-Aléjate de él o te parto el culo.- Escuché a Nicola decir en voz amenazante mientras palpaba su arma dentro del saco.-
-Nicola viejo amigo, viniste a tomar una copa.- Se rió el hombre y levanto su vaso con sorna mientras se reclinaba contra la barra y cruzaba las piernas sobre el taburete.-
Nicola escupió el suelo cerca del hombre y lo miro con despreció, cauteloso me levanté de donde estaba y me acerque al moreno para evitar problemas allí dentro.
-Y una mierda, ¿Qué carajos haces aquí Philip?- Le preguntó el hermano menor Petrov mientras me miraba de reojo para corroborar que yo estuviera bien. Philip, entonces este tipo no era ruso y tampoco lo había escuchado nombrar asique no tenía más pistas que eso.-
-Vine a reunirme con mi equipo, ¿Por qué no dejas de palpar tu arma cuando sabemos bien que no la vas a sacar en un lugar público?- El tal Philip parecía afilado y se reía con voz ronca, como si hubiera fumado muchos años de su vida.-
-Si Vaal te ve no vas a reírte tanto.- Le dijo a la defensiva Nicola.-
-Vaal no va a tocarme un pelo porque me necesita y siempre lo hizo, sino yo ya estaría muerto. El Petrov bastardo, si la vida no te sonrió no te desquites conmigo.- Se mofó y de repente el tipo no me caía bien, ni su forma segura de hablar ni su manera tan a la ligera de responder palabras filosas. Nicola hizo una mueca de despreció pero percibí como la última frase se filtró en él.-
Sin decir palabra el moreno dio media vuelta y me hizo señas para que lo siguiera, percibí como el tal Philip nos seguía más atrás, con las manos en los bolsillos y apreciando los alrededores. Supuse que Nicola estaba dejándolo seguirnos ya que nos dirigíamos al piso de Vaal y no era un lugar visitado por el público.
-Esperaremos hasta que vuelva.- Dijo Nicola en voz baja y se tiró en uno de los sofás con intención de dormir, aunque por su pose tensa creí que estaba aparentando bajar la guardia.-
-Entonces retomemos, no sé tu nombre pequeño.- Se dirigió hacia mí el tipo con sonrisa ladina.-
No le respondí, si Nicola no confiaba en él yo debería ser más precavido todavía, el tipo lanzó una carcajada al aire y se desplomó en una silla.
-Que poco divertido, entonces nos queda esperar amigos míos.- Dijo y nos quedamos en silencio unos 45 minutos, fue de lo más incómodo y sentía entumecidas las extremidades de estar tan alerta por si algo pasaba.-
En eso entró Vaal por la puerta principal, iba desenroscando su arma por el pasillo cuando frenó ante nosotros. No se sorprendió tanto como Nicola pero volvió a reacomodar su arma en cuanto vio al invitado. Me miró de reojo, una de sus miradas de inspección y cuando comprobó que no tenía nada pasó la vista nuevamente al tal Philip que comenzó a sonreír.
-Vete.- Le dijo en tono mordaz y continuó su marcha hasta su oficina.-
-Hey Vaal, esa no es forma de saludar a un viejo amigo. No te interesa ni un poco lo que tengo para contarte.- Le contestó deteniendo la marcha del rubio nuevamente.-
-No, vete.- Le repitió de espaldas y siguió caminando.-
-Ni siquiera si es acerca de Dimitri.- Susurró con voz risueña el viejo y Vaal frenó nuevamente lo que produjo que el invitado se riera a carcajadas.- Sabía que te interesaría, está aquí Vaal, en américa.-
Hacía dos horas que Vaal y Philip estaban encerrados en la oficina del primero, mientras yo y Nicola nos disponíamos a cocinar, Marco todavía no llegaba.
-Bueno enserio, al menos contéstame una pregunta sola ¿Por qué odias a ese Philip?- Le pedí a Nicola después de preguntar millones de cosas e intentar engatusarlo para que me dijera algo de Dimitri pero sin nombrarlo demasiado ya que sería sospechoso que yo supiese algo.-
-Porque el muy infeliz nos traicionó, nunca me cayó bien pero era uno de los nuestros. Lo peor fue que Vaal lo perdonó y no nos dejó ir tras él. A veces pienso que mi hermano es un poco estúpido- Se mofó y me costó aguantar una carcajada.-
-Ah pero tiene mil cualidades, todas positivas: jefe de la mafia, irascible, indiscutible, obseso del control.- Numeré la lista mientras le pasaba platos a Nicola.-
-Y un poco estúpido, no te olvides.- Me recalcó el moreno apuntándome con la cuchara, en este momento parecíamos las mucamas.-
Me reí con ganas, consideraba a Nicola prácticamente un amigo, si es que se puede ser amigo de la mafia. En eso escuche una tos detrás nuestra y paré en seco toda clase de expresión, era Vaal detrás nuestro, Nicola siguió burlándose sin pudor.
