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Sombras y luz por Liyis

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Notas del capitulo:

Hola mazapanes!!

Con un dia de retraso pero ya esta, aqui esta el capitulo!

Espero les guste, la historia se desarolla cada vez mas.

Disfruten!!

Aunque recibas mucha atención no significa que seas amado. Y sólo en ciertas ocasiones, aún con amor, la atención es imposible.

 

Escuche varios golpes en la puerta. Estaba recostado en la cama y tenía una bolsa de hielo sobando los moratones en mis costillas. Espere un momento pero no parecía que nadie fuera a abrir, así que me levante con todo el esfuerzo del mundo a ponerme una sudadera y bajar las escaleras hasta la entrada, los golpes seguían.

Abrí la puerta sin pensar y me encontré con varios hombres y un enorme camión en la parte de atrás. —¿Residencia Thompson?

—¿Eh? —no me acostumbraba.

—Si es aquí —mamá apareció por atrás. Ella pudo haber abierto a puerta.

—Tremós las mesas. —hablo el hombre dándole la paleta que cargaba para que firmara un papel. Observe como los hombres bajaban sillas y mesas muy elegantes y comenzaban a dejarlas en el jardín de atrás.

—¿Ya comenzaron con los arreglos? —pregunte curioso comenzando a recordarlo.

—Mañana es mi boda, cielo. Todo tiene que estar listo. —comenzó a caminar hacia la puerta trasera. —Te compre un traje, pruébatelo, estoy segura de que te va a quedar perfecto.

—Amm... claro. —me encogí, me dolía demasiado el cuerpo como para moverme o quejarme.

Regrese a mi habitación y abrí mi ropero, encontrándome con un brillante traje azul marino. Mañana era la boda, no me creí que mamá se casara tan rápido, a decir verdad me asustaba mucho, en especial por el hecho de que no teníamos familiares, más que la abuela y dudaba que mamá la invitara, así que estaría rodeado de la familia de Richard, de nuevo sentiría que estaba en un lugar donde simplemente no encajaba.

 

 

Mis moretones se habían desinflamado un poco y ya no me dolía tanto. Richard llego en la noche con un enorme ramo de flores para mi madre, la cual comenzó a brincar encantada. Yo solo la observe por el barandal de la escalera, sin atreverme a bajar por completo, sentí que primero tenía que ser aceptado.

A la hora de la cena, Richard comenzó a contarle a mi madre sobre todo lo que había tenido que pasar en la oficina, pero ya tenía su traje y sus familiares le habían confirmado su asistencia. A la mitad de la cena llego Logan de la universidad, el me causaba un particular miedo, en especial con el hecho de que no paraba de mirarme durante la cena y su maldita sonrisa superior. Lo odiaba aunque ni siquiera había sostenido una conversación completa con él. Pero como siempre mamá empezó sus preguntas.  

—¿Y cómo te va en el colegio Logan?

—Es encantador Ellen. —respondió, de la manera informal en la que mi madre debió pedirle que lo hiciera —La universidad es un nivel más avanzado, pero no es difícil.

—¿Y piensas mudarte después de que termines tu carrera?

—Claro que lo he pensado pero por el momento me gustaría disfrutar un poco más de mi etapa en la universidad, seria hermoso mudarme con una pareja.

—Que dulce. ¿Entonces no tienes ninguna chica en especial?  

—Pues… hay muchas chicas que me lo han propuesto… pero no hay ninguna que llame mi atención… lo suficiente —me encogí, sentía sus ojos puesto en mí y no me atrevía a levantar la mirada del plato.

—Mi hijo es todo un casanova. —Richard hablo con orgullo mientras reían.

—Debo admitir que te creo, eres un chico muy encantador.

—Muchas gracias Ellen. Por ahora me lo tomo a la ligera, no hay nada de malo en tener alguna aventura por ahí.

—Siempre y cuando lo hagas con protección —me atragante con mi jugo después de escuchar el comentario de mi madre. —Oh, vamos mi niño, no te pongas como si fueras lo más inocente del mundo. Ya tienes dieciséis años, amor. —odiaba cuando mi mamá me decía ese tipo de cosas frente a otras personas, también cuando se refería a mí con los términos “mi niño”, “pequeño” o “bebe”.

