Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destronado por MyDarkestDesires

[Reviews - 88]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno tras tomarme la semana pasada como un pequeño descanso despues de los examenes, vuelvo a la carga otra vez con actualizaciones semanales!!!!

 

Me estaba volviendo loco.

El contenido del sobre estaba desperdigado sobre la mesa de café. Sai no ayudaba nada a mantener mis nervios a raya balbuceando una y otra vez que no entendía nada.

Había como un centenar de papeles llenos de cuentas, números, datos bancarios, flujo de stock de varias empresas asociadas a Amatersu corp. y miles de trámites de todo tipo.

Nada tenía sentido; los movimientos bancarios, el flujo de dinero era demasiado grande y frecuente y, sin embargo, no había ningún documento que justificara tal flujo de dinero entrando y saliendo de las cuentas de Amaterasu corp. ¿Cómo había pasado esto inadvertido por las autoridades? Otra vez, me pregunté hasta dónde llegaba la influencia de la familia Uchiha.

Ordené los papeles por fecha, lo cual resultó una tarea titánica. Tal vez así podría sacar algo en claro. Gaara ni siquiera se había molestado en poner orden a los documentos, hecho que no me extrañaba pero que hubiera agradecido sinceramente.

-¡Testamento!-grité al cabo de más de cuatro horas ordenando y revisando documentos. Sai dio un respingo, alarmado. Había estado tan inmerso en los papeles que no me enteré en qué momento se puso a dormitar en el sofá-. Necesito el testamento de Fugaku Uchiha.

-Naruto, creo que deberías dejarlo por hoy-bostezó Sai.

-¡No! No puedo dejarlo ahora. Creo que…-

Sai me beso la frente. El contacto  de sus labios contra mi piel era cálido y agradable y dejó un agradable cosquilleo en la zona en que me besó.

-Naruto, estás ardiendo. Creo que tu cerebro está echando humo-desplegó una gran sonrisa que, a pesar de ser sincera, parecía forzada.

-T-tienes razón-balbucí-. Tal vez debería irme a casa- murmuré sonrojado.

-Ya es tarde. Tal vez deberías quedarte a dormir aquí. No me sentiría tranquilo si salieras tú solo a estas horas a tu casa y menos si hay un loco pelirrojo persiguiéndote.

Sai sacó unas cuantas mantas y las extendió en el sofá. Cuando estaba a punto de tumbarme, Sai me detuvo.

-¿Qué haces?

-Me voy a dormir-respondí extrañado.

-Tú dormirás en mi habitación. Yo me quedaré en el sofá.

-No puedo permitir eso-contesté-. Esta es tu casa y yo soy tu invitado.

-Tú lo has dicho-respondió con decisión-, esta es mi casa y te digo que duermes en mi cama.

Sai me mostró su habitación. Una cama de matrimonio ocupaba gran parte de la estancia; a la izquierda había una puerta que conducía al baño y, en un rincón a la derecha, había apilados un gran número de cuadros.

En la pared, pude distinguir el cuadro que Sai pintó la tarde que nos conocimos, pero este estaba modificado: Sai me había retratado en la hermosa escena.

Sentí que los colores se me subían.

Me quedé en bóxers y me puse una camiseta de algodón que Sai me había prestado para dormir. Las sábanas y la camiseta olían a esa mezcla de pintura y vainilla que caracterizaba a Sai. Era una sensación reconfortante. Parecía que mi amigo me estuviera abrazando a pesar de no estar ahí.

En medio de la noche me levanté; me sentía mal por Sai. Me acerqué hasta el sofá y lo desperté con delicadeza.

-¿Qué ocurre, Naru?-murmuró con voz pastosa.

-He pensado que la cama es bastante grande y…-agradecí estar a oscuras cuando sentí el calor invadir mis mejillas- he pensado que…bueno, tal vez podríamos dormir juntos-dije con un hilo de voz, completamente avergonzado.

-¿Estás seguro?

-Etto…sí-cambié el peso de un pie a otro nerviosamente.

Sai se incorporó con pesadez de su incómoda e improvisada cama y me siguió hasta la habitación. Me tumbé de espaldas a él, todavía rojo como un tomate.

-Buenas noches, Naru-Sai me besó el cabello.

-B-buenas noches.

***

-¿Cómo piensas obtener el testamento?- inquirió Sai sorbiendo su taza de café.

-Tengo contactos-sonreí con suficiencia-. Espero que sean capaces de ayudarme sin meterse en problemas-suspiré preocupado.

-Eres una gran persona, Naru- se acercó a mí y me basó la frente.

-¿P-por qué haces eso?-acaricié el lugar donde me había besado.

-¿Te molesta?

-No. Es que…

-Lo siento, no puedo evitarlo.

Antes de que pudiera contestarle, Sai se inclinó velozmente hacia mí y atrapó mis labios con los suyos. Fue un ósculo tierno y dulce, nada que ver con los pocos intensos y apasionados besos que había recibido del Uchiha.

-Sai,…me gustas pero no creo poder volver a confiar en alguien…No de este modo-mi flequillo cubría mis ojos que empezaban a brillar por las lágrimas.

-Tranquilo, lo entiendo- murmuró Sai apretando las manos-. Lo que no entiendo es cómo ese idiota del Uchiha se ha atrevido a hacerte daño de esa manera.

