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Infatuación por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

¡Hola! Después de algún tiempo que a mí me pareció bastante largo vuelvo a actualizar esta historia <3

Con mucho amor y café para el gato que ya no es del pan(¿) lo amo aunque sea un traidor.

3

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El puchero en el rostro de Luffy mientras manejaban de regreso a casa le pareció a Sabo tan adorable que no pudo menos que inclinarse a la primera oportunidad a rosar sus labios.

El chico solo había gruñido ante el beso, mirándolo con reproche antes de dignarse a hablar –¡Ganaste! – esa palabra dicha como el peor de los reclamos había hecho a Sabo soltar una alegre risotada. –¡No te rías Sabo, no es justo! ¡¿Por qué ganaste tú?! ¡Yo quería ganar! – Luffy sabía a ciencia cierta que Sabo había ganado a propósito, era obvio, Sabo solo ganaba cuando quería enfadarlo no dándole lo que el pelinegro exigía, era su forma de fastidiarle, de mostrarle que estaba en control y que seguía siendo el hermano mayor y responsable y mejor en todo sentido, las cosas no habrían sido tan aburridas si Luffy hubiera ganado pero Sabo le engaño para escoger esperar en el auto a que Ace saliera por la puerta del frente en lugar del callejón de atrás.

Había esperado un rato pero tenía sueño y el auto era cómodo, con la calefacción encendida ni siquiera se notaba el frio de la noche, se quedó dormido tras una larga conversación de mensajes de texto sostenida con su hermano durante hora y media, se aburría demasiado en aquel lugar sin su hermano, ¿Por qué Ace no venía a casa de una vez con ellos? No debía ser difícil para Sabo convencerlo, se habían estado coqueteando la mitad de la cena lo cual hubiera resultado molesto en otras circunstancias pero la comida era tan buena que para ser sinceros no le había prestado mucha atención al pecoso más que cuando su plato estaba vacío, y si, Luffy había sido quien dijo que lo quería como nuevo juguete pero un juguete era eso, algo para pasar los ratos de aburrimiento cuando su hermano no estaba, como ahora, quizá necesitaba un juguete para cuando sus juguetes no estaban, se lo pensaría mientras cerraba los ojos un momento ¿Por qué tardaba tanto Sabo en contestar? ¿Algún email de la compañía requería su atención antes que los estúpidos memes de su hermanito? Odiaba que fuera así, solo podía soportarlo al pensar que Sabo lo hacía por su propio bien, con tal de que el viviera una vida sencilla y libre de las ataduras del mundo laboral ¿Por qué los dos no podían vivir lo mismo?

Cuando Sabo salió del callejón lateral al restaurante donde habían cenado y abrió la puerta del auto ni siquiera se despertó, solo tembló un poco por el aire que se había colado, el aroma de su hermano le había cubierto de pronto y se acurruco contra él para seguir soñando con ovejas cubiertas de algodón de azúcar en vez de lana, era un buen sueño.

Estaban a punto de llegar a casa cuando su sueño se desvaneció con el sonido del claxon, algún imbécil se había pasado la señal de alto, a aquellas horas quizá estaba borracho, la expresión de molestia en el rostro de su hermano había hecho a Luffy sonrojarse, le gustaba cuando el rubio mostraba esos arrebatos siempre y cuando la furia de este no fuera dirigida a él, le gustaba verlo molesto, su rostro se transformaba y mostraba matices que normalmente no podía ver, mucho mas sincero.

Notó en aquel momento el abrigo extendido cual frazada sobre su cuerpo y frunció el entrecejo, con un puchero acusador en dirección al rubio, le había visto así por unos buenos segundos antes de que Sabo le notara y claro que siendo el gran idiota que era su hermano mayor simplemente le había besado, haciendo que su encaprichamiento creciera aún más. —Ganaste. — repitió ya no tan molesto, solo algo fastidiado, le había ganado a sabiendas de que quería a Ace para él aquella noche en su cama para jugar, pero no, tenían que hacer las cosas al modo de Sabo y ser pacientes, no era que no le gustara ver a su hermano feliz como en ese momento, verlo sonreír a sus caprichos se sentía de alguna forma bien, simplemente no le gustaba esperar, Ace los había hecho esperar ya bastante esa noche.

