Continuando en la rutina de los siguientes días que por alguna razón dejó de ser la usual, la que alteró ese niño de manera particular, con Sousuke sacamos una conclusión: el pequeño solo busca atención y ahora que hicimos ese acuerdo no nos quiere dejar en paz. Es el demonio en el cuerpo de un niño.
En el comienzo era ir a jugar con él y mis hermanos, pero mas adelante quería que le compraramos cosas y a lo último nos obligaba a ponernos en total ridículo frente a las personas. Nosotros somos los idiotas que obedecen a un enano diabólico que hace lo que quiere con esa extorsión.
¿Qué es peor? ¿Qué sepan la verdad o vivir como esclavo de un niño?
De todas las estupideces que nos había obligado a hacer, como ejemplo cuando lanzamos piedras a la casa de un vecino que el odiaba, hubo uno de esos caprichos que para mi fue lo que me sacó de quicio haciendo a mi paciencia desaparecer. Es que ¿Pensaba tenernos como sus monos personales toda la vida? Esta locura tenía que finalizar y eso que siempre soy comprensivo con las personas e intento entenderlas lo mas que puedo, nunca busco pelea, no soy de enojarme sin sentido. Esta vez esa delgada línea se rompió e hizo que me enfurezca. Ya era mucha humillación.
Íbamos los tres a buscar helado a unas 7 cuadras de mi casa, esta acción la repetíamos tres veces a la semana. Él era un fanático de los helados y pedía que le compraramos. Sousuke a veces no nos acompañaba por el trabajo de la pastelería que ocupaba en ese horario. El enano lo miraba con malos ojos cuando Sou se negaba, pero no era excusa, sabía que trabajaba por eso le permitía que "Se escape" con la condición de traerle bombones de chocolate o algún pastel de eso mismo. Ese día no estaba en su labor, así que fue con nosotros.
Antes de llegar a la heladería, el niño se detuvo en la entrada de una casa X. Miraba extrañado con curiosidad cada detalle. Sousuke y yo también fijamos la vista en ella, estaba muy maltratada, descuidada, ventanas con vidrios rotos y un pastizal alto en el jardín delantero sin flores o perros.
Se trataba de una casa abandonada sin nadie ocupándola. El niño no era tonto, eso lo sabía y quiso entrar como sea. Miramos alrededor por si venía alguien y con cautela entramos por las ventanas. No queríamos, él nos obligó.
El interior era oscuro, con muebles antiguos maltratados y vacíos, había cajas por todas partes, la mayoría de ellas tenían libros acompañados de insectos. Abrimos la heladera y estaba llena de cucarachas. Esa casa era la mas asquerosa, deplorable y aterradora que vi en mi vida.
Quería irme lo mas antes posible, no me gustaba estar ahí, menos perdiendo tiempo. Insistí para ir por los helados y el mocoso me ignoró para continuar revisando las cajas.
Sousuke siempre callado, se sentó en el suelo a esperar que el pequeño acabe con su búsqueda de quien sabe que cosa.
Entre esas cajas había una desigual resaltando entre las otras. Cuando la abrió con ayuda de nuestra parte encontramos ropa. No parecía estar maltratada, tenía ese olor que tiene la ropa guardada por mucho tiempo pero no estaba en malas condiciones.
Él nunca había visto ese tipo de ropa. Era lencería femenina, tela de encaje, transparencias, camisolas de seda, trajes de conejita, orejas y colas de gato, etc.
La situación era incómoda, él no entendía mucho y si preguntaba algo no se como responder. Con Sousuke no pensábamos en otra cosa mas que en irnos del lugar. Pero él era persistente, me miró con esa seriedad usual dándome uno de esos trajes para que me lo pruebe. Era para saber como "Quedaban puestos y en vista de otros".
Me negué tantas veces como pude hasta que Sousuke le dijo al niño: " - Si lo hace luego nos vamos ¿Okey? - "
Aceptaron ese acuerdo a pesar de que Makoto dudara un par de veces antes de aceptar. Ese era el único plan para salir de allí.
Ya vestido con timidez se acercó hasta donde estaban los otros dos colorado a mas no poder y mirando al suelo.
Al menor de ellos le agarró un ataque de risa y se revolcaba en carcajadas por el piso frío. Señalaba las orejas de conejo y cuando miraba la cara avergonzada de la víctima volvía a reir fuerte sin poder parar.
