Fueron 5 días que lo evité completamente. No atendí sus llamadas, no respondí sus mensajes, no comí en el bar, me iba mas temprano a la universidad en el tren y cosas así para no cruzarmelo.
Sus mensajes de texto me hicieron reír y a la vez me incomodaron. Los guardé porque su gesto de atención me conmovió, el como aumentaba un rincón de su ternura. Mensajes cortos demostrando una preocupación por su parte:
* Makoto, lo siento.
* Makoto, no quiero molestarte.
* No intento interrumpir en tus ocupaciones pero estoy preocupado.
* Hey! ¿Quieres que hablemos?
* Makoto maldito seas contesta.
* ¿A caso pasó otra cosa?
* Yo solo ... contesté a tus preguntas, no quise incomodarte.
* No me ignores...
¡Estúpido Sousuke! Se cree el centro de mi mundo. Solamente sentí miedo e inseguridad. No por las extrañezas que sucedieron mientras miraba sus ojos, sino porque en ellos no encontré nada, y estaba esperando encontrar una respuesta... ¡Y no! Había una pared... esa me dice que falta algo por descubrir, un mundo nuevo, un puente para llegar.
No lo entiendo, ya no entiendo nada en absoluto, ni que me pasa, ni que dudas al respecto tengo, tampoco se que me falta o que tengo que buscar detrás de la pared ¿No puede existir una puerta o tal vez una escalera para pasarla? Porque solo se eso, que tengo que pasar por allí, es un impulso asegurado. Ahora el `` ¿ Por qué quiero hacerlo? y el ¿Que hay después de ella? ´´Ya no lo sé.
Todo tan confuso que incluso llegue a pensar estupideces como poner a Rin en medio de esto. Es que Sousuke y Rin se complementan. Siempre juntos con semejanzas y diferencias, tan unidos manteniendo la misma frescura, tanta... confianza. Solo puedo pensar dos cosas: Sousuke sigue enamorado de Rin y eso se nota en su trato hacia él. Y lo otro es que la forma de acercarse a él es derribando esa pared que Rin parece pasar sin problemas.
Ya el sábado un día para despejarse, Makoto tomó la descisión de llevar a sus hermanos Ran y Ren un rato a la plaza por la tarde. Y que remedio mas efectivo es disfrutar momentos bonitos con sus hermanos.
- Ran, Ren! ¿Les gustaría comprar unas bebidas? En la tienda de la esquina. - les invitó Makoto algo agitado.
- Claro hermano! Te vez cansado... ¡Iremos a comprar nosotros! - contestó Ran al pedido de Mako.
- Mientras tanto busco algún banquillo donde sentarnos. -
- ¡Si! - respondieron los hermanitos en conjunto y corrieron hacia el almacén con el dinero en manos.
Makoto lucía bastante agotado después de pasar casi toda la tarde correteando con sus hermanos como si fuera un niño mas del montón. Un recuerdo mas adorable que ese siempre lo llevaría consigo.
Buscando un asiento, podía percibir a lo lejos, un reflejo conocido de una pareja que venía acercándose por el mismo sendero en donde este andaba. En segundos descubrió que eran Rei y Nagisa porque la voz del rubio eran tan fácil de recordar o la forma elegante que Rei caminaba, incomparables.
- Nagisa, Rei. - Les sonreí.
- Oh, ¡Mako-chan! Te ves bien, que alegría verte. ¿Cómo has estado? - Preguntó Nagisa con un tono de ansiedad.
- Bien. Algo exhausto por los estudios pero lo se llevar ¿Y ustedes chicos?
- Nosotros bien. Ibamos para tu casa justamente para invitarte a nuestra fiesta de bienvenida. - contestó Rei con una simpática sonrisa mientras se acomodaba las gafas.
- ¿Bienvenida? No comprendo.
- Si, Mako-chan, todo este tiempo te lo dijimos. ¿No lo recuerdas? Nos mudamos hace poco. ¡Vivimos juntos! - afirmó Nagisa frunciendo un poco el entrecejo mostrando confusión.
- Lo había olvidado. ¡Increíble! Me alegro mucho.
- Ahora debemos invitar a los demás. - dijo Rei estirando un brazo hacia Makoto para darle un papel pequeño y doblado a la mitad.
- Esa es la dirección. ¡Nos vemos el próximo sábado por la noche Mako-chan! - Nagisa se despidio siguiendo el camino junto con su novio.
Ran y Ren regresaron inmediatamente con 3 bebidas detrás de la despedida de los chicos. Descansaron un poco sentados y luego jugaron un rato mas hasta la hora de volver.
Lo primero que hice al llegar fue darme una ducha bien relajada. Luego de eso, mientras me secaba el cabello con la toalla, volví a despertar esas voces que viven en mi cabeza pensando nuevas complicaciones. Es que esta vez no lo pude evitar. Reunión en casa de Nagisa y Rei significa que van a estar todos, estar todos incluye a Sousuke, Sousuke significa dar explicaciones.
Así que, un poco titubeante, dando vueltas hasta decidirme, lo llamé.
- ¿H- Hola? - Pregunté al ver que no respondían del otro lado.
- Hola. Perdón, es que... es la primera vez que llamas ¿Ma...koto?
- Si...- suspiró.
- Tanto tiempo...-
- Si... Ehh... ¡Sousuke! Esta semana, digo... estos días deberíamos ignorarlos.
- ¿Fueron cinco? Me parecía como un mes... -
- ¡No exageres! Solamente que... No estaba cómodo. -
- Esta bien, fue mi culpa, lo siento tanto. No quiero estar lejos tuyo. -
Makoto se quedo unos segundos en silencio pensando que decirle antes de que Sousuke se diera cuenta que estaba rojo, azul, violeta y otros colores de tanta vergüenza.
- Eh, si. Fue raro encontrarme sin un acompañante dentro de mi rutina. - se dignó a contestar.
- Lo mismo digo.
-Bueno, entonces nos vemos en la semana, adiós. - Colgó bruscamente sin dejar que Sousuke pueda despedirse como corresponde.
Esos días, lo que se supone guardar como tabú, fueron un verdadero calvario. Volveríamos a ser los de antes. A partir de ahora ¿También debo construir una pared parecida a la de él? No, en definitivo no. Necesito sentir un acercamiento como lo hace con Rin, y con eso conseguir mi abjetivo, su amistad ¿su amistad? Estoy... pensando en otra cosa pero no creo que esta sensación sea de... ¡No Makoto, no! ¡Otra vez no!
El pecho arde, "se que esto es pasajero" me digo unas veces para calmarme, no quiero tener que pasar por todas esas cosas del amor de vuelta, ya renuncié a todo lo que tenía que ver con eso.
Y entonces... otra vez vuelve a pasar.
No puedo sacar de mi sus ojos penetrantes, su voz suave y agresiva a la vez, su perfume un tanto varonil que huelo en su auto, mas que nada cuando estoy junto a el, su pelo reboltoso, la risita tierna, sus manos grandes cuando las guarda en los bolsillos de la parte delantera del jean y hace que su cuerpo luzca de una manera... ¡Agh! ya no puedo seguir con esto. Siempre es un sentimiento bonito-negativo en principio, ya pase algo parecido, no debería ilusionarme, si ni siquiera se lo que me sucede. Esto, todo esto, me hace dar fiebre y el causante es una persona que casi ni conozco, que tiene a otra persona en su corazón. Por eso yo ... por esta vez voy a ignorar lo que siento.