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Destronado por MyDarkestDesires

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! Cuanto tiempo sin subir conti. Ya esperaba encontrarme comentarios con amenazas dem muerte por no haber actualizado XD

Este mes y medio ha sido un auténtico caos. Tenia que hacer un proyecto (el cual presente esta semana) en el que tenia que desarrollar un producto desde cero. El tema es que no nos han enseñado a hacer nada ni a modelar en 3D ni a hacer estudios de mercado y muchas cosas más. Y para colmo nos cambiaban las fechas de entrega cada dos por tres. No sabia lo que tenia que hacer ni para cuando. Y cuando me dijeron que tenia que entregar los planos de mi producto antes de que siquiera me aceptaran el proyecto fue el colmo...En fin que me volvi bastante loca

 

Siento todo el tostón pero necesitaba desahogarme :)

Obito se refugió detrás de mí temblando como una hoja. El color se había drenado de mi rostro. Estábamos en problemas.

Tragué saliva meditando en una respuesta que satisficiera lo suficiente al Uchiha como para no matarnos en el acto. Pero la ira venció al sentido común y al pánico y, las palabras que pronuncié no fueron las más adecuadas para salvarnos el pellejo pero eran la verdad.

-Estoy haciendo lo que nunca has hecho en la vida: preocuparme por tus seres queridos- le espeté-. Has abandonado a tu tío cuando más te necesitaba. No solo me traicionas a mí, sino a tu propia familia.

Cerré los ojos, esperando el picor de una bofetada en mi mejilla pero, para mi sorpresa, Sasuke no hizo nada. Simplemente, se dedicó a mirarme con los ojos abiertos como platos. Tal vez, al fin y al cabo, mis palabras habían sido las correctas.

-Gracias-murmuró-. No tenías por qué hacerlo.

-Sí tenía-repliqué airado-. No puedo permitir que tu familia oculte a uno de sus miembros en las sombras porque se sienten avergonzados de él. Él también es una persona y tiene sentimientos y necesita ayuda, ayuda DE SU FAMILIA.

Sasuke miró a Obito quien seguía semioculto. Obito desvió la mirada, asustado.

-¿Qué le pasó?-dije entre dientes.

-No lo sé. Nadie lo sabe. Puede que ni siquiera él mismo lo sepa.

La ansiedad causada por el fortuito encuentro con su sobrino, fue el detonante para que Obito sufriera una crisis. Sus alaridos inundaron los jardines y las enfermeras corrieron alarmadas hacia nosotros.

-¡No hagas daño a Tobi, no lo hagas!-chilló desesperado-. Tobi es un chico bueno y lo seguirá siendo.

Las enfermeras lo arrastraron de vuelta a su habitación y él se aferró con una fuerza inhumana a las paredes, dejando la marca del camino que trazaban sus uñas.  Por fin consiguieron amarrarlo a la cama. Un enfermero se acercó a él con una aguja llena de un líquido transparente. Cuando Obito lo vio aproximándose, comenzó a revolverse con mayor ímpetu y desesperación.

-¡No! Tobi no quiere más inyecciones. Tobi no está enfermo. No más…no más…-su vista se nubló por las lágrimas-. Por favor, hermano no dejes que me hagan esto…

Poco después, Obito se quedó dormido. Lo habían sedado lo suficiente para que permaneciera el resto del día dormitando. Me senté en una tosca silla que había al lado de su cama cubierta por aburridas sábanas blancas. Acaricié su mano. Nadie se merecía pasar por lo que estaba pasando Obito. Era una criatura inocente y jamás había hecho daño a nadie.

Sasuke se alejó y desapareció tras la puerta. Alarmado, corrí a buscarlo.

-No-le agarré de la manga de su pulcra camisa. Una arruga se formó trepando a lo largo de la manga-. No puedes irte y dejarlo así.

-No puede ni verme. Además, es obvio que te prefiere a ti.

-Pues haz que eso cambie- le espeté-. Quédate con él.

Él regresó a la habitación a regañadientes. Era la primera vez que lo veía tan inseguro de algo y una sensación de regocijo recorrió mi cuerpo al haber presenciado un momento de debilidad del frío y arisco Uchiha.

-Estoy preocupado-comenté meditabundo-. ¿Qué quería decir eso de no más inyecciones?

-No es la primera vez que lo sedan-respondió Sasuke sin darle importancia.

-¿Y qué me dices de lo último que ha dicho? Le estaba rogando a su hermano…

-Él no tiene hermanos pero consideraba a mi padre como uno. Obito es en realidad el hermano de mi madre-murmuró más para sí mismo que para mí.

-Debió pasarlo muy mal tras su muerte…

-Él no se enteró de su muerte. Él ya estaba así cuando padre murió.

***

 

Unos días después fui a visitar a Obito. Para mi sorpresa, Sasuke se encontraba ahí. No creía que fuera a seguir mi consejo a menos que me presentara en su casa y lo forzara a venir conmigo. Sin embargo, ahí estaba intentando ganarse la confianza de Obito. El doncel se ocultaba tras un árbol mientras Sasuke le hablaba en tono quedo. Obito dudaba si acercarse o no al menor de los Uchiha. La escena me recordó a un cazador intentando acercarse a un asustado cervatillo. A la mínima echaría a correr.