–Era peligroso que esperaras tú en el callejón. – la explicación que no había pedido le llego cuando el garaje automático se abriera con un chirriante sonido mecanico.

–No soy un niño. Puedo cuidarme solo. – murmuro Luffy menos molesto pero aun con una mueca algo agria en el rostro.

–Sé que puedes, pero eres mi pequeño hermano, no podía arriesgarte así solo por un mesero al que le gusta hacerse esperar. – odiaba la forma como Sabo podía ser tan sobreprotector, pero quizá de nuevo solo estuviera confundiendo su forma de hacer parecer que de verdad le importaba con la posesividad que ya había llegado a conocer de su hermano, si el rubio había ganado la apuesta de aquel día quería decir que harían las cosas a su manera en aquella ocasión, quizá era lo mejor, aunque quería a Ace aún no sabía si le gustaría del todo, un juguete aburrido no iba a servir, sería como esas ropas que compraban para después nunca ponerse.

–Ugh, odio esperar. – y lo odiaba pero era bastante cabeza dura también, justo cuando se notaba que el mesero pecoso podía ser tan cabeza dura como cualquiera de los dos, más le valía a Sabo darse prisa o acabaría haciéndole un berrinche monumental.

–Lo se monito, pero no será mucho tiempo, Ace vendrá a cenar mañana, tal como acordamos ¿Ok? –

Sabo no mencionaría que Ace no parecía muy emocionado o listo a morder sus anzuelos, aunque la curiosidad había estado ahí, el ojo de Luffy, o su instinto o lo que fuera que tuviera aquel monito eran bastante buenos, era capaz de detectar a alguien en necesidad a penas verlo, ya fuera soledad, aflicción, tristeza, desesperación, no valía la pena ocultarlo, era como un sexto sentido del menor y al final esa necesidad acababa por ser explotada para sus caprichos, no era que Luffy fuera una mala persona, simplemente su don nunca había sido guiado bien.

Ace vendría a cenar mañana, pero claro, aquella noche como pago Sabo le cenaría a él, tampoco era que a Luffy le aburriese estar en manos de su hermano pero que la cama estuviera vacía al despertar nunca era agradable, poco le importaba que fuera el trabajo o los estudios lo que le exigieran abandonar el lecho para intentar robarle tiempo al tiempo, Luffy quería a alguien que estuviera ahí para él siempre, por eso un buen juguete siempre le hacía sentir mucho mejor.

 

A penas entrar a la habitación los labios del rubio en los suyos le habían hecho olvidar todo ello, si acaso el beso lento y demandante le había hecho preguntarse como seria besar a Ace, sentarse en su regazo y juguetear con él, tener esas manos toscas arrancándole la ropa, tenerlo listo a penas entrar a la habitación, así como Sabo ahora que tirándole a la cama ya estaba jalándole los jeans de mezclilla y palpándole entre las nalgas sin siquiera acabar de quitárselos.

—Sabo…— en un movimiento suave había sentido al mayor jalarlo al borde de la cama, haciendo que dejara el pecho sobre esta y los pies en el piso, tomándole de las caderas, ¿Tan rápido le tomaría? ¿Tan ansioso estaba Sabo de él?

—¿Mmmm? — el rubio se había desabrochado los pantalones, dejando que su erección rosara contra la suave piel del trasero ajeno, apenas aquella mañana lo habían hecho de forma que el preparar al menor estaba de mas, empujando con un poco de fuerza aquel delicioso interior cálido y estrecho le envolvía de manera tan placentera que había soltado un gruñido sobre la nuca del menor, resoplando sus negros cabellos, empujando sus caderas al frente para acabar de llenarlo disfrutando de los deliciosos gemidos que comenzaban a llenar la habitación con cada movimiento.