—¡Mamá…! —me queje a regañadientes, pero no eran el tipo de vergüenzas que me gustaba que me dejaran, en especial con estas personas.

—Tranquilo Luca… —apenas mi madre iba a hablar cuando Logan se interpuso. Esta vez sí lo mire —Tú también debes tener alguna novia por ahí.

—No. —conteste instintivamente y con algo de dureza. —…Acabamos de mudarnos, no conozco a mucha gente. —trate de justificar mi respuesta, darle otro sentido más que el hecho de que no  me gustaban las chicas. Después regrese la vista a mi plato.

—Menos mal… —hablo ahora Richard —Cualquier padre quiere ver a su hijo casado y con hijos, como toda familia, yo creo que tu madre igual lo desea.

—Si… —conteste.

 

 

Al siguiente día, había muchas personas en casa y arreglaban todo el jardín para la boda. Con tantas visitas mamá le dio mi cuarto a la Tía When, la abuela de Richard, una gran mujer con respecto a su anatomía, y yo, como ya me lo había advertido antes, me fui a dormir al ático. Serian de las peores noches de mi vida, en especial con el hecho de que todo era oscuro y frio haya arriba, y se escuchaban sonidos extraños, como si la casa se moviera. Pero solo sería una noche o era eso lo que esperaba.

Me había arreglado y peinado, con el traje sin pelusa y los zapatos lustrados, un pañuelo en el bolsillo y una corbata que me costaba anudar, así que baje las escaleras buscando la ayuda de mi madre sin obtener resultados, siempre que la necesitaba desaparecía por completo. Fui al baño a tratar de amarrarla cuando me sorprendí de encontrar a Logan mirándome desde el marco de la puerta.

—Es con un nudo más apretado. —hablo, yo apenas y lo mire, me parecía extraño así que de todas formas trate de atarla por mi cuenta. —Tienen que ser dos vueltas y luego el nudo, así está mal.

Suspire y trate de seguir sus consejos. El resoplo y se acercó, tomo la tela y evito que la siguiera moviendo, termino atándola el mismo y yo me sentía extraño al tenerlo tan cerca. —Listo.

—Gracias... —conteste algo aturdido, me impedía la salida, en cierto modo y el no dejaba de mirarme con una rara sonrisa.

Me comencé a sentir nervioso.

—¿Luca? —entonces vi a mi abuela asomarse en el baño.

Sonreí —¡Abuela! —a pesar de que mamá no se llevaba bien con ella, y la abuela tampoco, conmigo siempre había sido amable y cariñosa. Recordaba que cuando mamá me pegaba por cualquier cosa cuando estaba mal, la abuela me curaba. Y como siempre, llegaba a salvarme del incomodo momento que estaba teniendo con Logan.

—¿Cómo estas querido? —su mata de cabello blanco y el olor a café con canela que desprendía era muy dulce, sus manos arrugadas, su baja estatura y un bonito conjunto color crema. Como la extrañaba.

—Bien. —caminamos hasta el comedor. Olvidándome por completo del él. —Creí que no vendrías.

—No iba a perder la oportunidad de verte en un elegante traje cariño. Estás muy guapo.

—Tú no te quedas atrás. —le sonreí.

—Gracias, aunque no solo es eso, no me iba a perder la otra oportunidad de conocer un poco a la familia de estos ricos mal nacidos. —hizo una mueca —Me sorprende que tu madre supiera buscar, ahora sí, a un hombre que supiera mantenerlos, con lo inútil que es.

Yo mordí mi lengua y baje un poco la mirada. Esperaba que mamá no estuviera cerca. —¿Sabes dónde está mi madre?

—Probablemente debe estar arreglándose, debemos estar en la iglesia en una hora. No te preocupes pequeño, yo te llevare, no dejare que estés con todos estos mimados. —tronaba sus dietes cada que se refería a la familia de Richard, aun así me alegraba de que pidiera estar con la abuela a estar con todos los demás.

