Nicola
Bueno asique lo único que funcionaba con Marco era hablar de cuando éramos niños, que ortodoxo. Tenía sospechas de que era gay porque no había reaccionado mal a mis ataques, pero eso tampoco suponía una pista muy segura.
Estábamos vistiéndonos para ir al hipódromo, hoy se corría una carrera importante y Philip había sacado entradas, esto lo sabíamos por un informante de Vaal que lo llamó para pasarle la lista de invitados. Era una carrera a la que Vaal también estaba invitado pero nunca asistía, una carrera para personajes célebres del mercado negro.
Marco y yo desenfundamos nuestros trajes recién entregados por la tintorería del hotel, el mío color beige y camisa blanca mientras que el de Marco era un típico tuxedo. El plan era que no nos vieran juntos, Marco iba a actuar como un mero señor adinerado y yo como un dueño de Derby, vistiendo el traje claro que caracterizaba a los hacendados. Mi compañero entró media hora antes al evento mientras yo esperaba a dos calles sobre mi Mercedes alquilado para hacer mi entrada triunfal. Hice toda la actuación del valet parking y me dirigí a las ventanillas de apuestas donde deje unos diez mil dólares a un caballo que pasara desapercibido, todo para no levantar sospechas. Me puse mis lentes de sol y tomé el folleto del evento sentándome en la parte más alta de las gradas, donde además de tener buena vista me mimetizaba con los dueños de los caballos.
-Hace un muy buen clima.- Recibí el comentario de un hombre a mi derecha, le sonreí en respuesta.- Aposté por Destiny, el caballo de la mejor sangre en todo Virginia.-
-La yegua negra ¿no? Yo aposté por Tártaro, el 7.- Informé al hombre quien se instaló a mi lado, no lo quería enzima pero a la vez me servía como pantalla.- ¿Dices que tengo posibilidades?-
-No es un mal caballo, pero no es el ganador.- Se rió el hombre mientras pedía un trago a una camarera.- Mi nombre es Adam por cierto, Adam Johansson.-
-Encantado, el mío es Tom Parker.- Le respondí estrechando su mano, no sé si un nombre falso iba a conseguir cubrirme pero tomaba toda precaución que podía.- Soy amigo de Philip Murray.-
-Ah sí, Philip iba a asistir hoy, creo que llega tarde.- Me comentó el hombre y yo agradecí que se tragara mi mentira.- Nunca te vi por estos eventos, por eso me acerqué. Siempre se debe conocer a la competencia.-
Vi a Philip a lo lejos, hablando con un hombre alto y moreno, llevaba sombrero y parecía estar varios millones más arriba que Philip, ya que llevaba un caro reloj pulsera y tenía actitud de importarle poco la carrera.
-Si, en general trabajo solo para las carreras abiertas al público, pero decidí probar suerte hoy.- Le solté al tipo mientras los caballos estaba a punto de soltar y la gente se acomodaba en sus asientos.-
-Claro esto es mucho más interesante, nada de principiantes y las apuestas son mucho más dulces.- Me contestó Adam mientras yo intentaba descifrar quién era el hombre con el cual conversaba tanto Philip.-
-Disculpa, ¿ves a Philip por algún lado? Sin mis lentes de lectura soy muy malo para encontrar a alguien entre esta gente.- Solté la mentira y le señalé mis lentes de sol a mi reciente amigo.-
-Te entiendo, yo no salgo de casa sin los míos.- Me comentó Adam mientras recorría el lugar con la mirada.- Esta a unas cinco filas a la derecha, habla con el señor Robinson.-
-Ah, qué raro, pensé que yo era el único que conocería en este lugar y vendría directo a reunirse conmigo.- Le mentí sin pestañear.-
-Philip siempre se reúne con Austin Robinson, trabaja para el.- Me explicó mi compañero.- ¡Mira ya largaron las bestias!-
Saqué mi teléfono celular y le escribí a Marco un mensaje con el nombre de Austin Robinson y que averiguara sobre él.
-¿Y de que Derby eres dueño Tom?- Me preguntó Adam y supe que esa era mi frase de salida, no podía sostener mucho más la mentira si este tipo conocía a todos en el lugar.-
-Tendrás que disculparme Adam, voy al baño y enseguida regreso.- Me excuse con el hombre y salí de las gradas al interior del edificio.-
Llamé a Marco y me atendió al instante.
-Voy a salir de aquí, averigüé por un dueño de Derby que Philip siempre viene a estos eventos y trabaja para el hombre que te escribí en el mensaje, averigua quien es y larguémonos de aquí antes de coctel, se nos hará imposible pasar desapercibidos.- Le dijé en voz baja por teléfono mientras me aseguraba de poder salir sin llamar la atención.-
-Está bien, nos reunimos en el hotel entonces.- Me contesto Marco del otro lado del teléfono y yo corté la comunicación.-
Bajé dos pisos por la escalera para no toparme con nadie en el ascensor, un espacio reducido en donde la gente se ve de cerca no parecía seguro. Pasé por la puerta de emergencia y me quedé a un costado en el lobby esperando que se vaciara para salir sin problema. Sentí la presión de algo en mi espalda y me volteé pero un brazo no me permitió hacerlo del todo.