Sousuke no tenía alguna reacción especial, se sorprendió un poco con un leve sonrojo sin quitarle la vista de encima.
Makoto ya no resistió mucho mas, enojado por la humillación se desquitó con el niño.
La reacción de los dos superó mis expectativas, llegué al punto de enojarme por esa actitud, estaba tan avergonzado porque me sentía un payaso. Le dije cosas hirientes al enano como que era un malcriado manipulador y un idiota que ya no me importaba lo que diga o no de nosotros, estaba cansado, alterado. Me rendí.
Al final me dio un poco de lástima verlo llorar, imaginé que se acercaría a pegarme pero ni siquiera hizo el intento. Corrió fuera de la casa y nos dejó solos en silencio.
Después de que pasó el momento de tensión me di cuenta lo equivocado que fui al insultarlo así y de que ahora seguramente contaría a todos sobre nuestra relación o lo que vio.
Makoto se sentó en el suelo junto a Sousuke, los dos se miraban preocupados esperando a que tal vez el niño decida volver aunque no lo hizo.
- Siento todo esto, ya no aguantaba más. - Se disculpó el castaño.
- Yo tampoco soportaba mas, era demasiado ridículo para lo que somos, no merecemos ese trato y menos de alguien que puede ser nuestro hermanito menor. Pero ¿Sabes? No fue tan malo.
- ¿Por qué? Para mi pareció un infierno.
- Al menos te pude ver con ese traje tan sexy.
- ¡Sousuke! ¿Cómo puedes pensar eso pervertido en un momento como este? Estoy preocupado... - Se avergonzó Makoto.
- También me preocupa lo que esta pasando pero es cosa del futuro, de cuando nos vayamos de esta casa. No adelantemos los hechos y tranquilizate. - Le acarició el cabello - Pienso lo bien que te ves con eso puesto y se me olvida todo. De verdad, eres tan hermoso que no controlo mis deseos hacia ti.
Makoto estaba tan feliz de escuchar esas palabras. Lo único que salía de el era ponerse nervioso y mirar para el lado contrario de donde estaba Sousuke.
- Bueno, me cambio y nos vamos. - Le dijo Makoto parándose del lugar a buscar su ropa.
- Hmm... No te me vas a escapar esta vez. - Respondió Sousuke agarrándolo de las piernas haciéndolo caer justo donde él estaba.
A Makoto eso le dolió, fue brusco y repentino. Hasta claro, comenzar a besarse olvidando el dolor.
Lo hacían cada vez mas desesperados acortando sus respiraciones. Al terminar ambos se relamian los labios esperando mas de eso y Sousuke sin tanta vuelta fue directo:
" - Quiero hacerlo."
Makoto no respondió nada y dejó que Sousuke se apodere de él.
Este lugar estaba ambientado en un oscuro parecido al de un episodio anterior.
Le quitó todo lo que llevaba encima dejándole solo el bóxer. Lo hizo despacio, disfrutando con la vista. La luz que entraba por la ventana lo ayudaba. No quería apresurarse, lo hizo un poco al quitarle la ropa tan rápido, aunque si se trataba de saborear cada parte, lo haría lento para después no arrepentirse.
Los besos que le daba recorrían cada parte de su cuerpo, brazos, piernas, el pecho, abdomen y la parte donde mas se quedaba, el cuello. Era como un dulce néctar que lo alimentaba.
El cuerpo de Makoto era una maravilla para Sousuke. Sus ojos brillaban tanto como la primera vez que lo miro en esa reunión. Mako sentía vergüenza, se volvió a enamorar del color extraño de los ojos de su novio, esa mirada de él lo derretía, no quería que se detenga, necesitaba mas y tiró de su remera para darle una señal que el correspondido entendió enseguida: Que se quite la ropa también. Sousuke dejó su campera y demás debajo de Makoto para que no sienta frío en el suelo.
Continuaron en un juego de besos interminables en ropa interior. Sousuke le mordía el labio inferior con esas ganas de comérselo entero y Makoto no pudo evitar gemir entre tantos mordiscos que Sou expandía por todo su cuerpo.
Se olvidaron de la razón que los llevó a excitarse tanto, tampoco pensaban en el lugar donde se encontraban. Estaban en el paraíso soñado.