—Nhh… Sabo… ahhh… hermano… mas…—la exigencia no tardo en ser cumplida, como en trance llevo una de sus manos a los negros cabellos del chiquillo, tomando uno de sus brazos para levantarle ligeramente de la cama, observando el rostro contorsionado de placer con los ojos cristalizados de lujuria mientras comenzaba a entrar y salir con más rapidez y fuerza, clavando sus dedos con fuerza en el brazo del menor aun sobre la tela de su camiseta, esa molesta prenda de la que pronto se encargaría, tan pronto como su pequeño Luffy dejara de gemir una y otra vez cada que se incrustaba en su cuerpo conociendo cada recodo donde el pequeño podía sentir el delicioso placer que le proporcionaba a la perfección.

Mordió uno de sus hombros cuando sintió esas paredes apresarle con más fuerza, había pretendido besarlo pero la imprevista forma de contraer su interior con gula le había hecho incluso soltar una leve cantidad de semen en aquel ya húmedo interior. — Lo… lo siento…— escucho al menor disculparse y no pudo menos que sonreír malicioso, saliendo del interior del pequeño para tumbarle boca arriba en la cama y comenzar a quitar el resto de la molesta ropa, el miembro de su hermano yacía flácido sobre su abdomen, la mancha en las cobijas bastante obvia.

—Está bien Luffy, aun no estoy cansado, vamos a repetir. —  el tono alegre y juguetón daba un aire casi inocente a esa radiante sonrisa del rubio que deshaciéndose de la corbata y quitándose el abrigo  le dejaba ver ahora más de aquel delicioso cuerpo.

Aquella sería una larga madrugada.

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Las marcas en su cuerpo eran muy obvias, Luffy poco se molestaba en cubrirlas ahora que estaba en una edad sana para ejercer esa clase de conductas y normalmente no prestaba atención a ellas pero la forma como el pecoso las había estado observando toda la mañana lo hacía bastante consiente de ellas, que Ace hubiera decidido acompañarles para el desayuno le alegraba bastante aunque este se la había pasado gran parte de aquel mirándole los cardenales que tenía en el cuello, la verdad es que era a cierto punto divertido, a tal grado que cuando Sabo tuviera que irse al trabajo había sugerido bañarse un rato en la piscina.

Más que desayuno en realidad había sido una especie de brunch, pero poco importaba, le había puesto de buen humor ver a Ace antes de la cena.

—Ace, vamos a jugar a la piscina, ¿Sabes nadar? Yo aun no aprendo así que tendrás que cuidarme bien— comentó alegre y cantarin el pequeño monito, con una sonrisa que mostraba sus dientes y acercándose a su nuevo juguete de forma que la camisa suelta que llevaba puesta dejara ver las mordidas en su pecho, no le paso por alto la manera como los ojos de Ace en seguida viajaban a ellas, ya se las mostraría de manera más clara cuando jugasen un poco más, aunque Sabo le había instruido claramente que no revelara aun que eran suyas.

—Se nadar P-pero… yo en realidad no… no venía a eso…— el desconcierto del pecoso era francamente adorable, había preguntado por la oferta de empleo desde que Sabo fuera a recogerle temprano por la mañana al centro de la ciudad y con un simple “después” se quedaba callado por un buen rato, con esa mueca de profunda concentración como si se estuviera pensando que era lo que querían de él realmente, Luffy no pensaba que tuviera idea y tampoco sabía muy bien a lo que jugaba Sabo al no decírselo pero le gustaba el juego, algo así como “adivina cuál es tu trabajo” era algo entretenido der ver, aun si Ace no parecía disfrutarlo de la misma manera.

—Hablaremos de las condiciones del empleo en cuanto vuelva. —Eso pareció tranquilizar un poco al pecoso, como si no se hubieran olvidado del asunto a pesar de las largas que se le estaban dando, claro que cualquier signo de alivio se había borrado unos segundos después al darse cuenta que sería abandonado en esa casa extraña con un chico que no había parado de pedir cuanto se le antojaba desde que despertase, porque cuando Ace llegara ahí Luffy aún había estado dormido. —No demoraré. — Escucho a Sabo decir y lo creyó, solo debía esperar un poco, por lo que había investigado de la compañía para la que trabajaba el rubio esa podía ser una buena oportunidad de empleo, solo tenía que ser paciente, la gente adinerada al parecer era más peculiar de lo que esperaba pero si Sabo se tomaba el tiempo de ofrecerle un empleo era porque había una oportunidad, eso quería creer, la verdad era que deseaba más que nada dejar de ser una carga para sus hermanos. —  ¿Por qué no te quedas a hacerle compañía un rato a Lu? Puedes tomar uno de mis bañadores si te apetece. — Solo un rato, no haría daño, al menos eso quería pensar, no era que tuviera algo mejor que hacer de cualquier manera.

