conformaba... bueno con eso y con un par de besos de vez en cuando. Thaddeus se separó y vio a su amigo con los ojos cerrados y las orejas rojas de la vergüenza – Creo que es hora de comenzar a buscar nuevos árboles que trepar juntos ¿no te parece?–

Pasaron los años y ambos seguían siendo amigos, los mismos sujetos más grandes, con menos pelo, con más arrugas, con menos tiempo… pero amigos al fin y al cabo los mismos amigos inigualables. Ese día donde solía estar el lago ahora era un lugar corporativo en el cual se habían construido grandes edificios comerciales.

Los dos amigos entraron, Thaddeus traía un saco marrón con una camisa blanca abajo, un sombrero casual elegante y un pantalón obscuro, con zapatos de piso. Lionel iba simplemente con jeans y camisa azul clara con unos deportivos blancos.

Cuando ambos se sentaron, pidieron cada quien su comida y empezaron a hablar de cosas banales, del tiempo, de los trucos, de nuevos actos de magia, bromeaban sobre qué tan difícil era descubrir los trucos de Lionel.

- te conozco también que puedo adivinar como vas hacer el siguiente truco y de que va el engaño –

- no es verdad –

- puedes apostar Lionel a que si –

 Thaddeus miro a su amigo después de terminar su comida y ordenar el postre  - ¿Y? – pregunto inquisitivo recargándose en la mesa.

- ¿uhmmm? – contesto el castaño

- tú me invitaste así que debe ser por algo importante y no solo para comer, no ahora que somos enemigos públicos  - Lionel desvió la mirada al suelo pensativo, se froto las manos con evidente nerviosismo dibujado en su rostro. Levantaba  y bajaba la mirada y Thaddeus sabía que eso significaba una sola cosa y esa era “culpa”

- ¿te acuerdas de mi asistente?

-¿La chica de dientes perfectos? O la de risa extraña –

- la de los dientes perfectos –

- ¿ella que tiene?

- bueno – Lionel carraspeo un poco, rascándose la cabeza y mordiéndose el labio con evidente ansiedad – es que… - el moreno le siguió viendo sin perder los estribos esperando paciente la noticia. –yo… diablos…. ¡Yo la embarace! –

Bradley sintió como su sangre baja a sus pies y sus manos empezaban a sudarle pero milagrosamente logro hablar.

- ¿y?- vio como con esa pregunta lograba quitar un enorme peso de los hombros de su amigo y eso le alegro un poco – sinceramente ya te habías tardado ¿lo va a abortar? – pregunto mientras les traían los postres. La camarera fulmino con la mirada al moreno, seguramente  había escuchado solo la pregunta.

- No. la verdad queremos tenerlo –

- que bien por ustedes ¿Quién se va a quedar con él bebe?-  Bradley pregunto nuevamente probando la deliciosa trufa de chocolate que estaba frente a él gloriosa pero no pasó desapercibida la palabra “queremos”

- Los dos… Bradley, yo… yo de verdad la amo y quiero casarme con ella.-

Fue ahí cuando Thaddeus sintió como si alguien le acabara echar un balde de agua con hielos sobre su cuerpo, sus manos no le respondieron y las sintió flácidas como si de fideos se trataran, la cuchara que viajaba de su plato a su boca callo sobre la mesa y un gran nudo parecido a una pelota de golf se alojó en su garganta.

- ¿Brad estás bien? – le pregunto rápidamente su amigo. El moreno solamente asintió con la cabeza y bajo la mirada al plato – sintió como Lionel le tomaba como hace tantos años la mano para apretarla con cariño pero ahora su agarre más que ser un cálido empuñe era hierro puro ardiendo, le quemaba, le despedazaba la piel, le quemaba como un carajo y aparto su mano de la ajena rápidamente.

Shrike no volvió a insistir en tomarle o hacer un contacto físico con su amigo, conocía los sentimientos que el otro le profesaba desde el campamento, no era tonto y quizá de manera equivoca había aceptado ser su amigo con derechos solo para no perderle pero… no podía amarle, no podía por más que lo intentara… él solo le veía como a un amigo y nada más. No sentía aquel cosquilleo que sentía con su futura esposa porque se casaría con ella después de todo ¿no?

- Sabía que esto era una mala idea… debí esperar a que por lo menos  te terminaras el postre -

Thaddeus por fin salió de ese trance en el que había entrado cuando escucho la voz dolida de la persona que amaba. Se dio cuenta de algo que le pareció cómico ya que el hombre más racional del mundo descubrió que en verdad el amor incondicional existía y que no era un capricho como muchas veces se repitió al espejo ya que le hacía más feliz verle sonreír que tener esa mirada de arrepentimiento en su rostro aquella sombra no le venía bien y se sentía peor por arruinar la felicidad de su amigo.

No lo permitiría.

Había estado de acuerdo con solo ser su amigo y así sería hasta que el infierno se congelara.

Trago grueso, se mordió la mejilla y negó con la cabeza antes de comenzar a reír mientras una lagrima caía elegantemente por su mejilla. Lionel levanto la cabeza rápidamente sorprendido de aquella actitud. Seguramente Brad había perdido la cabeza por la noticia “dios mío”- pensó cuando veía al moreno tomarse del estómago sin dejar de reír.

- ya no te rías.-

Más risas.

- Detente –

Seguía riendo.

- ¡Me asustad Bradley! –

Y Thaddeus se empezaba a tranquilizar, necesitaba respirar y el aire se había ido de sus pulmones tomo de nueva cuenta su cubierto y se llevó un gran trozo de chocolate a la boca pero el dulce ya no era delicioso era como si hubiese pedido la comida más amarga y asquerosa sobre la faz de la tierra. Lo saboreo y soltó un último suspiro.