-Ven Liam.- Me dijo a mis espaldas Vaal mientras yo deseaba haber sido uno de esos soldados ingleses mudos ¿Cuánto de nuestra conversación había escuchado? Esperaba que no la parte donde yo lo condecoraba con horribles adjetivos.-
Lo seguí por la estancia con la risa de Nicola a lo lejos, mi suerte era la peor en la faz de la tierra. Me di cuenta que el tal Philip ya no estaba cuando entré en el estudio de Vaal. El rubio se apoyó sobre el escritorio y me miro fijo, me encogí en mi lugar.
-Yo lo lamento, no era mi intención, fue maleducado de mi parte decir todo eso, de verdad yo…- No pude seguir disculpándome porque Vaal me interrumpió.-
-Entiendo que te guste Nicola pero te pido que no me descalifiques delante de mi personal, aunque sea mi hermano.- Soltó mirándome impenetrable, con severidad.-
¿Qué? Repetí sus palabras en mi cabeza pero seguían sin tener sentido, de donde sacaba este hombre que a mí me gustaba Nicola y que clase de planteo era ese. ¿Un jefe de la mafia se preocupa si personas subordinadas a él se gustan o no? ¿Qué tiene que ver eso con nada?
-¿Qué me gusta Nicola? No me gusta Nicola, considero que es como un amigo.- ¿Por qué se supone que estaba explicando esto?- Lamento lo que dije pero no sé qué tiene que ver lo de Nicola.-
-Eso es todo, ahora vete.- Ordenó y me enfurecí mientras él le daba un vistazo a unos papeles apoyado sobre su escritorio. Siempre lo mismo, solo decía o hacía lo que quería y no esperaba ninguna contraparte, el regía todo.-
-No.- Y con esa respuesta conseguí que me mirara por sobre las hojas.-No voy a acatar tus ordenes sin cuestionar nada como hace todo el mundo, ¿Cuál es tu problema? Entiendo lo que debo y lo voy a pagar de la manera horrible que propones que lo haga pero no voy a portarme como la servidumbre siempre que se te ocurra. ¿Qué tiene que ver Nicola en todo esto?- Le grite indignado, las palabras brotaban solas acumuladas.-
Obtuve una risa amarga de su parte y eso consiguió apagar mi valentía un poco aunque mantuve mi papel, este hombre daba miedo pero odiaba seguir cediendo.
-¿Quieres que piense que Nicola no tiene nada que ver porque convenientemente eso lo deja fuera del problema? ¿Pretendes defender tu argumento así?- Me soltó irónico tirando los papeles sobre el escritorio nuevamente mientras alzaba el rostro y enarcaba una ceja escéptico.-
Dios que forma retorcida de pensar, estaba insinuando que tenía algo que ver con su hermano y ahora que lo defendía cuando solo quería respuestas a sus irracionales suposiciones.
-¿Qué te hace pensar que yo y Nicola siquiera tenemos…- No pude finalizar mi pregunta.-
-Estabas riéndote con él en la cocina mientras cada vez que hablas conmigo parece que quieres salir corriendo.- Me soltó mientras se cruzaba de brazos y esperaba mi respuesta.-
Lo miré sorprendido, visiblemente sorprendido, no me esperaba esa observación para nada.
-Bueno es que me das miedo, ¿no se supone que sea ese tu rol de jefe de la mafia?- Revelé irónico.-
Me estudió con la mirada unos minutos y hubiese pagado por saber que pensamientos se le cruzaban. Rodeó la mesa del escritorio y se sentó en su asiento, abrió su computadora y se desconectó totalmente de la conversación, supuse que eso era todo. Al salir de ahí suspiré con ganas, este hombre era complejo en todo sentido de la palabra.
Fui hasta la cocina pero antes de entrar vi que Marco y Nicola hablaban, bueno Nicola hablaba y Marco lo miraba. Me reí en voz baja ante la escena, Nicola se sacaba harina de la cara con la camiseta dejando su torso mitad descubierto y justo en ese momento vi que Marco le echaba una mirada apreciativa. Pasaban demasiadas cosas bajo mis narices y no estaba enterándome de nada.