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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

"Nunca odies a tus enemigos, afecta tu juicio"

-El padrino

El día de la fecha hacían exactos 10 días que trabajaba para el hotel casino Atlantis Paradise Island en Bahamas. Nunca  hubiera imaginado que después de tres años de carrera, dos cursos en idiomas y dos años de trabajar para la cadena hotelera en otras partes del mundo conseguiría el puesto de Sub-Gerente de ventas Internacionales.

Mi familia conformada por mis padres y dos hermanos menores no era precisamente rica, asique me enorgullecía decir que había conseguido una beca en una buena Universidad de Pensilvania  y había aprendido francés e italiano. A los 23 ya me había graduado y comencé a trabajar por recomendación en la cadena Hotelera de Atlantis, primero un año en Nueva york y luego otro más en Venecia, hasta que me trasladaron a un puesto genial en el hotel central y solo con 25 años, increible. Realmente amaba viajar, conocer, que distinto era cada lugar y amaba el clima de los hoteles. Me encantaba trabajar en un lugar donde la gente estuviera disfrutando, relajada, con buen clima y lo que siempre me dice mi padre, que trabajo en un lugar donde se simula perfección un buen rato. Y la verdad era que si, por sobretodo este último trabajo me venía pareciendo increíblemente bueno, el hotel era majestuoso y enorme, tenía compañeros de trabajo amables y un jefe bastante exigente pero de una manera profesional, no odiosa.

Debía admitir que extrañaba a mi familia porque solo los visitaba en la temporada baja del hotel y por pocos días, pero no me quejaba porque estar fuera significaba una carga menos para ellos y la extraordinaria paga que se me debitaba los ayudaba enormemente.  También extrañaba un poco a mis amigos, tenía un grupo grande con el cual nos reuníamos para las vacaciones, los conocía desde la infancia y hacía mucho no podía verlos con frecuencia. Aunque no tenía la misma suerte en lo que respecta a pareja, durante las fiestas dela escuela me había dado cuenta que las chicas no me llamaban la atención asique besarme con un par de chicos en secreto me hizo darme cuenta que era gay.

Si me autodefinía sería algo como un nerd ahora “exitoso”, quizá demasiado social aunque con un poquitín de mal carácter, que abusaba de su buen aspecto para recibir comida extra en la cafetería y que sacaba poco provecho de mi “desviación” sexual. Palabras geniales para un curriculum, pero por desgracia no podía usarlas en uno.

 

-Liam te busca Jack.- Me llegó la voz de una de las recepcionistas.-

 

Jack era mi jefe, el Gerente de ventas internacionales, y se iba de vacaciones a ver a su esposa esta tarde. Me había dicho que estaba a cargo y que hoy en la noche vendría un muy importante cliente que lamentaba no poder recibir él en persona, por eso lo haría yo.

 

-Recuerda que el papeleo está en el sobre dorado, es el señor Morgan y su esposa, ya te enseñé su foto no debes confundírtelo con nadie más porque es un ultraje pedirle identificación a tal cliente, llegaran a las diez en punto.- Me recitó como un procedimiento medico mientras ordenaba minuciosamente las banderas internacionales de la recepción Vip del hotel.-

 

-Y su juego de llave triple corresponde a la habitación 1001, memoricé todo Jack. Puedes irte y confiar en mi.- Finalicé su relato y le sonreí.-

 

-Es que es muy importante, pero confió en ti muchacho eres sub-gerente después de todo.- Me sonrió en respuesta y me palmeó el hombro.-

 

Y así partió en dirección a los vestuarios, supongo que para cambiarse el traje e irse directo al aeropuerto. Jack parecía un buen hombre, a pesar de ser estricto lo hacía por amor al oficio y eso me hacía respetarlo.

 

Entradas las nueve una mujer grande de ropa cara, abrigo de piel y lentes de sol se aproximó al mostrador.

 

-Bienvenida a Atlantis Hotel, ¿Puedo ayudarla madame?- La mujer se retiró los anteojos con aire exasperado y me miró fijo. La situación era realmente incomoda porque no tenía la más mínima idea de quien era y ella pretendía que con un vistazo a su cara yo supiera hasta su número de tintura rubia que usaba.-

 

-Por dios santo mi apellido es Glines.- Me contesto impaciente mientras dos hombres de traje negro la flanqueaban con equipaje.-

 

Comenzaba a ponerme nervioso porque repasé mentalmente la lista de clientes vip y no sabía de ninguna señora Glines, quizá la mujer se había equivocado de mostrador, no era raro ya que todos los clientes eran tan ricos que nunca supe que diferenciaba a los vips de los comunes.

 

-Lo lamento señora pero quizá quiera pasar por el otro mostrador.- Le informé de la manera más amable que pude porque me veía venir un desplante.-

 

-Escúchame, mi habitación es la 1001, voy a fingir que esto no fue una humillación y pérdida total de tiempo si enmudeces de una vez y me das lo necesario para continuar con mi vida y no tener que verle la cara a tal decadente empleado.- Escupió las palabras con un tono tan refinado que realmente me dio asco, la clásica historia del rico maleducado y soberbio.-

 

-Disculpe señora Glines, pero la habitación ya tiene dueño, lamento decirle que debe retirarse al otro m…- No me dejo terminar mis empalagosas palabras.-

 

-Jamás en mi vida fui tratada de manera tan impertinente, no nos hospedaremos en este mal organizado hotel y querido Liam, lamentaras que sepa leer el cartel en tu ropa.- Me gritó en tono agudo y penetrante la insoportable mujer.-

 

Acto seguido desapareció por la recepción seguida de más gente en traje negro, odiaba a las señoras mayores, en realidad odiaba a la gente rica y petulante, para mi desgracia este hotel estaba lleno de ella. Lo bueno es que había cuidado la habitación 1001 a la pareja Morgan, porque tenía la impresión de que mi trabajo dependía de ello.

 

Pasaron las horas y no hubo rastro de tales señores Morgan, empezaba a preocuparme de que mi horario de trabajo se terminara ya que debía entregar esto en persona. Luego de otros 25 minutos de fatídica espera la línea particular sonó.

 

-¡Que rayos hiciste!-Me gritó Jack del otro lado del teléfono.-

 

-Espera Jack,  estas llamando al hotel creo que te equivocast…- No me dejó terminar.-

 

-¡¡Liam por el amor de dios echaste a la esposa del señor Morgan del hotel!!-Continuó gritando exasperado mi jefe.-

 

-No Jack, los señores Morgan aun no llegan.- Trate de explicarle en vano.-

 

-Por dios Liam, la señora Abigail Glines es la esposa del señor Morgan, vino a registrarse ella porque él tenía asuntos pendientes.- Me gritó aún más y lo escuche murmurar un par de veces “mierda” pero no lo dijo en voz alta.- Te dejé las fotos de cada uno y su nombre completo en el escritorio, ¡van a cortarnos la cabeza a ambos! Si Vaal se entera-

 

Y efectivamente tenía razón. Comprobé los nombres y vi que el rostro de la esposa del señor Morgan era el mismo de la señora Glines solo que menos operado. Lo peor de todo fue escuchar a Jack nombrar Vaal, no sabía mucho sobre este hombre, solo rumores que decían que era dueño del hotel y que era alguien demasiado importante, también escuche que las mujeres que lo conocían tenían mucha suerte. Pero en este momento no me preocupaba mucho sobre quien era Vaal sino lo que iba a hacerme si esto se sabía, acabábamos de perder un cliente Vip, eran clientes muy especiales aunque yo ignorara la razón, mañana iba a aparecer muerto seguro.


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