- felicidades amigo y gracias.-Lionel levanto una ceja mientras su helado en su plato se derretía

– gracias  ¿Por qué? -

- Porque por fin, después de tantos años, y tantas peleas, y halagos, y horas perdidas…. definitivamente dices mi apellido correctamente.-Lionel no se rio de ese chiste aunque así lo esperaba su mejor amigo. Bradley se removió un poco incómodo por el silencio viendo a un paralizado compañero, antes de aclararse la garganta y continuar hablando.- y, en verdad… verdad, verdad te juro por todo lo bueno que tengo, que deseo con toda mi alma que seas feliz, aunque no sea conmigo.-

El castaño seguía mudo antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas, gimió un poco, estrujando la tela del mantel, y comenzó a llorar primero como un murmullo que se convirtió en un gutural llanto, lloro en voz alta como si fuera un pequeño niño al que le acabaran de dar una patada por primera vez en las bolas. Thaddeus se sobresaltó y volteo a ver cuántas personas le miraban.

Todas.

Todas las de ahí le miraban. Unas con curiosidad, algunas con morbo, otras miradas desaprobando la acción (cualquiera que había ocasionado que un hombre tan atractivo llorase en voz alta) y otras tantas sorprendidas.

- ¡¡¡¡Shhhhhht!!!!- Thaddeus se levantó de su silla rápidamente para taparle la boca a Shrike con urgencia y trato de calmarlo – ¿Qué crees que haces? ¿Quieres que me linchen o algo así?- Lionel negó con la cabeza mansamente,  sollozando - ¿entonces? – Lentamente le soltó esperando a que cumpliera con su palabra y este así lo hizo.

- eres tan cruel – Lionel se limpió con las servilletas la nariz, los ojos y sollozo tristemente.

-¿Qué? ¿Por qué? –

- Se lo que sientes hacia mí, por eso creí prudente en darte esta noticia personalmente a que lo escucharas de alguien más; pero esperaba que te enojaras conmigo, que me gritaras, que me dijeras que no era justo y, yo te daría la razón, que me golpearas en la cara por hacerte perder tu tiempo, por ilusionarte, ¡por permitirte amarme y nunca corresponderte, por ser un idiota! Y en cambio ¿Qué recibo de ti? Una sonrisa y una felicitación…. Soy el peor hombre del mundo Thaddeus –

- bueno por lo menos lo sabes – Lionel al fin sonrió de lado aunque seguía viéndose triste - pero no te culpes – Thaddeus le limpio una lagrima que viajaba veloz por la mejilla de su amigo y sonrió al ver aquella mirada llena de vida nuevamente, al parecer al moreno ya no le importaba si le miraban o no, al parecer todos habían vuelto a lo suyo pero había quienes aún los miraban. – hey, tranquilo ¿sabes porque  iniciamos esto del ojo? ¿Por qué nos declaramos amigos públicos? ¿Por qué separamos a los magos buenos de los malos, los liberales de los conservadores? No fue porque no tuviéramos nada que hacer o porque estuviéramos locos, lo hicimos para marcar una diferencia, para hacer lo correcto porque “es lo correcto” porque tú eres todo sueños e ilusiones, representas la humanidad y esperanza que tienen las personas en cambio yo, desde que tengo memoria soy la avaricia y racionalidad, la maldad que hay en las personas… si queremos cambiar al mundo y hacer esta organización más grande hay que separar la manzana buena de la podrida ¿no te parece? -

Lionel parecía más tranquilo y empezó a picar con la cuchara su flácido helado de vainilla y suspiro….

- que mal que mi princesa no sepa qué clase de caballero estuvo antes que ella –

- No sabes de todo lo que te pierdes Lionel, ya regresaras a mi te lo aseguro –

- siempre regreso ¿no? además vas hacer tío –

-oh… sobre eso… - Thaddeus entrelazo los dedos de las manos con elegancia y tranquilidad como si nada de lo que había pasado fuese realidad - creo que deberíamos mantenerlo en secreto, ya sabes… para que el gran final sea “el” gran final –

Ambos amigos empezaron a reír, quizá a planear el siguiente acto, a convivir y disfrutaron del resto de la tarde y… quizá Thaddeus Bradley  recordaba ese día con lucida lividez porque años más tarde, la única persona que había amado con todo el corazón perecería cruelmente dentro una caja de metal bajo el agua sin que nadie hiciera el esfuerzo debido cuando pedía ayuda.

“¿Pensaste en mí antes de morir?”

“¿Habrás pronunciado mi nombre desesperadamente cuando el aire escaseaba?”

Bradley no recordaba día más triste, ni noche más larga, ni mucho menos perdida más grande que la de perder a Lionel Shrike y la ausencia de lágrimas durante tantos años ahora brotaban sin poderse contener dentro de su habitación porque ante el mundo, ante las personas él había sido tan responsable de la perdida de aquel mago como los demás incrédulos que lo orillaron a realizar un truco tan arriesgado.

Lloró angustiadamente en la obscuridad…

Lloraba cuando nadie le veía y cuando los reflectores no lo captaban…

Y seguiría llorando porque su querido pez trepa arboles no volvería a la superficie nunca más… 

Notas finales:

Gracias nuevamente a todos por leer y gracias Rozz por no abandonarme en esta loca aventura de ilusiones y unicornios :3 espero de todo corazón que les gustara tanto como a mí me gusto escribirlo ¡nos leemos luego! besos!


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