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Run por Galaxy Diamond

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Notas del capitulo:

Durante un buen rato, Hoseok va a dar mucha lata. Pero no me odien y tampoco lo odien a él, porque todo es parte de la historia.Prometo que no habrá violaciónes ni nada tan tremendo.  

Al día siguiente, Hoseok llegó a la escuela muy temprano.

El resto de los maestros ya estaban dando sus clases. En la escuela había tres muchachos, Taehyung, Jooheon y Jun, más otras dos chicas, Lim y Qian. Entre los cinco tenían que ocuparse de todos los alumnos menores de doce años y darles asesorías a los mayores.

Como lo prometió, Hoseok se puso al frente del grupo para dar la clase de historia de Corea.

─    Ustedes niños, pertenecen a una raza de gente que  ha soportado muchas invasiones. – Comenzó, mientras atraía la mirada de los alumnos. -  Después de que terminara la segunda guerra mundial, el país fue dividido en dos. Corea del Norte, le correspondía a la Unión Soviética y Corea del Sur, le correspondió a los aliados, como siempre comandados por USA. – El comandante Jung miraba a cada niño fijamente, cerciorándose de que le pusieran atención, aunque Taehyung ya había hablado con ellos, antes de que el hombre llegara, para que se comportaran.

 

El comandante continuó su perorata:

─    Corea del norte, tiene un sistema unipartidista, lo que significa que nosotros solamente tenemos un partido político. Nuestro sistema económico es comunista y somos tan poderosos que tenemos una bomba atómica. – Sonrió ante la sorpresa en los ojos de los niños. – Por otro lado, ustedes, en Corea del Sur,  son un país, “Democrático”, entre comillas, pues de hecho siempre serán un títere de USA, por lo que nosotros hemos llegado ahora para evitar que sigan haciendo el ridículo en el mundo y puedan comenzar a tener un mejor nivel de vida. – Les dijo, como si fuera propaganda política.

 

Taehyung no intervino, aunque por supuesto no compartía la opinión de Hoseok.

 

Sabía que tanta palabrería en niños tan pequeños, no significaba nada, y que al contrario, asustando a los menores, Hoseok nunca los tendría de su parte.

 

De pronto, el timbre del recreo sonó, causando un cierto movimiento en los pequeños que solo querían salir a jugar y comer su almuerzo.

 

Hoseok los observó y, mirando a Taehyung, le dio a entender que los sacara del salón.

─    Niños, pueden bajar a almorzar, sin correr. Traten de demostrar que son niños bien educados. –

 

Entonces los pequeños, formados en orden, fueron desocupando el salón y bajaron a la planta baja. Taehyung borró el pizarrón y comenzó a escribir lo que explicaría en las siguientes dos horas.

─    Los niños de ésta edad son ideales para hacer cambios, porque ellos aún no están infectados por el virus del imperialismo. – Le comentó, mientras observaba los pupitres y las cosas del salón.

 

─    Los niños son dúctiles, comandante. Por eso, es ahora cuando podemos educarlos como se debe. – Observó el joven maestro.

 

Jung miró fijamente a Taehyung.

─    ¿Por qué tu hermano es doctor y tú eres un simple maestro? ¿Acaso no tienes la misma capacidad intelectual que él? – Le preguntó de manera grosera.

 

─    Ser maestro es un trabajo como cualquier otro. Mi hermano es muy inteligente,   y siempre soñó con ser doctor, así como yo siempre tuve el deseo de enseñar a los niños pequeños. – Le contestó, sin demostrar su enojo.

 

─    Pero… cualquiera puede dar clases a niños. Eso es demasiado fácil. Si te hubieran educado en mi país, seguramente te habrían encontrado un oficio y un trabajo de acuerdo a tus capacidades. – Le contestó, necio.

 

─    Entonces, como usted es un soldado. ¿Cuáles fueron sus capacidades, Comandante Jung? ¿Matar y golpear a la gente? – Le reviró.

 

─    ¡Eres tan ignorante! Un soldado no solo mata y golpea, yo soy ingeniero militar y puedo construir puentes, túneles y edificios. Soy alguien muy útil para mi país. – Se defendió.

 

─    Porque su país solo se ha dedicado a fabricar armas,  a invadir y amenazar. Es un país lleno de violencia. – Escupió Taehyung, que no permitiría que le dijeran que un soldado era superior a él.