“No demoraré” Luffy había soltado una pequeña risa ante aquello, una de las pequeñas mentiras que Ace seguramente pronto descubriría de su hermano. —Vamos Ace, el agua estará deliciosa. — Se lo había llevado jalando a la habitación que compartía con el rubio, si el otro tenía algo mejor que hacer aquel día no le importaba, le dio uno de los bañadores que Sabo nunca se ponía, aquel que habían comprado en las Bahamas con las flores rojas y el fondo negro, a su hermano no se le vería del todo bien pero seguro a Ace le sentaría como un guante, estaba prácticamente nuevo, probablemente ni siquiera se lo había probado cuando lo compraron, el closet estaba lleno de ropa que nunca se habían probado y que compraban solo porque a Luffy le apetecía.

O de regalos de conocidos y gente que quería agradarles solo porque Sabo era heredero de un gran imperio, por no mencionar que era considerado un buen partido, que fastidiosas eran las chicas siempre en las fiestas de fin de año, prefería mil veces quedarse solo en casa esos días que ir y ver como las chicas revoloteaban alrededor de su hermano en esas estúpidas fiestas.

Le dio aquel traje de baño al pecoso y comenzó a quitarse la ropa ahí mismo, dejando que Ace recorriera con la mirada las marcas de dedos en sus brazos y sus caderas, las mordidas por su pecho y su espalda y cada amoroso beso que Sabo había plantado en su cuerpo en la forma de una pequeña marca rojiza, si en algún momento el día anterior el pecoso había pensado en él como un niño bobo eh inocente se aseguraría de que antes del final del día esa imagen fuera cien por ciento borrada.

Realmente odiaba que la gente le viera de esa manera, solo por que actuara como un idiota no quería decir que lo fuera.

 Si los cardenales en el cuello ya eran obvias señales de lo que había estado haciendo aquel niño mientras su hermano esperaba a un simple mesero hasta la madrugada todo aquel mapa de marcas en el esbelto cuerpo del menor no dejaba demasiado a la imaginación, alguien se había estado divirtiendo bastante la noche anterior, que se mostrara de manera tan descaradamente dejaba a Ace un poco perdido con respecto a que pensar, ¿Era alguna clase de provocación? No era que le molestara del todo eso que estaba viendo pero no sabía exactamente qué tan buena idea era intentar propasarse con el hermano menor de quien sería su empleador, por algún motivo no sentía que aun estando a solas pudieran estar solos, casi sentía que aquello era una especie de prueba aunque en ningún momento Sabo le había preguntado de sus preferencias sexuales, en realidad no le había preguntado más que su ubicación para ir a recogerlo aquella mañana.

¿Debía comentarle al menor que le atraían los chicos? francamente Ace se encontraba demasiado impactado ante el derroche de lujo en aquella casa como para recordar muy bien lo que habían hablado en el desayuno, solo recordaba que cada que había hecho mención al trabajo el rubio decía que lo tratarían después, quizá debió haber hablado de ello en el camino pero durante el breve viaje en auto el silencio de Sabo había sido tan absoluto que de alguna manera le había dado un poco de miedo el romperlo, su presencia durante el corto viaje parecía calmada pero de cierta forma imponente, como la de una mina de tierra, la cosa parece inofensiva y lo es técnicamente a menos que seas lo suficientemente idiota para pararte encima de ella, no que alguien lo fuera a hacer a propósito, solo que esas cosas estaban escondida bajo la superficie, sabias que estaban ahí pero no donde y ese era el maldito problema.

Sentía que no debía hablar a menos que le hablasen.

