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Relato Sobre un Amor por MikiPever

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Mi madre me recibió en la entrada, estaba preocupada porque mi horario de llegada había pasado hace mucho. Le expliqué la situación y entonces ya mas tranquila se presentó con Sousuke.

- Me presento: Mi nombre es Yamazaki Sousuke y soy amigo universitario de Makoto. Un gusto conocerla señora ¿Tachibana?

- Buenas noches! Si, Sra Tachibana o para menos formalidad "Mama de Mako" - Le mostró una sonrisa al mas alto - ¿Te gustaría pasar un rato? Para mi no es ninguna molestia. Además llama demasiado mi atención que Makoto tenga un amigo fuera de lo que es "Iwatobi" 

- Le agradezco su invitación pero ya es tarde y mañana tengo que ayudar con unas cosas en el local de mis padres. 

- Vamos... no seas tímido, un rato solamente. - insistió ella.

- ¡Madre ya basta! No insistas, debe estar cansado. - Se entrometió Makoto con una expresión tan vergonzosa que lo decía todo.

- Esta bien, un rato no me puede afectar en nada. - respondió Sou cambiando de opinión repentinamiente aceptando la invitación.

Ya dentro, dejó su campera apoyada sobre el respaldo de la silla del comedor y en la misma se sentó esperando el vaso de limonada que le traerían.

Makoto por su parte, en vez de sentarse andaba deambulando de aquí para allá. Sacó unos papeles de la mesa, también el florero y un delicado cenicero sin usar que parecía ser un adorno mas como otros que se encontraban dispersos en la casa. Al rato volvió a aparecer con platos en sus manos. Sousuke quiso ayudarlo pero él se negó junto con su madre quien justo apareció para entregarle su vaso de limonada. En sus planes no estaba quedarse para comer aunque tampoco quiso negar la propuesta e irse.

Ya casi era hora de cenar, Sousuke se relamía en el interior por el olor exquisito proveniente de la cocina que parecía ser de una comida al dente.

2 minutos antes de que todos se acerquen a la mesa, los pequeños Ran y Ren se presentaron ante el amigo de Mako.

- Mi nombre es Tachibana Ran, soy la hermana favorita de Makoto. Un gusto conocerlo. El es Ren - se presentó la niña y golpeó a su hermano para que salude al invitado.

- ¡Hola! Soy Yamazaki Sousuke, amigo de su hermano y también es un encanto para mi conocerlos. 

Los menores Tachibana se sentaron del lado donde Sousuke se encontraba, uno de cada lado y con la misma confianza que Makoto suele tener para dialogar, lo hicieron ellos. Sou por su parte casi nunca interactuaba con niños, por eso al principio no sabía como era la manera mas correcta de dirigirse a un par de niños bonitos hasta que de a poco fue adaptándose a las conversasiones.

Esa noche eran seis en la mesa, algo inusual para la familia que solo conocían pocos amigos de Makoto. Hasta el mismísimo padre se tomo un momento en la mesa para preguntarle a Sousuke como hizo para que su hijo vuelva a ser el de antes.

¿A ser el de antes? ¿Qué cosas andaba diciendo mi padre? ¿Había notados cambios que otros no? Me recordó tanto a Sousuke cuando esa vez comenzamos a hablarnos en casa de Haru. Y pensar como soy diariamente para luego verme tan deprimido, no es tan difícil de descubrir a pesar de las mentiras que utilizé para cubrir mi estado de ánimo. Pensándolo mejor, sí. Todos sabían la verdad de como estaba pero el único capaz de abrir mis ojos fue un completo desconocido que hoy es muy importante para mi.

Un buen ambiente rodeado de gente amable, linda y divertida que Sousuke no quería dejar de visitar. Así que prometió venir otras veces para jugar con Ran y Ren. Esos dos le habían tomado un gran cariño en solo unas horas.

Se despidió de todos y Makoto lo acompañó hasta la puerta.

- Bueno, nos vemos en la semana. Muy linda tu familia. 

- Gracias y buenas noches. - Makoto estiró su brazo para darle un "saludo de manos".

-hmm... - Reclamó entre dientes Sousuke tirando del brazo de Makoro para que este se acerque y poder darle un beso en la frente.

- ¡Y-ya vete! - desvió la mirada que ya chocaba demasiado con la de Sousuke.

- Adiós - Dijo mientras se giraba para irse pero antes se detuvo nuevamente - Había olvidado preguntarte ¿Vas a la bienvenida que organizaron Rei y Nagisa?

- Claro. Son mis amigos, no puedo rechazar su invitación. Es un evento importante para celebrar. 