 

 

 

La ceremonia fue muy sencilla, mi madre apareció en la alfombra con tinte para el cabello rubio que se mezclaba con el castaño, lo tenía recogido, peinado en un moño y muchas flores, con un vestido de encaje pegado y una larga cola, se veía muy hermosa y muy feliz. Aunque no había nadie para entregarla, la abuela se lo negó y a mí nunca me lo había pedido, así que camino sola.

Cuando termino regresamos a la casa donde se celebraría la fiesta. No había salido mucho de ella y mucho menos había explorado el jardín trasero, resulto que era muy grande, con árboles y arbustos dándole un toque muy natural y varias lucecitas alrededor, además de las luciérnagas que no tardarían en aparecer. Estaba en la mesa con mi abuela y la señora Davis, que llego a la iglesia a la mitad de misa. Tampoco había visto antes a la señora Davis, pero ahora que la notaba era increíblemente idéntica a su hijo, con piel más blanca y cabello muy negro.

Otra cosa es que me di cuenta es que solo llego ella. La señora Davis y mi abuela mantenían una conversación muy amigable y yo estaba aburrido recargando mi mano en la mesa, tal vez por el hecho de que Iván no aparecía.

—Luca, ¿cómo te ha ido en la escuela? —me pregunto la señora Davis de repente, me daba la sensación de que me trataba con su fuera su sobrino, o algo así, era muy dulce.

—Bien... pero todavía no me acoplo.—recordé los golpes del día anterior.

—No te preocupes, solo necesitas un poco de tiempo. —ya llevaba dos semanas y ya me habían dado una paliza.

—Si... eso creo. —comenzaron a servir la comida, crema de zanahoria, una ensalada y  rollitos de pollo con champiñones, no recordaba cuando fue la última vez que fui a una boda, pero pensaba que era un platillo típico de ellas. Había música en tiernas melodías y todos estaban conversando. Entonces note que la señora Davis observaba varias veces hacia la estrada.

—¿Su hijo no va a venir? —pregunte sin poder evitarlo.

—¿Iván? Me dijo que vendría, pero... ya se está haciendo tarde, debe venir en camino. —contesto con simpleza y una sonrisa para quitar su mueca de preocupación. —Les toco en el mismo grupo ¿no?

—Sí.

—Que bien, seguramente podrán ayudarse en las clases. —más sonrisas.

No creía que la señora Davis supiera de las adicciones que tiene Iván, es más, no parecía de esas mujeres que pasan la mayor parte del tiempo en casa, porque ya van varias veces que lo veo fumar sin ninguna vergüenza sentado en la banqueta fuera de su casa, ni siquiera los vecinos parecían preocuparse, como si fuera algo rutinario, ¿cuánto tiempo llevaría en esto?

—Entonces Amanda, ¿eres psicóloga? —mi abuela interrumpió mis pensamientos.

—Así es, trabajo en consultorio en la ciudad.

—¿Y tienes más hijos? ¿Aparte del mayor? —la abuela comenzó a preguntarle cosas a ella después de haber contado sobre sí misma.

La mujer carraspeo —No... Iván es el único hijo que tengo.

—¿Y tu esposo?

—Él no vive con nosotros.

Parecía que ese era un tema delicado para ella, la abuela entendió y dejo de preguntar para comenzar a quejarse de la comida.

Cuando sirvieron el postre la señora Davis se levantó después de murmurar un "permiso" y comenzó a caminar hacia la entrada, fue ahí cuando vi a Iván entrado, con un traje mal puesto y de mala gana. Pero aunque no estaba bien fajado y llevaba un listón de moño mal atado seguía luciendo increíble, era más alto que su madre por una cabeza, y su cabello negro brillaba con las luces, igual que en la fiesta. No le quite la mirada de encima hasta que el mesero me golpeo con el plato por accidente al haberlo ignorado cuando me pidió moverme. Me puse nervioso y comencé a disculparme como cincuenta veces.