Ace se cambió de ropa intentando ignorar la breve incomodidad del momento, hacía algún tiempo que no iba a la piscina, la alberca de aquella casa parecía bien un balneario público, en realidad todo el tamaño del lugar era bastante ridículo, tendría probablemente las dimensiones de una manzana completa y aun así no había visto más de dos empleados desde que llegase ahí, que un estado como aquel se mantuviera con tan poco personal ya resultaba peculiar aunque aquello le daba una idea de que quizá era un trabajo doméstico el que iban a ofrecerle pero ¿Por qué se molestarían en comer o invitar a nadar a quien pensaban contratar como jardinero o lo que fuera que ocuparan? quizá el viejo que les servía la comida ya estaba por retirarse o algo así.

—¡Hey Ace! — La voz del niño le había sacado de sus pensamientos. — Ponme bloqueador. — con una radiante eh infantil sonrisa se le había dado un bote de crema solar de una marca que nunca había visto,  se le quedo viendo unos momentos antes de que el chico extendiera los brazos en la clara actitud de que quería que se hiciera lo que había pedido, una cosa era ayudarlo a echarlo en la espalda pero otra muy distinta tratarle como si fuera un niño pequeño.

—¿No estás un poco grande para que lo hagan por ti? — Un pequeño puchero se formó en los labios del menor ante aquella respuesta, ganándole un gruñido por parte del pecoso que un tanto resignado simplemente se había echado la crema en las manos y comenzado a esparcirla por el cuerpo del más joven, escuchando a aquel reír de vez en cuando mientras le recorría las piernas y los brazos, de no haber existido esas marcas bien podría haber pensado que se trataba de un niño con su piel blanda pero un poco áspera.

—Nghh…A-ce…— el gemidillo le había hecho sonrojar un poco, se le quedo viendo al chiquillo que parecía apenas si inocente de aquella reacción. — Lo siento, es que esa es una zona sensible. — había estado pasando sus manos por el pecho del menor, la sonrisa que este le había dedicado a manera de disculpa le había parecido casi diabólica con sus siguientes palabras. —Intentaré mantenerme más callado, por favor continua. —

Y así lo había hecho, soportando los suspiros y jadeos del menor cuando le tocaba sobre alguna de esas notorias marcas en su cadera, con la sensación de no saber si quería golpearlo o tumbarle a uno de los camastros para tomar el sol y hacerle gemir de verdad y no por aquellos roses que debían haber sido todo menos sensuales.

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Un par de horas después Sabo aún no regresaba, Luffy se hallaba en medio de la alberca sobre un camastro flotante, con la boca completamente abierta y tirando baba, era un poco divertido verlo asi, mas después de toda la energía que había desbordado mientras chapoteaba en la parte baja en un intento de que Ace le enseñara a nadar que había durado cerca de 5 minutos antes de que se distrajera y pasara a otra cosa.

Le había obligado a hacerle caballito por las partes más altas de la alberca, a mostrarle diferentes clavados para ver si podía aventarlo con el flotador en forma de oveja lo bastante lejos y a jugar varias cosas que para alguien que no sabía nadar y usaba de esos flotadores para niños en los brazos además de los muchos juguetes de pisana se empeñaba bastante en ganar.

En algún punto Luffy había ordenado algunos cocteles mediante una pequeña especie de teléfono móvil en forma de caracol que Ace había pensado fuera un juguete hasta que un hombre rubio con perrilla les había llevado los cocteles que Luffy había pedido.

Ahora que aquel demonio se hallaba dormido la verdad es que notaba lo aburrido que se volvía todo en aquel lugar, sin nadie con quien hablar se había dispuesto a jugar por sí mismo a lanzar pequeños pedazos de la cascara del limón que había adornado su bebida en dirección del flotante que usaba Luffy para dormir, a ver si podía lograr despertarlo y hacerlo caer, hasta el momento no había tenido demasiado excito a pesar de que todos sus proyectiles habían dado en el blanco y el flotante se encontraba cada vez más lleno de pequeñas cascaritas que rodaban tras golpear el rostro del durmiente, quizá debería intentar por la bocaza abierta en el próximo tiro.

