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Reiniciando.... por ELi

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Notas del capitulo: Para este capitulo no tengo mucho que decir... simplemente leanlo y opinen... para mi gusto este capitulo no tiene otra finalidad q comprender la personalidad de Katsumi....disfruten

Olvidé mencionar un detalle, ella era norteamericana, estaba de intercambio en el mismo país que yo. Así es, también yo venía de intercambio, soy japonesa. El país en cuestión: España, lo cual explica el idioma en el que escribo.

- Bonito nombre...- le dije lanzándole una media sonrisa con la que había conquistado antes a dos ex novias -: escucha... hoy en la noche iba a salir con alguien, pero ha cancelado la cita, íbamos a ver la guerra de bandas en el teatro de la esquina. Quizás te gustaría venir conmigo.

- ¡Wow! ¿tienes entradas?- preguntó con incredulidad. Asentí con la cabeza -: me encantaría.

- Genial – dije, entonces tomé un lápiz que ella tenía en su mano y le escribí mi número de teléfono en una de las hojas que ordenaba. Después sin decir nada más, le puse el lápiz en la mano otra vez y salí del aula.

Toda la tarde estuve esperando que me llamara y lo hizo a eso de las seis y media.

- Hola, ¿Katsumi? –dijo la voz al otro lado del teléfono.

- Si, Eileen, soy yo. – dije reconociendo su voz de inmediato.

- Oye, ¿Dónde nos vemos para ir a la batalla de bandas?

- ¿Te parece si nos vemos allá? Podría esperarte en la puerta del teatro a las nueve en punto.

- Suena perfecto – dijo evidentemente emocionada -: te veo a las nueve entonces.

- Genial – dije y corté el teléfono

Después de la conversación me acosté en mi cama y mirando el techo me puse a pensar en lo increíble que acababa de pasar. Hasta el día anterior yo miraba a Eileen como algo imposible, inalcanzable incluso como amiga, pero todo había cambiado, ahora ella quería salir conmigo a un concierto y eso que sólo nos habíamos conocido unas pocas horas antes. En ese momento todo me pareció posible.

A las ocho y media salí de mi casa con mi motocicleta camino al teatro donde me encontraría con Eileen.

(Me encanta la adrenalina de andar por las calles de Madrid a 150 Km/h por entre los automóviles, a pesar de que ya había tenido un accidente en mi país, Japón: había estado cerca de quedar parapléjica, pero me recuperé y ni siquiera eso me detiene ahora).

Poco rato después, ya estaba sentada en la motocicleta, estacionada en la acera fuera del teatro, mirando a uno y otro lado buscando a mi acompañante. A las nueve en punto ella llegó caminando desde la acera derecha del teatro.

- Hola – le dije cuando estuvo cerca, estaba a punto de pasar de largo sin verme. Ella se volvió hacia mi y me miró extrañada. Sólo entonces me di cuenta que aún llevaba puesto el casco de la motocicleta; me lo quité y volví a decir -: hola.

- No te había reconocido, - dijo sonriendo aliviada de que fuera yo la persona bajo el casco.

Me desmonté de la moto y aseguré el casco en el asiento trasero, me aseguré que las llaves no estuviesen puestas y le dije a Eileen:

- Vamos adentro, la batalla tiene que estar por comenzar. – ella asintió y comenzó a caminar hacia la entrada del teatro, yo me demoré un par de segundos detrás de ella para admirar la forma en que iba vestida, jeans negros ajustados, chaqueta gris perla y un top ceñido que le quedaba estupendamente. Vestía de forma sencilla, pero aún así se veía preciosa.

Caminé rápido hasta alcanzarla y llegamos a la entrada, donde un joven bastante aburrido cortaba las entradas. Le pasé los dos tickets y dejé que Eileen pasara antes que yo, seguimos caminando hasta la sala donde había espacio por lo menos para unas quinientas personas sentadas.

Llegamos hasta un par de butacas vacías en la mitad de la sala y nos sentamos conversando animadamente sobre las dos bandas que se presentarían. Yo era fanática de una de las bandas, pero ella gustaba más de la banda contraria, así es que terminamos haciendo una apuesta, el premio: una cena, la que perdiera pagaría una cena en el lugar que la otra escogiera.