 

─    Pues soy más útil que un maestrito de escuela, que solo juega con los niños. – Sonrió.

 

Taehyung lo miraba, enojado. Odiaba que subestimaran  a las personas por su trabajo o por sus capacidades.

─    ¡Prefiero mil veces ser maestrito de escuela, que un soldado como usted, adiestrado para matar y usurpar! – Le gritó, sin temor.

 

Hoseok lo miró enojado también.

─    ¿Así que odiarías ser soldado? – Le preguntó de manera cruel, sonriendo antes de asestar el golpe final.

 

─    Si, lo odiaría. – Respondió el muchacho categóricamente.

 

─    Pues entonces, a partir de mañana serás mi chofer. Te pondré un uniforme y me llevarás a todos lados. – Le dijo, disfrutando del asombro del muchacho.

 

─    ¡Yo soy maestro y quiero trabajar como maestro! – Le gritó.

 

─    Pues no se me pega la gana que lo hagas. Además, vi como explicas y la verdad eres muy malo, creo que les haré un favor a estos niños y te pondré a manejar mi jeep. – Terminó. – Mañana, a las cinco de la mañana en punto, te espero en mi cuartel, que antes era tu casa, y comenzarás a trabajar en eso. –

 

─    No iré. – Lo retó Tae. – No seré su chofer, antes prefiero mil veces, limpiar las letrinas de la escuela o ser el sirviente de los soldados del más bajo nivel, pero no seré su chofer. – El chico tenía los puños apretados.

 

Hoseok iba a golpearlo con el fuete, pero luego lo pensó mejor.

 

─    Ok, si prefieres trabajar con la mierda, te daré gusto. Mañana te irás a la fábrica de abono, para que te revuelques entre el estiércol como el cerdo que eres. – Lo miraba con sus ojos oscuros, brillantes por la ira contenida.

 

─    Será un placer. – Contestó Taehyung. – Comparado con su compañía, es una delicia de trabajo. – Respondió rebelde.

 

─    Ya veremos que tanto aguantas ahí, idiota. – Y después de decir esto, salió del salón.

 

─    ¿Te pondrá a trabajar en la fábrica de abono? – Preguntó Jooheon, incrédulo mientras comía su almuerzo en compañía de Taehyung y el resto de los maestros.

 

─    Si. Dice que soy pésimo dando clases. –

 

─    Pero en la fábrica de abono. ¡Qué asco! – Expresó Qian.

 

Taehyung solo sonrió.

 

─    Pues la otra opción no era mucho mejor. Me propuso ser su chofer y portar un uniforme de soldado de su ejército, como si fuera un maldito traidor. –

 

─    Pero es un empleo mucho mejor. Más cómodo y al aire libre. En la fábrica de abono, solo olerás, verás y hablaras de la mierda. – Jooheon no podía creer que Taehyung hubiera rechazado semejante oferta.

 

─    No me pondré un uniforme del ejército enemigo, y tampoco seré el sirviente del… idiota ese. – Se defendió.

 

─    Pues tú sabes lo que haces, Tae. – Comentó Lim. – Pero la verdad creo que estás equivocado. De nada te servirá tu orgullo y tu rebeldía cuando te encuentres rodeado de porquería. –

 

Taehyung la miró mientras tomaba de su vaso con agua, pero ya no insistió. Era evidente que para sus amigos, su decisión era una absoluta estupidez.

 

El timbre sonó y los cinco maestros fueron a sus clases, para después dirigirse a los sembradíos para ayudar en la cosecha.

 

Hoseok no se volvió a aparecer en todo el día. Sin embargo le dio instrucciones a Nam Joon para que en la madrugada del día siguiente, llevara a Taehyung a la fábrica de abono.

 

El muchacho le informó a su hermano que iría allá y éste, sabiendo los peligros potenciales, le puso algunas vacunas para evitar que enfermara de Hepatitis, tétanos, y viruela.

─    Trata de no hablar mientras estés adentro de la fábrica, y también trata de lavarte muy bien las manos cuando vayas a almorzar. – Le recomendó, profundamente preocupado.

 

─    Así lo haré, hyung. –

 

Hablaban mientras estaban acostados, abrazados, en la oscuridad de la habitación. Era el único momento que tenían con calma, para poder decirse algunas cosas, y como siempre, Jin acariciaba el cabello de su pequeño hermano, quién se apoyaba en su pecho.