Recogí los papeles de la mesa tratando de mantenerme calmado.  Sai me observó con cierto aire de culpabilidad.

-Creo que debería irme si quiero avanzar con esto-murmuré yendo hasta la puerta-. Te llamaré en cuanto descubra algo nuevo.

-Claro.

***

-Necesito verlo.

Deidara me dio una mirada completamente confuso.

-¿Qué?

-El testamento.

Deidara me invitó a entrar en la casa aunque podía decir por su expresión que mis palabras no parecían haberle gustado.

-Tendrás que hablar con Itachi-dijo señalándome el sofá-. Ahora mismo no se encuentra en casa.

Rechacé la invitación a sentarme y me acerqué a la pequeña Hikari que estaba sentada en el suelo completamente absorbida por la televisión.

-¡Mira quién ha venido, Hika-chan!- exclamó Dei con entusiasmo.

Hikari emitió un pequeño gritito de alegría al verme pero enseguida regresó a ver los dibujos.

-¿Qué ves Hika-chan?-le acaricié el cabello.

-Bibujos.

-¡Qué mona!- abracé a Hikari con todas mis fuerzas.

La puerta se abrió con un chasquido. La voz de Itachi resonó en el recibidor anunciando su llegada.

-Itachi-sa…n

Me detuve en seco. Detrás de Itachi se encontraba un inexpresivo Sasuke.

-¿Otra vez metiendo las narices en mi familia, dobe?-saludó él.

-Deja a Naru-chan en paz, bastardo- Dei salió a toda prisa de la cocina para defenderme-. Ven conmigo-dijo cogiendo a la niña con un brazo y agarrándome la mano con el otro.

Entramos en el cuarto de Hikari. Era pequeño pero acogedor, con una cuna a un lado y peluches decorando las estanterías colgadas en la pared pintada de rosa pálido.

Deidara se acomodó en la mecedora que había al lado de la cuna con Hikari en brazos.

-Últimamente Sasuke pasa mucho tiempo a nuestro alrededor-me lanzó una mirada significativa-. Creo que el tiempo que estuviste junto a él le ha afectado de muchas maneras. Ahora intenta ser una mejor persona. Itachi dice que lo ha visto rondando el psiquiátrico.

-No estoy tan seguro de que haya cambiado-refunfuñé.

-Sé que estás enojado con él y tienes todas las razones del mundo para estarlo. Pero créeme cuando te digo que está cambiando. Y todo gracias a ti-sonrió-. ¿Sabes? Itachi tenía miedo a que Sasuke se llegara a convertir en alguien como su padre.

-¿Qué sabe Itachi sobre su padre?-inquirí con curiosidad.

El rostro de Deidara se ensombreció.

-Nunca le he preguntado gran cosa sobre él. Era una mala persona, alguien de quien no quería saber. Él era una persona orgullosa. Le importaba mucho la imagen de la familia y de la empresa y siempre que sus hijos cometían el más mínimo fallo, no dudaba en emplear la violencia contra ellos.

Las palabras de Deidara no me sorprendieron pero aun así consiguieron horrorizarme.

-Sasuke se ha ido-anunció Itachi entrando en la habitación.

Se aproximó a Deidara y le quitó a la niña de entre los brazos para mimarla un rato.4

-¿Qué quería?-preguntó Deidara.

-¿Recuerdas que vino el otro día a por los documentos de identidad falsos para Gaara? Formaban parte de un trato. Gaara le daba información a Sasuke y Sasuke le proporcionaba una vía de escape a Gaara.

-¿Él iba a ayudar a un Sabaku?-comentó con incredulidad.

-No exactamente. Ambos están haciendo negocios. Están llevando a cabo un proceso de simbiosis: ambos se ayudan mutuamente porque obtienen beneficios importantes del otro.

-¿Y qué tiene que ver eso con la visita de Sasuke?

-Sasuke está mosqueado. Gaara no le llamó para acordar el sitio de la entrega. Y además, a Gaara le robaron toda la información que recopiló. Pero bueno-dijo haciendo un ademán con la mano- , olvidémonos de eso por ahora- se volvió hacia mí con uuna amable sonrisa-. ¿A qué debemos el placer de tu visita, Naruto?

-Yo…me preguntaba si podía echarle un vistazo al testamento de Fugaku Uhiha.

Itachi frunció el ceño.

-No puedes.

Debí habérmelo imaginado. Después de todo, yo no tenía que estar metiendo las narices en asuntos ajenos.

-Sasuke se lo acaba de llevar.

Ahora sabía que no lo iba a ver jamás. No entraba en mis planes visitar al teme y menos rogarle por algo. Ya había sufrido suficientes humillaciones de su parte.

Me quedé a cenar con la familia. Charlamos por unas cuantas horas y jugué con Hikari otras tantas.

La calle estaba oscura cuando salí del pequeño apartamento. La oscuridad siempre me había parecido inquietante y esa sensación se intensificaba ahora, en un silencioso barrio del extrarradio, tan diferente al siempre activo centro de la ciudad, me sentía inseguro y observado.

Alguien me empujó contra un muro. Mi cabeza comenzó a dar vueltas por el impacto contra los duros ladrillos. Una mano se posó sobre mi boca, impidiéndome pedir ayuda.

-Sé que has sido tú.

Notas finales:

Decidme que os ha parecido :)

Nos leemos la semana que viene!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).