Por supuesto a mi no me importaba perder ni ganar, pues de todas formas me aseguraría una segunda velada con esa mujer maravillosa.

Entonces se apagaron las luces y comenzó la batalla. Salieron las dos bandas al escenario y se saludaron cortésmente entre ellos; un presentador salió también al escenario y leyó las reglas del concurso. Hicieron un sorteo entre los líderes de cada banda con una moneda; la banda que me gustaba ganó y decidió dejar que comenzara tocando la otra banda. La definición final sería por aplausos del público.

- Van a dejar lo mejor para el final – le dije a Eileen al oído. Ella sonrío:

- Tu banda no podrá hacer nada contra el éxito que va a tener mi banda – replicó con una sonrisa muy bella en su rostro.

En ese momento comenzó a tocar la banda. A decir verdad no recuerdo mucho del concierto, estaba demasiado ocupada viendo a mi acompañante; lo que si recuerdo es que al final, cuando ambas ya habían tocado, se hizo la definición por aplausos y ganó la banda de ella, así es que quedé debiéndole una cena.

Todos los asistentes comenzaron a salir del teatro ruidosamente, comentando lo bien que habían tocado las dos bandas. Eileen y yo esperamos a que se desocupara un poco el teatro para poder salir con más calma. Íbamos conversando tranquilas sobre la clase de la tarde, me asombró la facilidad con la que había comprendido todas las explicaciones del profesor.

Cuando llegamos a mi motocicleta nos quedamos en silencio, frente a frente. Yo para disipar el nerviosismo de tener a mi pretendida tan cerca, saqué el casco del asiento de la moto y jugué un poco con él. El silencio entre nosotras no era incómodo, era más bien algo muy íntimo. Sentí en ese momento que conocía a Eileen de toda la vida.

“No te apresures” me dije a mi misma, “ puedes arruinar todo lo que has avanzado en un solo segundo”.

Por lo general me considero una buena conquistadora, sé como acercarme a la persona que pretendo para conseguir lo que quiero. No existía nadie que me hubiera negado un beso hasta ese momento, por lo menos de parte de personas que no me importaban mucho. Porque has de saber, tu lector (a), que a las personas que he amado no las he conquistado como simples presas momentáneas, me he dedicado a conocerlas y darme a conocer para así ser feliz.

Siendo consecuente con lo anterior, rompí el silencio entre nosotras:

- ¿Me dejarías llevarte a tu casa? – pregunté haciendo notar en mi voz el acento japonés que sólo aparecía cuando estaba muy nerviosa.

- ¿Harías eso por mí? – respondió con otra pregunta mirándome a los ojos.

- Sólo si no te molesta correr a 150 Km/h- le dije ofreciéndole el casco. Eileen lo tomó aceptando mi ofrecimiento. Me indicó entonces donde vivía; nos subimos a la motocicleta (ella rodeó mi cintura con sus brazos) y partimos a toda velocidad a su casa.

Quince minutos después me detuve en la puerta del edificio donde ella tenía su departamento. Ella se bajó de la motocicleta y se quitó el casco devolviéndomelo. Estaba a punto de despedirse cuando dijo:

- Oye, ¿por qué no subes conmigo y te tomas unos tragos conmigo?- le sonreí y respondí:

- Lo siento mucho, mañana es jueves, tengo clases temprano y ya es bastante tarde. Tienes mi numero, nos veremos en la universidad y además te debo una cena... nos veremos otra vez, te lo aseguro..

- Bueno, entonces te veo en la universidad – dijo y acto seguido se acercó a mi y me besó en la mejilla fugazmente antes de comenzar a caminar a la puerta de su edificio.

Yo me puse el casco y me quedé mirando la puerta, incluso después que se hubo marchado. Minutos después arranqué la motocicleta rechinando los neumáticos en el piso. Desde una ventana ella me observó mientras me marchaba, calle abajo. Aunque de esto sólo me enteré algún tiempo después.

Camino a casa aceleré más que nunca, cerca de 50 Km/h más rápido que lo normal, no me demoré más de diez minutos en cruzar la ciudad y llegar a la casa donde me estaba quedando mientras viviera en España.


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