─    Debiste aceptar el puesto de chofer. No debes dejarte llevar por el enojo. ¡Mira ahora el trabajo tan asqueroso que te dieron! –

 

─    Más asqueroso es estar cerca de ese hombre. ¡Lo odio tanto! –

 

─    Lo sé. Pero primero es tu seguridad y tu salud, hermanito. Por favor, trata de ser más asertivo y no dejarte llevar por tus emociones. – Le aconsejó.

 

─    Pues ahora ya es tarde. No voy a decirle que siempre no, ¿Verdad? Luciría como un cobarde y eso no lo haré nunca y menos enfrente de él. –

 

─    Eres tan arrogante, Taehyung. Arrogante, orgulloso y rebelde. – Suspiró. – Trata de dormir, mañana te espera un día muy duro. –

 

─    Trataré. Hasta mañana y no te preocupes, sobreviviré como lo hacen muchas personas todos los días. No soy el primero en ir a trabajar ahí, ni seré el último, seguramente. – Se acurrucó en su hyung y luego de unos minutos, ambos dormían profundamente.

Al día siguiente, puntualmente, Nam Joon fue por Taehyung, quién estaba junto a Jin, parado en la puerta, esperándolo.

─    No puedes acompañarlo, doc. – Le dijo de inmediato.

 

─    Lo sé. Solo quería despedirlo. – Le contestó educadamente.

 

─    Vamos, Taehyung. Hoy tendrás tú primer día en la fábrica de abono. – Se rio, marcándose dos hoyuelos en sus mejillas.

 

─    Cuídate mucho, Tae. Por favor, recuerda que tu familia te necesita. – Le dijo Jin, pero los dos chicos ya estaban sobre el Jeep y éste arrancaba para ir a la orilla del pueblo, donde estaba el contenedor de estiércol.

Cuando llegaron, Taehyung se bajó y caminó con seguridad hasta una semi construcción, donde lo esperaba Hoseok, cómodamente sentado en una hamaca.

 

Una pierna la tenía doblada sobre la tela y la otra pierna se balanceaba rítmicamente. En cuanto el chico entró al lugar, sonrió divertido.

─    Buenos días, Taehyung. Hoy hace un día muy bello. ¿No te parece? – Se burlaba abiertamente del chico, pero éste solo lo miró serio.

 

─    Buenos días. ¿Dónde está mi uniforme de la fábrica? – Preguntó, buscando con sus ojos.

 

─    Allá. – Hoseok señaló hacia una ropa color naranja que estaba tendida en una silla. Taehyung la miró y aunque la prenda había sido pasada por cloro, aún conservaba un ligero olor desagradable.

 

 

─    ¿Puedo cambiarme en privado? – Le pidió, al ver que el otro hombre no se movía.

 

─    No. – Le respondió, sin querer moverse de su cómodo lugar. – Francamente no creo que tengas cuatro testículos o dos ombligos. ¿O sí? –

 

─    No, soy igual que usted, en ese sentido. – Trataba de responderle con calma, sin enojarse.

 

─    ¿Entonces? ¿Te da pena que te vea? – Seguía burlándose del otro.

 

Taehyung no respondió. A cambio, comenzó a quitarse la chamarra sin dejar de mirar a Hoseok a los ojos.

 

El comandante Jung observó como el muchacho se iba quitando prenda tras prenda, hasta quedar absolutamente desnudo. Su mirada recorría el cuerpo de Taehyung, lentamente, percatándose de la fina figura del chico.

 

De pronto, Taehyung abrió la puerta de la entrada, causando que Hoseok se sentara con rapidez, para evitar que huyera.

─    ¿A dónde crees que vas? – Le preguntó molesto.

 

─    Tomaré un baño. – Le dijo Taehyung.

 

─    Lo tomarás cuando termines, ahora no. –

 

─    No será con agua. – Y sin pedir permiso, salió a un charco de lodo que había cerca de la entrada de la casa y que vio en cuanto llegó.

 

Sin dar ninguna explicación se acostó en el charco, llenando todo su cuerpo de lodo, por completo. Incluso el cabello, que parecía un casco de lodo.