El cuerpo de Makoto era tan increíble que su novio no quitó la vista de encima ni un segundo, tampoco sus manos se detenían. Como adoraban sentir el choque de sus pieles. Los movimientos y pequeños gemidos que aparecían se iban multiplicando encendiéndolo a Sousuke por completo.
A pesar de que la casa tenía ventilación, sus pieles estaban sudorosas, lo que hacían era la causa. Tenía a Makoto debajo suyo con esos tiernos pezones que lo tentaban. Lamía alrededor de ellos, luego los succionaba. Estaban en otro nivel, en el camino mas intenso de ese juego. Sus miembros erectos lo decían todo.
Le quitó la última prenda que le quedaba dejando a Makoto en todo su esplendor físico al descubierto. No tardó demasiado en masturbarlo, lo hacía justo como a él le gustaba, movimientos lentos pausados, luego aumentando la velocidad.
Cada vez Makoto se agitaba mas, ya no iban a resistir tanto tiempo. Sousuke admiraba en que buena posición lo tenía. Se quedó un rato mas explorando el cuerpo ajeno lamiendo el lóbulo de su oreja para no perderse nada.
- T-tu también quitate el bóxer. - Le ordenó Makoto.
Sousuke hizo una sonrisa leve deteniendo su juego con la lengua y se alejó un momento para hacer lo que aquel le pidió. No se llegó a acomodar de vuelta y Makoto se acercó para observar mas de cerca el cuerpo entero de su chico.
Ese hombre rozaba la perfección según la reflexión que hizo.
Volvio a dejarlo debajo de él y pegaban sus cuerpos para sentir eso que tanto les gustaba, ese tomó esa parte de los pezones que amaba. Los masajeaba y de a ratos los succionaba.
Makoto ya no recordaba nada, ni siquiera si había experimentado tanto placer en su vida. Él no se quedó atras. Despacio acercó sus manos hasta el pene de Sousuke acariciándolo despacio. Con solo ese acto, Sou enloqueció. Le rogó que se lo haga mas rápido.
Tal vez Mako no lo admitiría jamás, prefirió guardárselo para si mismo ese pensamiento de Sousuke, de eso que tenía entre las piernas era llamativo y enorme. No le salen las palabras, mucho menos en el momento en el que estaban.
Notó que Sou le abrió las piernas entonces se lo preguntó:
- ¿Qué harás Sousuke?
- Lubricarte esa zona ¿O prefieres hacerlo por tu cuenta? - Preguntaba decidido.
- Esta bien, hazlo. - Aceptó Makoto un poco nervioso y llevando la mano de este a su boca.
A Sousuke le pareció estar en un sueño, no se negó a que él lo haga .Tenía sus dedos con saliva y le hizo los honores permitiendo hacer el resto del trabajo.
Primero metió un dedo viendo como el cuerpo del castaño se estremecía por la acción, luego introdujo un segundo con sutileza haciendo un mínimo movimiento con ellos. Sentía ese interior húmedo, ya no importaba si había un tercero por meter, Makoto perdió toda conciencia sin mas por sentir. Ya no eran gemidos sino gritos lujuriosos pidiendo mas.
No aguantaban mas tiempo, sacó sus dedos del lugar sin ya soportar mas y se puso en rápida posición para entrar en él.
Apenas metió la mitad escuchó un gemido con su nombre, eso hizo que termine de entrar por completo. Se detuvo allí unos segundos para acostumbrarlo a que este dentro y luego comenzó a moverse con fuerza, aumentando la velocidad de acuerdo a como reaccionaba el de abajo.
Estaba conteniendo una parte mas de esa potencia, pero como era la primera vez de su amor no quería excederse.
Eso fue solo hasta que escuchó como Makoto dijo "Sou, más" entonces ya sacó toda su energía que contenía disfrutando al máximo. El otro lo ayudaba moviéndose un poco y repitiendo ese "Sou" que tanto le encantó escuchar.
Ese placer que parecía sin final se concentró al mismo tiempo en ellos dos como un volcán en erupción acabando por fin tirados en el suelo debilitados.
Se miraron todavía algo agitados, correspondiendo a un dulce beso para luego ya sin que pasara mas de un minuto Sousuke cerrara los ojos y se duerma. Makoto todavía despierto lo miraba con ternura suspirando y apoyándose en su pecho para también quedar dormido.