Transcurrieron los días y en esos que pasaron Sousuke estaba viviendo en la casa de Makoto.
Sou se la pasaba jugando con los hermanitos menores Tachibana en sus ratos libres, los otros eran de estudio o en su trabajo provisorio que encontró no hace mucho en una pastelería.
De vez en cuando iba a comprar algún pastel solo para verlo. Me fascinaba como le quedaba la ropa de pastelero y me daba vergüenza decirle si podía tomarle una fotografía porque en el área de su trabajo me tenía que contener de hacer esas cosas, no quería que los demás me preguntaran si era un acosador o algo parecido. Prefería que solo con verlo ya en mi cabeza quede guardada por siempre una imagen de él con esa vestimenta sensualmente adorable.
Mi madre lo regaño mucho la primera semana que llevaba en casa. Sousuke era demasiado modesto a un nivel que superaba límites. Quería levantar la mesa, lavar los platos, ayudar a cocinar y hasta del poco dinero que le quedaba se lo daba a mi madre para cubrir sus gastos o para usarlo en lo que necesite. Todo eso porque vivía ahí, incómodo si no ayudaba en algo mínimo. No esta mal querer ayudar, ya había hecho mucho por nosotros aunque él no lo notara, por eso mi familia quería que disfrute su estancia en la casa sin tener cargas encima.
La cuestión problemática era que la señora Tachibana era la ama de casa del lugar y no le gusta que alteren "Su lugar de trabajo". Ella estaba muy feliz de que Sou viva en casa temporalmente, fue la primera en darle un lugar y si fuera mejor, le gustaría que viva con nosotros para siempre como un hijo mas. Le molestó ese simple hecho de que ande por la casa tan inquieto. Nadie le dijo que estorbaba pero de algún modo tenía esa molestía de creerse un inútil.
Era lógico que le cueste acostumbrarse a la convivencia con otra gente un tanto desconocida en algunos aspectos, en este caso le pasó con mi madre, y así le puede pasar con mi padre o mis hermanos. No puede sorprenderse por eso, lo mas fácil por hacer es entender la situación y tranquilizarse. Nosotros no íbamos a ponerle obligaciones, él es libre de hacer lo que quiera. Eso fue lo que la Sra. Tachibana quiso hacerle entender con los regaños, que se sienta cómodo. Tampoco es que Sousuke lo hacía apropósito, le gusta cooperar hasta en la mas mínima tontería. Su modestia era casi involuntaria, ya es costumbre pero por esta vez nosotros queríamos que se relajara.
Ya las otras semanas estaba mas calmado, y creo que es gracias al trabajo que encontró. Algunos días se trae algo dulce para cada uno de nosotros, a veces consigue de nuestros sabores preferidos. En verdad mima mucho a todos los Tachibana incluyéndome.
Los martes al atardecer pasaba por su trabajo justo cuando terminaba su turno para que vayamos juntos caminando hasta casa. A esa hora terminaba de hacer los recados en el supermercado que estaba a dos cuadras de la pastelería. Las cuadras de ese lugar estaban mas ocupadas en comercios que en casas. Las personas parecían hormigas de tantas que eran haciendo compras, era ese horario que salen a comprar para la cena de la noche, nada fuera de lo común. No era como si esas cosas me importaran tanto, solo que ver tanta gente e imaginar que deben ir muchos a la pastelería me hacía pensar a un Sousuke muy cansado entre tanta clientela. Eso me intranquilizaba de alguna forma y si él leyera mi mente llena de pensamientos sobre él, apuesto a que me dejaría por parecer enfermo obsesivo. Es que es imposible no pensar en alguien que amas, no se puede evitar. ¿Pensara en mi en estos momentos como yo lo hago con él? Siempre me lo pregunto.
Me había comentado que ahorraba de a poco para comprarse una casa y este trabajo le quedaba perfecto porque no perjudicaba sus estudios. Manejaba bien todas las cosas, hasta noté como estaba mas relajado desde que no vivía en casa de sus padres. No toque ese tema por ahora porque no me parece el momento, se que mas adelante vamos a tener que enfrentar esa parte incógnita de su vida.
Estaba feliz de que tenga metas, de su nuevo trabajo, de que viva en mi casa y verlo todo el tiempo, de tener mas besos, abrazos, caricias de su parte. Absolutamente con todo me sentía completo en conformidad.
Me preocupaba un poco que de tanto chocolate consumido pueda perder mi figura, subir de peso, ser menos atractivo y eso se lo decía desvergonzado porque me encanta el chocolate, no puedo negar el comerlo y si Sou me los regalaba mucho menos los puedo rechazar, solo esa inseguridad de ser menos atractivo y que no quiera estar mas conmigo por salirme de la línea me asustaba.
Yo se lo decía como si fuera algo realmente grave y Sousuke sacaba esa risita típica de burla tierna. Todo porque siempre le doy varias vueltas a asuntos pequeños como esos haciéndolos mas grandes. Aunque antes de que pase eso él tiene las palabras adecuadas para calmarme.
-Te amo mas por el interior, ese chico lindo que sale tan natural. - Dijo de la nada despues de anteriormente reírse.
- Sousuke... a veces dices cosas para avergonzarme tanto. Lo peor es que son lindas.
- Son tus acciones ingenuas las que hacen ponerme en modo romántico.
-Me siento un idiota pensando tan inseguro en esas tonterías.
- Estoy enamorado de tal y como eres Makoto. Muy bello en todos aspectos. - Recalcó esa última parte con un beso que acompañe la situación.
Con una persona tan cursi cerca, y que ese sea tu pareja, para algunos puede parecer de lo mas idiota. Para mis sentidos él me pareció ser la excepción entre los "idiotas cursis" porque no es molesto cuando hace comentarios lindos sobre mi, no los hace todo el tiempo, siempre los hace en el momento mas adecuado, en el preciso instante que necesitas para tranquilizar tu alma y acelerar tu corazón.
Esos mínimos fragmentos que a Mako lo hacen muy feliz son los que desea devolverlos de la manera que sea. No encuentra un regalo, una comida, un beso, ni tampoco las palabras de agradecimiento por tanto afecto. Nada se compara a lo dulce que es su novio, incluso mucho mas dulce que esos pasteles que le regala.
Tampoco es como si Makoto se quedara atrás en ser romántico, suele ser mas tímido para expresarse pero no significa que sea menos amoroso. Él es un resplandeciente talismán que Sousuke lleva consigo a todas partes ya sea en fotos, en sus recuerdos o en su vida, porque ahí esta el mas puro amor de dos personas que de a poco se va desbordando al ser tanto.
¿Cómo van a ser capaces de controlar los nuevos impulsos que se encuentran en el camino? Todavía falta un poco mas por recorrer. Lo dulce, lo salado, lo agridulce...
Un cobarde huye de lo mas hermoso que es experimentar el amor correspondido; ellos están tan completos juntos que van a seguir dando pasos agigantados en la relación sin siquiera darse cuenta.
El amor no es mágico, el amor hace mágicas a las personas.