 

Se levantó chorreando lodo que se iba secando gracias al aire de la mañana. Hoseok lo miraba sin poder entender lo que el otro hacía.

─    ¿Qué rayos haces, muchacho? –

 

─    El lodo es un antiséptico natural, además de que tiene un efecto de antibiótico y antiviral. Con esta capa de lodo, el mal olor no se introducirá en mi piel, y cuando me bañe, después de que termine el trabajo, mi cuerpo no olerá a mierda. – Sonrió, dándose cuenta de la ignorancia del otro. – Eso lo enseñan en la primaria, Comandante. Pero veo que a usted no se lo enseñaron. – Le dijo finalmente.

 

Hoseok, muy enojado, le aventó el uniforme.

─    ¡Termina de vestirte y deja de parlotear como vieja chismosa! – Le gritó.

El jovencito se vistió y luego caminó hasta la fábrica de abono, junto con los otros trabajadores que solo lo observaban divertidos.

 

Hoseok se quedó en la semi construcción. Temblaba por el coraje que le había hecho pasar Taehyung. Dentro de sí, solo deseaba desaparecerlo, pero primero lo haría sufrir.

─    ¡Maldito mocoso! ¡Pero te juro que yo te doblegaré, lo juro! – Gritó, dentro de la semi construcción, aunque Tae ya no lo escuchaba.

Durante el almuerzo, Taehyung salió corriendo del lugar donde habían estaban encerrados, metiendo el estiércol en costales. Respiró profundamente el aire puro.

 

Tenía náuseas y unas increíbles ganas de vomitar, pero no lo hizo. No arruinaría su uniforme y agregaría un olor más a la ya deplorable colección de malos olores que tenía en su cerebro.

 

No había abierto la boca para nada y por supuesto, no comería. Simplemente no podía probar bocado, pues su nariz estaba saturada del mal olor, aunque les daban cubre bocas para protegerse.

 

El día se le hizo eterno, pero al fin terminó su trabajo, a las cuatro de la tarde.

 

Conforme los trabajadores salían de la fábrica, eran sometidos a un chorro de agua que salía de una enorme manguera. La presión del líquido, los tiraba y los revolcaba en el suelo, pero ellos seguían ahí, porque querían quitarse el mal olor del cuerpo.

 

Una vez que se quitaban hasta la más pequeña partícula del mal olor, se metían a las regaderas donde con jabón y agua caliente se daban otra vez, un buen baño.

 

Taehyung también fue lavado con el agua que salía de la manguera y luego, se quedó en el agua que casi estaba hirviendo, durante quince minutos. Pero luego, con hambre y sobre todo, muerto de cansancio, salió y se vistió con la ropa que llevaba en la madrugada.

 

Cuando regresó a su casa, su omma le dio una cena bastante abundante, pero en parte por el asco que aún no lo dejaba y en parte por el cansancio, simplemente se fue a descansar sobre el colchón.

 

Le dieron una hora de descanso, para cenar y dormir, sin embargo después de ese tiempo nuevamente lo sacaron de la habitación para que ayudara en la limpieza de la casa, y ayudara con los ancianos y los niños.

 

Finalmente, el trabajo de Taehyung terminó a las once de la noche, hora en la que pudo ir a su cama, y caer completamente rendido.

 

Hoseok iba todas las madrugadas a la fábrica de abono, para checar que Taehyung trabajara. No entraba a la enorme bodega donde estaba preparándose el abono, porque no soportaba el hedor que salía del lugar.

 

No obstante, se quedaba en la semi construcción y, aunque ninguno de los dos decía nada, el mayor observaba como el muchacho se desnudaba, mirándolo a los ojos, y se llenaba de lodo.

 

Para el comandante Jung esto era algo más que entretenido. Le estaba resultado atractivo.

 

Sonrió, mirando el cuerpo desnudo del chico, pensando que,  cuando el cuerpo de Taehyung estaba completamente cubierto del lodo negro y brillante, se veía sensual. Le parecía como un elegante ángel negro sin alas.

 

Una vez que Tae se terminaba de vestir y salía de la semi construcción, el comandante se iba a realizar sus labores. Pero le había dado claras instrucciones a Nam Joon para que vigilara que el muchacho trabajara igual o más que cualquiera de los otros hombres.