-Valla valla Nicola, pretendes venir a mi territorio, espiarme el tiempo que se te ocurra y luego desaparecer como si nada, que ingenuo de tu parte.- Pronunció Philip a mis espaldas y deduje que lo que presionaba mi espalda era un arma.- Daremos un paseo.-
Dicho esto me tomó del hombro y salimos por una puerta trasera con dirección al estacionamiento, sin quitarme el arma de encima. Maldecí para mis adentros y palpé con el brazo derecho la Beretta escondida en mi cintura. Si el infeliz se distraía podía alcanzarla, pero nos conocía a todos muy bien y sabía que no le convenía dejarme actuar.
-Parece que Vaal me extraño tanto que decidió mandarte verme.- Se burló y yo me alegré de que supusiera que venía solo, eso le daba una chance a Marco.-
-Philip.- Escuché que una voz a nuestras espaldas le gritó y cuando el nombrado volteó saqué mi arma y le disparé en una pierna.-
Philip calló al suelo gritando y soltó su arma la cual paté lejos hasta que quedo oculta bajo un auto. Dispararon a lo lejos y me refugié detrás de un Volkswagen gris, escuché gritos y pasos y supe que debía salir de allí cuanto antes, un tiroteo en territorio clandestino no era buena idea. Corrí por atrás de hileras de autos agazapado en dirección a la calle sur, a dos manzanas se encontraba estacionado mi auto. Se me acabaron los autos como refugio y tuve que correr por la cuadra con todas mis fuerzas, escuché disparos y apuré mi marcha. Casi llegaba a la esquina cuando un dolor agudo atravesó mis costillas del lado izquierdo, me había alcanzado una bala y dolía como la mierda. Apreté mi costado todo lo que pude y corrí hasta el auto, cuando llegué lo encendí en un segundo y salí disparado calle abajo, un tiro alcanzó mi parabrisas trasero y lo hizo añicos. Manejé a toda velocidad con dirección al hotel, tenía suerte que nadie me siguiera, lo malo era que Philip sabía que yo estaba aquí. Llamé a Marco mientras estacionaba en un callejón a una cuadra del hotel.
-Sal de ahí ya, Philip me descubrió y va a verte, tenemos la ventaja de que no sepa que estás conmigo. Necesito que vengas rápido a la calle lateral del hotel, un infeliz me disparó y no puedo entrar con la ropa manchada de sangre y una pistola en mi poder.- Le expliqué rápido por teléfono.-
-Ya voy para allá, aguanta.- Me dijo y colgó.-
En menos de diez minutos Marco bajo de un taxi tras de mi auto y agradecí inmensamente su ayuda porque la herida estaba matándome.
-Levántate la ropa ya.- Me gritó y se agachó frente a la puerta abierta del conductor mientras yo le hacía caso.-
Pasó sus manos por mi torso e inspecciono la herida con expresión muy concentrada, la parte de Marco en la que se preocupaba por mí era tierna, nunca me había dado cuenta pero realmente estaba ahí siempre para salvarme el culo. No pude evitar reírme.
-¿De qué te ríes idiota? Si la bala te daba más profundo podía romperte unas costillas y perforarte el pulmón.-Me grito furioso mientras me ayudaba a salir del vehículo.-
-Es que me gusta mucho tu cara cuando te preocupas por mí, además le di un lindo tiro en la pierna en venganza a Philip.- Le expliqué mientras me reía con dificultad por el dolor en mi costado.-
Marco me prestó su saco y pasamos por el lobby del hotel sin problema, me ayudó a llegar a la habitación y una vez ahí me ayudo también a desvestirme y me llevó al baño.
-Siéntate en el inodoro mientras traigo el maletín.- Me ordenó y le hice caso.-
-¿Averiguaste algo?- Le pregunté mientras lo esperaba sosteniendo una toalla húmeda sobre la herida.-
-Sí, el tal Austin Robinson es dueño de la corporación Robinson de mensajería en Estados Unidos, ya le servirá a Vaal la información. Ahora cállate y concéntrate.- Me dijo con voz seria mientras se agachaba a un costado y desinfectaba mis costillas.-
Me vi en el espejo y tenía suerte de que la bala solo me hubiera rosado, dolía mucho pero no era nada grave. Me divirtió ver la imagen de Marco en el suelo asistiéndome, no sé si su instinto era de madre frustrada, hermano mayor o simplemente su instinto de amigo protector.
-¿Por qué siempre estas ayudándome en todo?- Le pregunté mirándolo fijo mientras me vendaba la zona.-
-Porque me importas.- Me respondió concentrado en su tarea y sus palabras me desconcertaron.-