-----30 min después-----
En la discoteca los ukes seguían bailando y cantando como si no hubiera un mañana. De repente se abrió la puerta de la sala mostrando las caras preocupadas de los semes.
-Midorima: Takao, vámonos que ya es tarde.
Midorima agarró la mano de un Takao borracho pero aún con las ideas claras.
-Takao: ¡Ehhh! que yo quieo seguir con la fiesta, no irme con un tsundere.
Ante esas palabras Midorima acercó el cuerpo de Takao al suyo y lo besó apasionadamente.
-Takao: ¿Shin-chan?
-Midorima: Vámonos.
-Takao: ¡Sí, sí! Adiós, me voy que tengo una fiesta privada con mi Shin-chan.
-Aomine: ¡Wou! Midorima ha dejado de ser un tsundere por un momento.
-Kasamatsu: Creo que esto no lo vamos a volver a ver en la vida.
-Kagami: Hasta que Midorima la vuelva a cagar.
-Aomine: Cambiando de tema. Ryo, por favor, ven. Te juro que tiraré todas y cada una de mis revistas, o no, mejor las quemo para que veas que solo tengo ojos para tí.
Sakurai: Aomine-san, yo no quiero que las queme, está bien que tenga sus gustos, solo te pido que me hagas más caso.
-Aomine: Ah, pero tú sabes que por la noche tienes toda mi atención (con voz seductora)
-Sakurai: No hablo del sexo. Hablo de salir por ahí, es decir, tener citas (con un sonrojo que cubre toda su cara).
Aomine al escucharlo se acerca con una sonrisa.
-Aomine: Eso está hecho.
Aomine se acercó más al cuerpo de su novio buscando sus labios para unirlos y mientras coger sus caderas para llevárselo.
-Kise: A laaaa, uno menos, ya van dos. Esto ya no es una piña.
-Kasamatsu: Kise, yo... , lo siento. Siento no poder demostrarte lo que siento por tí como tú quieres y mereces, pero, te prometo que a partir de ahora intentaré hacerlo, pero me tendrás que ayudar.
-Kise: ¡Eres un idiota!
Dijo mientras saltaba a los brazos de su senpai, poniendo sus manos entrelazadas en la nuca del mayor, para así, ser besado con mucho amor.
Por otra parte un pelimorado y un pelinegro se encuetran.
-Murasakibara: Muro-chin, prometo ser más responsable y hacer las tareas domésticas y comer menos dulces (eso último lo dijo en un susurro apenado).
-Himuro: Atsushi, yo no quiero que dejes de comer tantos dulces, a mí me gusta como eres, lo único que te pido es que me apoyes un poco más en casa. ¿Qué te parece mi petición?
-Murasakibara: Siiiii, lo haré. Por mi Muro-chin lo que haga falta.
-Himuro: Venga, vamos a casa, que por la mañana voy a estar muy mal.
-Murasakibara: Adión Kuro-chin, Gami-chin, Furi-chin.
-Kagami: Adiós Murasakibara, cuida de mi bro.
Kagami vió como esos dos se iban y fijó su mirada en su sombra.
-Kagami: Oye, Kuroko, siento no haberte dedicado todo el tiempo que yo quería dedicarte, en serio, lo siento.
-Kuroko: Kagami-kun ya deberías saber que dije eso por la situación que me rodeaba, no por otra coasa.
-Kagami: Ya... pero... , este fin de semana me gustaría pasarlo junto a tí todo el tiempo, ¿te parece bien?
-Kuroko: Eso no tienes ni que preguntarlo.
Dijo, Kuroko, con una sonrisa, a lo que Kagami le frotó la mejilla y luego besó sus labios. Al darse cuenta de que Furihata seguía allí, y que Akashi no aparecía, se acercaron a él.
Kagami: Oye Furi, ¿quieres que te acerquemos a casa?
Kagami se acercó a Furihata dispuesto a tocar su hombro para consolarlo, ya que se veía con una cara de desilusión total.
-Akashi: Ni se te ocurra tocarlo, Taiga. No tienes ese derecho.
-Furihata: Ni tú tampoco. No puedes descirle eso a un amigo mío que lo único que quería era ayudarme y apoyarme, mientras tú estabas por ahí, haciendo a saber que.
-Akashi: Kouki, por favor, escúchame.
-Furihata: ¡No, no quiero oírte! Si quiero ser amable con las persnas lo soy y punto, no quiero que mi novio vaya amenazando a todo el mundo.
Mientras decía eso Furihata estaba llorando. Era la primera vez que le gritaba al pelirojo, y estaba muy nervioso. Akashi se acercó hacian él suprimiendo las ganas de abrazarlo y limpiarle las lagrimas para luego ahogarlo en un beso (en el buen sentido, no penséis que quiere matarlo).
-Akashi: Kouki, yo... lo siento mucho, sabes que soy así que soy incapaz de controlarme, que tú eres laa única persona que me mantine cuerdo, y que sin tí me descontrolaría. Por eso me pongo celoso cuando hablas con los demás de forma tan amena, o cuando te sonrojas cuando te hacen un cumplido. Tengo miedo de que me dejes por alguien que no tenga serios problemas de autocontrol y de identidad.
-Furihata: Eres un emperador muy tonto. Así es como yo me siento cuando veo lo genial que eres, buen estudiante, buen deportista, el mejor en baloncesto, maestro del shogi, del violín y la equitación, además de gentil y atractivo...
Furihata dijo la última palabra con un gran sonrojo que intentó tapar con sus manos, pero Akashi fue más rápido y se acercó a él, cogió sus manos y le miró directamente a los ojos.
-Akashi: Kouki, yo jamás te dejaría, jamás. Tu lo eres todo para mí. ¿Lo entiendes?
-Furihata: ¡Sí, y yo tampoco te dejaría, nunca!
-Akashi: Ven, vámonos que te he preparado una cosa, por eso he tardado tanto en venir, bueno, por eso, y por las súplicas de Shintaro para que no matase a su novio.
-Kouki: ¡Sei...! , ¿y qué es lo que has preparado?
-Akashi: Shhh, es una sorpresa.
Akashi tapó las protestas de su novio, por la duda que le había dejado, con su boca, para al final hundirse en el baile de sus lenguas.
FIN