Capítulo 3
El que quiere azul celeste…
No esperaba que el pelirrojo se pusiera en ese plan ¡por amor a Dios! Para empezar dudaba que le creyera que el niño era suyo… Ambos estaban muy borrachos… Hubiera considerado normal que se negará a hacerse cargo del bebé pero no eso… No esperaba que básicamente lo estuviera obligando a aceptarlo en su vida y en la del pequeño que estaba esperando, no estaba de acuerdo, se había estado escondiendo, la idea de juntarse con el capitán de una tripulación tan llamativa y problemática lo hacía entrar en pánico.
Sintió las miradas de sus tres acompañantes clavadas en su nuca, ¿Cuánto habían oído? Tan bien que había escondido quien era el padre de su hijo y en un minuto se había ido al diablo, comenzaba a sentirse francamente mal, mareado… Esos tres… Eustass… No podía más, lo último que vio fue la mirada de repentina preocupación del pelirrojo antes de que todo se pusiera negro…
Abrió los ojos perezosamente… ¿Cuánto había dormido? ¿Dónde estaba? Se había desmayado… ¡su bebé! Bajó las manos a su vientre y suspiro de alivio al sentir el movimiento de su hijo debajo de sus manos, por un segundo se había aterrado… Una caída a esa altura de su embarazo era realmente peligrosa, miró a su alrededor un poco, reconocía el lugar… Estaba en el submarino… Se enderezó un poco.
-¡Capitán!- tres voces a la vez lo llamaron mientras Penguin corría a su lado para hacer que se recostará de nuevo
-Me desmaye…- susurro el ojeroso como esperando más detalles de que había sucedido
-No debe levantarse todavía capitán…- Shachi se había acercado también –A sido mucho por un día… Necesita descansar…- insistió el pelirrojo
-¿Eustass-ya?- pregunto a media voz dejándose recostar de nuevo en la camilla, resignado a no recibir más información
-Afuera capitán…- susurro Bepo, alzó ambas cejas por la respuesta –No quiso irse después de traerlo…- suspiró y cerró los ojos -¿Es cierto? Capitán… ¿él es el padre?- apretó los labios y se cubrió los ojos cerrados con el brazo
-Dile que entre… Ustedes esperen afuera…- susurro sin mirarlos todavía evadiendo el tema de forma obvia, no quería hablar de eso con ellos aún –Es una orden…- aclaró antes de que alguno se atreviera a replicar algo, los escuchó retirarse de la enfermería y segundos después los pasos del pelirrojo, abrió un ojo y se descubrió el rostro despacio
-Trafalgar…- por dios que dijera algo más… -¿Estas mejor?- escuchar a alguien como él preocuparse por su bienestar era casi irreal
-Estoy bien… Sólo fue estrés…- susurro desviando a mirada sin dejar de acariciar a su hijo, estaba realmente aliviado de que estuviera bien –Bepo dijo que tú me trajiste…- susurro –Gracias…- tampoco era un malagradecido
-No fue realmente nada…- el otro se encogió de hombros –Llevas un hijo mío en tu vientre…- suspiró al escucharlo insistir en eso
-¿Por qué…?- tenía que saber… Tenía que entender… Era obvio que no se lo iba a quitar fácilmente de encima así que necesitaba saber antes de dejarlo entrar en su vida –No te necesito para salir adelante… ¿Por qué carajos insistes…?-
-Ya te lo dije…- el pelirrojo se veía muy serio –Ese hijo también es mío…- quería más razones… No solo eso… Demonios –Tengo mis razones Trafalgar Law…- suspiró de nuevo aferrando un poco más su vientre
-Yo…- ¿Qué se supone que debía hacer ahora? ¿Debía permitir que Eustass se acercará? No quería arriesgar más a su hijo… Estaba confundido –Nadie debe saberlo…- susurro suave –Nadie debe saber que es tuyo…- cedió despacio, era la única manera que se le ocurría por el momento, lo vio meditar un par de minutos la respuesta
-De acuerdo… Pero te vienes en mi barco… sin el bicho ese….- frunció el ceño de inmediato
-No voy a dejar este submarino… No hay mejor lugar donde controlar mi embarazo, este lugar está más que preparado…- por supuesto que no le iba a dar gusto, ya estaba haciendo mucho con aceptar que se acercará a su hijo y a él.