—¿Te estas divirtiendo? — La voz calmada a sus espaldas le había sorprendido un poco, a tal punto que aquel ultimo proyectil se le había caído de las manos, yendo a parar al agua junto a él.

—Sabo…— No sabía exactamente si estar feliz de que el rubio regresara o molesto de que hubiera tardado tanto, lo vio acuclillarse junto a la piscina para quedar a nivel.

—Ace. — La sonrisa que se le dirigía no le tenía tranquilo, era como si no alcanzara a esos ojos de un azul obscuro y casi turbio. —Dime, ¿Te estas divirtiendo? — de nuevo aquella pregunta extraña, Ace se pasó la mano por detrás de la nuca mientras se tomaba el tiempo a responder, el chico rubio iba ataviado en ropas formales, con saco, camisa de vestir, pantalones a juego, zapatos relucientes y una gabardina ligera, incluso guantes blancos y una bufanda ligera a juego, no recordaba que estuviera tan bien vestido esa mañana. —A penas regrese hace unos minutos y fui directo a cambiarme, debo salir en un rato más de nuevo pero quería ver como la estaban pasando tú y Luffy. — comentó Sabo bien al pendiente de la mirada que se le dedicaba, aquel chico nuevo que había seleccionado su hermanito era bastante entretenido de ver, normalmente no le dedicaba más de una mirada a los juguetes de su hermano pero aquel en particular no le parecía del todo desagradable. —¿Ya se te ha insinuado? —

Debió escuchar mal…—¡¿EH?! — en definitiva Ace no había escuchado bien, en un minuto el rubio le preguntaba cómo se la estaban pasando y ahora le decía aquello. — No, el no…—

—Oh ¿Enserio? Bueno, ya lo hará, espero que puedas soportarlo, Luffy es así y tú le gustaste desde que te vio, te gustan los chicos ¿No Ace? Lo noto, te quedabas viendo su cuerpo sin parar, no te culpo, Luffy es una delicia, Me pregunto que harás cuando se te comience a insinuar…—

— ¿A dónde quieres llegar Sabo?. — La voz del pecoso sonaba sorprendentemente imponente cuando le corto, casi molesta, de cierta manera le hacía a Sabo preguntarse si estaba llevando el juego demasiado lejos. — ¿No deberías estar más preocupado por el imbécil que paso la noche anterior con tu hermano que por mí? — y entonces el rubio se hecho a reír, una risa cristalina y sincera que le había hecho callar de inmediato, absorto.

—Luffy es un chiquillo imposible, pronto te darás cuenta de ello Ace. — La sonrisa que estaba en los labios del rubio era todo menos amigable, burlesca, obscura y casi podría decirse que sensual. —Tu trabajo, si está bien contigo. — En ese momento aun pretendía que le estaba otorgando una opción. — Seria cuidar de él, una especie de niñera. —

El rubio se había puesto en pie, sacudiendo un poco sus pantalones sastre, por un momento Ace creyó ver algo en su cuello que hacia juego con las marcas que había visto todo en día en cierto mocoso, después aquella zona del rubio había quedado fuera de su alcance visual. — ¿Y si no me apeteciera el trabajo? — estaba seguro que la paga no sería despreciable pero exactamente que tanto involucraba aquella proposición.

—Hablaremos en la cena señor Portgas. —

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Continuara.

Notas finales:

Hola y gracias por leer! Como cambias las cosas de un capitulo a otro ~

Bueno, de momento parece que la fortuna me sonríe y les traigo esta actualización por ello, además de que pude contestar los comentarios de los otros dos caps <3

Espero que la buena suerte dure *brillos gays de felicidad* y que no se me atoren las cosas~

Oh, también eh estado escribiendo algunos drabbles pero de otra serie, Boku no Hero Academia, no se si publicarles acá también ya que no hay sección para ese anime/manga… igual no es que me cambie de fandom ni mucho menos XD pero nunca está de más, quizá encuentre a alguien que también le guste <3

 

Mucho amor al gatito que me dice traidora cada que hablo de ese fandom, lo amo aun así <3


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