Cuando reparó en mi presencia, Obito corrió hacia mí y saltó abriendo sus brazos para recibirme con un gran abrazo.

-¡Naru-chan, has venido!

-¿Cómo te encuentras?

Él miró a su sobrino, receloso.

-Creo que intenta ser tu amigo-expliqué.

-Pero yo no quiero-protestó.

-Deberías darle una oportunidad Obi-chan.

-¿Es tu amigo?-preguntó inocentemente.

-Algo así-dije a regañadientes. La pregunta había sido como un puñal en mi corazón pero por el bien de Obito, opté por lucir mi mejor sonrisa y asentir.

Cuando Obito pasaba a ser Tobi, se comportaba como un niño. El teme se veía incómodo a su alrededor. Algo me decía que no le gustaban mucho los niños. ¿Cómo podía haberme imaginado una vez sosteniendo un bebé del Uchiha entre mis brazos? Ahora la idea me parecía ridícula pero en su momento me llegó a ilusionar. Agité mi cabeza tratando de despachar esos pensamientos de mi mente. Estar cerca del Uchiha no me hacía ningún bien.

El móvil del teme sonó. Abandonó la estancia presurosamente para atender la llamada dejándonos a Obito y a mí solos.

-Eh, Naru-chan-susurró Tobi entusiasmado-, juguemos a los espías.

Lo miré interrogante.

-Sígueme-susurró haciendo aspavientos con las manos apremiándome a seguirle.

Caminamos por los pasillos lentamente, de puntillas, tratando de no hacer ruido. Más allá se oía el murmullo de una conversación.

-¿Entonces lo tienes?

Cuando estuvimos lo suficientemente cerca, logré distinguir la voz de Sasuke. Tobi se llevó un dedo a los labios, indicándome que permaneciera en silencio.

-¿Dónde quedamos para la entrega?

Hubo un silencio. Quien fuera con quien estuviera hablando debía estar respondiendo.

-¿Y qué precio es ese?

Otro silencio.

-¿Nunca te han dicho que eres una zorra rastrera, Gaara? Tenemos un trato. Cumple con tu parte.

El corazón me dio un vuelco. Gaara era la persona de la que menos quería oír hablar.

Volví a la habitación de Obito, negándome a escuchar nada más. Me senté sobre el colchón y hundí mi cabeza entre mis manos. Respiré hondo. Otra vez. Y otra.

Cuando por fin logré calmarme, el estruendoso golpe de la puerta me sobresaltó. Obito había entrado y estaba arrastrando la única silla de la habitación para atrancar la puerta. Sonreía como un niño que acababa de cometer una travesura. Alzó su brazo derecho, mostrando con aire victorioso el móvil del teme.

-Ey, Uchiha, ¿estás ahí?

Obito, o más bien Tobi, me tendió el teléfono. Lo cogí no sin cierta duda. Me nordí los labios. Tenía ante mí una oportunidad de obtener una pequeña venganza, de desquitarse un poco con Gaara. Me morí el labio, indeciso.

-Sasuke está ocupado-dije en un tono sugerente.

Al otro lado de la línea se formó un tenso silencio.

-¿Creías que eras el único?- siseé.

-Jajaja. ¿Crees que me importa con cuántas zorras se esté acostando el Uchiha? Si quieres cabrearme vuelve a intentarlo.

Me quedé atónito. Jamás había tratado con una persona como Gaara y mi plan de hacerlo sentirse ridículo acabó volviéndose contra mí. Ahora era yo el que me sentía ridículo.

-Tranquilo, te lo vuelvo a pasar para que fijéis vuestro siguiente encuentro sexual.

-Vaya, vaya. Alguien está celoso.

-Más quisieras.

Era oficial. Odiaba a Sabaku no Gaara.

-Ya bueno, dile al Uchiha que quedamos mañana a las siete en el hotel Rinnegan.

-Obito, abre la maldita puerta- al otro lado Sasuke se encontraba aporreando la puerta.

Me dirigí al baño el cual no tenía espejo, ni cortinas en la ducha y la regadera estaba fijada a la pared. Todo para evitar que alguno de los pacientes se autolesionase.  Dejé caer el teléfono en el retrete y después tiré de la cadena.

Obito, quien me había seguido curioso, lanzó una risotada divertida. Le guiñé un ojo y desbloqueé la puerta.

-¡Obito!-rugió Sasuke-¡Devuélveme mi teléfono!

Con una sonrisa maliciosa señaló el baño. Sasuke entró y, si antes estaba hecho una furia, ahora se había convertido en una auténtica bestia digna de temer.

-Tú, maldito loco desgraciado-el Uchiha se abalanzó contra él.

Me puse en medio, con los brazos extendidos a modo de barrera.

-Tranquilízate o tú también serás ingresado por tendencias psicópatas y homicidas.

Sasuke pareció recapacitar. Le costó un rato volver a su ser frío e inmutable.

-Deberíamos irnos-le sugerí.

Antes de cerrar la puerta del cuarto de Obito, articulé un mudo gracias por no haberme acusado ante Sasuke.

Él me devolvió una sonrisa.

Sin duda, Obito, Tobi y yo llegaríamos a ser grandes amigos.

Notas finales:

Muchas gracias por vuestra paciencia <3


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