La señora Davis regreso a sentarse, sujetando el brazo de Iván para que la acompañara, o tal vez para que no escapara, y lo hizo sentar enfrente de mí. Ahora que recordaba, la señora Scott parecía que no pudo llegar.

No creía que estuviera mirando a Iván tan fijamente durante la comida y el parecía no notarlo. Después empezó la fiesta, la pista de baile se abrió con un vals de los novios. Mamá no había cruzado palabra alguna con la abuela en lo que duro la ceremonia, ni siquiera conmigo. Después del vals todos fueron a bailar, la abuela y la señora Davis seguían manteniendo su conversación y yo observaba a la gente moverse, observe que Iván bostezo y saco su celular.

Intente hacer algo para llamarle la atención pero mi madre llego de repente y me tomo del brazo, para invitarme a bailar. Era una danza típica de bodas, le sonreí a mi madre lo mejor que pude, y ella intercambio unas cuantas palabras conmigo, recordándome lo mucho que me quería. Cuando el baile termino y comenzó otro, Logan, a quien le había perdido la vista apareció y me pidió si podía bailar con mi madre. Acepte sin más, quería alejarme.

Cuando iba de regreso a mi mesa, me detuve al observar a Iván en la parte de atrás del jardín fumando. Algo dudoso decidí acercarme hasta él.

—Hola. —salude mientras me quitaba un poco el saco, me había entrado el calor.

El me miro y espero a soltar el humo para responderme. —¿Todo bien?

No sabía a qué se refería con esa pregunta. Y de un momento a otro recordé cuando estaba saliendo del instituto.

—Si… —respondí suavemente. —Solo que me estaba saturando mucho con tanta gente. Ni siquiera los conozco.

—Debe ser terrible encajar con todos ellos. Entiendo que tu padre te haya abandonado y haya dejado a tu madre sola… —se encogió de hombros —el mío hizo lo mismo conmigo.

Intente sonreír —La verdad nunca conocí a mi padre.  

—Es mejor así. No tienes por qué conocer a ese tipo de personas, no se les puede llamar “padre” o “madre”. —lo decía con cierto odio.

Puede que lo que diga tenga razón, o no lo sé. —Solo quiero que esto ya termine.

—Tampoco escapes. —lo mire de nuevo, sin entender. —Desear que algo termine o desear que desaparezca no es una opción, tienes que aprender a ser valiente… de eso se trata la vida.

Me dejo un momento sin palabras. Volvió a inhalar el humo, mientras el cigarro se iba consumiendo y luego simplemente lo dejo salir lentamente, parecía que lo disfrutaba bastante.

Entonces me miro sonriendo —¿Que tanto me miras? —se veía divertido con mi situación. Tenía la mano derecha en el bolsillo del pantalón, y con la otra sujetaba el cigarrillo.

Desvié la vista rápido  y algo agitado —Nada... —trate de no escucharme tan nervioso y el seguía sonriendo.

Volvió a calar del cigarro. —¿Quieres un poco? —me pregunto después de haber dejado salir el humo. Yo observe como me extendía la pequeña y humeante arma asesina, lo mire a él, lo estaba matando.

—Yo... —se me saco la garganta, recordé lo de la fiesta y no sabía si el me reconocía, pero con esto, esperaba que no. —Amm...

—¡Luca! —el grito de madre llamo mi atención. Observe al frente mirándola un más despampánate y con el ramo de flores caminando hacia mí —Es el fotógrafo, hay que tomar una foto familiar.

Me tomo de la mano y me jalo con ella, me sorprende que no haya visto mi intento por comenzar a fumar, gire solo un poco para ver a Iván sonriente y volviendo a fumar. Me había salvado.

Aunque no del todo. Mamá me metió entre Richard y Logan y ella se acomodó a lado de él, me sentía pequeño, no quería estar aquí, no era un cuadro familiar, ahora sentía que estaba en un lugar donde yo no encajaba, así en el la fotografía solo salí con una sonrisa que parecía todo menos eso.

Notas finales:

Ojala les haya gustado.

Gracias por todos los comentarios. Nos seguimos leyendo.

Liby.


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