 

Cuando llegó el viernes, Taehyung estaba arrastrándose de cansancio. No había comido de manera adecuada durante toda la semana, pues solo desayunaba un poco y luego hacía su otro alimento hasta el anochecer, con su omma.

 

Así que, al terminar la jornada de ese quinto día, el muchacho llegó a la casa y de pronto, se desmayó.

─    ¡Auxilio, mi hijo, mi hijo se muere! – Gritó la señora Kim, hincándose junto a su hijo menor quién temblaba en el suelo y se sentía demasiado caliente.

De inmediato, una ambulancia lo llevó hasta el hospital donde Seokjin lo atendió en cuanto salió de la sorpresa de verlo ahí, sin sentido.

─    Doctor Kim. La temperatura es de 40 grados y tiene la presión muy baja, 60/40, además su respiración es de 100. – Le informó la enfermera.

 

─    Tiene una infección. Póngale suero y cefalosporinas intravenosas. – Le indicó. Previamente le habían tomado análisis de sangre.

Después de una hora, llegaron los resultados. El muchacho tenía una terrible infección intestinal y aparentemente, era cólera.

─    ¡Maldición! – Seokjin estaba muy preocupado, pues su hermano estaba muy débil.

 

─    Dicen que casi no comía nada. – Le dijo Nam Joon quién no se separaba de Taehyung, por órdenes de Hoseok.

 

─    ¿No comía? ¿No le daban comida? –

 

─    No quería comer. Decía que no podía ingerir nada ahí. – Le contestó el otro.

 

Nam Joon se daba cuenta de que Seokjin estaba demasiado angustiado por su hermanito y trataba de ayudarlo, dándole información.

─    Mi hermano es muy sensible al mal olor. Ya imagino lo que sufrió estando en ese maldito lugar. – Expresó Seokjin.

Nam Joon no dijo nada. También él pensaba que obligar al chico a trabajar ahí, era demasiado. Después de todo, los chicos evidentemente eran de buena familia y seguramente, no estaban acostumbrados a esa clase de ambientes. Quizás no tenían los anticuerpos necesarios para trabajar ahí.

─    Tú eres un buen doctor, seguramente lo aliviarás. – Le comentó, tratando de darle ánimos. 

 

─    Gracias. – Jin lo miró y sonrió. Ese capitán Kim le caía bien, porque al menos era un poco más humano que Hoseok.

 

─    No es nada. – Miró al otro, y de pronto, ambos se quedaron mirando, perdidos en sus pensamientos.

Luego Jin regresó al cuarto de su hermano, tratando de salvarle la vida.

Hoseok fue informado de la gravedad de Taehyung y, siempre desconfiado, fue al hospital para cerciorarse de que era verdad.

 

Entró al cubículo donde tenían al menor entubado y con varias intravenosas. Lo tocó y en efecto, se veía muy mal.

 

─    Al menos permita que mi hermano se recupere. – Le dijo Jin, cuando lo vio ahí.

 

─    ¿Qué es lo que le pasó? –

 

─    Una infección intestinal. Supongo que la tomó del lugar donde usted lo envió a trabajar. – Le dijo, mirándolo directamente.

 

─    ¿Me está culpando? –

 

─    No. Usted solo lo envió a la cloaca. Mi hermano tiene la culpa por no estar acostumbrado a vivir entre mierda. – Le contestó muy molesto.

 

─    Es un débil. Usted y su familia lo han hecho melindroso y debilucho. Ahora no aguanta nada. –

 

─    Como usted diga, comandante. Por ahora, le pido que se retire del cuarto de mi hermano. Debe descansar y entre menos personas se le acerquen, será menos probable que le contagien otra enfermedad o bien, que alguien más se enferme. –

 

─    ¿Es contagioso? – Preguntó con temor.

 

─    Si. Mucho. – Mintió. Quería que el hombre se fuera y no apareciera nunca más, pero sabía que eso era imposible, por lo que al menos, lo alejaría por un rato.

 

─    Bueno, entonces me voy. – Dijo Hoseok, alejándose de ahí, casi corriendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, pues ahí está el segundo capitulo. 

¿Les gusta o no? Me gustaría saber como voy. 

Pero de cualquier forma, el fic me gusta y lo seguiré escribiendo y de todo corazón, espero que a ustedes también les guste. 

Muchas gracias estar aquí. 

BESOS. 


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