-No me voy a meter en esta lata con esos tres…- supo que hablaba de sus tripulantes y no pudo evitar bufar un poco divertido por la manera de expresarse de ellos
-¿Miedo Eustass-ya?- era inevitable burlarse de él, lo vio cruzarse de brazos y reír, definitivamente dudaba que esa fuera una risa de felicidad… Casi daba escalofríos
-Ellos deberían temerme a mí…- estuvo a punto de darle la razón después de ver como relampagueaban sus ojos, pero aún tenía algo de orgullo
-No voy a ceder, no abandonaré esta “lata”- hizo unas claras comillas –Además aquí todos somos médicos así que olvídalo…- casi podía oír los dientes ajenos rechinar, el pelirrojo tenía una fama tan mala como su carácter y mentiría si dijera que estaba tan tranquilo como parecía pero no iba a dar su brazo a torcer.
-Bien- tan jodidamente seco que daba miedo –Pero traeré a dos o tres de mis propios tripulantes- eso no le hacía pizca de gracia pero asintió despacio cediendo a eso, definitivamente no lo dejaría escapar…
-Si tu desapareces también el gobierno sospechará algo…- último recurso para tratar de zafarse de él, o por lo menos no tenerlo ahí metido de manera permanente, tal vez podrían llegar a un acuerdo… No podía estar del todo de acuerdo aún
-Mi tripulación no desaparecerá…- frunció el ceño al escuchar eso ¿A qué se refería con eso? –Tú tienes un maldito submarino, no creo que te sea tan difícil seguir mi barco bajo el mar…- su ceño fruncido desapareció y alzó ambas cejas ¿realmente ese hombre era el mismo con fama de salvaje? Le parecía demasiado calculador –Ustedes no tienen que aparecer para nada… Solo seguirnos…- no le gustaba el plan, no le gustaba aceptar al pelirrojo en su vida… En su embarazo… Pero de alguna manera deseaba que su hijo tuviera un padre –Por supuesto que yo viajaré en esta lata solo para evitar que se les ocurra la maravillosa idea de desaparecer…-
-De acuerdo…- gruño de mala gana y cerró los ojos para no seguir viendo al pelirrojo –Ahora ve por tus dichosos tripulantes y déjame dormir…- suspiró y volvió a cubrir su rostro con una mano –dile a Bepo que entre…-
-Tienes suerte de tener un niño en el vientre…- no pudo evitar sonreír de medio lado al escuchar eso, ya suponía que de no ser por el embarazo ya lo hubiera asesinado –Nos vemos Trafalgar…- lo escuchó salir y al poco rato escuchó a su amigo entrar
-Ayúdame a llegar a mi cuarto… Me siento un poco mareado…- susurró, debía calmarse… No era bueno para el bebé
-En seguida capitán…- susurro y se acercó para ayudarlo a levantarse –apóyese en mí…- sentía a Bepo algo distante, probablemente por el pelirrojo… Estaba más que seguro que habían espiado el resto de la conversación y como no quería explicar más no comentó nada al respecto.
-Eustass-ya volverá con un par de sus tripulantes… se quedarán aquí Bepo…- se recostó en la cama y cerró los ojos
-Entendido capitán…- escuchó susurrar al oso polar y él suspiró, probablemente él, Shachi y Penguin estarían hablando de eso por días y no le perdonarían fácilmente el habérselos ocultado tanto tiempo, la vida en el submarino estaba por ponerse interesante… Y no en el mejor sentido…