- Pregunté porque como van a estar Rin y Haru tal vez no querías asistir. 

- Iré. Tengo que enfrentar mi realidad. Además, creo que ya estoy superando la situación. 

- Ya veo. Eso me alegra, mas para mi. Nos vemos allá entonces adiós.

La noche estaba hermosa y después de dormir tanto en el auto el sueño desapareció. Pero eso era lo de menos. Mas insoportable que el insomnio son los pensamientos que vienen junto a él. Y ya acostado en la cama no podía dejar de dar vueltas con la cabeza acumulada de tonterías dentro. "¿Cómo terminé durmiendo tan cercano a él? ¿Qué quiso decir con `mejor para mi´ ?" Estaba mareado entre tantas preguntas sin respuestas.

En ese intermedio que pasó, escuché un golpe en la puerta de mi cuarto. Resultó ser Ran con algo en sus manos.

- Hermano. Tu amigo Yamazaki se olvidó su abrigo. 

- ¡Olvidó llevarselo! Bueno, no importa. Cuando lo vea se lo entrego. 

- ¿Cuándo van a volver a verse? ¿Puedo acompañarte? 

- Te llevaría pero a Sousuke no le agradan las niñas que andan despiertas a estas horas de la noche. 

- ¡Okey, okey, ya me acuesto! - dijo refunfuñando mientras encaminaba a su habitación.

Sentimientos encontrados, confusiones, preguntas sin respuesta, inseguridades, torpeza, despesperación y un relato que contar.

Makoto por su parte, volvió a su mundo de nube en el que vivía metido. No recordaba ya porque estaba tan confundido. Entonces volvió ese hombre a seguir presente en su cabeza recordándole que estaba pasando por situaciones a las que uno puede llamarle "destino". Esto de los caminos unidos puede relacionarse, es casi un claro ejemplo de la misma palabra. Aunque para alguien confundido que saca conclusiones propias y torpes no era así.

Ya en mi cama de vuelta, esta vez sentado con la campera que Sousuke olvidó, apretándola contra mi pecho, pude olisquear el perfume que lleva impregnado en él. Tal vez era uno o dos talles mas grandes que el mio, seguramente que si pero ya no quería seguir detallando cada fibra de su ser, la sensación causada me impresionaba, me hacia parecer un poco obsesivo en cierta parte. Lo que quería era ya no pensar para conseguir dormir.

Y no logré engañarme ni a mi mismo.

Mi pulso acelerado y el aroma del abrigo cada vez mas fuerte que a los minutos ya se prolongaban esas cosas inexplicables, hasta el beso que me dio en la frente quemaba esa noche. No tuve otra opción, estaba exaltado y no encontré otra salida. Para ser franco, hacía mucho que no pensaba así en alguien. Con Sousuke estaba delirando, y es tan atractivo que como negarlo, me excita.

Makoto se recostó tapándose con el abrigo de Sousuke, y no porque tenía frío, sino para poder sentirse un poco mas inspirado de lo que ya estaba.

Con un poco de lentitud al comienzo, casi para no parecer que lo hacía pero si lo estaba haciendo, se desabrocha el pantalón y acaricia su miembro por encima del bóxer para comprobar lo que ya se sabía. Estaba duro.

Estaba arrepintiéndose de esto, tenía encima suyo la campera, intentaba zafarse de la situación, quería calmarse, no le parecía nada correcto hacer esto pero que mas podía hacer cuando ya tenía esa idea en mente. Dudó un instante y volvió a frotar esa zona para asegurarse, esta vez metió la mano dentro de su ropa interior. Mas adelante bajó su bóxer hasta las rodillas para mas comodidad.

Al principio con movimientos lentos, pausados y suaves. Agarraba su pene con fuerza e intentaba no emitir gemidos. Mordía fuerte una manga del abrigo para no hacer ruido cuando cambiaba el ritmo de sus movimientos que cada vez se hacían mas rápidos aumentando el calor en su cuerpo. Sentía como el líquido preseminal aparecía, necesitaba mas acción, su cuerpo le exigía mas, por eso su ocurrencia de lubricarlo no le vino mal. Escupió su mano para ubicarla en el mismo lugar que estaba, aunque ahora mas húmedo y estimulado haciendo el resultado muy placentero, apretando la punta de a rato, subiendo la velocidad de arriba hasta abajo tantas veces hasta llegar al punto máximo del final imaginándose que sería de él si Sousuke lo llegara a tocar en un momento así. En eso recordó que el abrigo aún lo estaba cubriendo y quiso quitarlo pero no llego a tiempo. Ya había terminado. Llevaba consigo una mezcla de agitación y alivio.

 


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