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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

ATENCIÓN 

Necesito que me digan si prefieren que haga capitulos sobre Marco y Nicola, si quieren que haga un fic aparte de ellos o si dejo el fic tal y como está.

Me interesaría saber su opinion, gracias.

Me levanté solo en el cuarto, Vaal no estaba y la casa estaba envuelta en demasiado silencio. Miré el reloj de la pared y marcaban las ocho de la mañana, salí de la cama dispuesto a ducharme y en el trayecto me pareció ver algo en el balcón. Me asomé por la puerta y en un sofá recostado a la sombra estaba Vaal con la camisa abierta, fumando un cigarrillo y leyendo la carpeta negra que le habían entregado, la cual cerró cuando yo llegué. Ayer no noté que se acostara  a dormir y quien sabe desde cuan temprano estaría allí afuera.

 

-¿No dormiste?- Le pregunté mientras apreciaba la vista de la hermosa isla, soplaba el viento, había un clima genial y el agua estaba muy transparente.-

 

-Nunca duermo.- Me contesto entre pitada y pitada sin dirigirme la vista.-

 

Respuestas cortas y  directas, nunca mostraba más de la cuenta.

 

-¿Por qué haces todo esto?- Le solté y lo miré fijo para ver su reacción.-

 

-No es asunto tuyo.- Me respondió y yo esperaba una respuesta así asique insistí.-

 

-No sé nada de ti y me gustaría saber, ¿Por qué empezaste con esto?- Intenté de nuevo sin quitarle la vista de encima.-

 

-Vete.- Me respondió tajante mirándome muy serio y le hice caso metiéndome al cuarto.-

 

Que exasperante era no obtener respuestas y para colmo obtener su mal humor de lleno, como es que ayer se preocupaba por mí y me besaba y hoy me hacía desaparecer de su vista.  Me duché, me cambié y salí en búsqueda de Nicola para saber si ya estaba bien.

Estaba llegando al comedor cuando escuche voces.

 

-No tienes que hacer tanto por mí Marco, ya estoy bien.- Escuche la voz del moreno.- De verdad solo fue el hombro, puedo mover las manos, no estoy cuadripléjico.- Se mofó Nicola.-

 

-No hagas bromas estúpidas.- Respondió Marco y escuché ruido de platos asique me acerqué a la cocina.- Come esto que perdiste mucha sangre, yo me voy a duchar.-

 

Entré a la cocina y salude a ambos, Marco me saludó con un gesto de cabeza y desapareció escaleras arriba. Nicola me saludó más animado y me alegró que ya estuviera bien después del episodio de ayer. Parecía que Marco le había hecho el desayuno, sobre una isla que ahora era desayunador en la cocina había unos huevos revueltos, tostadas de pan integral, un poco de fruta, café, jugo de naranja y dos muffin de arándanos.

 

-Marco está preocupado enserio por ti.- Me reí al ver la cantidad inmensa de comida para una sola persona.-

 

-Complejo de hermano mayor supongo.- Se burló.- Ven desayunemos.-

 

Yo no creía que Marco viera a Nicola como un hermano, no me daba esa sensación aunque no sabía mucho de ninguno de los dos asique tampoco podía fundamentar mi pensamiento.

 

-Gracias, ¿Te sientes mejor?-Le dije al tiempo que me sentaba con él para comer.-

 

-Mejor que ayer seguro.- Me respondió y desayunamos.-

 

Esa tarde Marco y Vaal volvieron a salir, noté que el jefe ruso llevaba la carpeta negra que le habían entregado los hombres latinos. Mientras yo empacaba y Nicola se metía al jacuzzi hasta el pecho porque no podía sumergir la herida.  Llegó la hora de cenar y nadie aparecía asique Nicola y yo cocinamos un plato sencillo pero los dos restantes nunca llegaron entonces comimos solos.

Estaba acostado en la cama, eran las dos de la mañana cuando escuché la puerta principal abrirse, salí del cuarto y me asomé por las escaleras. No logré ver mucho pero escuché a tres personas hablar en ruso, la voz de Marco y Vaal eran reconocibles pero había una tercera que gritaba y yo nunca la había escuchado.

 

-Espósalo a la barra en el suelo que hay en la isla de la cocina.- Escuché que dijo el rubio y supuse que la orden iba dirigida a Marco.-

 

Escuché ruidos cercanos asique me apresuré a entrar en la habitación y sentarme en la cama, Vaal entró y tenía un aspecto terrible. Llevaba la mitad derecha de la camisa blanca sucia y había perdido uno de sus característicos tirantes, en la cara tenía un raspón en la frente y la camisa rota en el costado bajo de la parte izquierda donde había un poco de sangre. Tiró la carpeta negra con un abrigo a la cama.

 

-¿Estas bien?- Le pregunte preocupado mientras me paraba de la cama descifrando si tenía otra herida en algún lado.-

 

-Si.- Me respondió al tiempo que se soltaba el pelo de una mal recogido y se dirigía al baño.- No vayas a la parte de abajo hasta mañana.-

 

Se deshizo de a ropa en el baño y cerró la puerta. No podía preguntarle nada más que eso si no quería enfurecerlo. Me senté nuevamente en la cama sintiéndome totalmente inútil, miré a mi costado y vi la carpeta.

Me tenté mucho de echarle una ojeada, miré hacia la puerta del baño y escuche que el agua de la ducha estaba corriendo asique supuse que iba a tardar unos quince minutos en bañarse.

Podía mirar un poco aquel objeto que parecía importante y él nunca se iba a enterar. Abrí la portada y en la primera hoja se leía Dimitri Morozov, era un perfil de un presidiario de máxima seguridad en la cárcel cubana que Vaal había nombrado. Tenía unos 54 años, también era ruso de Moscú. Pasé a la información personal y actualmente estaba soltero pero tenía una ex cónyuge de nombre Anastasia Lena Petrov y me llamó la atención ver el apellido de Vaal.

Escuché sonidos asique pasé las paginas rápido, eran crímenes del tal Dimitri, avisajes en países del mundo, noticias de él en diarios internacionales y un titular me llamó la atención “Jefe de la mafia rusa en Australia”

Cerré la carpeta rápido y le dejé en su lugar, asique era otro jefe de Bratva y estaba relacionado con Vaal de alguna manera. Parecía importante para Vaal de la manera que le entregaron la carpeta en persona y como la llevaba a todos lados, pero ¿Quién  era ese hombre? Y ¿Quién estaba abajo?


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